☤ : 𝐎𝐎𝟖 ⇢ ❛𝐓𝐨𝐝𝐨 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐫𝐚́ 𝐁𝐢𝐞𝐧❜
Un estruendo producido por el sonido de cosas caídas detuvo a Nayeon, por lo que dejó de cortar las zanahorias y posicionó el filoso cuchillo a lado de la verdura picada para quitarse el mandil de cocina que tenía puesto. Guardó silencio un momento para comprobar si el sonido venía de la habitación o de otro lugar.
Otro sonido mucho más fuerte se presentó, esta vez la castaña pudo identificar con seguridad que definitivamente provenía desde su habitación.
¿Qué podría haber ocasionado ese sonido? ¿Un ladrón? ¿Un delincuente? No lo sabía, pero empezaba a asustarse.
Mientras caminaba dando pasos cortos hacia su habitación, su memoria recordó que la única persona que se encontraba en su cuarto, mas exactamente, su baño; era Jeongyeon.
Solo con pensar que algo malo pudo haberle sucedido a la pelicorto, una leve corriente eléctrica recorrió lentamente su espina dorsal debido a sus nervios. Dejó de caminar lentamente y se apresuró a entrar a la habitación para dirigirse de inmediato al baño.
Forcejeó con la cerradura de la puerta que daba al cuarto de baño, pues esta se encontraba con pestillo. Tocó insistentemente esperando a tener respuesta, pero nadie respondió a su llamado, lo que aumentó sus nervios.
ㅡ ¡Jeongyeon-ah! ㅡ tocó otra vez ㅡ ¿Estás ahí? ¿Todo bien? ㅡ preguntó con miedo en su voz ㅡ Escuché un ruido, dime algo si te encuentras bien, por favor.
Nayeon volvió a tocar la puerta mucho más fuerte, haciendo que algunos de sus nudillos tomen un color rojizo por los constantes golpes en el objeto, mientras que, en otros, la piel amenazaba con levantarse cada vez más para dejar salir pequeñas gotas de un líquido color carmín.
Finalmente, se cansó de insistir, y a pasos acelerados fue a buscar la llave con la que podría abrir la puerta. Por suerte, Nayeon sabía la ubicación exacta del pequeño objeto, por lo que no le tomó más de treinta segundos tomar la llave entre sus manos y dirigirse inmediatamente a abrir la puerta del cuarto de baño.
Sus manos temblorosas se acercaron a la cerradura, introduciendo la llave con torpeza y rapidez. Un leve "click" se escuchó dándole a entender a la castaña que ya había desbloqueado la puerta y era libre de entrar.
Nayeon abrió la puerta de golpe por su desesperación, encontrándose ante sus orbes una situación realmente desastrosa.
Las cosas de aseo personal estaban regadas al azar por el piso del baño, mientras que la cortina de estampado de conejos que tapaba la ducha estaba medianamente descolocada y una mano se encontraba agarrada a ella; la mano de Jeongyeon, su cuerpo desnudo se encontraba tirado en el piso de azulejos cristalinos de la ducha y de su cabeza brotaba liquido color carmín.
ㅡ Mierda... ㅡ susurró la castaña para sí misma.
Rápidamente, se acercó al cuerpo de Jeongyeon así sus pies se crucen con los productos de aseo. Ignorando la desnudez de la contraria, tomó una toalla y rodeó el cuerpo de Jeongyeon con esta, la tomó entre sus brazos teniendo sumo cuidado con su cabeza que se encontraba sangrando y se apresuró en levantarla entre sus brazos para cargarla.
Salió con dificultad del baño, pero lo pudo lograr. Posicionó con delicadeza a Jeongyeon sobre su cama, poniendo una almohada bajo el cráneo de la menor e ignorando el hecho de que probablemente la almohada blanca se manchada por la sangre que salía de su cabeza.
Su mano derecha tomó una de las muñecas de la menor, colocando su pulgar por encima de la ubicación de la vena, con la finalidad de verificar su pulso. El cual estaba fuera del rango de lo que se considera normal. Era necesario que Jeongyeon recobre la conciencia para que la situación no empeore mucho más.
Tomó otra toalla, pero esta vez la utilizó para cubrir la herida en la cabeza de la menor, ejerciendo fuerza sobre ella con la finalidad de tratar de detener la hemorragia.
Cuando se percató de que el fluido color carmín no salía con tanta abundancia como antes, pudo disminuir la fuerza. Lamentablemente no podía moverse o hacer algo más sin detener al completo la hemorragia.
En ese momento, Nayeon tenía demasiadas preguntas en su mente, pero no quería agobiar a la chica que tenía entre sus brazos con aquellas preguntas. Por encima de todo eso, la prioridad de la castaña era que Jeongyeon recobre la conciencia en su totalidad y pueda mejorar. Aun así, su pecho dolía y las lágrimas amenazaron con salir de sus orbes cafés, no podía evitar sentirse culpable por la situación en la que se encontraba la contraria, se culpaba por no evitar lo ocurrido.
Lentamente, las huesudas manos de Nayeon acariciaban las suaves hebras cortas y rubias de la contraria, su melena era muy sedosa al tacto, algo que le encantó a Nayeon.
Bajo las suaves gotas cristalinas que salían de sus ojos, se encontraba una sonrisa sin dentadura de la castaña, al escuchar un quejido por parte de Jeongyeon.
ㅡ Bien, todo estará bien... ㅡ le susurró ㅡ No te esfuerces mucho, yo estoy aquí.
