❝ 𝐃𝐄𝐒𝐂𝐔𝐈𝐃𝐀 𝐓𝐄 𝐏𝐑𝐎𝐓𝐄𝐆𝐄𝐑𝐄 ❞

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〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟒 ☼︎༄.✰ 〙

—– fuerte —–

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LA MENTE DE LÍA ESTABA COMPLETAMENTE APAGADA,
todo era oscuridad y silencio. Parecía estar en una especie de transe pero ella estaba dormída.

Cuando creyó que todo era una pesadilla pudo oír voces a lo lejos, voces que no recordaba pero sabía que venían de un sitio.

Cuando menos lo esperaba
la oscuridad que la rodeaba se esfumó dejando el lugar lleno
de una luz blanca que la cegó.

Unos segundos después cuando sus ojos se acostumbraron a la luz la castaña miró con confusión el lugar donde se encontraba. Era una especie de hospital o algo así.

Al verse en un lugar que no conocía y sola se asustó. Hizo un esfuerzo por tranquilizarse sin embargo su mente solo repetía una cosa: estás en peligro.

El sonido de unos pasos a lo lejos llamó su atención al instante al igual que unos ligeros gritos de fondo que lograban escucharse.

A lo lejos observó como un hombre de apariencia mayor y
una pequeña niña de entre unos cinco o seis años se acercaban precisamente a dónde estaba.

No podía reconocer a ninguno de los dos pero al estar muy cerca de ellos sintió una extraña sensación emanando de aquella pequeña.

El hombre parecía mayor de
edad algunos treinta o cuarenta años tenía arrugas, los ojos hinchados e rojos y era calvo.

La niña era castaña con unos hermosos ojos color verdosos que reflejaban miedo, tenía un rostro infantil con mejillas rosadas.

—¿A dónde vamos? —preguntó
la niña curiosa, mientras seguía a su acompañante ella le sonreía.

El desconocido no respondió y siguió caminando silencio por los grandes y solitarios pasillos.

—Pronto lo sabrás.

La niña hizo una mueca aburrida y siguió caminando a su lado.

Lía observaba atenta la escena con mucho cuidado pues se había dado cuánta de algo importante.

No era un sueño o una pesadilla al parece se trataba de uno de sus recuerdos pasados así que decidió ver que pasaba y se quedó quieta.

Ambos desconocidos pasaron
por un lado de Lía pero ella no se movió pues no fue necesario...

El sonido de unos gritos agudos desconcertó a ambas dejándolas confundidas. Se trataba del llanto de un niño, el problema es que no sabían de dónde provenía.

La pequeña se percató de
esto inmediatamente y buscó
con la mirada de dónde venían los gritos pero el hombre la calmó con un solo gesto, aunque eso no la convenció e intentó parecer tranquila y siguieron.

Llegaron a una puerta blanca como todas que estaba cerrada
y la única forma de abrirla era con una tarjeta electrónica que
el hombre saco de su bolsillo y paso por la tabla electrónica.

Pero justo en el momento
en que el hombre estaba por
girar la perilla de unos gritos
se escucharon de fondo por el pasillo rompiendo el silencio.

Al instante ambas chicas se giraron.

Lo primero que vieron fue una puerta abierta que dejaba ver en su interior a un niño vestido con una bata azul de hospital que llevaba un vendaje en su cabeza.

El niño corrió afuera de la habitación tropezando un par de veces intentando escapar de dos enfermeras que lo sujetaban pero él no quería que nadie lo tocará.

Lía miraba igual de asustada y espectante al pequeño al igual que la niña ojiverde, podía ver como el niño caía un par de veces y se negaba a que esas mujeres lo ayudarán a levantarse.

De manera repentina el chico se puso de pie como pudo e intentó correr. Sin saber el por que corrió hacia la niña quien seguia igual de inmóvil observando todo.

El niño se detuvo frente a la pequeña castaña, cayendo en
el intento mientras dos mujeres venían directamente a ellos.

Lía veía asustada la escena, quería ayudarlo o tal vez detener a las enfermeras para que dejarán en paz al pequeño pero era solo un recuerdo probablemente lo que hiciera ellos no podrían verlo.

La niña solamente lo miraba atónita al pelinegro que tenía enfrente. Sus ojos demostraban cuán asustado estaba.

—No entres ahí, por favor —le dijo el niño, arrastrando las palabras mientras la tomaba de los hombros ligeramente.

