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|𝟒𝟓| ➟ 𝐄-𝐦𝐚𝐢𝐥。

Minju había leído más de diez veces el mismo mensaje tan breve. No podía creer que una sola palabra podía alterar todo su día, durante el resto del día intentó seguir con su trabajo pero fracasó miserablemente. En su mente vagaba la loca idea de contestarle pero otra parte de ella le decía que dejara todo así, que lo único que haría sería meterse en problemas.

Pero ella ya está divorciada.

Agitó su cabeza como si de esta manera ese pensamiento desapareciera de su cabeza. No podía creer que a sus ya treinta años aún tenga este tipo de problemáticos descontroles cuando se trata de Chaewon, y aún peor cuando ni siquiera se trataba de una interacción frente a frente.

¡Rayos!

Ahora se encontraba frente a su computador con ese e-mail abierto y estaba dispuesta a contestar con la misma sencillez con la que Chaewon le había mandado ese mensaje.

Había preparado a su mente y a su corazón, les había impuesto una regla: nada de ilusiones.

Llenó de aire sus pulmones y tecleó la misma palabra.

— Al carajo todo — dijo antes de presionar el botón de enviar.

Cuando Chaewon recibió la respuesta no puedo evitar levantar su puño en el aire en señal de victoria, podría saltar por toda su oficina pero eso le parecía algo infantil y reprimió ese acto.

Leía ese "Hola" una y otra vez, durante todo el día. Todos sus pensamientos estaban inundados solo por eso y algunos de sus colegas llegaron a cuestionar si se encontraba bien, Chaewon le afirmaba que sí, pero estaba mintiendo, estaba más que bien.

Necesitaba contestarle lo más pronto posible pero prefería esperar a llegar a su casa, necesitaba un lugar donde se pudiera concentrar y el trabajo no era el lugar ideal.

Ya llegada la hora; llegó corriendo a su casa y volvió a abrir el e-mail, desde hace varias horas estaba desesperada por contestarle. Había practicado toda la tarde dentro de su cabeza pero era muy distinto con planearlo que hacerlo, y ahora estaba con sus dedos colocados en distintas teclas pero no se movían, su cerebro parecía estar congelado.

¡Por qué siempre es tan difícil!

Esto parecía ser otra noche de desvelo, pero a su cuerpo no parecía importarle si era para contestarle a Minju, ni siquiera le importaba aun cuando terminara escribiendo una sola palabra como la última vez. Chaewon se animaba a escribir lo que en verdad sentía, pero lo borraba cada vez que pensaba que todo eso era demasiado precipitado y que solo terminaría asustando a Minju y haciendo su relación más complicada de lo que ya era.

Todo un dilema, escribir lo que siente o hacer caso a su cabeza. Luego de hacer todo un ritual escribió y envió un nuevo e-mail a Minju.

— Espero no equivocarme esta vez.

Ya era de madrugada y Minju se encontraba trabajando en su pequeña oficina en casa, por culpa de ese maldito correo de Chaewon, no había podido hacer su trabajo durante la tarde y ahora tenía que terminarlo.

— Por fin — dijo escribiendo la última palabra en su trabajo.

Después de guardar su proyecto, estuvo a punto de salir de su oficina cuando recordó a Chaewon, vió la hora en su reloj.

— ¿Estará despierta? — susurró para sí misma.

Se quedó viendo su escritorio donde estaba su computadora y no logrando resistir la tentación regresó y revisó su correo.

En su cara se formó una sonrisa al ver en su bandeja de entrada un e-mail de Chaewon, después de haber celebrado abrió el correo.

Kim Chaewon:
¿Cómo has estado?

Al ver lo formal que era Chaewon en su escritura le provocaba ternura. Esta vez sin pensarlo tanto, Minju contestó.

Chaewon se sorprendió al ver la pronta respuesta de Minju, y con su corazón latiendo rápidamente lo abrió.

Kim Minju:
Muy bien, gracias. Me he sorprendido por tanta formalidad. ¿Cómo has estado tú?

Cuando terminó de leerlo casi se desmaya, no podía creer que ella haya terminado con la sobre carga de tensión entre las dos así de fácil. Sintiéndose más segura comenzó a escribir con rapidez.

