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★ 𝟎𝟐𝟒: fearless

024. ˚୨୧˚ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗧𝗪𝗘𝗡𝗧𝗬-𝗙𝗢𝗨𝗥
—Fearless˙˖°📷

"We're drivin' down the road
I wonder if you know
I'm trying so hard not to get caught up now
But you're just so cool
Run your hands through your hair
Absentmindedly makin' me want you"


—T.S


Jamás pensé que prepararme para pedir permiso sería tan difícil, nunca había tenido que hacerlo en primer lugar.

Con mis papás—los biológicos—no hacía falta siquiera intentarlo ya que la respuesta siempre sería un rotundo no.

Ahora, con Glenn no tenía idea de que esperar ya que se trataba de la primera vez saliendo a una excursión en busca de suministros sin compañía suya o de Maggie. 

Entre las razones que tiene por las cuales no me podria dar permiso esta la distancia del transcurso, Michonne, de quien no confía del todo y por supuesto, la presencia de Carl.

Cuando entré a su celda compartida con mamá y lo vi aun acostado en la parte inferior de la litera a estas horas, me sorprendí, pero posteriormente recordé que últimamente y debido al gobernador, se encontraba frustrado y por si fuera poco, desanimado.

—Hey, hola —salude sentándome a su lado, sin obtener respuesta—. ¿Papá? ¿Hola? —reí respecto a la ausencia de habla y comencé a moverlo de un lado a otro.

Y como soy tremenda impaciente, si seguía así, no dudaría en aventarle el vaso de agua que yacía en la esquina de la celda junto a otros de sus artículos personales.

Desde mi lugar, lo observe removerse y lentamente abrir los ojos, ¡al fin!

—¿Ya estás ahí? Ay, ¡bien!

Espere unos segundos hasta que él terminará de sentarse y de salir de su quinto sueño.

Tallandose los ojos, hablo:

—¿Qué pasa? Perdona, estaba cansado.

—No, perdoname a mi y lo entiendo. Veras, Rick, Michonne y Carl irán por suministros y quería saber si tal vez...

—No —negó instantáneamente, arrebatando todas mis esperanzas.

—Por favor, sabes que no causaré problemas —rogue, haciendo ademanes de súplica con mis manos.

—Lo sé, y la respuesta sigue siendo un no.

Tomando una gran bocanada de oxígeno, comencé:

—Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor...

—¡Dios, para! Te estás poniendo roja —señaló con una mueca, aunque eso no me detuvo.

—Por favor, por favor, por fa...

—¡Ya, está bien, puedes ir!

—Ah, ¿en serio? 

¿Por qué, ahora que tenía el permiso, se me quitaron las ganas? No entiendo ni un poquito como funciona mi persona.

—Si, ya te había dicho antes que confiaba en ti y en tu capacidad para cuidar de ti misma —comentó, a lo que yo asentí—. Pero aun así, tendrás condiciones.

—Ugh, está bien.

—Primero: hazle caso en todo momento a Rick y a Michonne. En todo momento.

—¿Si me dicen que me mate, también lo hago?

—Sabes que eso no ocurrirá —continuó, restándole importancia—. Número dos, no te despegues del grupo, y lo más importante: si algo anda mal, usa a Carl como carnada.

—Carl como carnada, de acuerdo, sin pensarlo.

—Ahora, ven acá —pidió, y nos abrazamos—. No mueras, o de lo contrario contactare con la ouija y no dudaré en rematarte.

—Tan alentador, gracias. ¡Adiós papá!


Ya en el carro, disfrutaba de la brisa acariciando mi cara a través de la ventana, hacía un lindo día.

Voltee hacia el frente, Michonne manejaba y Rick iba de copiloto sin pronunciar palabra alguna entre ellos.

Sophia había decidido no venir, ya que en sus palabras esto se trataba de algo peligrosísimo y ella era demasiado bonita para morir en manos de caminantes, pero al menos me aseguro poner peonias en mi tumba.

A parte de eso, se quedó haciendo guardia junto con su madre desde las torres de la prisión, aquello era lo que la rubia más disfrutaba.

Pese a que el camino había resultado ser un tanto incómodo no dejé que aquello me molestara demasiado, al contrario, Carl y yo habíamos sobrevivido hasta ahora jugando "veo, veo".