La ojiverde vió por fin el rostro del chico. Tenía el cabello negro, rasgos asiáticos y podría decirse que parecía ser un año mayor.

Estaba rojo de la cara por el esfuerzo y una leve capa de sudor podía apreciarse simple vista.

Sin embargo lo que lo que llamó su atención fue el pequeño punto de sangre que empezaba a brotar del vendaje que traía en la cabeza justo encima de una de sus orejas.

—¡Minho! ¡detente por favor! —gritó a lo lejos una enfermera que se apresuraba a llegar a él —. No estás en condición...

Minho.

El nombre del niño era Minho.

Lía permanecía atenta a todo. Ahora tenía la mente con dudas y se preguntaba porqué aquel chico estaba en uno de sus sueños o más bien recuerdos. Solo tenía dos preguntas bastante simples:

¿Qué papel jugaba Minho
en sus recuerdos? Y, ¿Cómo se relacionaban ambos en esto?

El hombre que acompañaba a
la niña se interpuso entre ambos pequeños, sujetando con fuerza al niño mientras gritaba y pataleaba para zafarse de su agarre pero el hombre era fuerte por lo visto.

—¡No dejes que lo hagan en ti! —gritó el pequeño Minho, peleando con el hombre en un vago intento de liberarse del fuerte agarre.

La niña realmente parecía estar confundida y más que nada aturdida por todo lo que estaba ocurriendo. No hablaba para nada ni reaccionaba, solo podía balbucear tontos monosílabos sin sentido ya que las palabras de algún modo estaban atascadas.

—¿Qué está... pasando? —logró cuestionar la niña con esfuerzo ya que salir del trance fue difícil.

—¡Están poniendo cosas en nuestras cabezas! —explicó entre gritos, observandola con terror —. ¡Dijeron que no dolería, pero si lo hace! ¡Duele! Son un montón de mentirosos...

Las palabras del niño se vieron interrumpidas cuando una de
las enfermeras le inyectó algo en el cuello que hizo que su cuerpo poco a poco perdiera fuerza quedar completamente suelto.

En cuestión de segundos cayó al suelo pero una de las enfermeras lo sostuvo justo a tiempo.

—¿Qué le hicieron? —exigió saber la niña desesperada al verlo desmayado-. ¡Hablen ahora!

Pero ninguna de las dos mujeres se detuvieron a darle respuestas, solo tomaron el pequeño cuerpo desmayado de Minho y siguieron en su dirección ignorandola.

La niña estaba a punto de salir corriendo en ayuda del pequeño asiático pero el hombre que iba con ella la detuvo tirando de una de sus muñecas impidiéndole ir.

Por supuesto que ella hizo un gesto de disgusto ante aquel cruel acto, ella solo quería ayudarlo.

—¡Déjame, él me necesita! —gritó molesta la niña intentando zafarse de su fuerte agarre pero él se negaba a dejarla ir.

—Amelia, no es el momento —comentó el hombre, haciendo un gesto de cansancio —. Él estará bien te lo aseguro solo está... teniendo una reacción a la anestesia.

A pesar de que la vista se volvía borrosa y distorsionada entendió lo que pasaba. Era ella pequeña y Minho, ese tonto chico sarcástico.

Fue entonces cuando Lía supo perfectamente lo que era, uno de sus recuerdos pasados. Aún no descubría lo que la única con el tal Minho pero pronto lo sabría.

Intentó proteger a Minho pero no pudo y eso la hacía sentir como una cobarde.

Al despertar Lía estaba empapada de sudor y para su sorpresa con lágrimas saliendo de sus ojos, su respiración estaba algo agitada seguramente por lo que habia visto en su mente.

Tenía miedo, todo lo que había presenciado era a una pequeña Lía miedosa e indefensa que no sabía cómo actuar.

Seguía sin entender exactamente que podía significar pero por lo visto Minho era parte importante para ella en su vida pasada.

Durante un par de minutos se quedó sentada en la cama algo pensativa sobre aquel recuerdo, tratando de encontrar algo más pero su mente no le ayudó más.

Pudo notar a simple vista como el lugar empezaba a iluminarse puesto a qué los rayos del sol una vez más entraban por la ventana.

Apresuradamente se puso sus botas negras para luego atar las cintas de estas y una vez lista se dirigió a la puerta de la cabaña.

