Capítulo 97
Capítulo 97
El niño que vio y vivió el infierno
[Tercer ataque del Imperio 1]
[Comarca de Noroteo/Kitakami, Villa Versui]
{En el futuro}
Narrador Neutral:
El tercer ataque del legendario imperio de Volo había iniciado hacia un cuarto de hora en la región de Noroteo/Kitakami, la pobre comarca que soportaría un trágico festival de desastres naturales en esa larga noche.
Para resumir lo que ocurrió hasta ahora, el paso de Ghetsis fue detenido por el grupo de Nate, al norte de Villa Versui, pero junto a su poderoso Reshiram pudo destruir su plan con un Restaurar Todo, una medicina que sana los problemas de estado a la vez que toda la salud del organismo que la consume.
Al sur, los clausurados compatrones eran protegidos por el equipo de Rosa, pero habían malas noticias...
Al parecer no predijeron muy bien cómo los generales iban a atacar, porque el quinto general de Volo, N, no tardó mucho en hacerse presente delante de ellas a través de una grieta espacio-temporal, con las malignas intenciones de liberar a los Compatrones.
— Hola — saludó.
Akari lo reconoció, ese entrenador fue quien la separó de Irida en Hisui, de no ser por su culpa, todo lo que le ocurrió a la chica no habría sucedido. N estuvo encantado en hacer contacto visual con ella, podía sentir su miedo, y sentía placer por ello.
— [¡Nuestro salvador...!] — dijo Okidogi, con una sonrisa malévola.
— [Ha llegado] — dijo Munkidori.
— "¿¡Qué hace aquí...?!" — pensó Akari — "¿No se suponía que iban a atacar separados, o acaso ese era su verdadero plan...?"
N, más que acercarse, se puso las dos manos en la parte trasera de su cabeza, sonriendo diabolicamente y observando con admiración a las entrenadoras que se encontraban delante de él.
— ¿¡Vosotras sois las amigas de Adaman?! — preguntó N, enérgico — ¡Increíble, fascinante, hermoso! ¡Jamás imaginé que mi mejor amigo tendría tantas mujeres hermosas a su alrededor, me llena de tanta admiración que no soy capaz de describirla!— dijo N, riéndose.
— ¿Mejor amigo, dices que Adaman es tu mejor amigo, estás loco? — preguntó Marnie, retrocediendo.
— ¿Claro, porque razón no lo sería? — inocente — ¿Acaso me ves la cara de payaso?
— "En efecto, como dijo Adaman, ese general está loco... pero es demasiado poderoso, pudo derrotarlo en Ciudad Castelia, ¿pero no lo entiendo... como puede alguien como él ser tan loco pero inteligente a la vez...?" — pensó Gloria.
— ... ¿Mh? — dijo el peliverde, con una sonrisa.
— ... — Akari retrocedía con temor.
— A ti te conozco — dijo N, mirándola sin moverse de su sitio.
— ¿¿De qué lo conoces?? — preguntó Leaf, confundida y sorprendida.
— En otra época, intentó matarme a mí y a Sabi — respondió.
— ¡Cierto! Por el amor de Arceus que mala memoria tengo... — dijo el general, poniéndose una mano en la frente — Debe ser cosa del destino volverte a encontrar junto a tu querido Adaman...
— ¡No te diremos dónde está! — dijo Rosa, valiente.
— ¿¡Qué?! *se ríe* ¡No vayamos tan rápido señoritas...! — dijo N, tomándoselo con humor.
— ¿? — todas se confundieron ante lo dicho.
— Digamos que para mí Adaman es como la cereza de la torta, lo más importante para el final, lo del duelo que tuve con él tan solo empezado el ataque en Ciudad Castelia fue un plan de imprevisto, al principio estaba en contra con Ghetsis, os confesaré que quiero enfrentarme otra vez a él lo más pronto posible, pero para no morir debo seguir el plan — dijo de brazos cruzados.
— ¿Plan, qué plan? — dijo Gloria.
— Supongo que esos Pokémon que tenéis encerrados en esos cubos son los famosos Compatrones, ¿verdad? — dijo el peliverde — Un pajarito me dijo que estaban de nuestro bando, y es por eso que los voy a liberar — con una sonrisa malévola.
Los Pokémon legendarios malvados sonrieron con satisfacción detrás de los muros mágicos.
— Por supuesto, como no iban a tener un plan monstruos como ustedes... — dijo Leaf, enojada.
— Te veo muy molesta jovencita, ¿acaso no conseguiste superar la muerte de tu novio? — preguntó, refiriéndose a Red.
— *viéndolo con mucho odio* — recordando la muerte del campeón de Kanto.
— ¿¡O es que te molesta que haya sido yo quien sobrevivió a aquel derrumbe y él no?! — preguntó el general, sabiendo cómo provocarla.
— No lo oigas Leaf, como ya dijo Adaman a los generales les gusta jugar con el corazón de los demás — le aconsejó Marnie, seria.
— Lo sé, no te preocupes — asintió.
— ¿Porque eres así...? — preguntó Rosa, con una voz apenada.
— ¿A qué te refieres con eso, niña?
— ¿Porque matáis gente, qué motivo tan importante os lleva a quitarle la vida a otras personas, porque sois así...?
— ...
"
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En un recuerdo, vemos a un niño peliverde, con rasgaduras y marcas de golpes en su cuerpo, encontrando en el jardín de su casa a un Zorua muy adolorido, el Pokémon Ilusión.
— ¿E-estás bien...? — preguntó N pequeño, con timidez y miedo.
