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|𝟏𝟒| ➟ 𝐋𝐚 𝐏𝐬𝐢𝐜𝐨𝐥𝐨𝐠𝐚。

Era hora de regresar a casa y como siempre mi madre hizo una emotiva despedida, incluso parece como si jamás me volviera a ver. Mi manager me llamó de urgencia y me hizo volver unas horas antes de lo previsto, parece que mi supuesta celebración por la nominación tendrá que esperar.

Llegué directamente a las oficinas de Woolim, parece que esto es demasiado importante que no puede esperar.

— Por fin llegas. — dijo mi manager recibiéndome en su oficina

— ¿A qué se debe tanta insistencia de que esté aquí?

— Necesitamos que te realices varias pruebas físicas y psicológicas — dijo entregándome una hoja.

— ¿Por qué?

— La asociación de protección a los trabajadores y derechos humanos, está técnicamente sobre la SM y JYP, y ahora quieren inspeccionar la YG y CUBE y por ende WOOLIM. Quieren estar completamente seguros que estamos trabajando bajo horarios que ellos establecen y sobre todo que a los artistas no se les daña psicológicamente para que no abandonen la empresa. No tienes mucho por qué preocuparte, a todos en la empresa nos ha realizado varias pruebas en distintos hospitales. Tú eres de las pocas que falta.

— Sigo sin entender por qué la urgencia. ¿Acaso no pueden esperar aunque sea un solo día?

— Al parecer no. Los directivos me han presionado durante un día entero para que te hiciera volver. Debes estar agradecida de que accedieron a darte unas cuantas horas más, ellos querían que tu regreso fuera inmediato.

— Espero que con estos exámenes cierren esta maldita empresa.

— No pensaba que odiaras tanto esto.

— Amo mi carrera y lamentablemente sin esta compañía tal vez no hubiera logrado tanto, pero a veces estos imbéciles piensan que yo soy su maldita máquina de hacer dinero. Te aseguro que durante la prueba psicológica trataré de ser lo más loca posible.

— ¿Y si terminas en un manicomio?

— Bueno por lo menos ahí descansaré.

— Deja de decir tonterías. Necesito que inmediatamente te vayas a la dirección que te di en la hoja, también ahí vienen los nombres de los doctores que te atenderán y antes de que lo olvide, Mina te ha estado buscando como loca. Espero que no hayan peleado.

Esto va ser un largo día.

— No creo que sea algo tan malo.

— Como sea. Tengo que ir a las malditas pruebas y espero que no tenga que esperar tanto por mi fiesta.

— Ya la estoy organizando.

Cuando salí de las oficinas tuve que manejar hasta el otro lado de la ciudad porque justo ahí estaba el dichoso hospital. Me hicieron pruebas de todo tipo: vista, oído, reflejos, exámenes toxicológicos e incluso me hicieron trotar durante quince minutos en una banda, abdominales, lagartijas y todo tipo de ejercicios para saber qué tan buena condición física tenía y mi ritmo cardíaco.

Cuando terminó todo estaba agotada y apestaba a sudor. Después tenía que llegar al consultorio de la Dra. Bae. Una enfermera tuvo que ayudarme a llegar, el hospital era enorme, podía perderme un día entero y jamás encontrar la salida. Durante la prueba la Dra. sólo hacía unas preguntas de rutina, según me decía, aunque parece que hace preguntas bastantes personales.
Llegó a preguntarme qué tan seguido tenía relaciones sexuales. Yo solo le contesté que no muy seguido y era verdad, tengo que admitir que he visitado varias veces el club gay y más de una vez he salido acompañada, pero no es muy constante.

Durante la entrevista parecía que la Dra. encontraba graciosas mis respuestas y comenzaba a escribir en su cuaderno. La curiosidad me mataba, ¿Qué era lo que escribía de mí?

Al terminar la entrevista me despedí de la doctora y ella solo me sonrió. Parecía ser una mujer de pocas palabras, aparte de las preguntas ella sólo cruzó dos palabras conmigo y fueron "Buenas tardes", la verdad me parecía algo intimidante.

Llegué a mi edificio y creo que durante el transcurso del viaje mi cuerpo comenzó a expedir un olor más pestilente. En verdad necesito un baño, el hacer todos eso ejercicios y el calor no ayudan mucho. Al pasar por la recepción no había nadie, supongo que es cambio de turno.

