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★ 𝟎𝟐𝟔: hard to sleep

026. ˚୨୧˚ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗧𝗪𝗘𝗡𝗧𝗬-𝗦𝗜𝗫
—Hard to Sleep˙˖°📷

"I only thought it for a minute but it got me down
That kind of feeling when you've got something to cry about
And all the talking turned to screaming that I couldn't help"

                          —Gracie Abrams.


Existen aquellos pequeños fragmentos del día en los cuales el estar acompañada de personas apreciables hace que mis pensamientos se evaporen y todo lo malo desaparezca.

Odio esos momentos, por qué entonces, cuando llega el momento de afrontar la realidad, es un impacto incluso mayor: lo que es y lo que podría ser se junta, nublando mi mente.

Estaba bien y después de un rato me estoy hundiendo, ¿qué tan estúpido es eso?

Ahora la guerra estaba a la vuelta de la esquina, sabía que ocurriría, pero pensaba que tendría más tiempo.

El aire nocturno acaricia mi piel, por unos instantes no escucho nada más que el sonido de las hojas de los árboles chocando entre sí al ritmo del viento a mi alrededor, pero después los gruñidos a mis espaldas se convierten en algo difícil de ignorar.

Aceleré el paso, encaminándome hacia uno de los árboles y trepando este mismo, mientras que la sangre mancha y gotea desde mi camisa manga larga.

Bueno, al menos no es mía.

Escapar de la prisión fue una tarea relativamente fácil, siendo sigilosa salí de los pabellones; sin embargo, no fue hasta que tuve que atravesar las cercas que separan a los muertos de nosotros cuando  tuve pequeñas complicaciones con estos, algo que me dejó considerablemente cansada.

Una imponente luna ilumina el cielo, me acomodé adecuadamente desde la cima del árbol para no terminar cayéndome a lo tonto.

Observó a dos caminantes, de quienes provenían los gruñidos anteriores, dar vueltas en círculos.

Eso era algo nuevo.

Entrecerré lo los ojos, ahora mirando hacia arriba, contemplando la estrella Polar...la que le enseñé a Carl hace mucho tiempo, cuando no sabíamos que existía la prisión.

Cuando no teníamos un hogar.

Y ahora, parece ser que el ciclo se repite, la última vez, en la granja, perdimos a mucha gente...¿quién será el siguiente?

Suspiré pesadamente, había más de una estrella que destilaba un trémulo fulgor, como la que le dió un nombre a mi hermano: la estrella de Rigel.

Tengo ganas de quejarme, entonces, empezaré con que siempre he pensado que mis padres me dejaron el nombre más básico y vacío comparado al de él.

Y, ¿por qué los caminantes están escalando el maldito árbol?

Eso es nuevo y raro.

Como un acto reflejo inmediato, mi cuchillo ya se encontraba en mis manos y, en cuestión de segundos, este ya reposaba en el cráneo del primer muerto, siendo sacado posteriormente para encargarme del siguiente.

Al girarme, el caminante ya estaba a una distancia peligrosa de mi persona, por lo que me apresure.

Forcejee unos instantes debido a que el muerto poseía más fuerza de lo común, incluso presionó mi muñeca unos segundos antes de que yo lo rematara.

Ya ni en los árboles se puede estar cómoda.

¿Me espantó? ¿Se trata de una mutación, acaso?

Dejemos eso para otra sesión de crisis existenciales, en este momento, tenía que cumplir con algo que me pidió papá después de llegar de Woodburry.

Pasado,
𝗥𝗼𝗿𝘆.

—¡Glenn! —llamé, entrando a su celda con Judith en brazos—. ¿Puedes cuidar a esta bebe del demonio mientras yo me limpio?

—¿Qué ocurrió? —preguntó entre risas, a la vez que comenzaba a cargar a la bebe con un brazo mientras que con el otro me tendía una servilleta.

—¡Me vomito! ¡A mi, Aurora Rhee, su futura cuñada!

Judith balbuceaba cosas, probablemente planes conspirativos contra mi. ¡Literalmente me está declarando la guerra!

—Pretenderé que no escuche eso solo porque estoy feliz y te tengo que contar algo —habló Glenn, quien había fruncido el ceño en consecuencia de mi último comentario acerca de Carl.

