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Capítulo 67

Capítulo 67

Sacrificio y retirada

[Region de Unova, Ciudad Castelia]

{En el futuro}

Narrador Neutral:

Del Charizard se bajó el entrenador más fuerte del mundo, proveniente de Pueblo Paleta, Red había llegado para matar de una vez por todas al general, él solo, en aquel edificio, a punto de derrumbarse. Iba a vengarlos, a todos los que murieron.

— ¡Vaya vaya, tú sí que tienes agallas poniéndome en esta situación! "Ya veo, estoy en un problema" — pensó N, acorralado.

Con la persecución al rededor del edificio donde el mismo general estaba acorralado Kyurem se detuvo al sentir la sensación de peligro, su entrenador estaba en problemas.

— "¿Se retira? Acaso están atacando a su general?" — pensó Celebi, huyendo.

— ¡Hermano, da la vuelta, da la vuelta!

— ¿¡Y porque?! — preguntó tenso.

— ¡Red está ahí, debemos salvarlo! — dijo la castaña, preocupada.

— ...

— ¿N-nate?

— Me dijo que no hiciera nada... tuve que prometérselo...

— ... .. ¿Qué?

Nate, con ganas de llorar, pero con la determinación suficiente para no hacerlo, volteó su cabeza para ver el rostro deprimido de su hermana.

— Rosa, siento mucho decírtelo... pero...

— ¿Pero!?

— Red no ha venido para escapar con nosotros, el ha venido por una decisión que tomó...

— ¿A qué te refieres...? — con lágrimas en su rostro — Que intentas decir..?!

— ... Red no vino para regresar... vino para quedarse, me dijo que mantuviera la promesa, es la única manera... es la única manera para ganar esta batalla... o para sobrevivirla....

Ahí Rosa lo entendió, Red no vino para dar más apoyo, estaba dispuesto a morir junto al general en aquel edificio, en pocas palabras, iba a sacrificarse, por la ciudad, por Adaman, por todos.

— ¡P-pero-

— No hay marcha atrás... — llorando en silencio, mirando hacia delante.

La hermana castaña no se aguantó las ganas y empezó a llorar desconsoladamente juntando su frente con la espalda de su hermano, mientras sus lágrimas caían en el rostro del desolado jerarca.

Celebi, con los ojos cerrados, triste por el sacrificio del entrenador, miró una última vez hacia el edificio.

Y finalmente, le dedicó una frase, al entrenador más fuerte del mundo. Que quedaría en el Hall de la Fama por siempre.

— Que Arceus te libre — dijo el Pokémon singular.

...

En el edificio, Red miraba seriamente al peliverde, que a pesar de estar herido seguía teniendo la actitud de siempre. El fuego seguía expandiéndose, pronto todo se derrumbaría.

— *se ríe* Para mí es un honor ser el enemigo del entrenador más fuerte del mundo, que placer me da verte por primera vez, Red — dijo N.

— ...

— ... ¿Uh?

N miro a los lados y vio cómo todo estaba lleno de tanques de gas, Red lo tenía planeado desde el principio, iba a explotar el edificio.

— "Mh, no es idiota, si esos tanques explotan todo el edificio se derrumbará de forma rápida" — pensó N — Quien iba a pensar que te ibas a sacrificar, qué alegría me da darte la energía suficiente para asumir la responsabilidad de quitarte la vida por el bien de miles de vidas, sabes que si intentas escapar al matarme podré escapar yo también de la explosión.

— ...

N se resistía de las quemaduras, el final de ambos estaba cerca.

— *suspira* Aahhh que lástima, me habría encantado poder combatir con Adaman un poco más, ¿sabes? Yo nunca tuve un amigo de verdad, y él fue el único que me hizo sentir esa bella emoción que se siente al tener uno... — mirando al techo, sangrando — Grave fue mi error al no haberlo matado antes...

— ...

— Bueno, supongo que ya no puedo hacer nada, así es la vida, ¿no crees? — sonriendo — No importa qué tan inútil haya sido en la infancia, la vida nunca cambia para bien si Dios no quiere, ¿verdad?

— *asiente*

— Aunque, pensándolo bien, mi muerte será épica, alguien se sacrificará para matarme, aunque también tu muerte tendrá más mérito, por obvios motivos — dijo el peliverde.

— ...

— Los tanques de gas están a punto de explotar, ¿no vas a decir tus últimas palabras? Yo ya dije las mías.

— ...

— Mh... Ya veo, supongo que no hablas, bueno.

Pero Red lo interrumpió con un gesto.

El entrenador se quitó la gorra roja que tenía, y se la puso en el pecho, acto seguido, miró con una sonrisa sincera al techo, por primera y última vez, podemos escuchar su voz.