Al abrir la puerta una brisa de aire frío la recibió como todos los días anteriores, acompañada de un olor a hierba fresca.

Examinó cautelosamente el lugar y como supuso aún era temprano para que los habitantes iniciarán con sus respectivos trabajos. Los únicos en pie eran los corredores.

Así que caminó en dirección a
las puertas para darle los buenos días a los corredores y de paso despedirlos. Podría decirse que esto iba a ser una costumbre.

Cómo iba acercándose a las puertas los vió bien. No supo el por qué no se impresionaba de ver a Minho y Ben parados en la entrada al laberinto. Ambos eran los que más madrugadan.

—¡Ey, chicos! —saludó Lía haciendo un ademán con su mano conforme se acercaba.

Ben fue el único que pareció reaccionar a su saludo, Minho por su parte permanecía quieto con la mirada en los muros.

Al estar más cerca de ambos,
Ben le dió un ligero codazo a su compañero para que al menos reaccionará. Y lo hizo, pues al sentir el golpe lo miró mal.

—Hola —masculló el asiático por la bajo, sin indignarse a mirarla.

Mientras esperaban que las puertas se abrieran, Ben y Lía charlaban de cualquier cosa.

Minho los miraba de soslayo, sintiendo como la envidia fluía por todo su sistema. Algo que no entendía bien era el por qué Ben tenía que llamarle la atención.

Sus intuiciones eran dos: la primera, Ben intentaba de algún modo coquetearle y la dos que su personalidad alegre la atraía.

Vaya, pero que lío pensó.

En cuanto el sonido de unos engranajes comenzó a sonar,
Lía retrocedió cobardemente para luego cubrirse los ojos.

Ella batallaba por mantenerse
de pie con la ligera ventisca que salía de entre las puertas pero los dos chicos estaban ahí, quitados de la pena, sin preocuparse.

Cuando puso atención a lo que estaba frente a ella observó con asombro los muros ya abiertas.

Lo que llamo más su atención
fueron los pasillos dentro de éste, los cuales estaban cubiertos por enredaderas. Además estaba algo oscuro lo que era más aterrador.

Cuando los muros del laberinto se abrían de de par en par ambos chicos de prepararon para lo que estaban a punto de hacer.

—Adiós Ben —murmuró Lía un tanto avergonzada, mientras que se acercaba hasta donde estaba.

—Adiós —susurró Ben de cuenta en su oreja luego de abrazarla lo que realmente la saco de onda.

Rápidamente se separaron el uno del otro luego de unos segundos.

Estaban por irse del área con dirección al laberinto pero antes de que sucediera Minho se armó de valor para hablarle a la chica.

Le demostraré a ese shank
que no es el único hablando con chicas pensó, algo sonriente.

Así que se acercó un poco a la castaña y ahora estaban frente a frente, mirándose fijamente.

Lía permanecía estática en su sitio sin saber cómo reaccionar o que decir, nunca había sentido tantos nervios mezclándose pero ahora lo experimentaba.

—Adiós niña, suerte con las pruebas —fue todo lo que le dijo antes de ponerse en marcha.

Para cuándo Lía quiso dacirle algo, lo que fuera, tanto Minho como Ben ya corrían a lo lejos.

—Adiós Minho... —susurró para sí misma al ver como al dar una vuelta los chicos desaparecían y se adentraban por la oscuridad.

——— ✮✧☾✧✮ ———

—Sartén —llamó Lía al cocinero una vez estuvo en la cocina, lista para comer algo.

—Buenos días, Lía —habló el cocinero, mientras le ofrecía un plato con algo de comida.

Obviamente Lía se lo quitó de las manos pues realmente se estaba muriendo de hambre y comería.

—Gracias Sartén, no sé qué haría sin tí —mencionó ella, con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Por que mejor no te dejas de tanta cursilería y te vas a comer? —cuestionó igual de sonriente y hizo una seña para que se fuera.

Lía asintió y con su plato en manos de dirigió a una mesa vacía. Empezó a comer tranquila en silencio meditando lo que había recordado hace ratito.

Cuando alguien se acercó sigilosamente a ella, Lía soltó un pequeño grito al ver a Newt sentado a su lado. El chico no pudo contener la risa aunque para la castaña no había tenido la más mínima pizca de gracia.

