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Cuando Jimin cayó sobre los hongos, vio sobresalir una mano. Una que le hizo paralizar el corazón, además que la cabeza le dolía a horrores.
Escuchaba los gritos de Sam pidiéndole salir de ahí, sin embargo no podía moverse. Tuvo una visión vaga de lo que le pudo pasar. Por eso no podía moverse.
La sirena de la policía sonó a lo lejos, pero Jimin seguía en trance, el golpe en la cabeza lo tenía mal también.
Miró fijamente la mano que sobresale, vio que era de una chico. Si, de un hombre. Estaba por tocarla cuando siente como alguien carga su cuerpo. Sus ojos miran a Jungkook decirle algo pero Jimin solo escuchaba lo ensordecedor. Solo escuchando un pitido.
Jungkook había llegado al lugar, no sabía por dónde buscar hasta que escuchó los gritos de Sam. Su corazón dio un vuelco al pensar que algo malo le pasó a Jimin, lo cual no era del todo mentira.
Lo sacó de ahí Jungkook lo quería soltar para que se sentara en la roca que estaba junto al árbol, pero Jimin se negó y se abrazó al cuerpo de Jungkook. Eso fue extraño. Según su padre Jimin odia los abrazos pero no va a cuestionarlo ahora. No lo soltó y le dio su protección en lo que la policía llegaba.
Sam se acercó a ellos preocupado.
—¿Está bien? —pregunta.
Jungkook asiente.
—Lo estará. Solo déjalo en paz un momento.
Sam no se opuso a nada, pues lo que pasó hasta a él lo traumo.
El descubrimiento macabro había congelado el tiempo. Jimin se aferraba a Jungkook con una fuerza desesperada, como si temiera que si lo soltaba, todo se derrumbaría. Su rostro, pálido y tenso, no mostraba lágrimas, pero sus ojos hablaban de un terror profundo. Jungkook lo abrazaba con calidez, ofreciendo un refugio seguro en medio de la pesadilla.
—Ve y diles que lo que pasó, pero no le comentes que están investigando algo. —le dice Jungkook a Sam.
—¿Pero si lo descubren? Nos vamos a meter en problemas por no decir la verdad.
Jungkook torno los ojos en blanco.
—No se darán cuenta. Son unos incompetentes de mierda. Solo miente y di que paseaban o yo que se. Pero no les digas la verdad ¿quedo claro?
Sam asintió. Jeon tenía algo de razón.
Sam se acercó a la policía, que había llegado con luces intermitentes y sirenas apagadas, sabiendo que la situación requería delicadeza. Con voz firme, comenzó a relatar los eventos:
—Estábamos explorando el bosque, Jimin y yo. Jimin se cayó y fue cuando encontramos algo raro entre los hongos... Una mano. No sabíamos qué era hasta que nos acercamos. —contó Sam.
Los oficiales, con expresiones serias, asienten
mientras Sam hablaba, tomando notas mentales de cada detalle. Uno de ellos se acuclilló junto a la mano, ahora rodeada de una señalización de advertencia. Con guantes, comenzó a examinar con cuidado.
—¿Pueden decirnos más sobre el estado de la mano? —preguntó un oficial.
Sam tragó saliva antes de responder:
—Estaba... entre los hongos. Parecía como si hubiera sido colocada allí a propósito.
La policía intercambió miradas, sabiendo que esto era más que un simple hallazgo. Comenzaron a investigar el área, buscando cualquier pista. Después de unos minutos de búsqueda exhaustiva, uno de los oficiales se levantó, con una expresión de sorpresa y tristeza.
—Tenemos que verificar las huellas y el ADN, pero... Creemos que es el cuerpo de Jackson Wang.
El silencio cayó sobre el grupo como una manta pesada. Jungkook apretó a Jimin con más fuerza, sintiendo su corazón pesado. Sam se quedó con la boca abierta, incapaz de articular palabra. La noticia era como un golpe en el estómago, dejándolos sin aliento.
—¿Jackson Wang? ¿El chico desaparecido? —repitió Sam finalmente, encontrando su voz.
El oficial asintió, su rostro serio.
—Sí. Necesitamos llevarnos el cuerpo para la autopsia. Esto... Esto cambia todo.
—Esto es demasiado extraño. Hubo rastreo en esta área, no creo que a los perros se les pasara algo así. —dice el otro oficial.
—Pues dos teorías; o no buscaron bien o lo pusieron ahí después de que la cosa se calmó. De todos modos los Wang al fin estarán más tranquilos. Sus sospechas eran ciertas. Su hijo jamás se fue de la ciudad. Vaya mierda.
