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CONTINUAMOS.

Cerca de la orilla de esa enorme piscina la sabueso se asomaba lentamente al ver cómo el agua calmada sobresalía de ella su reflejo, acercando su nariz al agua para olfatear a que no hubiese un mal olor por la piscina aunque el agua estuviese muy clara.

— Ahg... Creo que se me fueron las ganas.

Dijo ella con un rubor en sus mejillas y darse la vuelta.

— ¿Es enserio? Vamos Loona, ¿Que tiene de malo un poco de agua? Bueno... Una gran posa de agua.

Tomó asiento al costado de la piscina ingresando lentamente sus pies dentro del agua, aunque estuviese fría, dentro de poco minutos sabía que necesitaría meter todo su cuerpo para acostumbrarse a su temperatura.

Loona intentó seguirle el paso a su amigo tomando asiento a su lado pero evitaba tener algo de contacto con el agua, no es que no fuese de su agrado el agua, al ver la profundidad que tenía más adelante, temía a que se fuese a undir y pasar vergüenza delante de su amigo y sobre todo, la mujer Stella.

— Está fría, ¿No...?. — volteó a ver a su amiga — Vamos, mete tan siquiera tus patas.

— ¡Ya! No me presiones idiota, tengo que concentrarme — exclamó entre leves chillidos.

— Ni que estuvieras estudiando.

Apretó fuertemente sus ojos y con rapidez metió sus patas al agua, justo al sentir el tacto del agua fría sobre el pelaje hizo un gesto entre dientes, sintiendo una fuerte vibra entre sus patas hasta llegar a su cabeza, no fue tan malo para ella después de todo.

Loona se sintió más relajada teniendo ya contacto con el agua fría, aunque lo costoso para ella era el después de salirse del agua.

A los pocos segundos Loona empezó a sentir algo suave en la palma de su mano, no se percató que había tomado sin querer la mano de su amigo al intento de meter sus patas en el agua, no esperó a que su amigo le dijera que soltara su mano.

Volteo con una expresión de pena al tener que estar con la mano del hombre, lo que no esperó es que su amigo no estuviera de la misma forma que ella de apenada, en vez de eso notó como el hombre tenía su mirada estancada en el agua.

Una mirada tan seca y penetrante que incluso ella se le quedó viendo por medio del reflejo de la alberca, estaba con una mirada tan perdida, Loona en eso volvió a ver su agarre con la mano de su amigo.

¿Volteara a verla si quita su mano? Pensó en ella, con su mirada busco la presencia de la mujer por la alberca, ella estaba sentada aún en los asientos de la cama acomodando algo de su ropa que se había quitado, no se daba cuenta de la expresión perdida de su amigo.

Aunque para Loona era mejor si no se daba cuenta, pues prefería ser ella quien sacará de trance a su amigo antes de que lo hiciera, Stella.

Con una expresión más comprensiva ella unió más su mano junto con la de su amigo, esperaba a que su amigo se diera la vuelta al sentir más su agarre pero en vez de eso, solo seguía con su mirada en el agua.

¿Que está pensando? Se preguntaba mentalmente.

— Cuanto tiempo a pasado...

Escuchando las primeras palabras de su amigo, ella muy intrigada volteo a ver a su amigo que al fin había acabado con el silencio, aunque estuviese todavía con la mirada en el agua.

— ¿Que?.

— Nisiquiera yo recuerdo como me veía de chico... Que horrible.

— ¿Te refieres a eso...? Pues en mi opinión, no te vea nada mal, aún te veo joven.

— Ay Loona... No entiendes. Mi cuerpo pronto dejara de ser el mismo, mi fuerza, mi resistencia, mi estabilidad, todo.

— ¿Y que tiene de malo eso? Si te mueres pues, terminarás abajo. Con todos nosotros, con mi pa- Blitz, el enano, Millie, Stolas, Mi hermana y... Conmigo.

Le dijo animandolo un poco, parecía ser que su físico lo había dejado en que pensar, aunque Loona no se daba cuenta que su amigo estaba viejo o no, ella al mirarlo solo presenciaba a un hombre aún joven, no sabe a qué edad se les puede considerar como viejos.