—No fue gracioso Newt, casi me matas del susto —dijo algo enojada, cruzando sus brazos para mirarlo de mala manera.

—Lo siento, Lía. No era mi intención asustarte —hablo el rubio más tranquilo pero parecía estar un tanto avergonzado.

—Solo... no lo vuelvas a hacer.

El chico asintió con la cabeza y pronto se acercó un poco más a ella para poder alcanzar una fruta del cesto, una manzana.

Mientras Lía comía sus huevos revueltos, Newt le daba algunos mordiscos a su manzana fresca.

—Oye Newt —lo llamó la chica, logrando que la mirara —. ¿Sabes de casualidad que prueba haré hoy?

Newt se quedó unos segundos pensativo hasta que luego habló.

—Creo que con los constructores, si ahí —contestó el chico rubio, a la vez que le daba otro mordisco a su manzana —. Eso dijo Alby.

—¿Y se puede saber quién es el encargado de los constructores? —preguntó una vez más, jugando con el tenedor en sus manos.

—Gally...

—¿Qué? ¿Ese idiota? —preguntó Lía a gritos, atónita.

—Tranquilízate. No será todo el día solo la mitad, la otra mitad estarás en los jardines conmigo —respondió —. El encargado del lugar es Zart, es un buen tipo. De seguro te acoplaras rápido.

Lía no tuvo más opción más que aceptarlo y callarse. Siguió con su almuerzo, necesitaría estar cien por ciento cargada antes de que la prueba de constructor iniciará.

—Solo espero que no te claves
un dedo... —comenzó a decirle de manera burlona el rubio a la vez que hacía gestos raros y ella rió —. O le des un martillazo a Gally.

—Que graciosito Newt —comentó ella mortalmente sería, amanazandolo con el tenedor —. ¿No puedo ser tan mala... o si?

Newt hizo un mohin, pensativo. Ella le dió un codazo ligeramente cuando pareció haberlo dudado.

—Oye —se quejó Newt, sobando suavemente su brazo.

—Entonces no vuelvas a dudar de mis habilidades —respondió ella, observandolo con los ojos un poco entrecerrados —. Yo se que soy mejor que todos aquí si me lo propongo, de eso no dudes.

—Muy bien, golpeadora. Así se habla.

Alby no tardó en llegar luego de unos minutos, por supuesto que venía específicamente por ella de eso no había duda alguna.

Lía se acercó a Newt y le dió
un ligero pero cómodo abrazo que solo duró segundos antes de que la voz de Alby los obligará a separarse e irse cada quien por un rumbo diferente.

——— ✮✧☾✧✮ ———

Lía caminaba a un lado de
Alby, ambos se dirigían al área
de trabajo de los constructores donde ella haría su prueba.

No era algo que pudiera ocultar más, tenía que admitirlo la tonta prueba no le gustaba para nada.

Odiaba el hecho de que tuviera que trabajar como constructora cuando ella mejor que nadie sabía que era malísima clavando tablas o cortando madera.

Pero lo que odiaba más era que Gally fuera el líder. Después de las cosas herientes que le dijo no quería verlo ni en pintura, sabía bien que esto iba a salir mal.

La vista de la castaña estaba sobre el área. El paisaje cálido y como todos iban de aquí allá...

...hasta que la voz de Alby hizo que se sobresaltara, asustada.

—Gally ella es Lía supongo que ya la conoces, Lía él es Gally —mencionó Alby, presentándolos al estar efrente a frente los dos.

Lía sintió como un escalofrío le recorría todo el cuerpo cuando notó la mirada sombría de Gally puesta sobre ella, examinandola.

—Gally es el encargado de los constructores por lo tanto él será quién te aplicará esta prueba —continuó el líder, haciendo que saliera de sus pensamientos. Espero que trabajen bien. Lía tú obedece y tú Gally por favor intenta ser algo menos... rudo es solo una novata recuerdalo.

Gally asintió a regañadientes
al igual que Lía; el líder sonrió convencido y comenzó a caminar al área para comenzar su labor como líder, dejándolos solos.

—Bien novata, hora de trabajar.

Lía asintió haciendo una mueca de molestia pero para su suerte el chico no se percató de ello y así siguieron caminando lejos.

Gally iba guiandola y ella solo
lo seguía en silencio unos pasos más atrás. mientras observaba hacia el lugar al que iban.

Luego de varios minutos caminando por el área sin un rumbo definido, Gally se detuvo en seco y la castaña lo imitó.

