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Capítulo 05


Capítulo 5:

No hay tentación a la rendición

Hisui

[En el pasado]

Las pestañas de una niña pequeña se abrieron rápidamente, la pobre llevaba un buen tiempo desmayada por culpa de una perdida de sangre considerable, era Sabi, poco tiempo después de la desaparición de Adaman, mientras el Templo seguía en llamas.

Se levantó del suelo, se dio cuenta que se encontraba muy lejos del templo del monte corona, que por cierto, en él se seguían desatando explosiones ígneas por todos los lados, más bien todo parecía una erupción volcánica.

— ¿Que hago aquí...? — preguntó — ¿Que me pasó...?

Cuando sintió dolor en la espalda, se dio cuenta que tenía un corte muy grande en ella, por alguna razón, dejó de sangrar por esa herida.

— Debo volver con ellos... con los jerarcas... — se sentía débil.

— No podrás volver con los dos, pequeña — pronunció una voz grave a pocos metros de ella.

Se asustó, era una presencia muy intimidante, creaba una presión muy pesada al rededor suyo, se giró la niña.

Había un señor con una vestimenta muy rara para ella, alto, aunque la distancia los separara, Sabi podía ver claramente un color morado en las pupilas de aquella persona, unos ojos malignos.

— ¿Quien... eres? — asustada.

— Eso no viene a cuento... estas herida, ¿te importaría que te ayudara?

El señor emitía mucha desconfianza, sin embargo era muy fácil convencerse ante sus preguntas, si, era muy convincente.

Sabi estuvo a punto de aceptar, sin saber con el monstruo con el que estaba hablando.

— ¡Sabi, aléjate de él! —.

Sabi reconoció esa voz, hacía tiempo que no la escuchaba, una voz joven y femenina.
Akari se estaba acercando a ellos con un Braviary de Hisui, proveniente del templo.

— Esa voz... ¿Akari...?

— ¡Pájaro Osado!

...el señor puso un semblante serio antes de recibir el ataque.

El ave psíquica creó una explosión enorme en el área, la cortina de aire hizo retroceder a la niña debilitada. Pocos segundos después de un silencio, Akari salió de la nube de polvo con el Braviary de Sabi.

— ¡Akari estas viva...!

— ¡¿Estas bien...?!

— No estoy bien... tengo una herida muy grande...

— Todo esto es por mi culpa...

— No digas eso, ¿Volo está muerto?

— ... No, no está muerto, debemos irnos.

— Has cuidado de mi Braviary... te lo agradezco Akari...

— No es nada, vayamo-

Otra explosión se desató donde estaban ellos, el señor no había muerto, algo lo había salvado.

— Sabi móntate en el Braviary, ¡debemos irnos ya!

Psíquico — sonriendo.

Una onda enorme de energía psíquica afectó a las dos chicas y al Braviary, esa energía los manipulo y los estrelló contra el suelo, como si la gravedad estuviera incrementada.

— "Que es este poder psíquico... parece más bien un control en la gravedad, ¿que tipo de Pokémon... puede hacer eso?" — pensaba Akari, mientras no se podía levantar del suelo.

El hombre apareció junto con un Pokémon psíquico a su lado, flotando, con unos ojos igual de morados que los de su entrenador, era igual de grande que él y su cola era muy larga.

— Te faltó poco, como me dijo Volo, tú si que eres una entrenadora prometedora — dijo.

— ... ¡Braviary...! ¡Psicocarga...! — comandó Akari al Pokémon de Sabi.

Varias bolas psíquicas se formaron al rededor de ellos.

— Cúbreme — ordenó.

El Pokémon extraño creo un escudo, protegiéndolo junto a su entrenador de los proyectiles psíquicos, anulando su ataque de gravedad.

— ¡Sabi huye, Braviary y yo iremos a buscarte luego!

— ¡V-vale...! — se fue corriendo.

— Que ninguna de las dos se escape —.

— Entendido — dijo el Pokémon extraño con telepatía.

— ¡No te lo permitiré, Vendaval!

Fuerza Mental —.

Braviary irradió muchas cortinas de viento para poder alejar y dañar a los dos enemigos, pero el contrincante contrarrestó su movimiento con una bola de energía.

— ¿Te crees una heroína? Aquellos jerarcas nunca confiaron en ti, no te hagas ilusiones —.

— ¡Cállate! Braviary Pájaro Osado!

Psíquico —.

— Apartaos — gruñó el enemigo.

Con una mano, barrió toda la zona, empujando a Braviary, a Akari y levantando un montón de polvo.

Sabi, que ya estaba lejos, seguía viéndolo todo.

— ¡Akari!

— ¡Huye!

— Céntrate en mi Akari, tengo una misión, y tú también, luchemos por cumplirla —.