Minju no tuvo que esperar mucho para recibir una refutación y su corazón se llenó de emoción al leer la respuesta de Chaewon.

Kim Chaewon:
Me alegro que estés bien. Estaba nerviosa, pensaba que no me contestarías. ¿Qué haces despierta tan tarde? Son casi las dos de la mañana

Minju sintió como si un enorme muro que estaba entre las dos estaba siendo destruido a cada palabra y mensaje que se mandaban, estaba consiente que aún tenían algo de resentimiento pero ella estaba más que dispuesta arreglar las cosas después de todo fueron más las cosas felices y agradables que las desagradables que compartieron las dos.

Dejó sus recuerdos a un lado y se concentró en el presente, y eso quería decir que volvió a contestarle a Chaewon.

Esta vez la respuesta de Minju había tardado más y por unos instantes Chaewon pensó que se había arrepentido de hablar con ella y que simplemente la ignoraría como lo había hecho durante este tiempo.

El oxígeno volvió a entrar correctamente a sus pulmones al ver su bandeja y encontrarse con el nuevo mensaje.

Kim Minju:
Estaba trabajando (estúpidos guiones) ¿Por qué pensaste que no te contestaría?

Chaewon acabó de leer su mensaje y su mente estaba en blanco, ¿debía evitar la pregunta o contestarle con la verdad?

Chaewon sabía que Minju estaba consiente de ello, porque ella pensaba así, pero quizás aun así quería que se lo aclarara. Tal vez era la oportunidad de arreglar las cosas, pero tenía miedo, el tan solo pensar que era el momento de enfrentar las cosas le hacía erizar la piel, pero era algo inevitable hacerlo y el darle vuelta a las cosas solo lo empeoraría.

Con sus manos temblando comenzó a presionar las letras creando un mensaje que podría arreglar o empeorar las cosas.

Kim Chaewon:
Pensé que no me contestarías por todas las cosas que hice en el pasado; te hice daño y cosas bastante bajas, y estoy arrepentida de eso. Quizá no sea el medio ni momento adecuado pero desde hacía tiempo he querido disculparme contigo y por mi estúpida cobardía no me atrevía.

Minju quedó impactada por la confesión de Chaewon. Jamás pensó que fuera a sincerarse tanto cuando ella le preguntó, eran tantas emociones desatadas en un solo instante que por un momento pensó que la habitación estaba dando vueltas.

Realizó varias respiraciones profundas y comenzó a escribir la respuesta que al terminarla la hizo sentir como si una nueva Minju con nuevas fuerzas y energías estuviera ahora frente aquella computadora.

Kim Minju:
Sí me hiciste daño y mucho, te mentiría si te dijera que ya no me duele. Pero yo también te hice daño y también es momento de pedirte disculpas, ambas cometimos estupideces y las pagamos caro y quiero que sepas que te perdono. Pero si me gustaría saber, ¿Por qué hiciste eso conmigo la noche antes de que te mudaras a Seúl?

Chaewon aún seguía procesando cada palabra, si tenía miedo de escribir el mensaje anterior, ahora tenía más miedo, pero ahora menos que nunca podía echarse para atrás, tenía que ser valiente y decirle la verdad, aun cuando quizá estuviera abriendo viejas heridas trayendo a su mente los viejos recuerdos llenos de dolor.

Ya no quería herirla más, pero era necesario y lo más justo que ella supiera la verdad, con un último suspiro comenzó a escribir.

Kim Chaewon:
Estaba siendo egoísta, y lo admito con mucha vergüenza, pensaba que jamás te volvería a ver y por eso fui a tu casa con toda la intención de pasar la mejor noche de mi vida junto a ti. Sé que eso no me justifica, fui muy estúpida y haría lo que fuera para poder remediar semejante estupidez. Y tú también me hiciste daño y te perdono, las dos nos hicimos daño porque no supimos manejar bien las situaciones simplemente hacíamos lo que pensábamos que era lo correcto y nunca pensamos en el daño que nos hacíamos.

Minju tenía lágrimas en los ojos. Cada palabra, aunque estaba en una pantalla, sentía que estaban llenas de sinceridad, era como si todas esas palabras que querían decirse desde hace tiempo por fin hubieran salido.