Frente a ambos había una pila
de tablas dispersadas por todos lados. Gally comenzó a recoger algunas de estas mientras Lía lo miraba sin saber que hacer.

—¿¡Qué esperas, novata!? —preguntó Gally con cólera, una vez se percató de su mirada —. ¡Trae tu miertero trasero aquí y ayúdame de una jodida vez!

En cuanto las palabras llegaron
a sus oído no hizo falta que Gally lo repitiera pues en segundos la chica acato la orden. Lo peor fue tener que ir de regreso al área de los chicos constructores.

El peso de las tablas no ayudaba. Lía estaba algo débil ya que sus heridas aún no sanaban del todo.

Le dolía un poco el cuerpo pero aún con todo eso no se detuvo y siguió caminando con las tablas entre sus manos, tenía que hacer lo que le habían ordenado si no quería ser una floja o recibir un regaño mas por parte de Gally.

Unos cuantos pasos más y Lía
se desplomó al suelo, haciendo que las tablas se dispersaran por el suelo al igual que sus fuerzas.

En cuanto Gally escuchó el estruendo y vió a la novata en el suelo, rápidamente soltó lo que llevaba en manos y se acercó.

En ese momento no le importó estar tan cerca o que la chica no le agradará, tenía que ayudarla.

Se puso de cuclillas hasta quedar frente a frente y comenzó a ver si no tenía algún golpe, pero estaba en perfecto estado.

—¿Estás bien? —preguntó Gally con un suave tono de voz a lo que ella se quejó del dolor.

Era más que evidente que la castaña no se encontraba para nada bien, estaba débil y eso se podía apreciar a simple vista.

Sorpresivamente Gally ofreció su mano para ponerse de pie pero ella rechazo su amabilidad e hizo el intento de incorporarse por si sola, cosa que pudo hacer.

La chica soltó un suspiro antes de mirar a Gally, quien seguia inmóvil tratando de asimilar lo que pasó.

—Creo... Creo que estoy bien —logró articular más tranquila, antes de sonreírle a Gally —. Gra-gracias... por ayudarme...

El constructor desvío la mirada a otro lado algo avergonzado de su comportamiento con la castaña.

Solo por un momento dejó de odiarlo.

Gally se sentía extraño por haberla ayudado cosa que no quería ni planeaba hacer pero lo había echo y no podía evitarlo.

Ahora se sentía avergonzado y
de cierto modo alguien débil.

—Sigamos.

——— ✮✧☾✧✮ ———

Después de unos cuantos minutos caminando con esas pesadas tablas por fin habían llegado hasta el lugar donde trabajaban los constructores.

Lía dejo por ahí las tablas que llevaba cargando, liberando el peso enorme que llevaba.

A su alrededor veía cientos de tablas no tan ordenadas, madera recién cortada y herramientas de construcción al igual que aserrín.

Había más de diez chicos por
el lugar caminando de un lado a otro con tablas y martillos.

No le quedo más que solo ver cómo trabajaban con la intención de que se le quedabá algo.

—¡Muévete niña! —le gritó uno de constructores, pasando por un lado suyo con varias tablas.

Irritada, Lía se obligó a si misma a moverse del lugar para ya no estorbrales a los constructores.

Ahora entendía por qué los constructores y Gally se llevaban tan bien, aquí todos tenían una miserable actitud de mierda.

—Ven novata, tenemos trabajo que hacer —informó Gally a Lía sacándola de su transe, a lo que asintió y comenzó a seguirlo.

No les tomó mucho tiempo llegar a una zona algo, por así decirlo, alejada del resto de constructores y de cierto modo era perfecto.

Gally tomó las herramientas para construir y unas tablas para luego comenzar a trabajar con la madera como todos los días.

Lía supuso al instante que lo mejor era observar en silencio,
al parecer la prueba comenzó.

—Pon mucha atención porque no pienso tener que repetirlo ¿entendido? Hoy vamos a hacer unas mesas para el comedor.

La castaña sasintió con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios e intento poner atención para ver si algo se le quedaba.

Gally no tardó en comenzar a trabajar con la madera mientras le explicaba lo que que cada mes solía decirle a todos los novatos.

Lía se concentraba en lo que Gally le decía, intentaba prestar atención pero de un momento a otro su mirada cambio.