Tomé el ascensor junto a mi vecina del piso superior. Ella trataba de disimular que no se cubría la nariz, pero era muy obvia, pero qué quería que hiciera ¿que no sudara o que subiera por las escaleras? La primera es imposible y la segunda es completamente injusta. Todos los vecinos deben soportar sus constantes fiestas de madrugada y ella no puede soportar un pequeño mal olor. Ahora sé porque Yuri siempre insistía en traer un anti-transpiraste en la bolsa, desde ahora seguiré su consejo.

Por fin llegué a mi piso y el ascensor se abrió dejándome salir. Al llegar a mi departamento lo primero que hice fue darme un baño de agua caliente que mucha falta me hacía. Después me recosté en el sofá mientras trataba de prestar atención a una película que estaban trasmitiendo en televisión, pero el cansancio me ganó y me quedé dormida sobre el sofá.

Los siguientes dos días tenía un dolor de espalda por haber dormido en el sofá. Era completamente soportable pero como cualquier dolor era molesto tenerlo. Durante estos dos días he estado rechazando algunas llamadas de Minju, aún sigo molesta por su actitud hacia mí, no es que esta sea la única vez que me he molestado con ella, es sólo que las anteriores ocasiones simplemente lo dejaba pasar y toda esa ira salió de una sola vez. Aunque estoy segura de que pronto la encontraré frente a mi puerta y como siempre terminaré perdonándola.

Esa misma tarde mi manager volvió a llamarme pidiéndome que fuera a su oficina, me dijo que tenía los resultados de mis pruebas y me tenía una mala y una buena noticia, sin más remedio tuve que ir para allá.

— Kim Chaewon, espero que no hayas hecho lo que dijiste que harías.

— ¿De qué me hablas?, por lo general digo muchas cosas, sé mas especifico.

— Estoy hablando de tu prueba psicológica, dijiste que tratarías parecer una demente para que cerraran la compañía.

— No lo hice ¿Por qué lo preguntas?

— Ve tú misma —dijo entregándome una hoja.

Esto debe ser una broma.

— ¿Emocionalmente inestable?, ¿Con tendencia depresiva? Deberían de revisar a la psicóloga no a mí, esto es una locura y es completamente imposible.

— ¿Qué quieres que haga? Eso fue lo que la Dra. Bae reportó sobre ti.

— Sabes que me importa un reverendo cacahuate lo que diga esta supuesta doctora. Por mí, se puede meter su reporte por el trasero.

— Parece que eso no va ser posible. La asociación de protección a trabajadores está pidiendo a la compañía que acudas a terapias y se trate de corregir tu problema, y la compañía te está otorgando sesiones gratis con el fin de no enfrentar una demanda.

— Pues dile a la compañía que se joda. No voy a ir a esas estúpidas sesiones, yo estoy bien.

— No creo que sea una opción para ti. Si no te presentas, la compañía te va a demandar a ti por incumplimiento de contrato.

— Esto es una mierda. ¿Por qué simplemente no sobornan a la psicóloga o a los de la asociación, o mejor aún, que dejen que la demanda proceda?. Diles que yo testificaré a su favor y diré que son la mejor compañía del mundo y que la psicóloga está loca o yo que sé, pero no voy a ir.

— La compañía y yo hemos intentado de todo, lamentablemente no logramos nada. Vamos Chaewon, esto no es tan difícil, sólo tienes que ir una hora todos los días, acostarte en esa camilla y decir un montón de estupideces, ¿qué tan complicado puede ser eso?

— No quiero desperdiciar mi tiempo ahí, además esa mujer es intimidante.

— Por favor, deja de ser testaruda, ¿que acaso prefieres lidiar con una demanda a lidiar con una mujer?. Además no está tan mal de ver y la empresa te dará unos días de descanso mientras estés en terapias.

— ¿Esa era la buena noticia?

— Tú querías días de descanso, bueno pues ahí los tienes.

— En verdad no puedo creer que vaya hacer esto. ¿Cuándo voy a empezar?

— Se supone que hoy mismo, pero tú tienes que poner el horario.

— Dile que a las ocho, y no me importa si ella tiene otro compromiso. Si ella falta tan sólo un día o a llega tarde, yo no regreso.

— Como digas, "jefa".

Vaya, y yo que creía que las cosas estaban mejorando, pero no me puedo quejar, así es la vida. En algunas ocasiones se presenta frente a ti, lo que yo denomino "Mis días negros", además de que he pasado por peores situaciones y por eso soy consciente de que estos "Días negros" no duran para siempre.