Al parecer, la suave voz de Nayeon fue suficiente para que Jeongyeon se relaje, lo cual, se vio reflejado en su rostro, pues su mueca de dolor fue cambiada a una completamente natural y relajada.
ㅡ Tranquila, estaré contigo, no me iré hasta curarte.
Eran cerca de las dos de la mañana y Nayeon todavía se encontraba despierta, velando por la mejoría de Jeongyeon.
La menor ya estaba vestida y curada con una pequeña gasa en el lugar de la herida de su cabeza que resultó no ser tan grande pese a la abundante sangre que desbordaba de ella hace unos momentos. La castaña le había inyectado algunos antibióticos para acelerar el proceso de curación y evitar infecciones. Ya se sentía lo suficientemente mal, y que su herida empeoré le haría sentir peor.
Lo que ocupaba su preocupación principal era que Jeongyeon aún no despertaba, y no pensaba separarse de ella hasta que la menor despertase. Pero, como todo ser humano, Nayeon empezaba a cansarse.
Sus párpados empezaron a sentirse cada vez mas pesados, haciendo que su cabeza caiga al vacío en ciertos momentos cuando sus ojos se cerraban inconscientemente, revelando su cansancio. Por su puesto que estaba cansada, vestir a alguien inconsciente, limpiar el baño y curar administrando medicamento a la menor; no fue nada fácil.
Seguía sentada en la cama, mientras veía el frágil rostro de la menor descansando plácidamente. Quería irse a descansar, no le importaba si era en el sofá, lo único importante para Nayeon era que Jeongyeon se encuentre cómoda en su cama y bajo sus sábanas, las cuales cubrían el cuerpo de la menor, abrigándola.
Pasaron unos minutos, y el cuerpo de Nayeon ya no soportaba más estar despierta. Tomó una decisión y supuso que la menor se encontraría bien y mañana despertaría mucho mejor.
Arropó por última vez a Jeongyeon, dando pequeños golpecitos sobre el edredón que mantenía cubierto el cuerpo de la menor. Lentamente, procedió a levantarse de la cama, pero al estar de pie y empezar a caminar una mano agarró su blusa, deteniéndola.
Nayeon dirigió su vista hacia la menor, quien fue la que la detuvo. Jeongyeon se encontraba medio sentada, apoyada en uno de sus codos y manteniendo sus ojos ligeramente cerrados.
ㅡ No te vayas... ㅡ habló en un susurro ㅡ No te vayas por favor, no me dejes. ㅡ Esta vez, la menor subió su tono de voz.
La castaña se sorprendió ante las palabras de Jeongyeon, y ante el agarre de la contraria no tuvo otro remedio que volver a sentarse. Nayeon pensó que la menor probablemente estaba en un estado de sonambulismo. Aun así, le reconfortaba que Jeongyeon este un poco consciente.
ㅡ Tranquila pequeña, no me iré.
Jeongyeon volvió a echarse sobre la cama, ante las palabras pronunciadas por Nayeon, pero seguía sin aflojar su agarre con la blusa de la mayor.
ㅡ No quiero que te vayas, duerme conmigo, por favor.
Nayeon tragó en seco al escuchar las palabras de la contraria. ¿De verdad le acaba de pedir que duerma con ella? Una parte de ella no quería aceptar, pero otra quería asegurarse de que la menor se encuentre bien durante la noche. De igual forma, dormir a lado de Jeongyeon, no era correcto.
ㅡ No puedo hacer eso Jeongyeon.
Jeongyeon negó con la cabeza frunciendo el ceño, dándole a entender a la castaña que no estaba de acuerdo con su decisión. La menor abrió lentamente sus ojos, aunque no por completo pero lo suficiente como para ver el rostro de la castaña que tenía en su delante.
ㅡ Por favor, duerme conmigo. ㅡ rogó ㅡ Tengo miedo, no quiero estar sola.
Nayeon notó en el tono de voz de la menor, una profunda tristeza, no creía que sea por el accidente. Probablemente, tenga que ver con lo que afronta cada día. Lo que causó más curiosidad en la castaña sobre como vivía o que cosas hacía la pelicorto. No planeaba dejar sola a la menor en una situación delicada, así que tomó una decisión.
ㅡ Bien, dormiré contigo.
Finalmente, Jeongyeon soltó la blusa de la castaña, la cual rodeó la cama para acostarse del otro lado. Levantó el edredón y las sábanas, subiendo lentamente sobre la cama teniendo cuidado de no despertar a la menor.
Se cubrió con las sábanas y se acomodó bajo ellas, acostándose de lado, dándole la espalda a Jeongyeon y fijándose en tener una distancia prudente con la contraria. Posicionó su cabeza bajo la otra almohada para tener más comodidad y poder conciliar el sueño.
Suspiró por última vez, sí que había sido un día agotador, su cabeza y su cuerpo se encontraban totalmente agotados, por lo que no le tomó mucho tiempo tratar de caer en el sueño profundo.
Sin embargo, su intento de conciliar el sueño profundo se vio interrumpido debido al agarre de Jeongyeon que hizo que los cuerpos de ambas chicas se apegaran. La menor, con algo de esfuerzo, trató de rodear con sus brazos la espalda de la castaña para abrazarla y apegarse a ella.
Nayeon estaba estática, no se movía, le pareció rara la situación y las acciones que tomaba la pelicorto. Así Jeongyeon esté como monito pegado a un árbol, bueno, a su espalda; eso no le incomodaba para nada, le hacia sentir cómoda el calor corporal de la contraria.
Esta sería una noche larga.
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