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Capítulo cuarenta y tres (epílogo)

"Todos los días me siento el más feliz por haberte conocido. En cualquier ocasión, eres la persona más especial para mí" - Telepathy (BTS).

Algunos años más tarde...

La tarde estaba soleada y muy tranquila. Se oía el río a lo lejos, los pájaros cantaban, e incluso el sonido de algunos insectos era pacífico para los oídos de alfa y omega que se encontraban echados en una reposera de madera.

-Los mandarinos comenzaron a florecer, ¿lo notaste?-preguntó, sin apartar la vista del extenso jardín.

La primavera había llegado, y desde donde estaban, podían verse. Sin embargo, YoonGi sabía que Jimin no hablaba en realidad de los frutales.

Una suave brisa caliente acarició sus cuerpos, trayendo la inconfundible melodía que a la pareja les encantaba oír: risas.

-Si, están enormes-susurró.

Poco después, tres niñas aparecieron corriendo tomadas de la mano para treparse sobre sus padres.

JiYoon y JiWen eran más altas y grandes que YooMi, quien había sido la primera en nacer. Tal como cierta personita inocente había dicho, una de las cachorras tuvo complicaciones de salud al llegar al mundo: tuvo que estar separada de sus dos hermanas unas semanas, casi al borde de la muerte, hasta tener la fuerza suficiente para abandonar la incubadora. Los médicos dijeron que era extraño que solo una de las trillizas naciera con tales complicaciones, sin embargo, podía ser a causa de que toda la carga de estrés de su padre onega habia recaído en ella.

En la actualidad, aunque era notablemente más pequeña que las otras dos, YooMi era una niña sana. Su único defecto, que en realidad se trataba más una virtud, era ser similar a su padre omega y congeniar bastante bien con él, aún si no sabía hablar del todo. Era testaruda y seria, su cara lucía siempre como si estuviera molesta por algo y muy pocas veces reía. A diferencia de JiWen y JiYoon, que eran carismáticas, les gustaba hacer travesuras todo el tiempo y tenían una conexión inquebrantable con su padre alfa.

JiYoon ayudó a su hermana más pequeña a subir sobre las piernas de Jimin, y una vez allí, la niña gateó hacía su otro padre para llegar a su pecho y recostarse ahí. Inconscientemente, buscaba apartar al alfa metiendo la mano entre los dos cuerpos, haciendo reír a la pareja.

» -Sinceramente, yo también creo que ella será la princesa alfa de la casa-comentó YoonGi, acariciando el cabello negro de la pequeña mientras sentía como JiYoon se recordaba sobre sus piernas.

Hablando con Jungkook y Taehyung sobre las incontables situaciones donde la niña hasta había llegado a gruñirle a Jimin, ellos también opinaban de esa manera: poniendo de ejemplo a Hoseok, que era más apegado a Taehyung desde bebé y se había presentado de manera temprana a los nueve años y medio como omega.

-Papi, ¿qué es un alfa?-preguntó JiWen, curiosa, observando a YoonGi desde el pecho de Jimin, donde estaba cómodamente acostada.

Ambos padres habían intentado explicarles a sus hijas sobre aquello, puesto que en repetidas ocasiones escuchaban como YoonGi llamaba a Jimin o Taehyung de aquella forma; pero eran pequeñas para comprenderlo todavía.

-Papá Jimin es alfa-contestó, mirando hacía el cielo sin razón-, el tío Taehyung y el tío Yeonjun también. Por eso ellos...

-¿Huelen raro?-preguntó JiYoon con su dulce e inconfundible voz-, cr-creo que lo entiendo, es por eso que papá Jimin cuando se quita los zapatos... ¡A veces me pica la nariz!

-¡Oye, hija!-se quejó el hombre-, a mí no me huelen los pies.

Si YoonGi tuviera que decir algo, difería de las palabras del alfa. Sin embargo, prefirió oír la opinión de las niñas.

-¡Mentiroso, papi Yoon, él se hace el tonto!-acusó JiYoon.

-¡No es cierto, papi!-la defensora JiWen entro en acción-, papá Jimin huele rico, en el cuello siempre lleva perfume del que me gusta a mí para dormir.

-Papi Yoon huele mejor-la más pequeña también quiso participar, aunque si voz era un susurro ahogado por el cuerpo de su padre y si somnolencia.

YoonGi rió ante tales comentarios, negando con la cabeza. Sin decir más nada, los mayores continuaron contemplando la naturaleza, mientras que sus hijas estaban sumergidas en sus mundos llenos de imaginación.

YooMi se quedó dormida oyendo los latidos del corazón de su padre omega, mientras que JiWen hacía lo mismo en el pecho de Jimin; por su parte, JiYoon disfrutaba de la suave brisa recostada sobre las piernas de YoonGi, levantando sus brazos en busca de atrapar una mariposa amarilla que parecía gustarle jugar con la cachorra porque no se marchaba.

