
EPISODE NINETEEN
Se asomó ligeramente cuando el primer jugador cayó, siendo inmediatamente atravesado por unas púas colocadas en el suelo bajo la trampilla. Disfrutó un poco de la posición que estaban tomando las piezas siguiendo sus órdenes como ingenuos, y se encogió de hombros cuando todos la miraron ante la pérdida del peón.
- En ocasiones los pequeños soldados sacrificados sirven para un bien mayor - se excusó, y después señaló a Ann, encargada ahora de indicar el movimiento de la pieza-. Creo que sabes donde tienes que enviar la pieza.
Ann, algo pálida al verse de frente al peligro por un movimiento de la chica para destrozar una torre, alzó lo suficiente la voz para ser escuchada por el juego y mandar la pieza al sitio que ella ordenaba.
Era tan terrorífica como los juegos.
EPISODE NINETEEN
CHECKMATE
Siempre había adorado ser las piezas blancas, al mismo tiempo que odiado.
Era simple y sencillo: con un solo movimiento puedes sentenciarte. Un mínimo movimiento tardío o un mal inicio podía llevar al jaque mate contrario con todo tipo de estrategias o astucia, pero como ella siempre había sido más astuta que el resto y mucho más rápida creando al menos tres jugadas diferentes para salir de algún aprieto, no perdía las partidas. Rompecabezas, scape rooms, adivinanzas, acertijos, ecuaciones... Con concentrarse y enfocarse únicamente en eso, podía resolverlos tan rápido como los planteaban. Su método de juego era angustioso para su contrincante, presionando desde el primer movimiento de pieza, y estaba segura que la mente tras esa partida de ajedrez estaba colapsando y odiandola en ese momento.
- Sé jugar al ajedrez, pero no entiendo qué estás haciendo - dijo Chishiya, mientras ella observaba atentamente como un peón negro avanzaba una casilla.
- Estoy jugando - dijo, poniéndose de cuclillas y ladeando la cabeza, cerrando un momento los ojos. Era su turno de mover laa piezas de nuevo-. Siempre que llega este momento, me pregunto si es mejor sacrificar un alfil o una torre.
- ¿Ya has estado en esta jugada antes?
Ella le miró desde abajo, volviendo a elevar una pequeña sonrisa.
- ¿Qué crees tú, Chishiya? - preguntó, con un tono algo burlón. Finalmente aclaró su garganta, y miró al frente de nuevo-. Torre a d5.
En el momento que la torre blanca ocupó el espacio indicado, cayó por la trampilla cuando el caballo negro la comió. Eso solo causó una sonrisa mayor en la chica, la cual movió los pies y se incorporó como si hubiera visto algo que la emocionaba. No se parecía en absoluto a la mujer temblorosa que no quería salir del coche por miedo a morir. En sus manos cargaba la muerte de tres jugadores, y no estaba seguro de cuántos más llegarían a sufrir ese destino tras confiar ciegamente en alguien que les mintió desde la primera palabra que pronunció. Sabía que estaban desesperados, sabía que tenían miedo y sabía que se aferrarían a cualquier rayo de luz por más tenue que fuera. Sabía, por supuesto, que solo necesitaba de ella misma para salir de ahí victoriosa.
- ¿Sabes algo, Chishiya? - de nuevo usaba ese tono tan absorbente. Era el tono de alguien que sabía que había ganado, el de alguien que aseguraba tener razón-. Leí una vez que el hombre más peligroso es el que tiene miedo - dijo, absorta de nuevo en las piezas blancas y negras sobre los perfectos cuadrados-. Por supuesto que es cierto - se movió por su cuadrado, saboreando el éxito-. Pero también creo que es aún más peligroso subestimar a una persona con grandes motivaciones. Y eso es lo que una persona con miedo hace -señaló a su alrededor con obviedad.
- Una persona con miedo es capaz de cualquier cosa - afirmó Chishiya, creyendo firmemente en eso.
- Pero siempre hay otra capaz de usar su miedo, y se verá limitada a las motivaciones de la segunda por buscar desesperadamente una salvación prometida - se sentía como estar hablando con una de las grandes mentes, y que nadie más que ella tenía razón-. Vamos, Chishiya, mueve el caballo.
Como un esclavo de sus palabras, dictó la orden al caballo (es decir, al jugador que había ido con ellos) haciendo que este ocupara la posición que ella deseaba. Sus ojos se abrieron esperando que la trampilla se abriera, ignorando por completo las súplicas de aquel hombre al no entender si moriría o no. Finalmente, cayó de cara a su propia muerte, salpicando de rojo la casilla blanca impoluta. Eso causó una mueca de asco en la castaña, pero lo ignoró para dirigirse a Ann de nuevo.