El niño se acercó al zorro, este último retrocedió amenazándole con la mirada, si se acercaba, este lo mordería.
— N-no te preocupes... y-yo no soy malo, ¡te lo prometo! — decía N, acercándose.
El Zorua salvaje, al ver que quería acariciarlo, le mordió la mano con fuerza, causándole un dolor mediano al pobre niño peliverde, este lo soportó, intentando forzar una sonrisa.
— ¿Te abandonaron cierto...?
— ... [Si...] — dijo el zorro.
— Te entiendo... yo también creo que estoy abandonado... desde el primer segundo que nací — dijo N con una voz deprimida.
— ... [¿Me puedes entender...?]
— Si, sí que puedo...
— ... [No tienes familia...?]
— Si que tengo... pero...
— [¿Pero?]
— Preferiría nunca haberla tenido — sollozando — Ellos.. al igual que toda la sociedad, todos me rechazan, como si fuera invisible... como si fuera un monstruo ilegal al que no dejan tener amigos... al que apartan de la humanidad — murmuró.
— ... — el zorro lo escuchaba con tristeza.
— No sé ni qué hago hablando con un zorro... cuando puedo estar pensando la forma de quitarme esta mierda de vida... — dijo — Tu no puedes comprender el infierno por el que estoy pasando... allá fuera hay millones de niños que no son como yo, que se divierten jugando juntos, entrenando, saliendo a comer, conociéndose, yendo a clases juntos, enamorándose, disfrutando de lo que la vida les ha deparado...
— ...
— Y yo estoy aquí... encerrado y maltratado en esta cárcel, sin poder conocer ningún alma humana... — llorando — Tengo hambre, necesito agua, me duelen las piernas, me duelen los pies, me duelen los brazos, me duele el estómago y la cabeza, tengo los ojos resecos, estoy muy enfermo y no duermo bien por el frío que hace en el sótano... dime, ¿hay algún niño en el mundo que esté viviendo con estas condiciones? Hay alguien como yo?!
— [... Niño]
— [Cuanto sacrificaría por reencarnar en un niño normal, en una ciudad tranquila, en un mundo lleno de paz, y convertirme a los diez años en lo que todos quieren ser, un entrenador Pokémon...] — arrodillándose.
— [... Déjame ayudarte]
— ¿Uh? — levantando el rostro, lleno de lágrimas y heridas.
— [Los dos hemos caído en la misma desgracia, pues avancemos juntos y salgamos de nuestro infierno para vengarnos de todos los demonios que viven en él] — dijo el zorro.
— ...
— ¿¡DÓNDE ESTÁS NIÑO?! ¡¡ES TIEMPO DE IR A DORMIR AL SÓTANO!!! — dijo una grave voz masculina, proveniente de la puerta del jardín.
— ¡! Rápido, escóndete! Ya nos volveremos a ver! — dijo N, apresurado y con miedo.
— [¡Pero...!]
— ¡Escóndete, no te preocupes por mi!
El pobre Zorua se volteó para empezar a correr en la dirección contraria, escondiéndose entre los arbustos y plantas para evitar que el padre de N lo alcanzase a ver en aquel humilde jardín.
— ¡¡AQUÍ ESTÁS!! — llegó el padre, abriendo la puerta de madera — ¿¡QUÉ DEMONIOS ESTABAS HACIENDO AQUÍ?!
— ... *se voltea* Nada... — mintió, arrodillado.
Sabiendo que mentía, el hombre adulto le dio un puñetazo en el rostro, y luego de ese dos más, sin embargo era lo suficientemente inteligente como para no dejar consciente a N, por lo que no se sobrepasaba con tanta fuerza.
Zorua veía con mucha impotencia como aquel niño era golpeado por su propio padre. Pero como él mismo le aconsejó, no podía salir para poder ser atrapado. Sin saberlo, el zorro ilusión empezó a sollozar al no poder hacer nada y ver a una alma que en verdad era tan buena ser destrozada por los puños de un demonio.
— ¡Mira, no me importa lo que estuvieras haciendo, vete al sótano ahora mismo, es tiempo de dormir! — enojado.
— ... — se paró y con la sangre cayéndosele de un orificio de la nariz se fue a su "dormitorio".
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— ¿Porque matáis gente, qué motivo tan importante os lleva a quitarle la vida a otras personas, porque sois así...? — preguntó Rosa.
En el presente, N dejó de estar cabizbajo y alzó su cabeza, sin embargo, ya levantado su rostro, cerró los ojos para intentar olvidar lo que en aquel entonces recordó: cómo conoció a su Zoroark.
— Si te lo dijera no lo entenderías, niña — respondió, melancólico.
Rosa no entendió lo que dijo, se confundió.
— ...
— En fin, estoy perdiendo el tiempo, me siento muy generoso hoy chicas así que os daré otros 15 minutos de vida, eso claro, sí os apartáis — dijo N, sonriendo.
Las entrenadoras empezaron a retroceder cuando se hicieron notar que la grieta que se hallaba detrás de N, que funcionaba como un portal espacio-temporal que dividía dos mundos, empezó a agrandarse para dejar pasar a algo mucho más grande que cualquiera de los Pokémon presentes en aquella villa.
— ¡Es hora de añadir unos cuantos ayudantes a nuestro bando! — exclamó N.
Lo que atravesó el portal era inmenso, era un dragón, tenía un cuerpo robusto, negro, grisáceo y helado, unos brazos musculados y largos con unas garras muy duras, con una cola colosal que acababa en una punta. Sus ojos eran morados y opacos, y la cantidad de electricidad que almacenaba en su interior era inconmensurable.
