𝐭𝐰𝐨. la corte de los búhos
CAPÍTULO DOS
la corte de los búhos ❪ 🦇 ❫
GOTHAM CITY.
actualidad.
HABÍA MOMENTOS EN EL DÍA EN LOS QUE PETRA SENTÍA QUE NO ERA ELLA MISMA. Era como si tuviera, a cada lado, una figura invisible: un ángel protector a su derecha y un demonio que, de alguna forma, siempre conseguía salirse con la suya. En una ciudad como Gotham, era difícil mantener un juicio racional cuando se trataba de la injusticia. No por nada era conocida como la ciudad de la noche, un escenario perfecto para atracos, asesinatos, secuestros y todo tipo de crímenes. Las guerras de bandas, los robos y los homicidios se sucedían en sus calles sombrías, mientras sus villanos, aunque carecieran de habilidades especiales, combinaban mentes privilegiadas con serios trastornos mentales.
El Departamento de Policía de Gotham, era un cuerpo de seguridad que se enfrentaba a todo tipo de criminales despiadados, personas comunes con un propósito obsesivo o maníacos dispuestos a arriesgar sus vidas en una partida mortal contra el mismísimo Batman. Para Petra, era una mezcla de ambas.
Durante gran parte de su vida, había sido simplemente conocida como la hija menor de los Monroe, una joven de vida aparentemente común, nacida en el seno de una familia privilegiada. Su existencia había transcurrido sin grandes sobresaltos, marcada por el lujo y la estabilidad que su apellido le otorgaba. Pero todo cambió con la muerte de su hermano. La pérdida trajo consigo un giro inesperado: su abuela le había ofrecido algo que nunca imaginó. Una salida, un nuevo camino, un destino completamente distinto.
Al principio, la idea de convertirse en una especie de vigilante nocturna le hizo pensar que no habría mucha diferencia entre ella y lo que Batman hacía en las sombras. Sin embargo, su abuela fue clara al asegurarle que su papel sería completamente opuesto al del Caballero de la Noche. No estaría allí para imponer justicia desde las sombras, sino para ser una guía del caos, una chispa en la oscuridad para encender nuevamente las llamas.
Pero aunque Petra no estaba segura de ocultarle a su madre este nuevo rumbo, su abuela le había insistido en que el secreto era necesario para proteger a toda la familia. Ya había perdido a su hermano, y no permitiría que, por su culpa, algo malo le ocurriera a sus padres. Así que, había prometido que mantendría el secreto.
La Corte de los Búhos siempre había sido un enigma para Petra, incluso a pesar de la cercanía que tenía con su abuela. Ningún miembro de su familia había mencionado jamás a ese misterioso grupo. Sin embargo, con el tiempo, Petra descubrió que su hermano Dan estaban al tanto de aquel oscuro secreto familiar y, que de hecho, había trabajado junto a ellos hasta el día de su muerte.
Aun así, cuando intentó obtener más información sobre el enfrentamiento de Dan con Batman aquella fatídica noche, se topó con un muro impenetrable de silencio. Nadie parecía dispuesto a revelarle más detalles; era como si, en realidad, nadie estuviera completamente seguro de cuál era la verdadera versión de los hechos. Las miradas esquivas y las respuestas evasivas sólo incrementaban la sensación de que algo importante se estaba ocultando, como si la verdad misma estuviera enterrada junto a su hermano.
Sin embargo, Petra tenía una lista de nombres que había recolectado durante un año entero. Pero había uno que estaba subrayado en color rojo.
Robin.
El nombre resaltaba en la lista como una advertencia en tinta roja, una señal de lo que vendría después. Petra había pasado noches enteras desvelándose frente a esa única palabra, intentando descifrar por qué su hermano parecía haber estado en el lugar y momento equivocado. Sabía que Robin era el compañero de Batman desde hacia tiempo, pero más allá de eso, no tenía idea de por qué todas las pistas parecían llevarlo a él.
Su abuela le había enseñado que la Corte de los Búhos no era un simple grupo de poderosos ocultos en Gotham, sino una fuerza que había moldeado la ciudad en las sombras por generaciones. Ellos no solo influían en la política y el crimen, sino que controlaban el destino de aquellos que se cruzaban en su camino, como había sido el caso de Dan. Él, al igual que ella, había sido guiado por su abuela. Pero Petra se preguntaba si él también había guardado secretos, o si le habían sido impuestos, al igual que ahora ocurría con ella.
La sensación de incertidumbre la carcomía. Su abuela había sido clara sobre el rol que debía cumplir: no sería como Batman ni como Dan. Ella no era una vigilante, ni una peona de la Corte. No obstante, éste parecía ser el único camino para conseguir lo que realmente anhelaba desde aquel día en el funeral. Sin embargo, ya no estaba tan segura si buscaba respuestas, culpables, justicia o venganza.