—¿Qué pasó? —inquirí, notando su entusiasmo.

—Lo haré, le propondré a Maggie que nos casemos.

Mi mandíbula se abrió de par en par, podría jurar que incluso la pequeña Grimes paró sus balbuceos malignos por la impresión.

—¿Es enserio? Wow. ¡Wow!

—Si, wow.

—¿Te importa si te mancho de vómito? ¡Estoy muy feliz, entonces no importa! —declaré antes de estrujarlo en un abrazo, a él y a Judith.

—No habrá ceremonia ni nada de eso, eso es en las películas, no en medio de un apocalipsis...pero quiero que lo sepa —aclaró, con una sonrisa reposando en su rostro—. Ah, creo que Jud solo quería que le dieras de comer.

—Pues no me lo dijo.

—Rory, ella no sabe hablar —replicó, riéndose.

—Ah.

—Si, ah.

—¿Ya se lo dijiste? —pregunté, tratando de cambiar el tema.

—Aún no, pensaba hacerlo mañana. Por ahora, solo lo saben Hershel y tú.

—Entiendo, entiendo. Papá, estoy muy feliz por ambos —chillé, separándome del abrazo—. ¿Y a Hershel no le dió un ataque al corazón cuando le dijiste?

—No, de hecho, me dió su bendición.

—¡Ay, que lindo! ¿Ya sabes cómo se lo dirás?

—No —admitió con una mueca—. ¿Alguna idea, oh, gran Rory?

—Pues lo típico es arrodillarte, pero como tu dices, no es una película. Déjame pensar...


Actualidad,
𝗖𝗮𝗿𝗹.

Abrí los ojos de golpe, fragmentos de mi pesadilla se unían entre sí y atravesaban mi mente como cristales, me senté en la esquina de la cama inferior de la litera por unos instantes antes de decidir ponerme de pie.

Al buscar a Rory en la cama de arriba, ella no estaba.

Ella era la única que conocía acerca de las pesadillas constantes sobre mi mamá, y también era la única que lograba calmarme.

Me parece raro que se haya despertado antes que yo, sobre todo porque, dentro de la prisión, siempre soy el primero en despertarse.

Cambié mi ropa de dormir por la de siempre, antes de colocar el sombrero de sheriff en mi cabeza, pude percibir como mi cabello había crecido.

Era demasiado el tiempo que había transcurrido desde que me corte el pelo, desde que mamá me corto el pelo.

Y, por eso mismo, no lo cortaría jamás.

Salí al—por decirlo así—comedor, y como otras tantas veces, este se encontraba desierto. Al menos, eso creí, hasta que divise la cara que estaba buscando hace unos momentos, sentada en uno de los escalones y recargada en el barandal, rodeada por una mantita.

Rápidamente deduje lo sucedido: seguramente había escapado por la noche, cuando regresó estaba cansada y le pareció que las escaleras era un recorrido demasiado largo, entonces, decidió sentarse en un escalón para recobrar fuerzas, y antes de saberlo, cayo dormida.

Respecto a la manta, no tenía idea de donde la saco.

La observe desde lejos por unos segundos, en los que me asegure de que no tuviera ni un rasguño, después, considere si despertarla era una buena opción.

Pero no, solo me quede ahí, contemplándola.

Si la perfección existiera, ella sería lo más cercano a esta.

Ni siquiera valía la pena decir que era bonita, porque eso sería afirmar lo obvio y bueno, Rory odia que resalten obviedades.

La quería demasiado, por eso no había querido hacer nada al respecto.

Me daba miedo hacerle la pregunta, ya saben, lo de ser novios y eso.

No solo por que le temía al rechazo, sino porqué en caso de que su respuesta fuera un si, ¿qué haría yo después si la perdiera?

La situación me resultaba tan irritante que incluso recurrí a pedirle ayuda al mismísimo demonio, si, Sophia.

Algo que no me fue de mucha ayuda ya que una vez que terminó de reírse de mí, solo se limitó a decirme que Rory y yo somos unos idiotas por igual y que por lo mismo estamos "destinados".

—Oye, que no se te caiga la baba —bromeó Maggie a mi lado, provocándome un sobresalto.

Era cierto, todo esto tiempo había estado observando a Rory.