- Da el jaque - ordenó.
- ¿El jaque? - preguntó, sin poder ver desde su posición qué debía mover hacia dónde-. ¿Cómo? ¿La torre?
Minhee negó, alzando ligeramente las cejas. Ann se vio asustada.
- Pero...
- Da el jaque, ¿o acaso no quieres ganar, Rizuna-ssi? - suavizó la voz, como si le estuviera hablando a un niño-. Una carta tan importante como el 8 de diamantes... ¿Acaso no confías en mi, Rizuna-ssi? ¿Crees que te mentiría?
Tragando saliva, avanzó hacia el lugar que ella había pedido, quedando escalofriantemente cerca del rey mientras la voz del juego indicaba jaque para las piezas blancas. Una torre se deslizó entonces hasta quedar justo frente a ella, pero justo antes de que pudiera darse cuenta, otra pieza a sus espaldas se movió por la voz de Minhee y la trampilla del rey se abrió. Jaque mate.
Juego completado.
El único superviviente además de ellos se dejó caer de rodillas, temblando al haberse visto tan cerca del peligro en reiteradas ocasiones debido a la coreana y su método de juego arriesgado y violento. Iba directa a destrozar, no se andaba con rodeos y jugaba con la paciencia del contrincante. Era destructivo jugar con alguien así, siendo aliado o enemigo.
La chica volvió a ponerse seria, saliendo de la casilla de la cual no se había movido y caminando directa a la mesa blanca del fondo que brillaba especialmente por la carta de poker sobre ella. No tenía su desinfectante con ella, así que esperó pacientemente a que Chishiya llegara de su posición para así tomar la carta e irse finalmente. Tenía una semana más de visado, algo que la daba cierta satisfacción.
- ¿Planeabas sacrificarnos? - preguntó Ann, algo acelerada debido a la adrenalina. Chishiya tomó la carta y la guardó en su bolsillo, colocándose a un lado de Minhee como un guardaespaldas aunque él hubiera sido movido en dos ocasiones y no especialmente para alejarlo del peligro.
- A Chishiya no, si eso te reconforta - se encogió de hombros-. Igualmente, las posibilidades de que murieras en el jaque eran casi nulas- restó importancia, como si no estuviera hablando de algo tan grave como haber sacrificado a cuatro jugadores en un tablero como meras piezas descartables-. Ha sido una partida entretenida.
- Eres terrorífica - dijo el hombre que salió corriendo del tablero en cuanto el juego fue superado y se recompuso tras ver la muerte tan de cerca-. ¡Los sacrificaste a todos! ¡Y tú no te moviste en ningún momento!
Minhee rodó los ojos, como si tuviera que estar escuchando a un mosquito molesto en su oído. Para Chishiya que sí conocía el ajedrez, sabía perfectamente que en toda partida se necesitaban de sacrificios, además de que había incluso llegado a salvar a Ann y aquel hombre cuando podían haber muerto en movimientos anteriores.
- ¿Quién conduce ahora? - preguntó al aire, comenzando a caminar hacia la salida, de inmediato Chishiya siguiendo su paso-. Yo no sé.
- Conduzco yo entonces - Chishiya parecía resignado, volviendo a meter las manos en sus bolsillos-. ¿Por qué no sabes conducir?
- ¿Por qué crees, genio? - abrió la puerta de copiloto con fuerza, mirando el asiento con asco-. ¿Puedes limpiarlo?
Definitivamente solo un genio podría admirar a esta loca, pensó para sí mismo.
Se movió a un lado para que él pudiera asomarse y esparcir el spray, mirándola por un momento de una manera que no supo descifrar. Alzó las cejas esperando que se moviera para dejarla pasar, a lo que él soltó una pequeña risa nasal y rodeó el coche para subir de conductor. Minhee hizo una mueca de desconcierto, aunque igualmente subió como si nada esperando para arrancar y dormir tranquilamente hasta que se despertara por hambre.
- Minhee - llamó Chishiya, mientras Ann llegaba y forcejeaba con una de las puertas traseras. Era la que había hecho un ruido feo al cerrarla. Seguro estaba rota-. ¿Comprendes que no tienes por qué tener miedo?
- Si todos los juegos son así, puedo estar más tranquila - admitió, apoyando la cabeza en el asiento mientras Ann abría la otra puerta y subía-. Ha sido fácil, y era una cifra alta. De nada.
- ¿Por qué? - cuestionó Ann mientras arrancaban.