Pero debido a que la vista solo nos daba carretera y árboles, terminamos por aburrirnos y ahora yo lo estaba utilizando como colchón mientras él jugaba con mi pelo.

—¡Alto, alto! ¡Deténganse, por favor!

De un sobresalto me incorpore, desde afuera, un hombre con una mochila naranja gigantesca suplicaba por ayuda.

—Rick, tenemos que ayudarlo —declare, a lo que el mayor respondió con silencio—. Rick, ayudemoslo.

—No Aurora, entiéndelo: no puedes salvar a todos —recalcó entre dientes.

Ya habíamos dejado al sujeto atrás, no había nada más que hacer.

—Lo sé, no estoy tonta, pero a él sí que podíamos. Aunque sea, podías haberle dado algo para que se sustentara, agua por ejemplo.

Una vez más, el silencio reinó el ambiente.

La mano de Carl busco la mía y no se la negué.

Un sentimiento de culpa tomó mi cuerpo, privandome de poder disfrutar el resto del camino.

Trás un tramo corto más de camino, Michonne se percató de que la carretera estaba obstruida debido a un auto abandonado y varios pares de cajas. En un intento de pasar por un lado, quedamos atorados en el lodo.

Por el rabillo del ojo noté como algunos caminantes se acercaban, acorralandonos por todos lados. Como un reflejo levante y cargue mi arma, dispuesta a acabar con los errantes de mi lado que daba a la ventana, puesto que esta era incapaz de cerrarse.

Entre todos logramos eliminar a la pequeña horda en un corto periodo de tiempo, sin embargo, el problema ahora era poder hacer que el auto avanzará.

Cuando Rick nos dio la indicación de poder bajarnos del carro, Carl se colocó su sombrero y fue el primero en obedecer.

Ya cuando se encontraba en tierra, me ofreció su mano una vez más, al aceptarla, su mano libre rodeo mi cintura y en un movimiento rápido me elevo y propició impulso, evitando que el barro ensuciara mis zapatos.

Los mayores intercambiaron miradas desconcertantes y la de rastras no pudo contener una risa por lo bajo, al contrario, el ex-sheriff no despegaba la vista de su hijo a la vez que enarcaba una ceja.

El calor se precipitó en mis mejillas, tornándolas de un color carmesí. Me basto de una sola mirada de reojo para darme cuenta que el pecoso se encontraba en la misma situación.

Incómodo, incomodísimo.

Entonces, tratando de romper el hielo, analice mi alrededor en busca de una solución para el problema del lodo.

—Se como podemos hacer que el auto se desatasque —mencioné, captando la atención de todos—. Al inicio del apocalipsis cuando todavía estaba con mi familia, nos pasó algo similar y mi hermano dijo que necesitábamos algo que aumentará la...—pausé, tratando de recordar—. ¡Tracción! Si, así lo llamo. Necesitamos piedras y ramitas para ponerlas debajo del auto, eso ayudará.

Grimes mayor asintió levemente y con una seña de manos nos mandó a todos a recolectar lo necesario. Decidí irme con Michonne, ya que Rick me estaba irritando específicamente hoy, y estar con Carl me hacía sentir cosas de las que prefiero no mencionar.

Recogimos varias ramitas y pocas piedras, estas últimas no abundan demasiado. En diversas ocasiones la de katana y yo intercambiamos sonrisas, pero sin formular palabra.

Me intimidaba, pero me parecía una mujer genial y de admirar.

—¿Qué pasó con tus padres? —la escuché murmurar.

—Murieron. Caminantes —respondí después de un suspiro.

—¿Y tu hermano?

—También, no al mismo tiempo, pero sufrió el mismo destino.

¿Las esperanzas que albergaba de que estuviera vivo habían desaparecido hace tiempo? Si.

¿Hablar de su muerte en voz alta seguía destruyendo una partecita de mi corazón? Si.

Después de ese breve intercambio de palabras volvimos con ambos Grimes, quienes ya se encontraban haciendo parte del trabajo.

—Avísame cuando —pidió la mujer, volviéndose a subir al auto.

—Esto no hubiera pasado si no fuera por ella —se quejó Carl, aceptando las piedras que yo le daba y pasando estas a su padre.

—Cualquiera se equivoca —refunfuño el, de cuclillas frente al neumático.