Miró de nuevo la lista, el nombre subrayado en rojo. Sabía que acercarse al compañero de Batman significaba adentrarse en el mismo mundo peligroso que había consumido a su hermano. Y esto la pondría en la mira del caballero de la noche.
El sonido de pasos suaves en el pasillo la devolvió al presente. Petra sostuvo el papel y lo dobló rápidamente, guardándolo en uno de los bolsillos de su campera justo cuando su abuela ingresaba a la habitación. La mujer, con su cabello rubio ceniza recogido y una expresión calmada, la miró en silencio.
──Petra, querida ──Kathryn la saludó cuando ingresó cerrando la puerta detrás de ella──. Me alegra que hayas decidido unírtenos.
Petra sintió un nudo en el estómago al ver la sonrisa tranquila de su abuela. Esa calma que la envolvía siempre parecía esconder algo más profundo, algo oscuro. Desde que había aceptado el rol que su abuela le ofrecía, cada vez se sentía más atrapada entre las expectativas familiares y sus propios deseos de descubrir la verdad sobre la muerte de su hermano.
──Sólo vine porque me prometiste algo ──respondió Petra, su tono más frío de lo que pretendía.
Kathryn se acercó a Petra y colocó sus manos frías y delgadas sobre su barbilla, levantando el rostro de su nieta para mirarla a los ojos. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios, pero parecía más como una máscara que ocultaba algo más oscuro detrás.
──Siempre cumplo con mi palabra, querida ──dijo Kathryn en un tono de voz suave y tranquilizador. Movió la mano y colocó un mechón del cabello rubio de Petra detrás de su oreja, antes de soltarla.
Petra permaneció en silencio, no podía evitar sentir cierta tensión y hostilidad por parte de su abuela mientras el silencio se hacia presente en la habitación. Aquella noche, Petra había sido citada por su abuela para una reunión secreta. Por lo general, nunca se encontraba presente cuando la Corte se reunía, pero parecía que aquella ocasión era de gran importancia.
──Petra, querida ──habló Kathryn, su voz suave y baja──, ¿Tú jamás me ocultarías ningún secreto, verdad?
La pregunta sorprendió a Petra, su corazón se aceleró al sentir el peso de la mirada de su abuela sobre ella. Sabía que incluso la omisión más pequeña podría ser percibida como una traición dentro de la Corte. Sin embargo, ella misma conocía sus acciones y no tenía verdaderos motivos para preocuparse cuando ambas sabían que Petra siempre había estado dispuesta a dar su vida en beneficio de la organización.
──¿A qué te refieres, abuela? ──preguntó, su rostro manteniendo una expresión neutral aunque con cierto tono de confusión.
──Has estado reuniendo la información que te hemos pedido ──dijo su abuela, su tono tranquilo y observador──. Pero siento que tu lealtad ha disminuido últimamente...
El corazón de Petra se aceleró cuando el escrutinio de su abuela se intensificó. Había sido meticulosa al reunir información para la corte y no había dado señales de vacilar en su lealtad.
──Mi lealtad no ha vacilado, abuela. He estado cumpliendo con mis deberes como siempre lo he hecho ──respondió, manteniendo un tono de voz firme pero sereno──. Mi compromiso con la corte no ha cambiado.
Kathryn entrecerró los ojos y su mirada era penetrante mientras escrutaba el rostro de Petra en busca de cualquier indicio de engaño.
──Sin embargo, algo te está carcomiendo, ¿no es así, querida? ──preguntó, con la voz todavía tranquila, pero con un matiz de dureza──. Algo que no has compartido conmigo, a pesar de que compartimos todo dentro de la Corte. Puedo verlo en tus ojos.
Petra dudo un momento antes de responder. Esperaba que su silencio simplemente diera por terminada la conversación, pero parecía que sólo delataba que tenía un pensamiento particular en mente.
──Dick Grayson ──dijo, rompiendo el silencio──. Me has dado miles de trabajos diferentes, con diversos objetivos. Pero no he podido ir detrás del que realmente importa.
La expresión de Kathryn se ensombreció levemente ante la mención de Dick Grayson. El nombre tuvo un cierto efecto en la mujer, haciendo que su actitud fría fuera aún más pronunciada. Sus ojos estudiaron en silencio el rostro de Petra antes de acercarse nuevamente a ella con un andar lento y sereno.