Como consuelo, Loona recostó su cabeza sobre el hombro de su amigo para ver si su reacción esta vez cambiase, acomodándose ella notó como las mejillas del hombre se ruborizaron, más la rápida desviada que hizo pero con una expresión seria, esto la hizo sentir feliz.

Moviendo su cola de un lado a otro está siguió en el hombro de su amigo hasta esperar algo más que llegase a pasar en ese instante.

El momento tan cómodo para el hombre se acabó al ver cómo la mujer se les acercaba a donde estaban ellos, entre dientes este sonrió frustrado al tener que pensar que Loona se despegará de el.

— ¡Ya par de enamorados! — se aventó salvajemente a la alberca, con la intención de salpicar a la pareja.

Ambos quedaron salpicados por el aventon de Stella, pero Loona no quiso apartar su mano con la de su amigo, en ves de eso está solo dibujo una pequeña sonrisa en su rostro para voltear a verlo rápidamente.

De igual manera el hombre volteo a verla, pero percatándose que su amiga tenía la expresión de una juguetona, con ambas manos esta tomó la cabeza del hombre, rápidamente acercó su hocico a su rostro para pasar su lengua sobre su frente, una gran lamida había recibido por su amiga.

Su mente quedó completamente en shock, su acción lo había dejada realmente quieto de donde estaba, no fue la gran cosa pero no sé espero que su amiga le fuera a lamer su frente, el pensar lo dejo fuera de lugar, pues Loona aprovecho su embobamiento para lanzar a su amigo al agua de manera salvaje pero divertida.

Entre carcajadas Loona río al ver a su amigo todo mojado y tembloroso del agua tan helada, aunque cuando se trata de venganza, el hombre sabía muy bien como realizar sus planes.

Acercó rápidamente sus manos a las patas de Loona, dejando sus carcajadas aún lado está solamente se aferró al suelo intentando no ser jalada por su amigo al agua, aunque al sentir las manos tan suaves del hombre en sus patas, está solo evitaba no sonrojarse.

— ¡Ven! ¡Tú también te vas a mojar conmigo! — gritó un poco molesto el hombre intentando una vez más jalar — ¡Carajo, si tienes más fuerzas que yo!

— ¡No puedes idiota!

Gritó muy confiada y orgullosa de la fuerza que aplicaba, aunque está le costaba quitarse las manos del hombre de encima, poco a poco se fue jalando al hombre obligándolo a salir de la alberca sin que esté se desprendiera de sus patas, levantando poco a poco sus patas para que al final el hombre se quedase fuera de la alberca.

Estuvo a punto de salirse del agarré pero por mal pensando, Loona sin querer estaba dejando a la vista su parte trasera ante los ojos se su amigo, quien al mirar a frente este solo quedó boca abierto, Loona era de tamaño grande, era más grande que su amigo por lo tanto su cuerpo es lo suficientemente grueso como para cubrir al hombre de un solo abrazo.

Ya se imaginarán como serían las partes de esta sabueso, con un fuerte sonrojo el hombre esta vez intentando meterse al agua pero tampoco quería dejar ir a su amiga, el trasero de Loona era en lo que la mirada del hombre estaba estancado, poco tiempo antes de meterse al agua el hombre pensó por un segundo. Imaginando que su amiga no sabía que le estaba enseñando su trasero.

Este aprovecho que su amiga estaba despistada y rápidamente quitar por completo la cola de Loona dejando expuesto completamente el trasero de la sabueso.

— Cielos Loona, tu trasero me gusta.

Fueron las palabras que el hombre soltó para activar un sentido en Loona, uno que la hizo ponerse en un gran sonrojo que parecía que esta explotaría, pensando que su amiga se cubriría con sus manos y dejar su agarre este intento jalar una vez más a su amiga, pero lo que no esperó es que Loona muy roja se desprendió rápidamente de el como si se tratara de un enemigo por evadir.

Miró al frente solo para ver la pata de su amiga en dirección a su rostro, en menos de un segundo la pata de Loona impactó salvajemente contra el rostro de su amigo, lo increíble es que la patada hizo que el hombre se moviera en el agua hasta llegar al otro extremo de la piscina, una patada tan fuerte por medio de esta dolería demasiado.

— ¡Mierda! ¡Perdón!.