Estaba sollozando pero no era porque estaba triste o dolida, era todo lo contrario estaba conmovida y todo esta carga emocional que la atormentó por años por fin la hubiera dejado en paz.

Sí, era exactamente eso lo que sentía, sentía paz, jamás se había sentido así. Siempre había hecho las cosas a escondidas o con arrepentimiento, y por fin había llegado el día en que las cosas comenzaban a tomar su lugar.

Los días siguieron su curso y los mensajes entre las dos eran más frecuentes, habían días en los que solo charlaban de cosas triviales: se contaban lo que sabían de sus viejas amigas, los nuevos integrantes, los pequeños de sus amigas que poco a poco dejaban de ser, incluso compartían fotos.

Ambas compartían esa sensación de como los sentimientos volvían más fuertes que nunca, sentían esa sensación de cosquilleo en su estómago y la aceleración del ritmo cardíaco.

Pero aún había algo por resolver. Y siendo la persona más obvia del mundo, Chaewon se atrevió a resolver aquella duda que la había dejado sin dormir dos noches seguidas.

Kim Chaewon:
¿Aún sigues con tu novia?

Al recibir este mensaje Minju no hizo otra cosa más que carcajearse y respondió.

Kim Minju:
Sí, tenemos casi cuatro meses, estoy muy feliz.

El corazón de Chaewon estaba completamente roto. Sabía que no debía hacerse ilusiones y aunque solo era su novia, ella no se sentía con el derecho de perturbar esa felicidad.

Llegó un nuevo mensaje de Minju, y con lágrimas en los ojos y sollozos ahogados lo abrió.

Kim Minju:
Es una broma, no tengo novia. Les dije eso a mi familia porque ya estaban consiguiéndome una nueva pareja, y ese fue el mejor método de ahuyentar pretendientes indeseables.

Ya había pasado un día desde que Minju le mandó el mensaje a Chaewon y esta no le había contestado.

Se habrá enfadado.

Minju comenzó a escribir un nuevo mensaje de disculpa, quizá había cometido un error al intentar bromear con ella de esa manera.

Antes de que enviara el mensaje se dió cuenta de que había un nuevo mensaje de Chaewon, apresurada lo abrió.

Kim Chaewon:
No vuelvas a jugar con eso. Algo que me dolió mucho fue perderte por culpa de mis estupideces y creo que aún estoy a tiempo de remediarlo. Te soy sincera, te extraño y quiero verte, necesito hacerlo, por eso tomé la decisión de ir a buscarte, si es que aún eso es posible. Esta vez voy hacer las cosas bien.

Minju leyó como veinte veces el mensaje y aún sentía que su corazón se alteraba al releer cada palabra, su teléfono vibró y vió que era un mensaje de su padre.

Papá:
Minju, necesito que vayas a recoger a tu hermana al aeropuerto. Su vuelo llega en un hora, lamento molestarte pero uno de los neumáticos de mi auto está completamente desinflado.

Minju:
Está bien papá, la recogeré.

Niki me acompañó al aeropuerto y estuvimos sentados en una cafetería durante dos horas solo porque el vuelo se retrasó.

Cuando por fin el vuelo aterrizó, Niki y yo nos acercamos hasta la zona de desembarque. A los cinco minutos vi a Tzuyu arrastrando sus maletas y con su deslumbrante sonrisa de siempre.

Ella corrió lo más rápido que le permitían sus maletas y nos abrazó en un solo movimiento a mí y a Niki.

— ¡Los extrañe tanto, mírate Niki, qué grande estás! No puedo creer que seas tú. Y tú hermanita, esas arrugas ya se están notando.

— Dramática. Mira quién habla — le contestó Minju

— ¿Viniste a recoger a alguien más?

— No, papá me mandó a recogerte, uno de los neumáticos de su coche no funciona. ¿Por qué lo dices?

— Porque ahí viene Chaewon.

Minju giró para ver a donde su hermana apuntaba y efectivamente era Kim Chaewon la que se acercaba a ellos. Ella sonreía y Minju estaba congelada en su lugar, mientras Tzuyu y Niki corrían a abrazar a Chaewon.

Cuando sus piernas reaccionaron se acercó a Chaewon, quién sin perder el tiempo la abrazó fuertemente.

— He venido por ti...— susurró la mayor al oído de Minju.

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