──Aún estás obsesionada con Dick Grayson... ──afirmó, su voz un poco más fría y seria──. Petra, hemos discutido esto. Los intereses de la Corte son más amplios que satisfacer tu venganza personal
──Tú me dijiste que podría vengar la muerte de Dan ──le reprochó Petra mientras su abuela caminaba hasta la puerta de la habitación, como si estuviera dispuesta a dejar atrás la conversación──. Me dijiste que podría continuar con su legado, vengarme por su muerte para que su recuerdo no quedara en el olvido.
Kathryn se detuvo con la mano en el pomo de la puerta.
──Y vengarás la muerte de tu hermano ──le aseguró Kathryn, observándola atentamente──. Pero a su debido tiempo. Los planes de la Corte a menudo se extienden más allá de las historias individuales y los agravios personales. Tu momento llegará ──su expresión se suavizó un poco──. Por ahora, querida, concéntrate en la tarea asignada para esta noche.
Con un ademán, Kathryn le indicó que la siguiera. Petra permaneció en su lugar por un instante, analizando con cautela cada una de las palabras de su abuela. Sin embargo, luego de unos segundos, avanzó hasta la puerta para abandonar la habitación siguiendo de cerca a Kathryn por el pasillo de aquella antigua mansión.
Desde el exterior, el lugar de encuentro parecía una simple mansión abandonada, pero en su interior albergaba los secretos más oscuros de la Corte de los Búhos. Un sentimiento de ansiedad mezclado con anti8cipación calaba sus sentidos hasta sus huesos. Al ingresar al salón principal, Kathryn avanzó, erguida y solemne, hasta el centro de la habitación seguida por Petra. Tras ella, una enorme chimenea ardía con fuerza, proyectando largas y amenazantes sombras que se movían con el parpadeo del fuego, reflejando la silueta de los demás miembros de la corte, ocultos en la penumbra.
──¿Otra reunión secreta? ──preguntó Petra a modo de susurro mientras quedaba de pie a un lado de su abuela.
──Es más bien una fiesta ──ambas detuvieron su andar y su abuela se puso delante de ella sin mirarla──. Esta noche es la Cena Anual de los Fundadores. Nuestra familia esta invitada y tu serás nuestros ojos y oídos dentro del evento. Solamente tienes que asistir y mezclarte entre los invitados. Nosotros nos encargaremos del resto.
──¿Cuál es el plan?
La mujer sonrió.
──Esta noche, toda la alta sociedad de Gotham estará en el lugar. La Cena Anual de los Fundadores es un escenario perfecto para que la Corte siembre sus semillas de influencia y fortalezca nuestro control sobre la ciudad ──sus ojos brillaban con un toque de emoción bajo la luz parpadeante del fuego──. Todo lo que tienes que hacer es observar y ser nuestros ojos y oídos en el evento. Y recuerda, nada de arrebatos, nada de imprudencias. No podemos permitirnos ninguna distracción.
Petra asintió sin decir una palabra más. Una sonrisa tranquila se dibujó en los labios de su abuela, satisfecha de que la conversación entre ambas había llegado a su fin. Petra observó cómo los invitados empezaban a agruparse alrededor de ellas, formando un círculo junto al fuego crepitante que lanzaba sombras ondulantes sobre sus rostros cubiertos por máscaras.
A su lado, Kathryn mantenía una expresión de satisfacción, una leve sonrisa de superioridad que apenas intentaba disimular. Con un aire ceremonioso, uno de sus asistentes le ofreció una máscara de búho adornada con plumas oscuras. Kathryn la tomó y, sin prisa, se la colocó sobre el rostro, ocultando sus facciones tras la mirada insondable del ave nocturna.
──Mis queridos amigos ──comenzó Kathryn, su voz tenía un tono seguro y autoritario──. Esta noche honramos el legado y las tradiciones que nos han convertido en la noble sociedad que somos hoy. Esta noche, es un nuevo comienzo para nosotros.
Kathryn recorrió la habitación con la mirada oculta tras la máscara de búho. Todos escuchaban sus palabras en un silencio absoluto, atentos a cada sílaba como si en ellas se escondiera algún secreto. Petra observó a los miembros reunidos alrededor, todos vestidos con atuendos formales y llevando máscaras intrincadas, cada una con un diseño diferente que parecía representar algo único y enigmático. El fuego de la gran chimenea arrojaba sombras cambiantes sobre las paredes, llenando el ambiente de una atmósfera densa y misteriosa, casi sofocante.
Kathryn dirigió entonces su mirada hacia Petra, sus ojos intensos ocultos tras la máscara, aunque la fuerza de su presencia era inconfundible.
──Sabes qué hacer, Petra ──dijo en un tono firme y solemne, cargado de una gravedad que hizo que Petra sintiera el peso de su responsabilidad.
