Hogwarts era el infierno en la tierra. Y no importaba cuántas veces le escribiera a mi abuela para rogarle que viniera a recogerme, ella simplemente seguía negándose.

¡𝐍𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐫𝐚́𝐬 𝐚 𝐬𝐞𝐫 𝐭𝐚𝐧 𝐛𝐮𝐞𝐧 𝐛𝐫𝐮𝐣𝐨 𝐲 𝐦𝐚𝐠𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐭𝐮𝐬 𝐩𝐚𝐝𝐫𝐞𝐬 𝐬𝐢 𝐧𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚𝐬 𝐭𝐮𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐮𝐝𝐢𝐨𝐬!

Pero no me importaba ser tan buena como mis padres. ¿Dónde les ha llevado ser brillante en algo?.

Obviamente no le dije nada de esto a la abuela.

En cambio, soporté en silencio.

En Halloween, soltaron a un troll en el castillo. Estaba tan asustada que me olvidé de guardar un trozo de pastel de calabaza para mi merienda de medianoche.

Esa noche temblé debajo de las sábanas mientras Hermione contaba la valiente historia de cómo Harry y Ron la salvaron en el baño de chicas.

Y luego la escoba de Harry intentó matarlo durante su primer juego de Quidditch.

—— ¿Qué esta pasando? —— Lloré con miedo mientras todos miraban cómo su Nimbus Two Thousand trataba bruscamente de deshacerse de él.

—— Nada puede interferir con un palo de escoba excepto la poderosa magia oscura. —— Dijo Hagrid con gravedad mientras hundía mi rostro en su chaqueta, aterrorizada de ver a Harry siendo arrojado a la muerte.

—— ¡Neve, puedes mirar ahora! —— Dijo Ron después de que hubieran pasado cinco minutos. —— Hermione lo ha solucionado.

No podía creerlo cuando salí viva para ver la Navidad.

Sin embargo, cuando regresé después del tan necesario descanso, pronto deseé haber muerto en un desagradable accidente.

Pasé junto a la biblioteca cuando de la nada, mis piernas se unieron y caí pesada y dolorosamente al suelo.

—— ¡Ah! —— Se rió una voz alegre que reconocí demasiado bien. —— He estado esperando toda la Navidad para probar eso contigo, Longbottom.

Miré hacia arriba para ver a Draco Malfoy sonriéndome, varita en mano mientras Crabbe y Goyle se reían a carcajadas a ambos lados de él.

—— Deshazlo, ahora. —— Grité, tratando desesperadamente de sonar feroz, pero mi voz salió con un temblor mientras yacía tendida en el suelo, indefensa.

Pero Draco solo se encogió de hombros, sonriendo maliciosamente.

—— Nah, creo que solo te veré intentar arrastrar ese culo gordo de regreso a tu valiente torrecilla.

Haciendo todo lo posible por no llorar, comencé a arrastrarme por el pasillo usando mis brazos para deslizarme mientras Draco y sus dos matones se reían histéricamente detrás de mí.

Cuando llegué al retrato, no pensé que me quedaran lágrimas para llorar.

Fue Hermione quien me encontró y deshizo el cruel hechizo de Draco antes de ayudarme a subir a la sala común de Gryffindor.

—— ¿Qué pasó? —— Me preguntó, llevándome al sofá donde se sentaban Harry y Ron.

—— Malfoy. —— Dije temblorosamente. —— ¡Lo odio!.

—— ¡Ve con la profesora McGonagall! —— Ella me instó. —— ¡Reportalo!.

Pero me limité a negar con la cabeza.

—— No quiero más problemas.

—— ¡Tienes que enfrentarte a él, Neve! —— Dijo Ron. —— Está acostumbrado a caminar sobre la gente, pero esa no es razón para acostarse frente a él y hacerlo más fácil.

—— No hay necesidad de decirme que no soy lo suficientemente valiente para estar en Gryffindor, Malfoy ya lo hizo. —— Me atraganté mientras más lágrimas rodaban por mis mejillas.