Gritó la sabueso al ver al hombre al otro lado del borde, juró sentir como  lágrimas intentaron brotar en sus ojos luego de haber pateado fuertemente a su amigo, aunque para sorpresa, Stella no se había dado cuenta del golpe, pues está aún no había salido del agua por intentar nadar hasta al fondo de la piscina intentando alardear un poco para el hombre.

— ¡M-Mierda, creo que naríz está rota! — comento en broma.

— ¡Lo siento mucho! ¡Maldito idiota, tu te lo ganaste! — apenas se acercó y se asomó a ver el estado de su amigo — ¿E-estas bien...?

— ¡S-Sii! No te p-preocupes, diablos, una patada como la tuya y de seguro me inscribo en un equipo de fútbol.

Sacando de la angustia a su amiga por el comentario, está sin pensarlo ingreso a la piscina solamente para darle un fuerte abrazo a su amigo, quien aún con dolor correspondió gustosamente al abrazo de su mejor amiga.

Loona olvidó que su amigo estaba sin camisa, al mismo tiempo que el hombre estaba apegado al cuerpo semi desnudo de la sabueso. Ambos se percataron de lo que estaban haciendo, inmediatamente la sabueso se apartó del hombre con un gran rubor en sus mejillas.

— ¡B-Bueno...! Ya estoy metida... ¿Ahora que?.

A los pocos segundos, Stella asomó rápidamente su cabeza fuera del agua, justo había nadado de regreso a donde había saltado y que coincidencia que justo estaban a la par de la "pareja".

— Cielos, yo me meto a nadar y ustedes dos ya desean follarse — comenta en carcajadas.

— Solo hablaba con ella... — desvío la mirada — ¿No cree que sería bueno que se colocase su sostén...?

— Pfff, no seas marica, además tú ya me viste desnuda — volteo a ver a la sabueso con una mirada pícara — ¡Sorry! Pero la verga de tu novio ya estuvo dentro de mi.

Se espero a ver a su amiga realmente enfada por ese comentario, Stella en vez de llevarse mejor, más bien solo quería intentar llevarse bien únicamente con el hombre pues a la sabueso solo la hacía sentir mal o le hacía ver qué no era lo suficientemente buena para el hombre.

Aunque no fuesen nada, a Loona le seguía doliendo un poco las palabras que dijera ella, físicamente hablando. Stella tenía casi el mismo tamaño que Loona por lo tanto tenía un atractivo físicamente de igual forma que la sabueso.

El hombre volteo a ver a su amiga un poco apenado por el comentario, pero al toparse con la expresión de Loona, solo se preocupó más por lo que diría tras ver una expresión tan relajada en ella.

— Bueno... Lo bueno que su verga es mía ahora.

Antes de decir otra palabra de contra ataque, dentro de la mansión se escuchó como un teléfono empezaba a sonar, se trataba de una llamada entrante seguramente para Stella, está rodó un poco los ojos molesta y antes de salir de la alberca volteo a ver al hombre por última vez, para simplemente tirarle un beso.

Saliendo de la alberca aún con los pechos expuestos, está se adentro a la mansión dejando ahora a la pareja de amigos solos en el agua.

— Entonces... Mi verg-

— ¡Solo lo dije para que se callara! — gritó con vergüenza — Mierda... Creí que sería divertido nadar...

— Ay vamos, ahora que estamos solos te puedo enseñar un poco.

La profundidad de la piscina no era tan honda desde el costado en donde estaban ellos, para ser más claros el agua llegaba hasta los pechos se la sabueso, el hombre pues sabía mantenerse un poco en equilibrio hasta esa medida del agua.

— Me da vergüenza... No quiero ahogarme, además estás tú aquí viéndome y se siente raro que te vean y más con poca ropa...

— Pfff, Loona ya me chupaste la verga, ¿No crees que yo me sentía avergonzado el que vieras mis partes...?

— Ya idiota... Cielos si que estoy loca por haber echo eso...

— Ya relájate, primero lo primero, deja que tú cuerpo se uno con el agua, que no te de miedo ahogarte, debes mantener tus patas en movimiento, hará que mantengas algo de equilibrio y te sigas impulsando un poco más.

— ¿Que más...?