El Pokémon legendario que poseyó a Zekrom, Kyurem, se presentó en ese mundo con un rugido atronador que hizo temblar la villa entera.
Tipo Dragón y Hielo
Aguarda al héroe que compense el vacío de su cuerpo de hielo con verdad e ideales, esta forma es el resultado de la unión de su cuerpo con una de las partes del Pokémon Legendario Original.
Los compatrones sonrieron, había llegado el momento de volver a la larga pelea que inició en el Eliseo Baldío.
— Apartaos — dijo N, levantando una mano.
Kyurem, sin recibir una orden de su entrenador, empezó a formar en sus manos una bola de energía eléctrica masiva, con tanta energía en su interior que sería capaz de romper o desintegrar cualquier objeto. Sin embargo, si observamos bien, también se puede ver que la esfera eléctrica tenía un núcleo sólido, formado de hielo. El dragón estaba empleando su movimiento característico.
Sin poder hacer nada, ya que los cubos que encerraban a los legendarios se hallaban delante del dragón, Akari tenía claro qué hacer a continuación.
— ¡Tenemos que huir!
— ¿¡Qué?! Pero y qué pasa con los Compatrones...!? — preguntó Rosa.
— Ya no podemos hacer nada, ¡es N, uno de los generales más poderosos de Volo! Recordar que el objetivo principal es esperar a los refuerzos de Necrozma! — advirtió.
— Eso es cierto, no importa si son liberados, tendremos mayor ventaja en número contra ellos de todas formas, ¡hay que huir! — dijo Leaf, empezando a correr.
Las entrenadoras de Galar le siguieron, y Akari y Rosa fueron detrás de ellas, dejando atrás a los cuatro legendarios y al quinto general, este, junto a su Pokémon legendario, estaba preparado para quebrar todas las barreras que Victini creó alrededor de los Pokémon legendarios que robaron las máscaras.
— Rayo Gélido — ordenó N, con una expresión terrorífica.
Kyurem desató y liberó la energía de la esfera de hielo eléctrica, dispersando una gran fuente de rayos eléctricos sólidos. Milagrosamente, ninguno de ellos alcanzó a las entrenadoras, pero como no, obviamente sí alcanzaron a los muros que mantenían presos a Okidogi, Fezandipiti y Munkidori.
Los rayos rompieron los cubos mágicos creados por el Vasta Fuerza de Victini, liberando a los Compatrones y haciendo que estos cayeran al suelo. Todos los rayos eléctricos se dispersaron para desintegrar unas cuantas casas al rededor y luego desaparecieron.
— Primera tarea completada — dijo N, sonriendo — Demasiado fácil...
— [¡Nuestro salvador...!] — dijo Okidogi, levantándose del suelo.
— ¿Mh? — dijo el peliverde.
— [Al fin, liberados de estas cárceles malditas, gracias a usted humano generoso] — dijo Fezandipiti.
— [¡Para nosotros es un honor ser salvados por un hombre tan amable!] — dijo Munkidori.
— *se rie* ¡Veo que me tenéis mucha admiración...! No entiendo la razón pero al parecer mi compañero tenía razón, estáis de mi bando! — dijo N.
— [¡Milagroso ante nuestros ojos...!] — dijo el perro musculado — [Nuestro salvador es capaz de entendernos, ¡que milagro tan hermoso!]
— Si tanto os parezco un milagro, os voy a proponer un trato que de seguro es capaz de convenceros, incluso sería algo vital para vuestras vidas — dijo el general, de brazos cruzados.
— [Dínoslo, le suplicamos que lo diga] — dijo Fezandipiti.
— [Haríamos todo por usted] — dijo Munkidori, arrodillado.
— *sonríe* Bien, ¿que os parece si os mejoro tanto física como mentalmente? Un Dios me otorgó una energía capaz de desarrollar todos los sentidos de quien la posea, la aura del destino, ¡la que dominará la existencia! Dejaos consumir por esta, si no queréis morir en esta guerra, es lo único que os queda!
— [¿Una energía que nos revitalizará?]
— Exacto, eso mismo, llegaréis a un punto en el que podréis ser invencibles, inmortales, esa es la palabra, ¡inmortales! Que os parece!?
Los compatrones se miraron entre sí, sea cual sea su respuesta, no les quedaba otra opción, porque si es el caso de negarse, Kyurem Negro los mataría al instante sabiendo que se pondrán en su contra.
Sin más que pensar, aceptaron el trato y asintieron con la cabeza, cerrando los ojos.
— *sonríe* "Lo conseguí Ghetsis" — pensó N, preparado para poseerlos con la energía de Giratina.
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5
MINUTOS
ANTES
En la zona sur de Villa Versui, el poderoso Reshiram de Ghetsis había destruido toda la zona con un potente Lanzallamas contra el suelo, creando una explosión mezclada entre polvo, tierra y energía ígnea. La Danza Lluvia que Liko se esforzó por invocar con Blastoise fue amainada por la onda de viento que el dragón del general provocó al acabar de sanarse con un Restaurar Todo.
Cuando la nube de cenizas se disipó, Ghetsis se hallaba parado rodeado de muchos escombros, sin embargo al escuchar el rugido del Kyurem de N desde la lejanía supuso que debía seguir avanzando para encontrarse con él, no podía distraerse más con esos entrenadores, por lo que empezó a caminar en dirección a la plaza central.
— "He tenido que gastar mi Restaurar Todo para salir de aquel apuro, sin embargo todavía tenemos la maxifruta, debemos calcular bien el momento exacto en el que usarla" — pensó Ghetsis, caminando.