Observaba atenta a un chico, era curiosamente rubio y... era Newt.

El chico se encontraba haciendo su trabajo en los jardines, parecía no haberse percatado de que ella lo veía y solo seguía con lo suyo.

De un momento la voz de Gally se había convertido en el sonido de fondo mientras tanto Lía veía atenta los movimientos de Newt.

Se sentía estúpidamente boba, como si estuviera hipnotizada por alguna extraña razón.

Estática observaba al rubio trabajar, no sabía exactamente porqué pero no podía apartar su vista de aquel muchacho.

El chico realizaba su trabajo en los jardines, estaba quitando las malezas de las plantas y demás.

Su mente se volvía un torbellino de sensaciones cuando veía los gestos que hacía o cuando movía sus brazos al decubierto.

Eso es tan... ¿sexy? pensó.

No podía dejar de verlo. Newt
seguía con lo suyo cuando sus miradas de cruzaron sin pensar.

Newt vió a la castaña, quien se encontraba a varios metros de él. Estaba claro que ella seguía en su prueba con los constructores.

Con una sonrisa en sus labios alzó una mano para saludarla cosa que ella le correspondió.

Lía reaccionó moviendo una de sus manos en un amable gesto de saludo, estaba bastante nerviosa.

Igual de nerviosa se giró hacia Galy, en un vago intento de saber en qué rayos de había quedado.

Eso había sido una experiencia vergonzosa y bastante tonta. Se preguntaba por qué había echo algo así, se concentró tanto en el joven que no le prestó atención.

Newt una distracción para ella, y aunque no quisiera admitirlo ese chico la hacía perder la cabeza.

Su vista estaba en Gally sin embargo su explicación había terminado y ella no tenía ni la más mínima idea de que hacer.

Lo único que sabía es que la
cara bonita de Newt no le iba a servir de mucho en la prueba.

—Espero pusieras atención. Ahora te toca a tí —dijo, dándole un martillo y algunos clavos para que comenzará con su trabajo.

Lía confundida y algo nerviosa tomó las herramientas que Gally le dió. Solo de quedó en silencio meditando como haría la mesa si ni siquiera sabía cómo empezar.

—Suerte —murmuró Gally, antes de ponerse de pie y caminar con los demás —. Vuelvo más al rato.

Lía miró las herramientas que tenía entre sus manos y luego las tablas. La prueba había iniciado y ella tenía que demostrar que podía hacer más de lo que creían.

——— ✮✧☾✧✮ ———

Después de varias horas de arduo trabajo, Lía terminó la mesa que Gally le pidió.

Sin saber cómo ella decidió hacerla por su propia cuenta, rebuscando en su cabeza porlo menos algo que le ayudará.

Y por fin había terminado su trabajo.

No lucía tan bien pero al menos se le podía llamar mesa, era obvio que apenas se enseñaba.

Lía se incorporó del suelo, sudorosa y cansada pero tan orgullosa de su creación.

Con ayuda del dorso de la mano retiro la fina capa de sudor que se creó en su frente, mientras que observaba la mesa frente a ella.

Ya había pasado un buen rato por lo que Gally venía a ver qué

tal le había ido a la chica en su primer intento. Fue claro en su explicación por lo que esperaba que su creación fuera un éxito.

—¿Qué es eso? —preguntó Gally sorprendido, acercandose a la chica ojiverde —. ¿Es que acaso no pusiste atención?

Lía no respondió solo miró hacía el suelo avergonzada. Tenía razón no había puesto suficiente atención y ahora todo le había salido horrible. Era una basura.

—¡Una cosa, te dije una sola cosa! ¿Era mucho pedir que me escucharás? ¡Respóndeme! —le gritó irritado a la castaña, que seguía en silencio asustada.

Lía sabía que las cosas no saldrían bien pero tenía que aceptar las consecuencias.

Gally tenía razón, una cosa le había pedido. ¿Y que había echo ella? Fácil, no poner atención.

Gally siempre había tenido la razón, ella no estaba lista para ser un constructor. Tal vez ni para el área estaba lista.

—Pe-perdón yo... —se disculpó entre balbuseos, avergonzada.

—Eres una verdadera idiota —soltó el constructor, mirándola con un ceja alzada —. ¿Qué todo lo haces mal?