Sam miraba atento el cuerpo entre los hongos, algo se le hizo similar. Esto lo tendrá que investigar.
Mientras la policía comenzaba a procesar la escena del crimen. Uno de ellos miró a Jimin y Jungkook se acercó a ellos.
—¿Está bien?
Jungkook asintió.
—Si, pero creo que está herido por la caída.
—¿Quieres que los lleve a casa? Por ahora no queremos que estén aquí, esto es algo más privado aunque los llamaremos para un interrogatorio.
—Gracias, pero yo me lo llevo.
—Muy bien, solo denme sus nombres y números. Avisaremos a sus padres.
Jungkook sin opción se lo dio, también Sam quien miraba a Jungkook.
—Váyanse a casa. Esto no será bueno.
Jungkook entendió lo que quiso decir con eso. La luz del crepúsculo se desvanecía en el bosque, dejando sombras oscuras que parecían moverse con vida propia. Jungkook con Jimin aún aferrado a él, comenzaron a alejarse de la escena del crimen. Los policías se quedaron atrás, inmersos en su trabajo.
Sam se acercó, preocupado.
—¿Necesitas ayuda, Jungkook? ¿Estás bien, Jimin?
Jungkook negó con la cabeza y Jimin no respondió.
—No, gracias, Sam. Estoy bien. Jimin necesita descansar.
Jimin no soltaba a Jungkook, su abrazo era una mezcla de desesperación y seguridad. Jungkook lo llevó hasta su patín eléctrico, lo subió y se alejaron del bosque. Sam también se fue a casa con un mal presentimiento.
Tal vez estaban jugando con algo más peligroso.
El viento fresco del anochecer no lograba disipar la tensión que rodeaba a Jimin. Jungkook lo mantuvo cerca, sintiendo su corazón aún acelerado.
Al llegar a casa, entraron en silencio. Jimin se soltó finalmente de Jungkook, su rostro pálido y ojeroso. Jungkook lo miró con preocupación.
—¿Estás bien? —preguntó.
Jimin asintió, distante.
Jungkook examinó la herida en la frente de Jimin. Era un golpe no tan profundo.
—Debo curarte. Se podrá muy mal si le dejamos así ¿te parece?
Jimin no se negó. Jungkook lo llevó a su habitación, donde comenzó a limpiar y curar la herida con suavidad. A pesar de que le dolía un poco, Jimin no se quejó ni un solo momento. Le gustaba el ardor de ese líquido curativo. Le recordaba que es humano y que siente.
—¿Te duele? —preguntó Jungkook.
Jimin negó, su mirada fija en Jungkook. Una que le preocupa al castaño.
Termina de curarlo, le pone un curita en su frente.
—Preparé un té para calmar tus nervios, Jimin. No te veo nada bien.
Jimin se encogió de hombros. Jungkook se sentó junto a él.
—¿Necesitas algo? —preguntó— ¿Una pastilla para el dolor?
Jimin negó, su mirada perdida en el vacío. Aún estaba un poco desconcertado por lo que miró. No quería insistir.
—Ok, te llevaré a tu habitación para que descanses mejor. Vamos.
Pero Jimin se apartó, su rostro reflejando una mezcla de confusión y miedo. Jungkook estiró su mano para que el pelinegro la tomará y fue cuando Jimin lo hizo. Lo llevó y en cuanto estuvo en su cama Jimin abrazó su almohada. Hundido en su mundo.
—Descansa. —dijo Jungkook, levantándose.
Jungkook salió, dejando a Jimin solo con sus pensamientos y la visión del bosque que aún lo perseguía.
La semana pasó como un torbellino, dejando a su paso una estela de preocupación y tristeza. Jungkook había informado a la policía sobre los eventos en el bosque, y aunque Jimin había sido interrogado, su respuesta fue lacónica: solo repitió lo que había visto sin agregar nada más.
Desde entonces, Jimin se había encerrado en un silencio impenetrable. No hablaba, no sonreía, no mostraba emoción alguna. Era como si el gato le hubiera comida la lengua. Todos estaban preocupados, no iba ni a la escuela y los medicamentos que dejó en su pasado los volvía a tomar.
El señor Jeon, y su esposa estaban sumamente preocupados. Gong Yoo ya lo había visto así, y la falta de comunicación les resultaba inquietante. Aún más porque la primera vez que Jinin dejó de hablar lo hizo durante un año.
—¿Qué le pasa a Jimin? ¿Por qué no habla? —preguntó la señora Jeon, su voz llena de preocupación.
Jungkook sacudió la cabeza.