Sin embargo el general no sabía que no pudo dejar inconscientes con la explosión a sus enemigos debido al Pantalla de Luz que Celebi usó.
— ¡Mirada Heladora!
— ¡Furia Candente!
Dos ataques especiales, un láser psíquico y un torrente de llamas siniestras se acercaban por detrás del segundo líder del equipo Plasma, este reaccionó a tiempo y su Reshiram anuló los dos ataques con su gigantesca cola.
Iono y Liko habían sacado a sus dos Pokémon legendarios, Moltres y Articuno en sus formas regionales de Galar.
— Vaya vaya... ¿Como me iba a olvidar de que también tenéis en vuestro haber Pokémon legendarios? — dijo Ghetsis, sonriendo.
— ¡Garra Dragón! — ordenó la voz de Irida.
La jerarca del Clan Perla había salido de una nube de polvo sacando de una Ultra Ball a su Pokémon paradoja Bramaluna, preparado para atacar físicamente a Reshiram con una de sus garras.
— Detén a ese dragón con Colmillo Ígneo — ordenó Ghetsis.
La dentadura del dragón albino se incendió en llamas para a continuación anular la Garra Dragón de Bramaluna con un mordisco gigantesco.
— Sois como los insectos, nunca os cansáis de molestar a seres superiores... — dijo Ghetsis — ¡Lanzallamas!
El Pokémon legendario del general disparó un potente Lanzallamas por la boca en dirección al dragón de Irida, sin embargo Hilda entró al combate para lanzar una Pokeball y defender a este dragón con el Pokémon que saliera de ella.
Cuando el Lanzallamas impactó contra lo que sea que lo recibió en frente de Bramaluna se podía observar como era un Arcanine, el Pokémon Leyenda, sin ningún daño ni quemadura aparente luego de recibir el Lanzallamas.
Tipo Fuego
Se narra en un pergamino muy antiguo que la gente se quedaba fascinada al ver a este Pokémon correr por las praderas.
(Si preguntan porque no le afectó el Lanzallamas de Reshiram es porque el dragón no activo su habilidad, Reshiram tiene la habilidad Turbollama, que hace que las habilidades de sus oponentes no afecten a los movimientos que emplean, en teoría, si Reshiram hubiera utilizado Lanzallamas Arcanine habría sido dañado, pero no activó su habilidad, esto es porque Arcanine tiene una habilidad que le da inmunidad al tipo fuego)
— "¿Tan bien resistió el ataque? Ah ya veo, tendrá la habilidad Absorbe Fuego, eso explicaría porque está intacto luego de recibir mi ataque de dicho tipo" — pensó el general, molesto — "Se ve que estuvieron entrenando para este momento..."
— "No te dejaré escapar... no otra vez..." — pensó Hilda, enojada — ¡Velocidad Extrema!
— "¡Me será imposible esquivar ese ataque con prioridad...!" Resiste el placaje! — ordenó Ghetsis.
Reshiram se puso firme para aguantar el cabezazo que Arcanine le propinó en el estómago corriendo a una velocidad vertiginosa, cada vez más Ghetsis se quedaba sin opciones.
— Tch... "Maldita sea Ghetsis, recuerda que tu plan es reunirte con N en la plaza, ¡no puedo perder el tiempo con los trucos de estos entrenadores insignificantes!" — pensó.
— ... Hilda, ¡no te sobrepases! — dijo Iono.
— ¡¿Porque no?! — recordando la muerte de su hermano.
— Recuerda que nuestra misión es sobrevivir y entorpecerlos hasta la llegada de los legendarios, cuando llegue el momento atacaremos con todo — explicó la streamer.
— ... Está bien.
— ¡Se escapa! — advirtió Liko.
Ghetsis estaba corriendo en la dirección contraria, mientras Reshiram le cubría la espalda. Los entrenadores supusieron que intentaría liberar a los Compatrones, no podían dejar que eso pasara, desgraciadamente no sabían que quien iba a lograr eso sería N.
— ¡No se lo permitiré, Kabutops usa Hidrobomba! — dijo Nate.
— ¡Llamarada! — ordenó Hilda.
— ¡Bellibolt usa Rayo! — dijo Iono.
— ¡Tajo Aéreo! — dijo Liko.
— ¡Usa Rayo Hielo! — dijo Irida.
Kabutops, Arcanine, Bellibolt, Moltres y Glaceon, los cinco Pokémon unieron fuerzas para emplear sus movimientos a la vez, creando cinco ataques especiales que se acercaban a Reshiram con el fin de derrumbarlo, qué lástima que menospreciaron el poder de este último.
— ¡Llama Fusión! — ordenó el general mientras huía.
Reshiram concentró la energía ígnea de su cola para crear una esfera de fuego inmensa, ya creada está la lanzó con ímpetu hacia todos los ataques especiales que se le acercaban.
Por increíble que parezca, el Reshiram de Ghetsis logró anular todos esos movimientos con solo ese movimiento suyo, colisionando y creando otra explosión.
— ¡Reshiram vuelve a tu Máster Ball! — dijo Ghetsis.
El dragón fue guardado en su Pokeball, y acto seguido el general sacó a otro Pokémon de su equipo, tenía un plan para deshacerse de ellos. Y estaba dispuesto a ejecutarlo. De la Ocaso Ball que este lanzó salió Bisharp, evolución de Pawniard y evolución anterior de Kingambit.
Tipo Acero y Siniestro
Corta a su presa sin piedad con las
cuchillas afiladas que le recubren todo el cuerpo, este guerrero siente que la victoria es un fin que justifica cualquier medio.