—Ella los llevó a Woodburry, y dijiste que los abandonó. Y Oscar murió, y ustedes...

—Pero sin ella mis papás y yo habríamos sido ejecutados, no es mala, ¿ok? —interrumpí.

—Eso. Además, yo le pedí que viniera, no quería dejarla en la prisión con Merle si yo no estaba. Tenemos objetivos en común, tenemos los mismos problemas, quizá podamos enfrentarlos juntos: entre más ayuda, mejor —declaró Rick.

—Pero eso no aplica para él, ¿verdad? —hable, señalando al mismo hombre de antes, que parecía haber estado persiguiéndonos todo este tiempo.

—¡Oigan! ¡No se vayan, se los ruego!

Rick golpeó el auto sutilmente en señal para Michonne de que tenía que arrancar.

—Suban.

Carl tomó mi brazo y de un tirón me arrimo hacia el auto antes de que pudiera protestar.

—¡Estoy sano! ¡Ayúdenme, alto!

Mi vista permaneció fija en el frente, el auto había comenzado a avanzar, reduciendo los ruegos del hombre a algo inaudible.


El carro frenó repentinamente, ocasionando que despertaramos y que la cabeza del pecoso y la mía chocaran, puesto que estábamos acurrucados juntos.

Me froté la frente con el ceño fruncido, ya estaba de mal humor y esta forma de despertar es incluso peor.

Debí hacerle caso a Glenn al primer "no iras".

Todos bajamos del auto, esta vez sin hacer una escenita de película romántica.

El lugar era curioso, se trataba del antiguo pueblo de Carl, ya saben, antes de que el mundo se redujera a cimientos.

Siendo guiados por Rick comenzamos a caminar con destino a la estación de policía. La falta de luz no le ayudaba mucho al lugar, el cual de por sí ya tenía una vibra rara.

Por si fuera poco, todo estaba saqueado.

En el suelo había cartuchos desperdigados los cuales empecé a inspeccionar, viendo si resultaban de utilidad. Nada.

—¿Y no hay otras estaciones de policía?

—Yo era la policía —sentenció Rick, como si no lo supiéramos—. Yo y otros pocos más, no es un pueblo grande. Pero hay otros lugares que podemos revisar, puede que no haya muchas armas.

—Necesitamos todas las armas que podamos, y municiones —dijo Michonne.

—Si, pero por ahora, solo se me ocurren un par de lugares más. Hay algunos negocios en la calle principal, bares, licorerías. Los dueños tenían armas detrás de los mostradores, de las cuales la gente no sabía. Pero yo sí, porque yo firmé los permisos. Podían seguir ahí.

Creo que este hombre realmente quiere dejar en claro que él era policía.

—Entonces en marcha —hable, encaminandome a la salida en compañía del ojiazul.

Los mayores se quedaron algo atrás, charlando entre ellos respecto a algo que no logré escuchar.

En las calles desiertas había escritos por doquier y en el suelo los cadáveres quemados nos privaban de caminar libremente.

Al girar en una esquina las trampas se apoderaron de mi campo de vista, cuerdas, barreras hechas de palos de madera, etc.

Funcionaban bien para un caminante, pero también para un humano.

—Tu pueblo es de esos que exploran buscando registros paranormales —susurré para que solo Carl escuchara.

Una gran frase captó mi atención:

"Da la vuelta si quieres vivir"

—Yo creo que si no queremos terminar siendo ceviche hagamos caso a la señal. ¿No podemos rodear esto? ¿No hay otro camino? —pregunté.

—No, no lo hay. Hay un par de lugares más adelante, entremos y luego larguémonos de aquí.

Para pasar primero tuvimos que pasar por debajo de una cuerda, ya que el hecho de que esta pudiera activar algo más nos puso alerta.

—Allí —señaló Grimes una vez pasamos—. De Tyrell. Una escopeta y dos pistolas, registradas a nombre de Tyrell Debss.

Se ve que realmente se tomaba en serio su trabajo si después de que el mundo se viniera abajo sigue recordando los nombres a la perfección.

Escuché un gruñido detrás mío e inmediatamente asumí que se trataba de un caminante, por lo que no hice ademán de tratar de matarlo ya que de cualquier modo la cuerda iba a terminar por cortarlo en dos.