— ¿Que crees que estoy haciendo...?

— ¿Tú misión es proteger a esa niña inútil? por favor, mírala y mírate a ti, ni siquiera es capaz de combatir con su propio Pokémon, y tú si, no es valiente y huye de cualquier combate, y tú no, Akari, eres una entrenadora con un futuro prometedor, si me dieras la mano podrías reinar un mundo entero tú sola, debes entenderlo, debes alzar la cabeza.

— Me niego, yo nunca me arrodillaré ante Giratina, el equilibrio es el que hay, el que tú ves, vuestra mierda de crear un mundo mejor no tiene sentido, ¡jamás cambiare mis ideales por los deseos de Volo, y no voy a caer en la tentación de rendirme, nunca!—.

— ... ... Ya veo... ... Tendré que acomodarte bien la cabeza, niña inmadura.

— ¡Inténtalo, Braviary usa Ala Aural!

— Mewtwo, conquistale la mente con tu poder — ordenó con un rostro maligno.

— Que la aura del señor te engulla — dijo Mewtwo.

Mewtwo expulsó por una mano una energía oscura que atrapó al Braviary y le impidió usar el movimiento.

— ¡Braviary!

El ave empezaba a ser poseída por un poder oscuro que contenía Mewtwo, sus ojos adoptaron un color morado iguales a los otros dos y una aura morada empezó a recorrer todo su cuerpo, fue poseído.

— Ríndete, nadie puede parar al verdadero Gran Sinnoh, todos vosotros recorréis el mismo camino, el camino del fin — explicó — Braviary ahora no es de nadie, que empiece a escribir su propia historia.

— ¡No!

— Mewtwo, duérmela —.

El Pokémon artificial usó un poder hipnótico en Akari, durmiéndola y haciéndola caer al suelo, Sabi había huido lo suficiente para no ser rastreada, y Braviary ahora estaba a cargo de Volo.

— Bien, Mewtwo crea un portal dimensional —.

Con el nuevo poder que le otorgó Giratina, Mewtwo creó una grieta espacio temporal que conectaba a un túnel.

— Braviary, metete dentro, busca a un jerarca con ropa azul y un Pokémon verde a su lado, el señor Volo espera impaciente para crear un nuevo imperio con la flauta— ordenó al Pokémon poseído.

El ave asintió y cruzó el portal, viajando hacia otra época.

— Y ahora encarguémonos de esta niña.

— Entendido.

Lo que no sabía es que un ser místico de color verde se encontraría a Braviary en medio del túnel.

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[Paldea, Ciudad Leudal]

[En el futuro]

Transcurrieron unos 20 minutos, Adaman y Celebi ahora se encontraban en un campo de batalla en Ciudad Leudal, a punto de realizar un combate contra Brassius, todo esto solamente por un favor.

Varias personas se hallaban allí para presenciar el combate, el motivo era la otra presencia de Brassius, que era popular por ser uno de los ocho líderes de gimnasio de la región, y ahora se encontraba a punto de pelear contra una persona que nadie conocía.

— Me has sorprendido, me pase pensando que ibas a tardar las 24 horas del día en capturar un Pokémon, realmente eres un entrenador, ¿verdad? — preguntó el líder.

— Es la verdad — confirmó — Como veo, eres alguien muy fuerte, todos tus admiradores me transmiten esa sensación con la mirada —.

— Lo sé, pero si tú me ganas ahora mismo con el único Pokémon que tienes podrás llamar la atención si es lo que quieres, pocas veces la gente ve por la calle a líderes de gimnasio perder —.

— Espera, ¿con cuantos Pokémon vas a combatir?

— Con dos, te pondré a prueba — sonrió.

— ¿Acabo de capturar al Pokémon es poco probable que gane y ahora me lo pones difícil?

— Nunca darás el verdadero paso adelante si no enfrentas los retos que te da la vida, si no aceptas combatir con un sólo Pokémon tendré que irme ya —.

— No, no te vas a ir, me quedaré muy a gusto si te gano en un dos contra uno —.

— Tienes agallas, me gusta, ¿para avivar más el fuego del ambiente que te parece si apostamos algo...? — propuso Brassius.

— Está bien, ¿que me das si te gano?

— Te daré un Smartrotom, un pajarito me dijo que tenías problemas con tu ubicación y tu información personal —.

— ... —.

— ¿Que, no te convence?

— ¿Primero me compro un mapa y ahora tenías que darme un Smartrotom?

— ¿Como? ¡¿Entonces lo de la vendedora caliente fue una pérdida de tiempo?! — preguntó Celebi al jerarca.

— ¡A ti que te pasa con esa señora, quítatela de la cabeza! — le riñó Adaman.