—¿Disculpa? Al menos hice mi mejor esfuerzo —contratacó Lía molesta, acercándose a él con un aire de peligro —. ¿Y tú? ¿Qué es lo que haces? Solo criticarme.

—Cierra tu boca de una vez —masculló entre dientes, a la vez que se cruzaba de brazos y veía a otro lado —. Lo único que hago es decirte la verdad pero parece que eres estúpida para verlo.

Las palabras de Gally dolían, pero Lía no se dejaría intimidar tan fácil se había prometido que no dejaría que la tratarán como una basura así que tenía le iba a demostrar a ese tonto que ya no le tenía más miedo. No más.

Hizo un gran esfuerzo para mantenerse en calma así que tomó un respiro y comenzó a hablar tranquilamente.

Después de todo las cosas se solucionan hablando como dos personas maduras.

—Perdón, tienes razón. ¿Pero qué tal si en lugar de insultarme mejor comenzamos de nuevo? —propusó la chica, esbozando una pequeña sonrisa algo forzada.

Gally no cambio su postura, seguía mirándola igual o tal vez peor que al inicio. Al parecer él no estaba dispuesto a terminar esto así como así.

¡Inmaduro! Grito su subconsciente.

—No me esforzaré enseñándote algo en lo que es una completa basura —pronunció cruzado de brazos, mirándola con desprecio —. Admítelo, no sirves para esto.

—¿Por qué eres así conmigo? —
preguntó Lía dando un paso más al frente, sintiendo lágrimas salir de sus ojos —. ¡Desde que llegué a este lugar no has echo más que hacerme sentir como la mierda, suficiente tengo con no conocer a nadie y ser la única mujer aquí como para que crees que solo por ser nueva aquí puedes tratarme como se te de la maldita gana!

—No me agradas, a nadie le caes bien —contestó simple, mientras se encogía de hombros —. Crees que eres alguien importante pero en realidad sólo eres una maldita chiquilla intentando ser valiente. ¡Lo único que haces es arruinar todo, ahora... fuera de mi vista!

Lía se detuvo, todo en ella lo hizó al escuchar esas palabras salir de la boca del chico.

Retuvo las lágrimas que querían salir a flote, no quería que nadie la viera llorar porque no era una debilucha y jamás lo había sido.

Gally comenzó a caminar ignorando los llamados de Lía, quien intentaba que la escuchará ya que esto no había terminado quería una jodida explicación.

—¡Gally! —lo llamó Lía, pero él seguía caminando —. ¡Gally! ¡Oye, te estoy hablando!

Con cada paso que daba todo iba tomando un distinto rumbo, Gally sabía que no iba a terminar bien. Esa irá era incontrolable, ni él mismo sabía el porqué estaba actuando de esa manera.

Apenas si la conocía y ya la odiaba, todo en ella le parecía raro y desagradable. Había algo diferente en ella que todavía no lograba entender muy bien.

Sus palabras empezaban a
hacer eco en la cabeza de Gally y no podía seguir conteniendose.

Gally se detuvó en seco dejando a una Lía la realmente confundida unos cuantos pasos más atrás.

Se acercó a ella peligrosamente
y la miro directamente a los ojos.

Los ojos de Gally reflejaban una furia descomunal mientras que la pobre Lía parecía asustada.

—¡Eres un maldito fastidio, dejame en paz! —le gritó con cólera, logrando que ella por unos segundos retrocediera.

Controlado por la furia y la cólera, Gally alzó su mano con la intención de golpearla.

Quería detenerse pero algo dentro de él parecía estar siendo contralado.

La chica estaba tan asustada que no podía ni siquiera mover ni un solo músculo o incluso gritar.

No podía reaccionar. Solo
vió como Gally estaba a punto
de golpearla con brutalidad.

——— ✮✧☾✧✮ ———

Mientras tanto, Newt rondaba por la zona de los constructores —entre ellos su amiga Lía —así que decidio ver qué tal trabajaba.

Sin embargo al escuchar varios gritos supo que algo iba mal por el lugar y se preocupó aún más.

Como pudo fue siguiendo el sonido de los gritos hasta que dió con los chicos de la discusión.

A lo lejos vió a Gally a punto de soltarle un golpe a la novata, algo que le molestó profundamente.

Con un rápido movimiento el rubio detuvo el golpe de Gally, estuvo a punto de liberar su furia había el agresor sin embargo no era algo que permitieran aquí.