—Va a caer —señaló Rick cuando Michonne quiso matar al errante.

Y si que cayo, pero por un disparo producido por un hombre enmascarado de rifle desde la parte superior de un edificio.

—¡Alto ahí! —exclamó el desconocido, Carl con su pistola en alto se colocó frente mío como escudo humano pero yo lo empujé levemente hacia un lado mientras alzaba mi propia arma hacia arriba—. ¡Ahora dejen lo que tengan y váyanse! ¡Dejen sus armas, sus zapatos, esa espada, y los cuchillos! Todo, tienen diez segundos.

¿Como para que le serviría a ese señor unos zapatos de adolescente? Loco.

—Niños, corran al auto, ahora —decretó Rick.

Sin embargo, ni Carl ni yo teníamos la intención de obedecer.

—Necesitamos ese rifle —manifestó Michonne.

—¡Diez, nueve, ocho...!

—Distraelo y subire —propuso la morena.

—¡Niños, váyanse! —espetó el mayor para luego disparar.

Comencé a correr al lado de Carl, tomé su mano dirigiendolo a otro lugar que definitivamente no era el auto. Ni siquiera podíamos llegar a este, ya que cabía la posibilidad de que una bala nos llegará a uno de los dos.

Nos escondimos en un estrecho pasillo desde donde veíamos al hombre armado, que estaba frente a Rick mientras que Michonne subía, tal como había dicho.

Ocurrió rápido, observe el posicionamiento de manos del hombre, apuntó de atacar al señor Grimes y como si de un instinto se tratase salí de mi escondite y le propicié al hombre un disparo que lo dejó inconsciente.

Carl me miró por unos instantes y después colocó su mano en mi hombro.

—Hiciste lo que tenías que hacer, está bien —me animó y yo solo asentí.

« Fue para evitar una tragedia, fue para que no le hiciera daño a Rick » .

Me repetía a mi misma.

—¿Ambos están bien? —preguntó el mayor y asentí una vez más—. Les dije que corrieran al auto.

—Era peligroso cruzar hasta ahí en medio de todos los disparos, era el escondite más cercano.

—No te disculpes, al contrario, pero no quería que tuvieran que...

—Era necesario —lo interrumpió su hijo.

—Rick, ¿no lo maté, cierto? ¿Rick? —inquirí.

El mencionado se colocó de cuclillas y se inclinó hacia el hombre.

—No, tiene chaleco antibalas —dijó, arrancándole la camisa.

—Está vivo —afirmé para mí misma.

—¿Nos importa? —cuestionó la morena.

Trás quitarle el casco, Rick se quedó estático por unos instantes.

—Si.


—Le mostré el armario de las armas el año pasado —contó Rick cuando nos adentramos al edificio del hombre.

Resulta que cuando él despertó del coma, Morgan—el nombre del hombre—junto con su hijo lo salvaron.

—¿Y tenía todo eso, en serio? —inquirí, mirando a mi alrededor: armas de todo tipo, granadas y mensajes singulares.

—No, ni la mitad. Ha estado ocupado —respondió para después fijar la mirada en un catre—. Por ahí.

Dejaron caer al hombre en la cama mientras yo me quitaba la mochila que cargaba y comenzaba a meter todo lo que podía en está, teniendo como resultado la mitad de mi peso en la espalda, yuju.

—Te ayudo —ofreció Carl a mi izquierda—. Mientras, sigue empacando las de allá.

—No —negó Rick—. Esperemos a que despierte, para ver que está bien.

La moral de Rick venía y se iba por tiempos, pero cada quien. 

—Intentó matarnos —replicó Michonne.

—Dijo que nos fuéramos, no sabia quiénes éramos —excuso Rick.

—Papá, quiso matarnos y aun así no lo dejamos a los caminantes. Tiene suerte, no necesita la mitad de las armas y nosotros sí.

Carl tenía razón, necesitábamos más que nunca las armas para irnos a la guerra con el gobernador y este hombre poseía una cantidad exagerada de estas.

—Esperemos a que despierte, está decidido.

—¿No has visto este lugar? —comenzó la morena—. Las púas, las hachas, los alambres.

—¿Crees que está loco?

—No, pero creo que es peligroso.

—Lo conozco.