— ... ¿Has acabado de gritarle a tu amigo imaginario...? — preguntó el líder, sudando.

— Si, perdón "Ahora sé cómo se siente un esquizofrénico siendo observado por la gente..." — deprimido.

— Con que soy imaginario... — murmuró Celebi, con una lágrima recorriéndole la mejilla.

— Y bien, ¿que me das tu si te gano?

— Veamos... ¿que te parece si te regalo a mi amigo imaginario? — sonreía.

— ¿Qué? — dijo Celebi.

— ¿A tu amigo imaginario?

— ¿¡Tú eres tonto?! — gritó Celebi — ¿¡Que sucede si pierdes, me necesitas, sabes?!

— Está bien, aceptó — dijo Brassius, extrañamente.

— ¿¡Y acepta?! — sorprendido.

— ¿Puedes calmarte? No voy a perder... — dijo el jerarca.

— ¿Y como sabes eso?

— Se llama confianza amigo, si confías en que vas a ganar, ganarás, si dudas perderás, y si crees que perderás, también perderás — explicó sonriendo.

— ¿De donde has sacado esa absurda frase sin sentido...? — molesto.

— De nadie, es algo que puede pensar cualquier persona, no hay que ser filósofo —.

— "Este jerarca es una caja de sorpresa..." — pensaba — "Muy malas sorpresas, de hecho"

— Está bien Brassius, saca a tu Pokémon — dijo.

— Con gusto — agarro una Pokeball y la lanzó dentro del campo de combate.

De la cápsula de captura apareció un Pokémon de tipo planta, obviamente, uno que Adaman no había visto nunca antes, todos los expectantes, que por el momento eran pocos empezaron a animar a los combatientes.

No hay Pokedex por lo que el Pokémon no puede ser registrado.

Saca al tuyo — propone.

— Voy —.

— ¿Estas seguro de esto? — preguntó Celebi.

— Que quieres que haga, solo tenemos a un Pokémon, y tú te has negado a pelear —.

— Es que yo no soy tu Pokémon —.

— Algún día tendrás que combatir junto a mi —.

— No, nunca, ¿viajó por el tiempo sabes?

— No me importa, algún día combatirás, estoy seguro.

— Como sea... —.

Adaman lanzó su Pokeball y de allí se materializó Gligar.

— ¿Gligar, desde cuando hay en Paldea? — preguntó el líder.

— A mi no me preguntes, soy nuevo en esta región.

— ¿Quien arbitra el combate? — el líder ignoró lo que dijo anteriormente el jerarca y lanzó otra pregunta.

— Yo — se nombró una voz femenina.

Todos, incluido Adaman, pudieron reconocer esa voz, una voz de chica. El jerarca porque no había pasado ni siquiera un día desde que la escuchó.

Aquella persona dio unos cuantos pasos para situarse fuera y en el medio del campo de combate, todo el mundo, igual que su voz, la reconoció y empezaron a gritar de la emoción, menos Brassius y Adaman.

Adaman por su parte también la reconoció, aquella chica la había visto hace más o menos una hora, la de los magnemites en la cabeza.

— La chica de los magnemites falsos — murmuró Adaman.

— ¿Se llama así? — preguntó Celebi.

— No, imbécil, no me sé su nombre, pero la vi cuando te fuiste de esta época, mientras te buscaba, pero la verdad es que no iba vestida de esa manera.

— Ah ya me acuerdo, esa es otra líder de gimnasio, si no recuerdo mal—.

— ¿Lo es?

— Si, ya su nombre me resulta una incógnita... —.

— Sere yo quien os arbitre — sonreía.

— ¿Te has molestado en venir hasta aqui para arbitrarnos en vez de seguir haciendo streams en tu casa niña aburrida? — pregunto el otro líder.

— ¡No soy una niña! — molesta, pero tierna a la vez — Todos mis seguidores de la ciudad estaban por esta zona y decidí venir porque te encontrabas tu.

— ¿Celosa? — preguntó Brassius.

— ¡Tampoco!

— Esos dos no se llevan bien... — murmuró Celebi.

— "Ya veo si...." —.

La chica también vio a Adaman, puso un rostro sorprendido, pero no dijo nada y empezó el combate, sin nada más que añadir.

— ¡Combate uno contra dos, el primero que se quede sin Pokémon pierde...

— Como pierdas te mato, suerte — le animó Celebi.

— La tendré — susurro con una sonrisa.

— ... que empieze... el combate!

Y ahí comenzó el primer combate del jerarca en la región de Paldea, en un futuro lejano, mientras en el pasado seguían creándose más problemas, Volo no se iba a rendir, no iba a parar, no hasta tocar la flauta azur. Y no le importará cuanta gente tendrá que reclutar.

La historia continúa...

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