— No cierres tus ojos por ahora, te dará miedo saber que nadas sin ver y que te vayas a lo más hondo, debes saber a dónde vas.

— ¿Y...?.

— Y que no te de miedo, todos hemos echo esto alguna vez y tuvimos que aprender fallando.

Las cálidas palabras de su amigo le hicieron sentir segura, si pasaba algo malo pues el estaría para ayudarla, no sería capaz de dejarla nadar sin ayuda de alguien o que se llegará a hundir, esto por parte de Loona fue algo tan dulce que su amigo se ofreciera en ayudar, esperó a que el se echará a reír pero en vez de eso solo se ganó más la confianza de el.

— Solo una cosa más... — volteo a verlo directamente a los ojos — Si  vas a verme culo al menos ten la decencia de hacerlo sin que haya nadie que se de cuenta, idiota.

Rodó los ojos haciendose el que no sabía de qué estaba hablando ella.

Loona intentó unas cuantas veces en el agua mantenerse a flote, al principio le fue difícil pues tenía a su amigo en la vista y le daba vergüenza, pero intento relajarse pensando en que el solo estaba viendo para otro lado.

Era gracioso para el hombre verla pues ella nadaba con sus patas traseras y manos, en lo único que podía pensar era en un enorme perro nadando en el agua, el pelaje mojado de Loona estaba subiendo por completó su espalda hasta sus glúteos, debía ser un poco incomodo sentir algo peludo y mojado en su espalda.

Poco a poco el hombre se fue incorporando un poco al lado de su amiga, estos empezaron a coordinar sus movimientos ahora cada uno nadando a su manera y Loona siendo más fuerte, está podía impulsarse más fácilmente y moverse con facilidad.

El hombre miraba con orgullo a su amiga que apenas unas horas pasaron y ya podía mantenerse a flote en el agua, claro que la sabueso aún no llegaba al costado hondo de la piscina, el solo ver la profundidad se sentía incapaz de nadar sobre esa parte.

Nadando hasta la orilla el hombre asomó su cabeza, recostandola sobre el borde de la piscina solamente para ver hacia el lado del bosque que ya se miraba que la tarde empezaba a notarse, los destellos del sol ya se empezaban a notar.

Loona quien seguía nadando gustosamente se topó con la espalda del hombre, asomó su cabeza a la superficie solo para ver a su amigo completamente distraído con la mirada en el bosque oscuro.

A los pocos segundos está encaramó sus manos en los hombros del hombre para darle con mucha confianza un enorme abrazo desde su espalda, cualquiera diría que estos dos serían una pareja amorosa.

— ¿Que tanto miras?.

— ¡Nada! — exclamó en voz alta al sentir el abrazo tan repentino de su amiga — solo veo el bosque...

— Bueno, creo que este día no estuvo tan malo, nado un poco mejor gracias a ti. Gracias.

— No agradezcas... Oye Loona una pregunta.

— ¿Que? — Esta salió de la alberca para sentarse en el borde y estar al lado del hombre quien seguía recostado.

— ¿Es buena idea el matarme para quedarme en el infierno?.

Loona se quedó paralizada por un par de segundos, el que su amigo se matara para estar definitivamente en el infierno era una idea tan alocada, no importaba que opinión le diera, al final el hombre es quien tomaría la palabra si pegarse un tiro o no.

Cierto, ¿Debería importarle la decisión que tomará? Pues por supuesto que debía, era de su mejor amigo del quien se trataba, el estar en la superficie sería de verse poco, aunque sabía que no tenía mucho que vivir por los problemas con los sujetos que los buscaban.

Pero el estar en el infierno le daría más oportunidad a ella para pasar más tiempo junto a él, le gustaba llevarse bien con su amigo, era su mejor pasatiempo ahora, el alcohol habia quedado como el segundo plato en la mesa, el platillo principal era su mejor amigo.

Loona sonrió con su respuesta ya pensada, dirigió su mirada al rostro de su amigo y coloco su mano en su cabeza para alborotarle su cabello.

— Por mi mejor si estás muerto. Se que suena mal pero ya sabes a qué me refiero.

— Ja ja ja, que graciosa... ¿Que beneficio me trae?.

— Pues... ¿Alcohol? Hmmm... ¿Vivirás con nosotros?.