—No lo sé, mamá. Creo que lo que vio en el bosque lo afectó profundamente. ¿Papá que tiene Jimin?
El señor Jeon frunció el ceño.
—Es mutismo causado por algún trauma. Ya le había pasado cuando era niño.
—¿Y cuánto tiempo duró así? —le pregunta su esposa.
Gong Yoo dejó salir un suspiro.
—Un año. No habló durante un año. Eso es lo que me tiene más preocupado.
—Pobre Jimin. Debió ser difícil para él.
—Jimin tiene problemas psicológicos. Esto a causa de su padre. Si yo tan solo hubiera sabido lo que mi amigo le hacía a ese pequeño…. —apretó su puño hasta hacer sus nudillos blancos.
Jeon se quedó analizando lo que su padre iba a decir, aunque al final no lo dijo.
—Mejor hay que ayudarle. Llamaremos a un psicólogo. Jimin estaba bien, cariño.
Jungkook se sorprendió por lo que escuchó. ¿Un año? Joder, debió ser mucho. Pero para ser sinceros, creía que él era lo suficientemente raro para soportar eso. Ahora entiende que hay más mierda de la cual aún no sabe. Preguntándose ¿qué le hizo su padre para que no hablará un año?
—Todo este asunto volvió como un torbellino. ¿Viste las noticias? Jackson Wang nunca se fue, lo mataron. Lo que quiere decir es que Liz está en algún otro lugar. Dios no lo quiera, era una chica dulce.
—Ese pobre chico, Jackson... La forma en que murió es incomprensible. Y ahora, con la investigación en curso, todo es un caos. —musita el señor Jeon.
—Por más que un delito se esconda, siempre sale la verdad. Tenemos que darle el pésame a la familia Wang. Es lo mínimo que podemos hacer.
La noticia de la muerte de Jackson había corrido como reguero de pólvora, y todos en la comunidad estaban conmocionados. La policía trabajaba sin descanso para descubrir al responsable, pero la falta de pistas y la complejidad del caso lo hacían difícil.
Jungkook también luchaba con sus propios demonios. La muerte de Jackson significaba que Liz, su amiga desaparecida, probablemente había corrido la misma suerte en otro lugar. La idea le resultaba insoportable.
Mientras la familia Jeon se reunía en el salón, Jimin permanecía en su habitación, encerrado en su mundo de silencio. Su mirada vacía parecía perderse en la nada, y su corazón latía con una tristeza que no podía expresar.
La casa, que siempre había sido un refugio de calor y amor, ahora parecía un lugar sombrío y lleno de preguntas sin respuestas. La familia Jeon solo podía esperar que Jimin volviera a hablar, que volviera a ser él mismo, y que la verdad sobre la muerte de Jackson y Liz saliera a la luz.
—¿Entonces no habla nada? —le pregunta Hoseok a Jungkook.
—Nada, no dice nada. Mis padres están preocupados por ello.
—Y como no. Debe ser difícil tener a un chico como Jimin sin hablar. Eso me recordó a un libro que leí para la clase de literatura. —dice Eunwoo.
—¿Cuál? —pregunta curioso Jungkook.
—Joder ¿no me digan que no lo recuerdan? ¿Lo dejo de tarea hace un mes el profesor? —ambos ponen cara de "No tengo no puta idea de que hablas" Eunwoo negó cruzandose de brazos— El libro del que les habló se llama “La paciente silenciosa”. Una mujer llamada Alicia Berenson mató a su esposo con 6 tiros en la cara. Después de eso jamás volvió a hablar. Eso me recordó a Jimin, tal vez sufrió algo muy fuerte en su infancia que le hizo dejar de hablar.
—Pero dudo que Jimin le disparara a alguien. —dice Hoseok sin entender lo que Eunwoo le dio a entender.
—Eso no tonto. —le dio un sape— Digo que tal vez de niño vio algo parecido a lo de Jackson. Imagínate ir caminando por ahí y caerte y lo primero que veas al levantarte sea un cadáver. Joder, que puto trauma.
—Tiene razón. ¿Sabes algo al respecto Jk? —le pregunta Hoseok.
El castaño negó.
—No, pero tal vez Eunwoo tiene razón. Debió ser algo muy feo que lo hizo volver a su mutismo.
Jungkook a pesar de negarse a repetirse que no le debe importar Jimin, aún más por su declaración de sentimientos, no puede evitarlo. Ese chico raro que llegó a invadir su casa le ha hecho que le preocupe. Jimin es un chico valiente por toda la mierda que pasó. Él no se enteró mucho, solo lo suficiente.