— "¿¡Qué intenta hacer...?!" — pensó Celebi, avanzando junto al grupo.
— ¡Usa Roca Afilada repetidas veces!
El Pokémon del general acató la orden que este le dio y colisionó su puño de acero contra el suelo, creando un muro de rocas enfrente de él, luego empezó a colisionar el puño repetidas veces para crear más muros de piedra.
El resultado fue una muralla gigantesca que para nuestros entrenadores era imposible de romper en tan poco tiempo, eso le daría el tiempo suficiente a Ghetsis para escapar.
— ¡Mierda, no podemos pasar! — dijo Nate, al otro lado de las rocas.
— ¡Vuelve! — Ghetsis hizo volver a su Bisharp a su respectiva Pokeball.
El general, ya con sus Pokémon guardados, se fue corriendo hacia la plaza central, había conseguido huir y los entrenadores no tenían cómo avanzar para detenerlo.
— "¿Celebi, no puedes hacernos levitar?" — preguntó Irida.
— Somos muchos, si mi poder psíquico no es suficiente podría haceros daño de caída — dijo el Pokémon singular.
— "Okey entiendo, esto es un problema" Chicos, guardar a vuestros Pokémon y tomemos otra ruta para llegar a la plaza, de seguro se dirige allí — dijo Irida.
— ¿Seguro que llegaremos más rápido? — preguntó Hilda.
— Mejor que quedarnos aquí sin hacer nada — respondió Liko.
Los cuatro empezaron a retroceder para correr en la dirección contraria luego de guardados sus Pokémon, el primer combate del ataque había terminado allí mismo, en aquel muro de rocas que el Bisharp de Ghetsis invocó.
...
Volvemos con N, este talentoso y perturbador entrenador consiguió poseer con la energía de Giratina a los tres compatrones que él mismo liberó gracias a los rayos eléctricos de Kyurem Negro que criogenizaban todo lo que tocaban.
Los ojos de estos malévolo legendarios adoptaron un color morado intenso, ahora harían caso a todo lo que el peliverde ordenaría.
Viendo como el grupo de Akari seguía huyendo, N señaló en la dirección en la que ellos intentaban escapar.
— Matarlas — ordenó N.
Los tres legendarios que fueron poseídos siguieron con la mirada la dirección en la que el general apuntaba, y observando como ellos huían, rugieron los tres y empezaron a correr para seguirlos.
El peliverde, al quedarse solo, supuso que ya su trabajo en Villa Versui había terminado.
N miró en una dirección en la que podía verse al fondo una ruta llamada Senda Jarana, que conducía hacía el Desfiladero del Cuerno, si fuéramos aún más al fondo, encontraríamos después de atravesar un largo río rocoso el famoso Soto Sempiterno de Noroteo.
— "Parece que ya sé dónde empezar mi búsqueda" — pensó N, sonriendo.
— N — dijo la voz de Ghetsis detrás suyo.
El sexto general alcanzó a N, reuniéndose con él en el lugar indicado, todo seguía según ellos querían.
— Mi querido compañero, ¿conseguiste matar a alguien? — preguntó N.
— No, sinceramente he tenido que huir, me han tendido una buena trampa y han empleado una buena estrategia para defenderse, pero eso no es lo importante, lo importante era reunirse en esta plaza y ejecutar la segunda fase del plan — dijo el general.
— Ya veo, yo tampoco maté a nadie, pero ya he liberado a los generales.
— Muy bien, todo va según queremos, y además de forma rápida, ahora déjame el resto a mí y vete a buscar a ese maldito jerarca — le ordenó.
— No me des órdenes Ghetsis, ¿acaso te tengo que recordar quién es el líder principal del equipo Plasma, o es que te olvidaste que tu mismo fuiste quien me coronó? — dijo sonriendo, con un revoloteo en su cabello causa del viento nocturno.
— ...
— Ya sé a quien tengo buscar, no hace falta que me lo recuerdes ni mucho menos me lo ordenes, ahora te toca a ti lidiar con todos los entrenadores que están aquí, ¿podrás sobrevivir sin Kyurem? — preguntó N.
— Con mi as en la manga es obvio que si, me imagino que no tendrán tantos legendarios como nosotros — dijo Ghetsis.
— Está bien, buena suerte — dijo N, riéndose.
El quinto general se montó sobre el lomo de Kyurem Negro, mirando en la dirección que anteriormente visualizaba, los generales, como Adaman predijo regularmente, ya estaban preparados para separarse.
— "Allá voy Adaman, ¡espérame...!"— pensó N, sonriendo de forma diabólica.
El dragón despegó gracias a sus poderosas patas traseras y a sus alas gigantescas, atravesando a una velocidad increíble toda una mitad de Villa Versui, derrumbando casas de personas inocentes con su cuerpo.
Finalmente N salió de Villa Versui en dirección al Soto Sempiterno, sabiendo que allí, que era el lugar más oculto y laberíntico, se podría hallar Adaman escondiéndose, sin saber que Calem, Kieran, Carmine, Arven y Aoi, eran los entrenadores que lo esperaban allí para intentar detenerlo y matarlo de una vez por todas.
— "Ahora sí que nos separamos como en Ciudad Castelia, ahora no soy yo quien tiene la Maxifruta, aún con mi as en la manga, debo tener cuidado" — pensó Ghetsis.