— Estoy orgulloso de haberme convertido en lo que soy ahora — dijo, cerrando los ojos.

— ... ... Hm — N también cierra los ojos — Grandes palabras, buenas noches, Red.

— ...

Los tanques explotaron y todo el edificio también, creando una nube ígnea de polvo que consumió a los dos entrenadores en todas las llamas y escombros. derrumbándolo por completo.

Los dos hermanos castaños, asustados por el ruido de la explosión y montados en el Braviary, cerraron los ojos, con lágrimas rozando sus mejillas.

Al parecer, Red cumplió con su cometido, luego de una vida de gloria, podría renacer en otra, y volver a convertirse, una vez más, en un maestro Pokémon, como aquellos viejos tiempos.

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La batalla contra Ghetsis terminó, porque tan pronto como Zekrom se liberó de la Electrotela y el tornado que lo envolvía, todos los compañeros de Adaman estaban empezando a escapar, era hora de la retirada, porque Arven había llamado por un barco de un antiguo amigo suyo proveniente de Noroteo para venir a rescatarlos.

— "¿Se escapan?" — pensó Ghetsis — "¡No lo harán!"

Pero tan pronto como quiso empezar a seguirlos, Ghetsis se detuvo, no era idiota, y viendo como aquel edificio central se derrumbaba con la ausencia de N. Supuso que algo malo había ocurrido.

— No... será mejor dejarlos vivos de momento, van en dirección noroeste — dijo Ghetsis — N, por favor, dime que te encuentras bien...

Zekrom alzó el vuelo y se desplazó junto al sexto general en busca del peliverde en el centro de la ciudad. No había rastro de Kyurem, y eso era extraño.

El segundo combate había acabado, de momento.

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En el puerto

Todos los ciudadanos ya habían evacuado la ciudad, con el tiempo el humo y el polvo restante de todo el caos provocado se disipaba, y con eso, con la ausencia de la tormenta, todo empezaba a calmarse, la tranquilidad finalmente regresaba.

En ese entonces todos los compañeros de Adaman llegaron al puerto luego de haber escapado de Ghetsis, allí se resguardaron para esperar a salvo el último barco que vendría a rescatarlos.

Estaban cansados, todos sus Pokémon estaban derrotados. Muy pocos quedaban en pie. Y Nate todavía no regresaba.

— ¿Creéis que están bien? — preguntó Aoi.

— Hay que tener paciencia... — contestó Marnie — No se rendirán, y menos Adaman, después de todo el esfuerzo que seguramente habrá hecho...

— No dudéis de ellos, les dije que hacer y cumplirán con su cometido — dijo Elesa.

— Ya no siento la presencia de N y Ghetsis — dijo Carola — Al igual que nosotros se están retirando, deberán estar exhaustos de tanto combatir.

— ¿¡Eso quiere decir que Adaman ha podido detener al otro general sin la ayuda de nadie!?— preguntó Aoi, sorprendida.

— Rayos, de verdad Adaman es muy fuerte, sin él no habríamos podido sobrevivir esta batalla, seguramente — dijo Arven.

— ... ¿Dónde están Hilda y Gloria? — preguntó Iono, triste.

— *suspira* Será mejor dejarlas solas, después de la muerte de sus hermanos, no saben qué hacer con sus vidas, están lejos de nosotros, pero a salvo, vendrán cuando embarque el barco — dijo Carola.

Irida, que estaba parada en medio del grupo sin saber qué hacer para no aburrirse, miró al cielo negro, pensando en lo que era perder seres queridos, muy queridos. Analizando todos los obstáculos que tuvo que superar Adaman con la impotencia de haber perdido a su familia en su espalda.

— "Tengo miedo..." — pensó Irida.

— ... ... ¿Porque? — preguntó Celebi.

— ... "¿Recuerdas lo que dijo Adama, antes de enfrentarse a N?"— triste.

Celebi se puso a meditar y recordó lo que dijo Adaman, antes de batirse en duelo contra el quinto general de Volo.

"Esta vez, os prometo que no le perdonaré la vida a nadie si me doy cuenta de que habéis asesinado a uno de mis amigos, esta vez, os mataré, lo prometo"

— ... Si, lo recuerdo bien.

— "Dijo que no perdonaría a nadie si alguien moría en esta batalla, han muerto tres personas, y solo para dejar en un empate este enfrentamiento... ¿qué crees que hará? Él dijo que no se iba a rendir, pero, ni siquiera yo podría con tanta impotencia encima, crees que nos mirará con la misma cara, con su agradable y amable actitud?" — preguntó Irida — "Conozco muy bien a Adaman, por eso tengo miedo"

En su niebla de pensamientos, Celebi también recordó lo que dijo el jerarca en el río, algo que lo hizo deprimirse, y que temía que algún día sucediera.