—Pero no era así en ese entonces.

—Esperemos a que despierte.

Me aleje de la discusión de los adultos y me acerque a Carl, quien miraba con sumo interés un mapa a mano alzada en una pared.

—¿Qué pasa?

—Es mi barrio, mi casa —murmuró él sin despegar la vista del plano—. Pero ya no está —terminó de decir al observar un escrito justo al lado de donde tendría que estar su casa: "casa de Rick, incendiada".

Antes de poder reconfortarlo, su padre interfirió:

—¿Para eso querías venir? ¿Para ver nuestras casas?

—Solo quería venir y estar junto a Rory, nada más —sentenció el tras unos segundos de silencio.

Por el semblante del ojiazul asumí que necesitaba un momento a solas, por lo que me dispuse a hacerle compañía a la de katana, quien alegremente comía una barrita de cereal que partió en dos para ofrecerme la mitad.

—¡Gracias! —agradecí con una sonrisa en mi rostro, sentándome a su lado.

—¿Ahora comemos su comida? —preguntó Rick con un toque sarcástico, a lo que ambas nos encogimos de hombros.

—Había un cartel de "bienvenidos" en la entrada —recalque.

Trás unos instantes, Carl espero a que su papá se alejara lo suficiente para llegar a mi lado y empezar a cuchichear cosas conmigo sin interesar del todo la presencia de Michonne, resulta que ideó un plan que se basa en salir en la calle en busca de una cuna con nada más que las esperanzas de que no nos coman.

—No te dará permiso ni en mil años —mencioné, pero claramente él no tenía intención de hacerme caso.

—Vamos a salir —afirmó Carl, decidido.

—¿A dónde? —interrogó Rick.

—Lo único que la gente no roba son las cunas. Está la tienda de cosas para bebés de la amiga de mamá, Sarah, y está aquí a la vuelta.

—Niños...—antes de que Grimes tuviera oportunidad de oponerse, su hijo ya estaba gritando histericamente.

—¡Papá! Está a la vuelta de la esquina, y están las trampas para los caminantes.

Por la cara de Rick era fácil divisar que no estaba dispuesto a darnos permiso a menos que alguien lo hiciera cambiar de opinión, entonces, cuando le dediqué una mirada a Michonne, ella pareció captar el mensaje.

—Necesitarán ayuda con la caja —dijo.

—¿Qué? —preguntó Carl, opuesto a la idea de más compañía aparte de la mía, pero yo sabía que era la única forma.

—Si traes una cuna, tendrás que traer la caja también, es grande y pesada solo para ustedes dos.

—Si la arrastramos será más fácil —declaro Carl.

—Buscarán una cuna, ¿no? —preguntó incrédula.

—Eso dije.

—Entonces los acompañare —decretó la morena, y eso pareció convencer a Rick.

—Escuchen, este es el trato, si se meten en problemas griten, ¿de acuerdo? Los oiré desde aquí.

—De acuerdo —aceptamos ambos.

—Ah, y cuiden de Rory. ¿Saben cómo se pondría Glenn si le pasa algo? Y ni hablar de Maggie, me matan.



—¡Hubiera sido bonito que me avisaras que teníamos que correr de Michonne antes de que comenzarás a hacerlo, tlacuache atropellado! —me queje con la respiración entrecortada.

—¡Perdón! Pero es que teníamos que dejarla atrás.

Y eso fue necesario para invocarla, ya que la mayor apareció frente a nosotros una vez más.

—¿Qué demonios fue eso?

—A mi me obligaron, no me culpes —hable.

—Quiero hacer esto solo con Aurora, con mi...amiga.

—Ya pasamos la tienda de bebés —notó Michonne.

—Primero buscaré otra cosa para Judith, ¿si

La de rastras pareció entender, ahora Carl iba al frente y nosotras dos solo lo seguíamos a donde quiera que se dirigía.

Después de una larga caminata en completo silencio llegamos a un local que al frente tenía en grande las palabras "King Country".

Tome mi navaja mientras que Carl limpiaba con la manga de su camiseta la ventana empolvada para ser capaz de ver aunque sea un poco del interior.

Desde mi sitio alcance a ver caminantes sentados en sillas en una condición esquelética, en lugares como este, era más que evidente que habían sido abandonados ni bien empezó el apocalipsis.