De repente, Ghetsis se asusta al sentir una presencia acercándose a él, cuanto giro su cabeza, observo como el grupo de Akari, formado por Gloria, Marnie, Rosa, Leaf y ella, estaban regresando hasta donde estaba él por un camino diferente, extremadamente los Compatrones no estaban siguiéndolas.
— ¿Mh? "Juraría haberlas visto huir de los Compatrones... seguramente los habrán despistado y habrán tomado un atajo para llegar hasta mi" — pensó Ghetsis.
— ... ¿Eh? ¿Dónde está N?? — preguntó Rosa, corriendo.
— No lo sé... pero ese hombre de ahí también es un general, hay que atacarlo y tener cuidado — dijo Leaf.
— "¿Pero porque regresarían a la plaza, acaso no saben que los Compatrones también estarán regresando? O quizá ya saben que eso pasará y tienen un plan...?" — pensó Ghetsis — "No importa, no puedo confundirme en este momento"
Las entrenadoras se detuvieron a aproximadamente 25 metros del general para preparase con las Pokeballs en sus manos, poco tiempo después del otro extremo de la plaza apareció el grupo de Nate, conformado por Irida, Hilda, Iono, Liko y él.
— ¡Lo tenemos! — dijo el hermano castaño, molesto.
— Que fastidio, me han rodeado... — susurró Ghetsis — "¿Acaso ya sabían que íbamos a separarnos en algún momento?"
— No tienes dónde escapar Ghetsis, esta vez vas a morir, ¡expiarás todos tus pecados en el infierno! — dijo Hilda.
— ¿Crees que por haber huido de aquel enfrentamiento voy a huir de toda la comarca entera? Tenía pensado llegar hasta aquí para ocuparme de todos vosotros a la vez, mientras N busca a vuestro orgulloso líder... yo os mataré — dijo con una sonrisa diabólica.
— Somos muchos contra ti, ni aun con Reshiram podrás ganar, ríndete y acepta tu derrota, asesino — dijo Leaf.
— ¿Con mi Reshiram? Oh ya veo, con qué solo por ver pelear al Trío Tao en Unova os hemos hecho creer que solo teníamos a esos legendarios en nuestro haber, ¿me equivoco? — preguntó el general.
Todos los corazones, en aquel momento, ante lo dicho de Ghetsis, se detuvieron por un par de segundos.
— "¿Qué...?" — pensó Nate, impactado — "¿Entonces... tiene más de un legendario en su equipo...?"
— Si os digo la verdad, y ya que os concierne saberlo... este era mi as en la manga, es cierto que en el combate en Ciudad Castelia me vi en un gran aprieto, pero tampoco me atreví a tanto como para excederme, pero...
Todos se asustaron y empezaron a retroceder cuando vieron al general sacando tres Máster Balls de sus bolsillos, tres, ni más ni menos.
— Ahora que ya no podéis escapar de esta isla, y que no me da la impresión de que voy a tener que volver a perseguiros... es momento de usar todo lo que verdaderamente tengo, ir al 100% y matar sin piedad a cada uno de ustedes, ¡¡¡incluidos los habitantes que de seguro estaréis refugiando!!! — gritó Ghetsis.
El general, sin nada mas que abreviar, lanzó las tres Pokeballs al aire, y cuando las cápsulas de captura se abrieron, se materializaron de ellas tres criaturas cuadrúpedas, con un aspecto único e imponente.
Cada uno tenía una mirada imperativa y oscura, estaban totalmente entorpecidos por la energía que Giratina dejó recaer sobre ellos.
Si Keldeo hubiera estado ahí cuando vio quién eran, se habría enojado a la vez que deprimido en la medida de un segundo. Eran los Tres Espadachines Místicos, Pokémon legendarios.
Conformados por: Cobalion, el Pokémon Tesón Acero.
Tipo Acero y Lucha
Tiene cuerpo y un corazón de acero. Una mirada suya es suficiente para que todos los Pokémon violentos que se encuentre por delante le obedezcan.
Virizion, el Pokémon Prado.
Tipo Planta y Lucha
Confunde a sus contrincantes con sus movimientos veloces e impredecibles, luego los corta sin piedad con las afiladas hojas afiladas de sus cuernos.
Y por último, Terrakion, el Pokémon Gruta.
Tipo Roca y Lucha
Las leyendas de la región de Unova narran en todo su detalle la batalla que libró contra los seres humanos para proteger a los Pokémon más pobres y débiles.
Los tres espadachines, que se suponía que deberían proteger a las almas inocentes y débiles, ahora estaban manipulados bajo las órdenes del sexto general de Volo, todos, en aquel momento, supieron que esta vez ya no podrían obtener la ventaja de número de su parte, porque ya habían entrado en juego siete Pokémon legendarios, Reshiram, los Compatrones y los Espadachines Místicos.
Ese combate iba a ser apocalíptico para Noroteo, Necrozma debía llegar cuanto antes.
— "...¿Los espadachines...?" — pensó Rosa, reconociéndolos y atónita al verlos poseídos.
— ¿Sorprendidos? Honestamente hablando, ya había capturado a estas poderosas criaturas antes de unirme al imperio de mi señor, no fue sencillo, pero gracias a mi liderazgo en el Equipo Plasma logré demostrarle a la humanidad que tengo la capacidad de conquistarlo todo, y con eso capturar a estas bellas armas de combate — explicó Ghetsis.
— Maldito... ¿¡usas a seres benévolos como ellos para matar a otros inocentes?! — preguntó Leaf.
— Y cuál es el inconveniente joven, ustedes no estabais ahí cuando ellos fueron atacados y capturados, si son salvajes alguien los tiene que atrapar — dijo Ghetsis.