Regresé a mi casa y antes de cerrar la puerta alguien jaló de la puerta impidiendo que yo la cerrara, cuando me di la vuelta para ver de quien se trataba no me sorprendí al ver que era Minju la que estaba ahora frente a mí con un enorme ceño fruncido y una mirada de un pequeño cachorrito.

— ¿Podemos hablar?

— Claro que podemos, aunque tal vez yo no quiera.

— Por favor Chae, te aseguro que no tardaré mucho.

Me quedé un tiempo pensando, aunque mis pensamientos no estaban en si hablar con ella o no, en realidad estaba pensando en lo bonita que siempre lucía, que no importaba si ella acababa de despertar y tenía su pelo alborotado por todo el rostro o que no se pusiera maquillaje, ella siempre era hermosa para mí, no importaba si las revistas o los críticos de moda digieran que estaba descuidada o algo no le favorecía, para mí era todo lo contrario, pero hay algo distinto en su rostro, parece estar más pálida de lo normal, quizás sus problemas con su esposo son más fuertes de lo que imagino.

— Adelante.

Abrí la puerta completamente y ambas entramos. Dejé que ella pasara primero para yo poder cerrar la puerta, pero apenas y la puerta cerró, Minju me abrazó fuertemente.

Inmediatamente supe que estaba llorando y eso me rompió el corazón, trataba de calmarla con pequeñas caricias y palabras de aliento, pero nada parecía mitigar su llanto, así que solo la abracé fuertemente.

— En verdad lo siento mucho, perdóname, no quise hacerte enfadar.

— Tranquilízate, no es como si me hubieras matado a algo así.

No importaba lo que le dijera, ella no paraba de llorar. Estuvo aferrada a mí durante unos quince minutos, donde solo se escuchaban sollozos. Parece que no soy la única que ha guardado sus sentimientos.

Finalmente se separó de mí y con el dorso de sus manos limpió los restos de sus lágrimas. Yo quería limpiar sus lágrimas pero me parecía imprudente, en realidad con todo lo que ha pasado con ella, ahora casi todo me parece imprudente. Un paso en falso y tendré que escuchar la conversación sobre que sólo somos amigas.

— En verdad, lo siento mucho. Sé que soy un desastre, que soy una verdadera idiota y que siempre digo y hago cosas que lastiman a los demás, pero soy completamente sincera cuando te digo que no lo hago con esa intensión. Sé que siempre termino lastimándote de una manera u otra y eso me hace sentir la peor persona del mundo y quizás lo sea. Tal vez me merezco que jamás me vuelvas a dirigir la palabra pero en verdad te necesito en mi vida y por eso estoy aquí. Quiero que arreglemos las cosas, quiero que mi vida deje de ser un desastre emocional todo el tiempo.

Su voz sonaba decidida y sincera, pero la notaba bastante alterada e inquieta así que la tomé de las manos y la obligué a que se quedara quieta.

— No te tortures tanto. No eres la peor persona del mundo por hacer o decir cosas hirientes, todos alguna vez por imprudencia lo hemos hecho, alguna vez intencionalmente y otras no tanto, pero somos humanos y por lo tanto estamos expuestos a cometer errores constantemente, así que relájate.

A veces me pregunto por qué no tomo los consejos que les digo a los demás, creo que me hacen más falta a mí que a ellos.

— En verdad necesito arreglar mi vida.

— El matrimonio no está saliendo como esperabas, ¿verdad?

— Totalmente. Todos decían que los primeros años eran una maravilla y que los problemas empezarían cuando tuviéramos unos años de casados, pero no, hasta en la luna de miel discutimos.

— Bueno, en algunas parejas es así. En toda ocasión hay excepciones, quizás ustedes comenzaron al revés, primero las peleas después el romanticismo.

Mi parte egoísta gritaba en mi interior "Dile que se divorcie, que su matrimonio sólo le trajo desdicha", pero mi parte egoísta está encerrada por una muy buena razón y sobre todo cuando se trata de ella.

— Puede que tenga razón, pero al paso que vamos uno de los dos estrangulará al otro.