- Porque os he salvado.
El ego de Minhee había incrementado demasiado tras ese juego, y Chishiya debía admitir que eso mismo le había hecho apartar la mirada escondiendo su sonrisa por lo increíble que había sido ver su seguridad.
- Al llegar, debemos ir directamente a la sala de juntas - recordó Ann, removiendose en su sitio con cierta incomodidad. Esa pareja era extraña, y juntos daban cierto miedo.
- ¿Yo también? - se señaló Ahn, mirando por la ventanilla de manera distraída. Lo único que iluminaba las calles de Tokyo eran las luces largas del coche, y un recinto de juego del cual ya no salía gente-. Uh, ¿qué hora es?
- Pasadas las doce - respondió de inmediato Chishiya-. Ha sido un juego largo, tienes un método lento de victoria.
Minhee se giró de golpe, agitando sus mechones sueltos y abriendo la boca ligeramente. Parecía dispuesta a decir algo ofensivo, pero cerró la boca de nuevo frunciendo el ceño. Chishiya la miró de reojo, soltó una risa, y fue entonces cuando Minhee volvió a lanzarse al ataque.
- ¿Crees que Roma se construyó en un día, baboso? - espetó, alzando un poco la voz y saliendo de su tono bajo y arrastrado-. ¿La Segunda Guerra Mundial se resolvió en dos días? ¡No!
- Sigues siendo lenta.
- Y tú un palurdo - bufó, cruzandose se brazos y apartando de nuevo la mirada-. Japonés de mierda.
- Lenguaje.
Volvió a girarse, le miró de pies a cabeza y después volvió a musitar algo para sí misma en coreano. No entendía en absoluto una palabra de lo que decía cuando comenzaba con sus murmullos en su lengua natal, pero debía admitir que era divertido y sumamente atractivo verla cambiar hasta su tono de voz. Cuando hablaba en coreano su ceño tendía a fruncirse un poco más, aunque adquiría una mayor velocidad y usaba una fuerza de voz diferente. Era una imagen que podría ver sin cansarse en absoluto.
- ¿Sabes lo que me apetece hacer?
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Ann negaba con la cabeza disimuladamente, mientras el resto los miraba con extrema confusión mientras encontraban una manera de sentarse cómodamente en las sillas disponibles. Ahn se negó a sentarse, y quedó finalmente en pie junto a la silla de Chishiya como si no estuvieran dando una imagen cuestionable a todos aquellos jefazos de la Playa.
- ¿Qué lleváis ahí? - preguntó Mira con confusión. Minhee entregó sus ojos hacia ella, sosteniendo contra su pecho la caja de cartón.
Chishiya negó restando importancia, mientras él mismo tenía sobre su regazo otra caja idéntica. La diferencia entre ambas cajas era notable, ya que la de Chishiya dejaba bien a la vista lo que contenía el interior mientras que la suya estaba firmemente cerrada. Ann de nuevo negó, sin saber como habían acabado a altas horas de la noche y ayudados de unas linternas a buscar lo que la coreana había insinuado que deseaba.
- Minhee - llamó Chishiya, viéndola balancearse en sus pies mirando todo a su alrededor hasta que llegara el Sombrerero-. Dame la caja.
La coreana miró la caja, le miró a él y después se encogió de hombros, dándoselo como pedía y viendo como la acomodaba sin problemas sobre su regazo. Era una liberación de peso, y tonta sería ella fingir que no pesaba cuando sus brazos ya estaban algo dormidos por la falta de fuerza en ellos. En ocasiones se sentía una flojucha, pero luego pensaba que era inteligente y se la pasaba por completo.
Justo cuando estaba pensando en largarse por el aburrimiento de esa sala silenciosa y las ganas de ir a su habitación y tumbarse hasta que volviera a amanecer, la puerta se volvió a abrir revelando al jefe del recinto fiestero.
- ¡Que empiece la reunión! - después le miró a ella-. Bienvenida de nuevo, querida Ahn.
Hizo una mueca nada disimulada, y apartó la mirada con asco.
- Repulsivo.
Chishiya no tenía ni idea de lo que había susurrado, pero había sido igual de increíble que cualquiera de las otras veces que la escuchaba murmurar por lo bajo en su idioma natal.
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PLAY
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𝗚𝗥𝗔𝗣𝗛𝗜𝗖 𝗔𝗥𝗘𝗔
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Tremendo bloqueo tenía, creo que hasta se nota en la parte donde me he quedado bloqueada por días xd y lo peor es que no me he quedado 100% conforme con el capítulo *cry*
Anyways, Feliz año <3
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