Dejo salir un suspiro. El timbre sonó y él fue rápido a por su patín eléctrico. Estaba por irse cuando Sam le llama.
—¡Jungkook espera!
El castaño se detiene y ve a Sam.
—¿Pasa algo?
—Podrías llevarle esto a Jimin. —le entrega una película y un libro, Jungkook las toma y guarda en su mochila— Siento no poder ir yo a dárselas, pero ahora mismo estoy en cosas complicadas en mi casa.
—¿Todo bien?
Sam asintió.
—Si, solo es algo familiar. Por favor dile que iré a verle cuando todo esté mejor.
—Vale yo se lo diré.
—Gracias, nos vemos.
Sam se marcha dejando a Jungkook con preguntas, se veía más pálido y tenía más ojeras. Tal vez las cosas en su casa están mal. Le restó importancia y se marchó rumbo a su casa. Mientras que alguien lo observa desde un salón de clases.
Cuando llega nota que sus padres no están, seguro salieron a trabajar. Cosa de todos los días. Subió las escaleras y fue directo a la habitación de Jimin. Tocó la puerta y como no hubo respuesta, Jungkook abrió. Se asoma y ve a Jimin mirando la por la ventana. Otra vez haciendo lo mismo.
—Voy a pasar. —le dice.
Jimin no se inmutó. Jungkook dejó salir un suspiro, realmente se cuestiona cuánto le importaba Jimin al grado de no querer verlo así. Prefería al Jimin sarcástico y arisco que este Jimin callado.
Se puso frente a él y le entregó lo que Sam le mandó.
—Sam te mando esto. Supongo que son cosas que te gustan. —Nada— Hay una película, ¿por qué no la miras? Se ve que esta.... buena. Aunque no había escuchado de ella.
Observa la película la cual se llama El cuervo. Jimin se gira mirando a Jungkook.
—El Cuervo es una película de 1994 basada en el cómic homónimo de James O'Barr. —dice mientras Jungkook se quedó sorprendido al escucharlo hablar—. La historia sigue a Eric Draven, interpretado por Brandon Lee, un joven que es asesinado junto con su prometida Shelly. Un año después, Eric resucita gracias a un cuervo y busca venganza contra los responsables de su muerte. Es un romance gótico y lleno de arte y amor. —Baja la mirada y voltea a la ventana otra vez— Es mi película favorita.
—Jimin... hablaste. ¡Joder que bueno! —le dice contento a lo que Jimin le medio sonríe.
—¿Quieres verla conmigo? —le pregunta, no quería hablar de su mutismo ahora mismo y mucho menos dar explicaciones. Solo quería un momento en paz y que mejor que junto al chico que le gusta.
Jungkook iba a decir que no porque tenía práctica de basquetbol. Pero al final aceptó. Jimin era más importante.
—Claro, iré por algo de botana.
Jimin asintió y Jungkook bajó rápido a por papitas y algunas bebidas. Le alegra que haya hablado. Quería hacerle muchas preguntas, pero no era el momento adecuado. Apenas hablo, eso era algo.
Cuando subió arriba de vuelta ve a Jimin cambiarse de camisa, sus ojos no se despegaron de esa pequeña cintura y de esa piel pálida. Trago grueso. Joder, Jimin es una tentación andante. Tiene una figura que cualquier chica desearía tener.
Jimin se colocó una camisa holgada color negra, Jungkook entró aún con el sonrojó de sus mejillas.
—¿Estás listo?
—Si.
Jimin se tumbó en la cama y colocó su laptop, Jungkook también lo hizo y pusieron la película. No dijeron nada más, solo eran ellos dos en un entorno agradable.
Ambos eran tan diferentes. Pero aún así los dos se complementan. Jungkook no puede ser tan indiferente con él, porque una parte de él mismo le gusta mucho, aunque no lo admita. Aunque debe darse prisa pues cierto chico quiere conquistar el corazón de Jimin.
Ya era de noche cuando los señores Jeon llegaron a casa. Fueron directo a la habitación para ver a Jimin. Lo que los dejó sorprendidos cuando vieron a Jungkook dormir abrazando a Jimin. Salieron en silencio de ahí, no querían interrumpirlos.
Ninguno se daba cuenta de lo lindos que se miraban. Pero como siempre, aún quedaban dudas de lo que uno de ellos siente.
Otro capitulo más. Jungkook se está dando cuenta que le gusta compartir cosas con Jimin y que le preocupa. Pero hay que dejarlo que el sólito se dé cuenta jejeje.
Espero que le haya gustado. Subiré otro pronto porque la historia se pone cada vez mejor.
Una imagen mental de como se ven ellos.
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