— ¿Que? Claro no tonta, yo haría mi vida en otra parte, no quiero estar más como un inquilino.

— ¿Que? No mames, ¿No hablas en serio? — pregunta ella muy inquieta.

— Es verdad, quiero algo de privacidad Loona, además. ¿Tendría que buscar un trabajo para mantenerme no? Es como aquí, si no trabajas te quedas en la calle o te quedas viviendo en una lujosa mansión solamente porque no tienes a donde ir pero debes de trabajar para pagar algo que debes.

Sabía muy bien que se estaba refiriendo a el mismo, Loona desvío la mirada entre pequeñas carcajadas, no supo que responder ante su respuesta. Aunque Loona no quería que su amigo se apartará de su lado, se habia acostumbrado a pasarla con el, incluso en sus horas de trabajo.

Loona intentó buscar tal vez otro tema para no tener que pensar en la desición de su amigo pero resulta que los problemas que tanto los ignoraba, no podía hacerlo esta vez. Este era un caso muy especial para ella que tenía que ver con sentimientos.

En ese instante el hombre salió de la alberca para estar ahora sentado al lado de la sabueso con sus pies solamente en el agua, ambos estaban tan apegados al otro, el mojado pelaje de Loona se prendía en el brazo del hombre, sus manos rozaban entre ellos y sus respiraciones del otro se podían escuchar.

Loona en verdad no quería que su amigo se apartará, buscaba las palabras adecuadas para sacar el tema y convencerlo de que se quedará vivir en el palacio.

— Sabes... En mi vida no creí que encontraría a un amigo...

— ¿Que?.

— Esto de tener amistades creí que sería una mierda pero... — volteo a verlo — ahora que te tengo, creo que me equivoqué, eres la mejor persona que pudo haber llegado a mi, nisiquiera mi hermanastra se a ganado tanto mi afecto como tú... Idiota.

Dijo de última para darle un leve golpe en su hombro.

— Je... No quieres que me vaya, ¿Verdad?

Loona asintió de inmediato cuando las palabras llegaron a sus orejas, con su mirada baja está dejó salir un pesado suspiro, el hombre no sabía que tan importante era para ella el tenerlo como acompañante.

— ¿Sabes porque...? Porque... P-Porque... Porque yo te quiero mucho imbecil, y no quiero perder al único imbecil que me soporta.

¿Quererme...?

Pensó el hombre, de toda sus palabras. Esa fue la que se quedó estancada en la mente del hombre, el que alguien lo quisiera le era algo agradable, ahora que se trataba de su amiga. El hombre sintió como una pequeña chispa de esperanza brotaba en medio de ambos, como si Loona pudiese llegar a sentir algo de amor por el.

Notando la mirada tan decaída de la sabueso, no supo si dejarse de rodeos y decirle lo mucho que le atrae o solamente darle un fuerte abrazo en consolación por sus palabras tan impactantes para el.

Tenía que responder.

Hmmm, ya sé.

— Creo que nunca te lo llegué a decir o no lo recuerdo pero... Yo tambien te quiero mucho Loona.

— ¿De verdad...? — pregunto entusiasmada por las palabras de su amigo, sin darse cuenta que su cola se movía de lado a lado y sus orejas se habían alzado.

— De verdad... Si te hubiese conocido antes, estoy seguro que nos llevariamos mejor que ahora...

— Si... Tal vez tengas razón.

Se quedaron ambos con la vista al frente sin decirse una palabra más luego de aquella charla. Desde en ese punto en adelante la pareja de amigos estuvo platicando un poco más sobre que sería de ellos sin el otro, esto tal vez incluyó a Stella pues ella luego de casi una hora se apareció en la alberca.

Los tres hablaron cómodamente, salvo Loona que algunos argumentos de la mujer le hacían sentirse de menos, no se cansaba en molestar a la sabueso, hablando mal sobre su raza.

El hombre tal vez no la defendía pero le hacía hacer a Loona que no le importaba todas las cosas que dijera ella, estando con su mano unida con la de su mejor amiga.

Pronto anocheceria, ya dando el aviso a los 3 integrantes de la alberca que debían ya de salirse.

Loona fue la primera en salirse de la alberca solamente para sacudir todo su cuerpo, intentando secarse con el poco frío que ya hacía pero lo único que consiguió fue hacer que todo su pelaje se emponjara.