LA NOCHE EN CIUDAD GÓTICA SIEMPRE ERA UNA MEZCLA PERFECTA ENTRE EL CAOS Y A OSCURIDAD. Al comenzar a trabajar codo a codo con la Corte, Petra se había sentido abrumada por el descontrol que reinaba en las calles de la ciudad. Quizás su madre siempre la había sobreprotegido, o tal vez jamás había tenido que enfrentarse a situaciones de tal crudeza.
Dentro de la Corte, nadie en aquel exclusivo grupo de millonarios había creído que una joven como Petra pudiera llevar a cabo las misiones que le encomendaban, ni siquiera su propia abuela. Sin embargo, Petra había demostrado que estaban equivocados: podía ser digna de su confianza. Había completado con éxito su primera misión, obteniendo la tan ansiada luz verde y eso la había posicionado perfectamente ara seguir escalando en su trabajo. Aún tenía que seguir entrenando, perfeccionándose en todos los aspectos, pero ya había puesto un pie firme dentro de la organización. Estaba lista para honrar la memoria de su hermano.
La noticia se había propagado rápidamente por la ciudad: la Corte de los Búhos, un nombre que resonaba entre los habitantes desde tiempos inmemoriales, ahora parecía esconder una misteriosa arma entre las sombras. Petra, con su identidad cuidadosamente oculta, contaba con el respaldo de la corte, que disponía de un grupo de asesinos encargados de realizar los trabajos más peligrosos, desviando así la atención sobre ella.
Su abuela le había mencionado que, por un tiempo, la corte había estado oculta luego de haber sido desmantelada por Batman. Por lo que esta nueva etapa implicaba la restauración de la organización y Petra era un elemento vital para ésta misión.
Con el paso del tiempo, Petra perfeccionó sus habilidades, hasta el punto de ganarse la confianza de miembros de la élite de la sociedad. A veces, incluso se la veía a su lado, desempeñando el papel de una guardaespaldas contratada, un rostro en las sombras que inspiraba tanto respeto como temor.
Petra estaba orgullosa de las habilidades que había adquirido, y sabía que su hermano también lo estaría. Era rápida, ágil e inteligente; tanto que, consciente de los desafíos que enfrentaría, siempre se preparaba con antelación para cualquier factor que pudiera afectar su misión. Y aquella noche, no era la excepción.
Bruce Wayne era el pez gordo entre los objetivos de la Corte, un multimillonario que mantenía el control de la ciudad, una ciudad que la Corte estaba decidida a transformar. Pero aunque Kathryn había dejado en claro el propósito de la velada, Petra tenía un motivo personal más profundo. Su misión no era solo una orden: era una venganza. La muerte de su hermano había dejado una herida profunda, y aquella noche era la oportunidad perfecta para hacer recordar su apellido. Sin embargo, por más que anhelara llevar a cabo su plan en solitario, su abuela había sido sumamente clara: mezclarse entre los invitados, reunir información y no levantar sospechas.
──Tu padre es la clave, puedes usarlo a tú favor ──comentó su abuela mientras Petra se preparaba antes de partir a la fiesta──. No estarás sola, uno de los nuestros estará para ayudarte si es necesario. Además, estaremos en constante comunicación.
Petra asintió.
──¿Qué hay del ayudante de Batman? ──preguntó la castaña, sin embargo, el rostro de su abuela se ensombreció nuevamente.
──Ya lo hemos hablado, querida. Los asuntos personales debes dejarlos de lado ──dijo en un tono serio──. Esta noche trabajas como una más de nosotros, no para tú venganza personal. No puede haber ningún error ──Petra asintió bajando la mirada, la inutilidad de sus palabras resonando en su mente.
Su abuela le dedicó una pequeña sonrisa antes de entregarle el comunicador, que Petra se colocó en uno de sus oídos. Sin embargo, antes de que pudiera dar un paso para alejarse, Kathryn se acercó y le posó una mano firme en el hombro, mirándola con intensidad. Petra reconocía esa mirada: sabía que, cualquiera fueran las palabras que su abuela estuviera a punto de pronunciar, las decía con absoluta seriedad.
──No me decepciones.
GIULY AL HABLA. . . BUENASSS BUENASSSS 🌌 ¡Segundo capítulo disponible mis amores! ¿Cómo han estado? Espero que su semanita haya ido bien.
Bueno bueno, tenemos segundo capítulo. Estaba casi listo pero por temas del plot lo modifique un poco para que más adelante tuviera coherencia, ya entenderán 👀😏
Anywaaysss, espero les haya gustado. No olviden dejar algún voto y/o comentario si lo desean para saber si les ha gustado, eso siempre es de mucha ayuda ❤️🌌
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