Ella se quedó en mi departamento más de lo previsto. Minju dijo que para enmendar su error cocinaría para mí, al principio tenía miedo por mi cocina y por mi aparato digestivo, pero al probar el primer platillo me llevé una gran sorpresa al comprobar el buen sabor que tenía.
Cuando terminamos de comer ella insistió en que viéramos una película, yo accedí, de cualquier manera no tenía nada que hacer.

— No sabía que tenías días libres, pensé que cuando volvieras estarías trabajando como loca.

— Pensaba lo mismo, pero al parecer en las pruebas psicológicas, no salí precisamente bien y tengo que ir a terapias. La empresa me dijo que no me presentara a trabajar hasta que las sesiones terminaran. Ya me imagino el escándalo que se va armar cuando los periodistas se enteren.

— ¿Quién te hizo las pruebas?

— Fue la Dra. Bae Joohyun

— ¿En serio? Ella es la vecina de Sakura. También me hizo las pruebas a mí, sólo me dio algunos consejos y me tengo que presentar en un mes a otra sesión.

— ¿Qué acaso la vecina de Sakura no es la mujer de la que siempre nos dice que se pelea con su esposa?

— La misma, en realidad según lo que me dijo Sakura, se divorció de su esposa hace dos meses.

— Por lo que nos contaba, no me sorprende. Y hablando juntamente de esa doctora ¿Qué hora es?

— 7:30.

— Maldición, se me hace tarde.

Comencé a correr por toda la casa tratando de alistar todas las cosas que ocupaba para salir, pero al parecer mis llaves no quieren cooperar y se han escondido. Cuando por fin las encontré cerca de la estufa me acerqué a Minju que en todo este tiempo sólo estuvo de espectadora contemplando como corría como loca.

— ¿Quieres que te lleve?

— No gracias, parece que tienes muchas prisa y además traigo mi coche.

Ella tomó su bolsa y ambas caminamos juntas hasta el estacionamiento en la planta baja.

— Nos vemos luego. — me dijo, se metió en su coche y se fue.

Llegué diez minutos tarde a la sesión y ahora estaba recostada en esos sofás de piel que son tan intimidantes. Ninguna de las dos hablaba, ella no me hacía preguntas y yo no tenía ni la menor idea de que debía de hacer.

— Te voy hacer una pregunta y quiero que me contestes con sinceridad: ¿Quién eres?
Por fin habló.

— Soy Kim Chaewon. Me parece algo extraño que no sepa el nombre de su paciente.

— No te pregunté tu nombre, te pregunté quien eras tú.

— Bueno soy una cantante.

— No te pregunte tu profesión, te pregunté quien eras tú.

— Soy una mujer.

Ella se me quedó mirando fijamente como si esperara a que yo siquiera hablando, pero no sé qué más decir.

— No te pregunte tu género, te pregunté quién eras tú.

Esta mujer está agotando mi paciencia.

— No entiendo que quiere que le diga.

— Sólo te hice una simple pregunta. Esto no va funcionar si no sabes quién eres.

— No comprendo su mecánica, ¿Qué acaso es esto un exorcismo?

— ¿Se está tratando de burlar de mí?

— A mí me parece todo lo contrario.

— Tal vez quiere burlarse de mí porque no puede contestarme una simple pregunta, que hasta un niño de cinco años me podría contestar.

Esta mujer se está pasando de la raya y se acaba de meter en una zona muy peligrosa.

— Tal vez sí me estoy burlando y me burlo porque esto es lo más tonto que he hecho en mi vida. Tal vez un niño de cinco años le puede contestar esa preguntas porque esa pregunta es completamente inútil e idiota.

— Si eso es lo que le parece mi mecánica porque simplemente no contesta para que ambas podamos ir a casa y descansar y usted se podrá burlar todo lo que quiera en la comodidad de su hogar.

— Y para que quiere usted llegar a su casa ¿para hacer una fiesta de gatos? ¿O preguntarse porque ahora esta tan sola?.

— ¿Qué le hace pensar que yo estoy sola? Y por lo que sé, usted tampoco tiene mucha compañía en su casa, además, no creo que sea de su incumbencia saber sobre cómo paso mis noches o con quién.

— Tal vez sea más de mi incumbencia de lo que usted cree, se me hace completamente injusto que sólo yo hable de mi vida privada y usted sólo escuche, además, ¿Por qué no aprovechamos y usted me cuenta sus problemas y a lo mejor yo se los puedo resolver?, ¿Qué tan difícil puede ser una psicóloga?