Cuando la temperatura comenzó a descender, Jimin se levantó con cuidado para no interrumpir el sueño de sus hijas y las llevó de a una a la habitación que las tres compartían. JiYoon era la única despierta, pero después de beber si biberón con leche caliente, sus ojos comenzaron a pesar tanto hasta quedar en dormida como sus dos hermanas.

Las cachorras continuaban tomando leche aunque ya casi cumplían cinco años, pero solo de noche. La pediatra que atendía a las trillizas había dicho que no pasaba nada con eso, y que sinceramente, era lo mejor para que el omega descansara: el biberón las relajaba mucho porque de algún modo les recordaba a cuando eran bebés y todavía lactaban directamente de su padre, entonces, ambos padres podían tomarse un descanso por las noches.

Cuidar tres niñas no es tarea fácil para nadie, mucho menos, padres primerizos.

Los primeros meses habían sido los más bonitos, pero también, un horror. YooMi luchaba por su vida en una caja de vidrio, mientras en otra sala YoonGi debía ocultar su desesperación y ganas de llorar todo el tiempo para atender a sus otras dos hijas. Y cuando al fin pudieron ir todos a casa, no solo YoonGi se desvelaba noches enteras para procurar la seguridad de las pequeñas, sino que Jimin le hacía compañía y no se despegaba de su lado en ningún momento, con el miedo latente de que si cerraba un momento los ojos, algo malo podía suceder.

-¿Recuerdas cuando volvimos aquí ese día?-preguntó en voz baja, observando las cunas de las trillizas desde el umbral de la puerta.

YoonGi se acercó al alfa, abrazándolo por la espalda para apoyar la barbilla sobre su hombro.

-Claro que sí, dormímos en este cuarto mucho tiempo.

La primer noche que pasaron después de salir de aquella casa del horror, el omega hizo un nido con ayuda de Jimin en la habitación donde pasaría mucho más tiempo una vez que sus hijas nacieran, sin ninguna razón aparente. Era su instinto hablando por él, en busca de sentirse menos atemorizado de que todo volviera suceder.

Jimin estuvo de acuerdo, si era lo que él quería, no tenía problema en dormir juntos con el colchón en el suelo rodeados de la ropa de ambos: de alguna manera, eso hacía que el omega se sintiera seguro y también, lo más probable, es que faltara poco tiempo para el nacimiento de las trillizas.

Efectivamente, tiempo después, la teoría del alfa fue confirmada por la obstetra: el instinto lobuno de YoonGi le obligaba a llenar esa habitación con sus aromas para la llegada de las cachorras. Un mes y medio más tarde, el omega había entrado en labor de parto y la operación salió exitosa.

Luego de que finalmente pudieran estar los cinco en ese lugar, todos juntos, se quedaron allí hasta que las trillizas cumplieron un año y medio, teniendo algunas visitas a su verdadera habitación de vez en cuando: por lo general, en sus periodos de calor. Sin embargo, hasta que YoonGi no aprendió a pasar la noche sin sus hijas al lado, no usaban demasiado el otro cuarto.

-Gracias-dijo, soltando un hondo suspiro al final.

-¿Por qué?

Jimin giró su cuerpo por completo, abrazando al mayor por la cintura. Besó la nariz y las mejillas del omega para sacarle un par de sonrisas antes de volver a hablar, tocando sutilmente aquella bonita marca rojiza que renovaban de vez en cuando. El aroma de YoonGi siempre lo adormecía y le fascinaba llenarse de él.

-Por enseñarme que yo también puedo ser feliz y tener la familia que siempre quise-sonrió-. Alguna vez pensé que mí madre estaba enamorada de ti, tú de ella con todo y su dinero, e incluso yo, y que, por mí parte, yo no amaba a nadie. Pero, descubrí que en realidad, esa regla viciosa de tres, no es verdad. Yo te amo, y a mis hijas también.

YoonGi sonrió, dejando un par de repetidos besos bajo la oreja y cuello del alfa. Él también agradecía ser salvado, porque desde hace mucho pensaba que era así: Jimin lo había rescatado desde el principio.

-No tienes que hacerlo, alfa. Me hace muy feliz haberte conocido aquel día.

-Te amo, omega-susurró-. Te amo mucho.

Todo lo que habían pasado juntos, aquellas noches de insomnio, de llantos y suspiros: finalmente, la historia era feliz.

Porque, ¿final?. No. Ese a penas era el comienzo .

Tengo demasiados sentimientos encontrados, les juro que estoy llorando 😭

Aun quedan algunos extras que quiero mostrar, ya que el salgo de tiempo fue grande, pero en definitiva, "Regla de 3 simple" termina hoy 30 de Abril, a las 05:32am.

Gracias por tanto amor💜

©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5 |30042024

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