— Aún así sigo sin encontrar la lógica a lo que dices, tu objetivo era separar a la humanidad de los Pokémon, ¿ahora dime, que intentas lograr?! — preguntó Nate, enojado.
— *se rie* Es notable que seguís atrapados en vuestro propio pasado — dijo el general — Ese Ghetsis ya no está entre nosotros, tenéis que olvidarlo, este nuevo es quien lo reemplaza, ¡¡¡el sexto general de Volo!!!
Okidogi, Fezandipiti y Munkidori llegaron a la plaza arrastrándose por los tejados de las residencias, observando a los entrenadores desde las alturas, con la malignidad expresada en su rostro.
En aquel momento, los humanos se dieron cuenta de que ahora ellos eran los que estaban rodeados, Ghetsis tenía a muchos Pokémon legendarios de su parte, y cada uno de ellos demostró en toda la historia del globo terráqueo que tenían un poder inigualable al de cualquier otro ser que intente compararse a ellos.
Hasta que... los refuerzos llegaron.
— ¡!
Al sentir algo detrás suyo, Ghetsis se volteó con rapidez, pero no vio nada, pero cuando entró en su cabeza la idea de alzar la cabeza, se dio cuenta de su propio descuido. Una lluvia de láseres multicolor se acercaba hacia ellos.
— ¿¡PERO QUÉ- — gritó el general.
— ¡¡¡A cubierto!!! — advirtió Irida.
Necrozma, el Pokémon también bautizado como el Refulgente, apareció desde arriba de todos ellos a través de un Ultraumbral para utilizar Láser Prisma, su movimiento más poderoso de tipo psíquico.
El resultado fue una invasión de explosiones de polvo en toda la plaza central de Villa Versui, sin embargo el ultraente disparó todos los láseres de forma inteligente, haciendo que las nubes de polvo tapen la vista de todos los Pokémon legendarios presentes e impidan su movilidad y huida.
Lamentablemente, los Compatrones se hallaban fuera de la zona de peligro y no recibieron los haces de luz, Ghetsis también, porque Virizion, que fue veloz, lo cargó sobre su lomo y empezó a correr hacia un lado en el que los láseres no cayeran. Mientras Cobalion y Terrakion intentaban a evadir esta misma lluvia.
— ¡Necrozma, ha llegado! — dijo Gloria.
— ¡Retroceder, este combate será muy duro, tenéis que estar a cubierto si no queréis que os maten! — advirtió Necrozma gracias a su telepatía.
Todos asintieron ante la orden del refulgente, pero antes de cualquier movimiento imprevisto todos sacaron de sus cápsulas de captura a sus Pokémon, con el fin de ayudar tan siquiera un poco para derrotar los Pokémon tan poderosos a los que se encaraban.
De entre todo el caos, Victini entró en escena, apareciendo por el lado izquierdo de uno de los espadachines Místicos con la intención de dañarlo gravemente con su ataque más poderoso.
Cobalion, gracias a sus reflejos, se volteó en la dirección que el Pokémon singular se acercaba para intentar contrarrestar su V de Fuego con un Cabeza de Hierro.
El choque de cabezas, que agrietó el suelo de piedra sobre sus pies, lo ganó Victini al tener su ventaja de tipo, haciendo retroceder al Pokémon legendario para estrellarlo contra un muro de un edificio.
Terrakion, al ver como su compañero era atacado, utilizó Roca Afilada para lanzar por los aires al Pokémon Victoria, pero este ya había organizado un plan para empezar de la mejor manera aquel reñido combate.
— [¡Keldeo, tu turno!] — dijo el Pokémon singular, apunto de recibir el ataque rocoso.
El potro singular apareció delante de Victini para partir en dos de un solo corte todas las rocas afiladas que se le pusieron por delante, al haber utilizado Sable Místico, empezó a cambiar de forma mientras se acercaba corriendo a su propio maestro espadachín.
— "¿¡Qué, vinieron todos a la vez?!" Sorprendente... muy sorprendente, con que no éramos nosotros los únicos con la ayuda de seres superiores!!!! — pensó Ghetsis, retrocediendo.
Terrakion usó Espada Santa, pero Keldeo, como si fuera algo fácil, ágilmente dio una voltereta en el aire para evitar que el largo sable que su maestro invocó le cortara el cuello. Acabando a tan solo centímetros de Terrakion.
Los dos Pokémon, legendario y singular, empezaron a intercambiar cabezazos y patadas para acabar en un último choque de espadas que creó una cortina de viento a su alrededor.
— [¡Maestro, ¿me recuerda? Soy yo! no se deje manipular, lo están usando!] — dijo Keldeo.
Sin embargo Terrakion parecía no oír lo que su aprendiz le intentaba comunicar, solo lo intentaba aplastar con su sable, observando al pobre potro con odio.
— [No lo intentes Keldeo, no fuerces a hacerlos entrar en razón] — dijo Celebi, triste.
— [¿¡Qué.... Porque??] — resistiendo el choque de espadas.
— [Ellos no son los maestros que te entrenaron en Unova, ellos no te ayudaron en nada, son de otra línea temporal, y ahora ya no tienen mente con la que pensar, Giratina los ha transformado en maquinas de matar, no volverán a ser los mismos, no lo intentes, nunca te oirán] — dijo Necrozma.
— ... — Keldeo estaba pensativo.
— ¡Cuidado! — advirtió Celebi.
Terrakion estaba por propinarle un pisotón, pero el potro se apartó, el espadachín de roca, enojado por no poder penetrar su guardia, usó Espada Santa para invocar en su frente una mucho más grande y larga.