Stella antes de salir de la alberca, pasó cerca del hombre quien apenas sacaba sus piernas del agua, con su mano rozar en su cabello hasta arrancarle un pedazito de su cabello.

— Los veo adentro~

Dijo para entrar a la mansión con una sonrisa maliciosa.

— Carajo.

— Créeme que pensé que me llevaría bien con ella pero fue todo lo contrario, me está empezando a fastidiar y mucho.

— A mi me incomoda que me coquetee, Stolas debió sufrir mucho con esa mujer.

— No sabes por cuánto paso el junto a Blitz, es caso perdido — rueda sus ojos molesta.

— Supongo... Vamos, se me congelan las piernas.

De la cena hasta la hora de dormir no pasó nada más interesante, ningun tema por hablar sobre la comida, o el comportamiento de la mujer, pues está no había comido con ellos, solamente se habían servido los platos para la pareja de amigos, Stella tubo que retirarse temprano de la mesa para su cama.

Una gran noticia para Loona y su amigo.

Casi acabando de comer, el hombre se ofreció para lavar los platos sucios que habían quedado en la mesa, cosa que Loona no tubo problema, si quería dormir pues debía de primero darse una ducha de agua caliente, no podía estar aún con su pelaje húmedo.

El hombre aún podía soportar del frío, pues seguía sin su camisa. Como pudo lavó todos los platos que había ensuciado, limpio la mesa como pudo, tiro algunas cosas a la basura y acomodó los platos en sus lugares, llevándole casi una hora en limpiar toda la cocina.

Muy orgulloso se retiró de la cocina hasta su habitación donde estaba su amiga.

Dentro se mantenía la sabueso con un espejo frente a su rostro, sujetándolo con una mano mientras que con la otra peinaba de su cabello hasta terminar con su cola, pudo limpiarse por completo en lo que su amigo había aseado la cocina

Poco después está vio como su amigo entro a la habitación con una expresión de aburriento, dejando caer su cuerpo contra el sofá donde dormía, está solo río un poco para acercarse a su amigo y hablarle.

— Ahora necesito que limpies la habitación — ordenó a su amigo en tono molesta.

— Vete al diablo.

— ¡Ja ja ja! Lo siento pero en serio necesitaba bañarme, no soportaba tener mi pelaje mojado con esa agua de la alberca — hizo los pies de su amigo aún lado para sentarse en el sofá.

— Ahora debo de bañarme yo... Que flojera.

— Bueno tu te duermes sin camisa y sin pantalones, ¿Que putas madres te importa bañarte?.

— Pues que también soy aseado — dijo levantándose del sofá y tomar su maleta — mierda, necesito comprar ropa para dormir.

— Hace frío.

— Lo sé, ¿Si hay agua caliente verdad?.

— Sip, si quieres te espero, no tardas mucho en el baño, ¿O si?.

— No, ni que tuviera tu cuerpo.

Dejando a la sabueso sonrojada, este se metió al baño junto a su toalla y una prenda que no hacía falta adivinar el que se pondría, un boxer.

Loona se pasó directamente a su cama para de una vez acomodarse y esperar a que su amigo llegará, pero en ese instante se acordó de que el hombre no dormía en la misma cama que en ella, el dormía en el sofá que afirmaba ella que no le fue nada cómodo para su trasero.

Sabía que no podría convencer a su amigo que se durmiera en la misma cama, no se iba quedar ahí pensando en si hablarle a su amigo sobre las camas, ella simplemente actuó, moviendo el sofá donde dormía su amigo y apegarlo lo suficientemente a la cama, justo al lado de donde ella dormía.

Colocando un par de sábanas extras para que estuviese casi a la misma altura de la cama y le fuese más cómodo a el dormir.

Echándose nuevamente a la cama, está volteo a ver al sofá de a lado, ella misma afirmaba que había cambiado bastante su comportamiento con su amigo, pensando las veces en que se tomaron de las manos.

Los abrazos que se daban, incluyendo las palabras dulces que no se decían a menudo pero la idea de todo esto era que Loona sabía a quien darle afecto y quien no y sabía muy bien que ese hombre a pesar de su edad, se comportaba de manera amistosa con ella y debes en cuando era infantil, sin mencionar que siempre estaba apegado a ella.