¿Eso me convertía en un rarito cursi y enamorado?

—¿M-Maggie? —balbucee.

Oh no, es peor, quedó como un rarito cursi y enamorado frente a su mamá.

—Si, así me nombró mi papá —respondió con naturalidad—. Me desperté por la madrugada y la ví ahí, supuse que se había escabullido por la noche. Para que Glenn no la regañara, intente llevarla a su celda pero no pude cargarla, entonces solo le coloque la sabana. Pensaba que ya se habría despertado —explicó y al terminar, se giro a observarme—. ¿Y tu que haces aquí?

—Siempre me despierto a esta hora, después la vi y también pensé en despertarla —respondí, mirando al suelo.

—Ya veo. ¿Algo te ocurre? Te noto extraño —señaló la castaña, arqueando ambas cejas.

Entonces, reconsidere pedirle ayuda a ella. Al menos, se lo tomaría en serio. Tal vez las burlas no falten, pero algo era seguro y era que Maggie verdaderamente trataría de ayudarme.

Bueno, al menos que considere que no soy digno de Rory.

—¿Crees qué podamos hablar?

—Por supuesto —replicó con una cálida sonrisa—. Cuéntame.

—A ver, bueno, me gusta Rory —conté en un susurró, como temiendo que la mencionada escuchara.

—¿Y...?

—Qué no se que es lo que tengo que hacer, no se si tengo que decírselo o callármelo.

—¿Qué esperas obtener si se lo dices? —interpeló.

—Pues, no se, que seamos novios.

—¿Y entonces que impide que se lo digas, su respuesta?

—Si, algo así.

—Pues, aquí entre nosotros, yo creo que te diría que si —opinó ella.

—Aja...ese es el problema.

Eso pareció confundirla, puesto que frunció el ceño exageradamente.

—¿Cómo?

—Es decir, si su respuesta es un "si", no se si podríamos aguantarlo. Quiero estar con ella, me refiero a que si no funciona o si la termino perdiendo debido al mundo, yo no podría soportarlo.

—¡Ah, hubieras empezado por ahí! Mira, yo digo que deberías de intentarlo, toda relación tiene riesgos que hay que tomar, es cierto que con lo del apocalipsis estos aumentaron su magnitud, pero, ¿por qué no te permites ser feliz con ella? No importa cuanto tiempo dure, lo importante es que sucedió.

Suspire pesadamente, repitiendo sus palabras en mi mente. Tal vez tenía razón.

—A parte, ustedes dos ya parecen novios.

—Eso no es cierto —refunfuñé.

—Como digas. Bueno, si te decides, cuéntamelo —pidió, a lo que yo asentí.

Nos quedamos en silencio un par de instantes, posteriormente, una somnolienta Aurora abría los ojo poco a poco.

—¡Hola maripositas! No crean que escape por la noche, ¡obvio no! Sino que leí en un lugar que dormir en escalones de cemento ayudaba a relajar los músculos y todo eso.  ¡Se los recomiendo al cien por ciento! —exclamó ella con una linda sonrisa en sus labios.


Actualidad,
𝗥𝗼𝗿𝘆.

—¿De qué flores hablas? —preguntó Glenn, repasando la hoja una y otra vez.

—¡Ah! Estas de aquí —respondí, dejando entrever lo que había estado ocultando tras mi espalda: un pequeño ramo de jazmines.

Los había recolectado por la noche; crecían por los arbustos y milagrosamente se encontraban en una condición más o menos decente, pero por supuesto que para que papá los acepte tendría que inventarme otra historia.

—En Woodburry crecen muchos de estos, uno de los hombres del gobernador, Milton, me dijo que podía tomar algunos. Los recolecte porque quería decorar mi celda, pero creo que esto es una mejor alternativa —platiqué.

El asintió, yo me coloque a un lado suyo mientras recargaba mi cabeza en su hombro.

—¿Corazones rotos? ¿Rezarle a Dioses? ¿Dama y el vagabundo? ¿Me estás diciendo indirectamente que me va a rechazar y que huelo feo? —inquirió con una sonrisa.

—¡Correcto, muy bien, sabes captar indirectas! No muchos tienen ese don, felicidades.

Carl—mugroso—Grimes no tiene ese don.