Keldeo esquivó el espadazo horizontal, pero a cambio el edificio que tenía detrás suyo fue cortado por la mitad, ósea se, el hotel fue derrumbado de un solo corte.
— [Ahora comprendo que ya no puedo hacer nada para traerlos de vuelta...] — empezó a pensar Keldeo en voz alta.
Mientras Virizion escalaba un edificio para mantener a salvo a su entrenador, Victini se retiró de su combate con Cobalion para ayudar a su compañero singular, propinando una Patada Ígnea de la que Terrakion se supo defender muy bien.
— [Pero eso no significa que todo lo que hicieron por mí haya caído en el olvido, son mi familia, ellos me salvaron, y creo que ya cumplí con todas sus expectativas al convertirme en el espadachín más fuerte] — dijo el potro.
Por lo menos, la patada tenía un buen empuje e impulsó, y pudo arrastrar tanto al espadachín como a Victini hacia un extremo de la ciudad.
— [¡Ahora... aceptaré mi deber y los mataré por el bienestar de todos los demás!]
Keldeo llegó hasta allí luego de usar Paz Mental para disparar un potente Hidrobomba que dañó a Terrakion.
Cobalion se unió al combate, aplacando a Keldeo con un cabezazo, Victini apareció propinando otra Patada Ígnea en el Pokémon Tesón Acero, pero luego Terrakion apareció por detrás para intentar propinarle una patada. Sin embargo Celebi también se unió al combate y usó Reflejo en Victini, bloqueando con una barrera al espadachín de roca.
Virizion regresó luego de dejar a Ghetsis, pero Keldeo lo vio venir por el costado de su ojo, por lo que impidió su llegada con Tajo Aéreo, lanzando cortes de aire que el espadachín de planta tuvo que molestarse en anular con Hoja Aguda.
Ahí nos damos cuenta de que ya había iniciado el combate Tres Contra Tres que estábamos esperando, ellos siguieron peleando apoyándose los unos a los otros alrededor de toda Villa Versui, si la batalla proseguía hasta el amanecer, Noroteo se convertirá en una región llena de cenizas y escombros.
...
De vuelta a la plaza, Necrozma se colocó enfrente de Ghetsis, sabía que el general guardaba a su mejor Pokémon, pues estaba esperando a su entrada al combate.
— No me esperaba esto, al parecer, como estoy viendo nuestro emperador no consiguió convencerte de unirte a nosotros en esta guerra — dijo Ghetsis, con una sonrisa.
— No estaba presente en el momento en el que yo sí lo estaba, a veces, un descuido es capaz de arruinar la vida entera de un alma pobre — dijo el Ultraente — Pero esa es su responsabilidad y su culpa, cada quien cuida lo que le interesa y descuida lo que le estorba.
— Je, grandes palabras Necrozma — reconoció mientras alzaba su cabeza — En fin, llegó la hora de la verdad, la hora del verdadero festival...
El sexto general sacó de su bolsillo la Máster Ball que tanto había utilizado hasta entonces.
— Ahora sí vas a sentir el verdadero dolor que una llama puede causar — dijo Ghetsis, con una voz siniestra.
De la Máster Ball regresó Reshiram al combate, preparado y sanado para hacerle frente a cualquiera que se le interponga. Necrozma y el miembro del Trío Tao tuvieron un enfrentamiento de miradas.
El duelo de estos dos colosos podía empezar, sin embargo quedaba uno más por iniciarse.
Los Compatrones aterrizaron en el suelo para mirar y rugir violentamente hacia los entrenadores Pokémon, estos no sabían qué hacer, pero Irida, con sus buenos sentidos y rápidos pensamientos de líder, supo qué hacer.
— Chicos, tengo una idea — dijo la rubia.
— ¿Cuál es?
— Mi grupo y yo iremos a apoyar a Necrozma, y los del grupo de Akari quedaros aquí para luchar contra los Compatrones, será más inteligente, si estamos todos juntos es más probable que muramos y en gran medida, hay que volver a separarse — dijo la jerarca.
— Buena idea Irida, ¡pues no perdamos más tiempo! — dijo Leaf, empezando a correr.
El grupo de ella siguió sus pasos, dejando solas a Irida, Rosa, Akari, Gloria y Marnie contra Okidogi, Fezandipiti y Munkidori.
Sin embargo, cierto ogro no hizo su aparición todavía, pues fue en ese momento que Ogerpon cayó del cielo con el garrote en mano, preparado para vengarse de los ladrones que le arrebataron todo. Que ahora ya no tenían consciencia propia.
— [¡Necrozma, las máscaras!] — dijo Ogerpon.
— [Ten] — respondió.
Prestadas de la hermana de Kieran, Necrozma le pasó levitando las tres máscaras que Ogerpon podría recuperar luego de ser robadas.
La máscara horno, la máscara fuente y la máscara cimiento, con ellas, Ogerpon podría hacerle frente a los Compatrones él solo, y repetir la historia, matarlos y enterrarlos en el Parque de los Compatrones.
Y así termina la primera parte del ataque, los Pokémon singulares tenían problemas lidiando con los Espadachines Místicos, Ogerpon tenía que lidiar con el humilde apoyo del grupo de Akari contra los tres Compatrones juntos, Necrozma se enfrentaría a Reshiram con la ayuda del grupo de Nate, mientras Adaman seguía escalando el monte ogro, tan alto como el nivel de la batalla en sí.
Todo podía proseguir. Mañana, Noroteo dejará de ser lo que era antes.
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Fin del cap
El combate continúa...
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