— Me parece muy tentadora su proposición, pero yo tengo una mejor, ¿por qué mejor no intercambiamos papeles por una semana?, usted es psicóloga y madre y yo soy la cantante solitaria, además, ¿Qué tan difícil puede ser cantar y sobre todo en estos tiempos con la maravilla del playback?

Ambas nos quedamos en silencio pero seguíamos retándonos con la mirada, ninguna de las dos iba a ceder y esto estaba al borde de la sangre por toda la habitación.

— Mire, yo sólo vine porque me obligaron, lo último que quiero es contarle a una persona de mierda mis problemas mientras ella finge escucharlos, después me dará medicamentos anti-depresivos porque según usted eso es lo que tengo y esas cosas no son más que estúpidas drogas y a usted le pagaran una buena cantidad por hacer todo eso conmigo y por no decir nada de lo que pasa en esta puñetera habitación barata.

— Lo que pasa contigo es que estás frustrada porque la persona que amas eligió a otra persona y no a tí, por eso te refugias en tu carrera, tú quieres escudarte de tus problemas usando tu trabajo y eso te terminara hundiendo más, todas tus respuestas de la prueba psicológica me llevaron a esa conclusión, estas frustrada por un amor imposible, y para que se entere señorita Kim, los psicólogos no podemos recetar medicamentos.

— Eso es lo más estúpido que he oído en mi vida, es completamente imposible que usted pueda saber tanto de mí por unas preguntas inútiles.

— Puedes decir lo que quieras de las preguntas o el examen que te realice, pero mis resultados no mienten y negarlo te convierte en una estúpida.

— ¡¿Qué demonios le pasa?! ¡Se supone que viene a que me ayude y no para que me insulte psicóloga de mierda!

— Eso es lo que estoy haciendo niña estúpida y altanera, ya ahora por favor deja de ser un dolor de trasero para que yo pueda ayudarte.

La tensión dentro de la habitación se rompió cuando alguien golpeó la puerta dos veces.

— ¿Está todo bien ahí dentro? Escuché gritos.

— Todo está bien, sólo es un ejercicio de ira.

Cuando estoy en una pelea después de callarme y quedarme serena me doy cuenta que con muchas de mis palabras me he pasado de la raya y es cuando viene el sentimiento de culpa, después la cobardía y orgullo por no tener ese valor de decir lo siento.

— Todas tus respuestas fueron correctas, si eres todo eso, pero "el quién soy" va mucho más allá de un nombre, una profesión o un género, en estas sesiones vamos a trabajar principalmente con "¿el quién soy?", debes de entender que eres mucho más que una cantante eres más que un género y quizás tu nombre sea por lo que te identifiquemos pero al final de esto pretendo que tú tomes la conciencia del valor que tienes sobre este mundo sin importar si eres muy famosa o no, sin importar si hiciste un enorme aporte científico o no. Y ahora que por lo que veo ya sacaste toda tu ira retenida, puedes irte, esto es todo por hoy, nos vemos mañana.

— Espere ¿Todo esto fue una trampa para que peleara con usted?

— Podría decirse, creo que otro punto a rescatar es que todo tiene un propósito y no se sienta mal, sus palabras si fueron fuertes pero soy consciente de que yo la orille a eso, así que duerma tranquila.

Salí completamente desconcertada, pero que es lo que le pasa a esa mujer, me parece que ella sí necesita un psicólogo.

Pasaron los días e inexplicablemente cada día era capaz de contarle cosas completamente íntimas, cada día que salía de esa habitación me sentía aliviada, tal vez sea porque desde hace tiempo que no tenía nadie con quien platicar de mis más profundas preocupaciones, un día finalmente le conté sobre mi inclinación y gusto por el género femenino, ella no pareció sorprendida, dijo que me apoyaba y que mi secreto estaría guardado y no porque tuviera un contrato de confidencialidad sino que lo guardaría como una amiga, le conté sobre mi amor imposible que extrañamente ella ya sabía, solo que ahora le di algunos detalles, jamás le dije el nombre de Minju, pero supongo que ella lo sospecha.

Un lunes por la mañana Sakura y Yuri aparecieron en mi puerta y como era de esperarse con ellas dos juntas las peleas no se hicieron esperar. Sakura me pidió prestado mi baño y como presa al asecho Yuri se acercó rápidamente junto a mí, como si todo este tiempo estuviera esperando a que Sakura se fuera.

— Me acosté con Yena —murmuró.

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