Sus acciones habían llegado a pensar a la sabueso que su amigo era algo valioso. Aunque no sabía si realmente se merecía una persona como el.

Dejando salir un leve suspiro, tomando la sabana con la que se tapaba está se tapó por completo ya que el frío ya empezaba a sentirse por el cuarto, más preocupada por que su amigo aún no salía del baño.

— ¡Idiota! Ya hace frío, apúrate.

— Duerme tu Loona, ya casi acabo pero tú duerme. No se porque sigues despierta — gritó del otro lado del baño.

— ¡Cierto, que me valga una verga lo que hagas! ¡Obviamente te voy a esperar, idiota!

Con enojó este salió pateando levemente la puerta y cerrandola de golpe, pero antes de decirle una palabra se dio cuenta de que el sofá donde dormía no estaba en su sitio correcto.

Loona movió rápidamente su cola al ver cómo su amigo había notado lo que ella había echo de apegar el sofá y dormir juntos o bueno, un poco más cerca del otro.

Con una ceja alzada dirigió su vista a Loona y aunque trato de ser serio no pudo contener la emoción por dentro por la acción que había tomado su amiga, ella al parecer quería tenerlo a la par suya.

— Loona... Es muy lindo de tu parte que quieras que duerma cerca de ti pero no quiero que vayas a pensar mal de mi, si te pasa algo y me tires la culpa a mi.

— ¿Que? ¿Me quieres coger? Pfff. Primero te mato idiota.

— ¡No, eso no loca! — rodó sus ojos molesto y se echó al sofá — conste que te lo dije.

— Tranquilo, no es que seas un puto loco por las noches, además — supo que su amigo voltearia a verla, por lo que alzó su trasero sin que la sabana la cubriera, moviendo su cola lentamente de igual manera sus caderas de manera provocativa.

— ¡Loona! — se dió la vuelta molesto mientras cubría disimuladamente su entrepierna.

— Ahora se que te gusta, hombrecito cachondo.

— ¡Ya! Creo que es muy tarde para que me estés alocando las hormonas. Mejor duerme.

— ¿En serio? Osea que soy atractiva para ti, no mames, creí que te gustaban los de tu misma especie pero creo que también suelo revivir corazones rotos.

Si seguía hablando con ella seguramente lo seguiría molestando, intento quedarse dormido para no seguir escuchando las palabras molestas de su amiga Loona.

Loona reía a carcajadas del hombre al ver lo sensible que era en ese tema aunque no pensó que se trataba de atracción en ella, en medio se sus carcajadas está miró que el hombre ya no le hacía caso, más bien ya parecía haberse quedado en silencio en su misma posé.

Se acercó a ver si se había quedado dormido pero para sorpresa este abrió al mismo tiempo los ojos en el instante que ella acercó su rostro.

— ¿Vas a seguir jodiendo?.

— Lo siento, me gusta joderte. — como en aquella tarde, está lamió rápidamente la frente del hombre para volver a su almohada para esta ves de una vez acomodarse.

— Descansa Loona, recuerda que mañana debemos de levantarnos un poco más temprano, Stella seguramente se aburrirá en esperar a que despertemos.

— Si tienes razón, ¿Crees que este planeando hacerme algo? Creo que le caigo mal a esa loca.

— No sé, igual estaré yo para defenderte, ¿No?.

— Que lindo pero seamos sinceros, no sabes pelear tan bien que digamos, en el hospital tuve que salvarte el culo.

— Me tomaron por sorpresa. Pero miren quién habla, la que sabe hacer muchas cosas menos nadar.

— ¡Ja ja! Que gracioso idiota, en fin. Al final siempre termino salvandote el trasero y no necesitas darme las gracias idiota.

— Pfff, si claro...

— Bueno... — acercó su mano a donde estaba su amigo acostado — descansa.

— Tu también... — dijo chocando el puño con Loona — descansa...

Fue así como el día acabó para estos dos, un día algo único para estos dos incluyendo algunas partes de la alberca, para el día de mañana quien podría pensar en las actividades que deberán hacer, probablemente no mucho, por mientras. Es hora de dormir.

CONTINUARÁ.

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