—¡Tú vuelves a querer ponerle una mano encima y haré que te destierren! —amenazó Newt, a la vez que lo soltaba para alzar su dedo índice —. ¿Quedó claro?

Gally se desconoció por un momento. No podía creer lo que estaba pasando, jamás se había comportado asi. Estaba avergonzado de si mismo.

Sin decir nada más, Gally salió lo más rápido que pudo de ahí. No quería ocasionar más problemas, no quería herir más a la castaña.

Parecía que lo comprendió, no solo hirió sus sentimientos si no que casi la hiere físicamente.

Tendría que disculparse sinceramente con ella. Pero por el momento lo mejor era no hacerlo. Estaba claro que después de eso Lía lo odiaria.

Lía seguía en su sitio estática y sobre todo asustada por todo lo que acababa de pasar con Gally.

Newt se acercó un poco a ella para reconfortarla o al menos intentar calmar sus nervios pero en menos de que lo hiciera Lía se abalanzó sobre sus brazos y comenzó a llorar en su pecho.

Newt tardó en corresponder al abrazo pero cuando lo hizo la abrazó fuerte y a acaricio su cabellera en son de confort.

—Descuida, te protegeré -susurró
Newt, depositando un suave beso en su cabellera —. Estás a salvo.

——— ✮✧☾✧✮ ———

Después de la discusión con Gally, Lía no quiso terminar la prueba de los constructores así que Newt la llevó a los jardines.

—Sigueme novata, harás la prueba —explicó Zart, el líder de los jardines, una vez estuvieron en el área de trabajo.

Lía asintió y pronto su prueba inició. Pero antes que nada Zart, se encargó de ponerla al tanto de cómo se trabajaba en este lugar.

Tal vez no era tan difícil pero para un novato era complicado. Sin embargo Lía estaba lista para terminarla y demostrar que ella también podía ser uno de ellos.

Una vez estuvo lista comenzó a trabajar con los demás chicos en los jardines. Ahora que ya sabía como debía de hacerlo lo hizo.

Lía se sentía más tranquila yfeliz de hacer algo que era fácil, no tenía que martillar tablas o matar cerdos inocentes así que todo estaba llendo maravilloso.

Lo que realmente parecía alegrarla era el simple hecho de que su amigo trabajaba con ella y le hacía compañía.

Mientras Newt se encargaba de quitar la maleza de las plantas, Lía recolectaba frutas y verduras que había en los huertos para llevarlas hasta la cocina.

Era algo fácil o al menos eso creyó Lía cuando las recolectó, lo peor vino cuando que cargar los pesados cestos con todo dentro.

Lo que si sorprendió al rubio fue como su amiga controlaba la situación en la que estaba.

Pudo haber perdido la paciencia pero en lugar de eso solo tomo un respiro y continúo hasta que lo logró. Eso lo enorgullecía.

Si seguia así podría llegar a ser una excelente jardinera de eso estaban seguros. Pues todo iba perfectamente excepto por varios de los tropezones que dió la castaña al intentar ayudar.

Pero libre de eso la chica podría ser jardinera, probablemente mejor que algunos de los chicos que tenían ese puesto en el área.

Pero después de todo solo era la prueba pronto llegaría el día de saber que era lo que mejor se le daba y ese sería su trabajo.

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CUARTO CAPÍTULO EDITADO

¡Holap! Aquí yo Fer reportándome con un cap listo. Espero les guste ((: ¿Que tal la edición y el capítulo?¿Recuerdo con Minho? Esto me huele a misterio. Quiero ver sus teorías...

Ya saben no hate a Gally,
osea yo también lo quiero estrangular pero... pss no verdad. A su tiempo sabrán el porque de su actitud y de todo así que paciencia😼

He visto muchos comentarios ya
sea insultando a Gally o llamando a Lía llorona y demás. ES FICCIÓN, NADA EXISTE. ELLA NO EXISTE, GALLY TÁMPOCO. Solo ponganse en su lugar, solxs, en un lugar donde no conocen a nadie y no recuerdan ni quienes son y recibir malos tratos. ¿Quién no lloraria de la impotencia?

Recuerden votar 🌟 y
comentar 💬 háganme saber sus opiniones del fic SIN HATE CLARO :/ Eso es todo hasta aquí mi reporte Joaquín KAKAJAJA nos leemos en el próximo capítulo besitos (｡･ω･｡)ﾉ♡