—Muy bien, pues...deséame suerte —pidió el, un tanto nervioso.

¿En serio creía que lo iban a rechazar?

—Papá, mi mamá te dirá que si. Te lo puedo asegurar: si no, me dejo de llamar Aurora.

—Entonces hola, Paquita —bromeó, recibiendo un zape de mi parte como respuesta.

—Ella te ama, ambos se aman más que a nadie...esto solo es una manera más en la que ambos demostraran aquel amor. ¿Entendido?

—Entendido, sargento —respondió, saludándome como un soldado.

—Bien, ahora, solo prométeme que seré la primera en saber su respuesta —dije, alzando mi dedo meñique para entrelazarlo.

—Lo prometo.

¿Qué quiero de grande? Tener una relación como la de mis papás.


Mamá alzo su mano, mostrando un deslumbrante anillo color plateado, pero eso no era lo más bonito, no, era la gran sonrisa en su rostro.

Ella estaba feliz, mis papás estaban felices y por ende, yo también.

Rick nos había llamado a todos para tener una especie de junta, y no fue hasta que llegue ahí cuando me di cuenta de que Daryl, Merle y Michonne no estaban presentes.

—Cuando me reuní con el gobernador —comenzó Rick, observándonos a todos—. El me propuso un trato: dijo que nos dejaría en paz...si le entregábamos a Michonne.

No, no, no. Ella ya era uno de nosotros.

—Y yo iba a hacerlo —confesó con pena—, para que estuviéramos a salvo. Cambié de idea. Pero ahora Merle se llevo a Michonne a cerrar el trato y Daryl fue a detenerlo, y yo no se si ya es demasiado tarde.

Como siempre que me pongo de nervios, comencé a mordisquear mi labio inferior.

Tal vez en estos momentos los tres ya estén muertos a manos del gobernador.

—Me equivoque al no decirles, lo siento —se disculpó bajo la mirada de todos los presentes, todos con distintas reacciones. Nerviosos, con miedo, pensativos.

—Lo que dije el año pasado, aquella primera noche después de la granja, no puede ser así. No puede.
Lo que hacemos, lo que estamos dispuestos a hacer, quienes somos, no es decisión mía. No lo es.
No pude sacrificar a uno de nosotros por un bien mayor...porque todos somos el bien mayor. Somos la razón por la que aún estamos aquí, no es por mi.
Esto es la vida o la muerte. Cómo vivimos y cómo morimos, no depende de mi. No soy el Gobernador.
Todos elegimos irnos, o todos elegimos quedarnos.
Sigamos juntos. Votemos. Podemos quedarnos y pelear, o podemos irnos.

Actualidad,
𝗰𝗮𝗿𝘁𝗮 𝗲𝘀𝗰𝗿𝗶𝘁𝗮 𝗽𝗼𝗿 𝗥𝗼𝗿𝘆.

Dos.

Se fueron tres y solo regresaron dos.

No, no llore, pero eso no significa que tu partida haya sido insignificante, Merle.

Alcanzaste la redención en tus últimos minutos, trataste de detener al gobernador, eso fue lo que Daryl me contó y es por eso que te admiró.

El no se encuentra para nada bien, ya te había perdido una vez...y ahora esto.

Hubiera deseado conocerte más y no reducirte a ser el "Garfio sin mano que cuenta chistes doble sentido".

Eres mucho más que eso, ahora lo se.

El gobernador caerá, tu muerte no habra sido en vano.

—𝒜𝓊𝓇𝑜𝓇𝒶  𝑅𝒽𝑒𝑒 ᡣ𐭩




🎀 Word Count: 2391

₊✧⋆⭒˚。⋆
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₊✧⋆⭒˚。⋆

──★ My 𝘀𝗽𝗮𝗰𝗲!! 🐍

Holaa, el proximo capitulo sera el ultimo de este acto, omg.

Creoo que es la primera vez que escribo en el pov de Carl, entonces no se como haya quedado 😭😭

Hasta ahora, en el cuaderno donde Rory anota a sus muertos, tiene a 15 (si contamos a su familia como tres)

¡Hagan sus apuestas respecto a cuanto aumentara la cifra! 😍

¡Los amooo y mil gracias por leer "Mastermind"! 📖💓

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