"Cada vez... empiezo a preguntarme más si debería viajar solo, porque la presión que cae sobre mí puede más conmigo, no quiero que os pase nada malo, nunca me lo perdonaría, no voy a permitir que nadie más muera a mi alrededor — tranquilo pero muy enojado por dentro — Nadie más"

"Irida tiene razón, quien será Adaman a partir de ahora, ¿qué hará? Si incluso yo no consigo mantener la calma..." — pensó Celebi.

Pero en ese momento, Celebi también recordó, como si fuera un milagro, algo clave para la esperanza del grupo.

— Irida.

— "¿Si?"

— Tengo un plan, déjame decirte a dónde debemos ir cuando embarquemos — dijo — Si queremos que Adaman siga siendo el mismo solo tenemos una sola cosa que hacer.

...

Pasaron cinco minutos hasta entonces, todos los entrenadores se levantaron al escuchar el graznido de un Braviary del cielo, habían regresado, Nate, Rosa, y Adaman.

El ave aterrizó, Rosa se bajó junto a su hermano y colocó el cuerpo del jerarca en el suelo, el charco de sangre no tardó en aparecer a su alrededor. Todos los entrenadores se acercaron al cuerpo, con la mayor preocupación en sus rostro.

Irida puso dos dedos en el cuello del jerarca.

— Esta vivo, el corazón le sigue latiendo... — dijo la rubia, aliviada.

Todos se aliviaron, como era de esperarse, si Adaman moría, posiblemente, sería el fin de todo. Y estuvo muy cerca de la muerte.

— ¿¡Como ha acabado así, de verdad nadie fue a ayudarlo?! — preguntó Liko.

— Él mismo nos dijo que fuéramos a por vosotros, pensándolo bien, creo que esta fue la mejor manera en la que pudimos actuar, por mucho que hayan muerto tres amigos nuestros... — dijo Arven.

— ¿Tres? — dijo Leaf.

Todos se callaron, tristes por ella.

— ¿Nate dónde está Red? —.

— ...

Pero el castaño no respondía, estaba cabizbajo, mientras guardaba en su pokeball a su honorable y dañado Braviary. Su hermana, también, se puso muy triste.

— ¿Nate?

— ...

— ¿No me digas que... — con los ojos cristalinos.

— Lo siento — cerrando los ojos con fuerza — Le prometí no decir nada, pero en un principio ya sabía que esto iba a pasar... ¡lo siento!

— Hermano cálmate... — dijo Rosa, y acto seguida se preparó para explicarlo mejor — Red ha muerto, se ha sacrificado por el bien de la ciudad, matando al otro general en el edificio central...

Leaf se arrodilló y empezó a llorar de forma silenciosa, tapándose el rostro con sus dos manos, todos estaban muy adoloridos, ya sea físicamente como psicológicamente, murieron tres entrenadores honorables, tres entrenadores que no tenían la culpa de nada, tres almas que tuvieron que abandonar el mundo.

— Sabemos que es duro, pero ya sabíamos desde un principio que iba a ser difícil sobrevivir, es más, tampoco sabemos quién morirá en los siguientes ataques... — dijo Nate, abrazado por su hermana deprimida.

— Por lo menos, la muerte de Red no fue en vano, N ha muerto, solo queda un general que derrotar — dijo Arven.

— Eso es verdad, y además, no podemos rendirnos aún, sin la ayuda de Adaman trabajamos en equipo y estuvimos a punto de derrotar al Zekrom de Ghetsis, con maxifruta incluida — dijo Carola — Según la lógica, nos será más fácil conseguir la victoria.

— ... No — dijo Irida.

— ¿Que? — dijo Liko.

— Siento tener esta actitud negativa en el peor momento, pero... yo no tengo una buena sensación sobre lo que sucedió...

— ¿A que te estás refiriendo, Irida? — preguntó Iono.

— Lo que quiero decir es... ¿de verdad estamos del todo seguros que N está muerto...? — preguntó la rubia.

Todo se hizo silencio.

— Debería estarlo... ¿no? Porque crees que siga vivo — preguntó Liko.

— Simple — respondió Arven — Son generales Liko, tú ya lo viviste, son los entrenadores más poderosos del universo, gente con el apoyo de Volo, ¿de verdad crees que va a ser tan fácil matar a uno de ellos? Y menos N, que ya de por sí es uno mucho más fuerte que los demás, mira en el estado que ha dejado a Adaman...

— ...

Todo volvió a hacerse silencioso, verdaderamente nadie tenía ganas de hablar, todo era horrible, pero Irida entró en consciencia al ver los ojos blancos de Adaman. Tenía que decirle a Celebi que lo curase, antes de que se muriera.

Debían darse prisa.

Fin del cap.

Equipo Normal:

Legendarios:

La historia continúa...

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