Harry sacó una rana de chocolate del bolsillo de su túnica y tentativamente me la entregó. Se lo quité, mirándolo con gratitud.

—— Vales doce Malfoy. —— Dijo Harry. —— El Sombrero Seleccionador te eligió para Gryffindor, ¿No?, ¿Y dónde está Malfoy?. En el apestoso Slytherin.

Mis labios se torcieron en una débil sonrisa mientras desenvolvía la rana. De repente, anhelaba a Trevor; Estaba desesperada por que se diera prisa y se convirtiera en mi príncipe para que pudiera protegerme de ese horrible Draco Malfoy.

—— Gracias, Harry.       .creo que me iré a la cama, ¿Quieres la tarjeta, recógela, no es así?.

Escuché a Harry gritar de alegría mientras cerraba la puerta del dormitorio detrás de mí. Gritando emocionado sobre un tipo llamado Nicolas Flannel o algo así.

Pero no me importaba.

Tenía un sapo que besar.

Lamentablemente, Trevor siguió siendo un sapo.

Y me di cuenta de que tenía que empezar a endurecerme si quería sobrevivir a esta escuela. Especialmente hacia gente como Draco Malfoy.

Prometí ser más como Harry, Ron y Hermione. Los tres nunca parecieron desfasados ​​por nada.

Entonces, a partir de ese día, todas las mañanas después de despertar, me paré frente al espejo y repetí cinco veces en voz alta: Valgo doce de Draco Malfoy.

Y luego besaría a mi sapo por si acaso.

Finalmente pude probar mi nuevo deseo de ser asertivo poco después del incidente de Leg–Locker.

Hermione, Ron y yo nos acabábamos de sentar en las gradas para ver a Harry jugar en su próximo partido de Quidditch contra Hufflepuff cuando una voz horriblemente familiar sonó detrás de nosotros.

—— ¿Sabes cómo creo que eligen personas para el equipo de Gryffindor? —— Reprendió Draco en voz alta. —— Es la gente por la que sienten lástima. Mira, está Potter, que no tiene padres, luego están los Weasley, que no tienen dinero. Tú deberías estar en el equipo, Longbottom, no tienes cerebro.

Sentí mis mejillas enrojecidas pero, respirando hondo, me volví lentamente en mi asiento para mirarlo directamente a los ojos.

—— Yo valgo doce de ti, Malfoy. —— Balbuceé.

Los ojos grises de Draco brillaron divertidos en los míos y luego procedió a aullar de risa junto con Crabbe y Goyle.

—— Díselo, Neve. —— Dijo Ron con orgullo, dándome unas palmaditas en la espalda para animarme, haciéndome resplandecer de orgullo.

—— Longbottom. —— Continuó Draco mientras lágrimas de risa rodaban por sus mejillas. —— Si los cerebros fueran de oro, serías más pobre que Weasley y eso es decir algo.

—— Te lo advierto, Malfoy. —— Gruñó Ron peligrosamente. —— Una palabra más.

—— ¡Ron! —— Chillo Hermione de repente. —— ¡Harry!.

—— ¿Que donde?.

Todos vimos como Harry se zambulló repentinamente, lanzándose hacia el suelo como una bala.

—— Estás de suerte, Weasley. —— Dijo Draco arrastrando las palabras. —— ¡Potter obviamente vio algo de dinero en el suelo!.

Antes de que supiera lo que estaba pasando, Ron estaba encima de Draco, tirándolo al suelo. Me puse de pie de un salto, a punto de gritar pidiendo ayuda, pero dudé al recordar mi nuevo yo valiente.

Así que trepé por el respaldo de mi asiento para ayudar.

—— ¡Neve!, ¡No! —— Gritó Hermione, cuando la sentí tratando de agarrar la parte de atrás de mi túnica.

Pero ya había saltado y comencé a golpear la espalda de Draco, quien ahora había inmovilizado a Ron y lo estaba golpeando hasta dejarlo sin sentido.

Quiero decir, era bastante inútil, pero aún así me sentía bien.