El pecoso tomo la perilla de la puerta y cuando estuvo a punto de abrirla, Michonne lo detuvo, provocando una ola de enojo en el menor.

—¿Creían que los dejaría entrar ahí?

—Pienso que no es asunto tuyo —rechistó el.

—Te estas comportando como un idiota, detente —pedí.

—Ella no nos conoce, no conoce a papá, no conoce a nadie.

—Yo tampoco cuando llegué al campamento —repliqué, pero después me di cuenta de que a mi me había tratado de igual forma cuando llegué, entonces mi argumento perdía sentido.

—Vine aquí a ayudarlos —aclaró Michonne serenamente.

Quiero ser como ella, mientras su oponente se altera, ella está tranquila.

—Viniste por intereses comunes —vociferó—. Tenemos el mismo enemigo, el mismo problema. Por eso estás aquí, es así. Esto es importante y voy a hacerlo, no me detendrás.

—No te lo impediré pero tu no impediras que te ayude.

Aquello último fue aceptado por el ojiazul, así que terminamos por seguir a la mujer para poner en marcha lo planeado.

—Pobres ratitas, perdonenme —susurre cuando tuve que tomar las jaulas ratoneras y unirlas a las patinetas por órdenes de Michonne.

Abrimos las puertas del pequeño negocio y empujamos las patinetas hacia dentro, lo que descolocó a los caminantes y nos ofreció ventaja para poder escabullirnos por el diminuto pasillo de al lado.

El plan estaba haciendo efecto, los errantes estaban distraídos teniendo su banquete, entonces al llegar a las barras Carl me ofreció su mano y con su ayuda logré subirme encima de estas.

Sabía lo que tenía que tomar, una fotografía de la familia Grimes en la que Lori aparecía. Es por eso la actitud de Carl y su insistencia.

Sabía que la señora Grimes tenía álbumes de fotos, los cuales seguramente permanecían en la granja hasta la fecha.

De puntillas, logre tomar el cuadro de fotos, por un minuto me distraje con este, observando a Lori. Mordí mis labios con firmeza cuando sentí a un caminante tomar mi pierna con dureza, casi logrando arrastrarme si no fuera por Michonne, quien lo mató salvando mi vida y, por supuesto, la del retrato.

Cuando quisimos retirarnos observamos a un roedor venir en nuestra dirección y detrás de él los caminantes se aproximaban.

La adulta nos empujó hacia la calle, así que comenzamos a correr.

Eran demasiados para ella, así que desde una distancia considerable guarde mi navaja y la reemplacé por la pistola, comenzando a disparar a cuanto caminante había a la vista.

La escena era amenazante, cuando me dispuse a salir del local un caminante se me abalanzó encima, obligándome a soltar el retrato al matarlo. Intenté regresar por él, realmente lo intenté, pero la morena me sacó del lugar de un tirón.

Pensándolo bien, me habían dado muchos tirones y empujones hoy.

—Lo siento, Carl —lamenté, aunque el estaba ocupado revisando mi persona en busca de daños que no tenía.

Cuando se aseguró de que estuviera bien, volvió con sus gritos una vez más.

Debemos regresar —farfulló, y la ausencia de habla por parte de la mayor lo encolerizó—. ¡Debemos hacerlo! ¡Tengo que volver, es la única que queda!

Una vez más, no hubo respuesta.

—Al demonio —soltó Carl, decidido a entrar si no hubiera sido porque la morena lo detuvo.

—Así no. No te conozco, lo entiendo. ¿Pero harías algo por mi? —le preguntó—. Espera aquí.

Por favor Carl, no compliques las cosas y haz caso por una vez en tu vida.

—¡Ayudaré!

—¡No! Tú te quedas aquí, ambos se quedan aquí. Así es como lo haremos.

Sin más que hacer el menor finalmente aceptó y se colocó en una de las puertas para evitar que esta se abriera.

—Confío en ella, está bien que tu no, en lo que a mí respecta sé que no es fácil confiar en estos tiempos, pero ha probado merecer la confianza que todo el grupo le ha brindado. Desde que llegamos aquí no ha hecho más que ayudar, ahora mismo arriesgara su vida por ese recuerdo para Judith, dale una oportunidad, ¿quieres?

—Lo siento, Rory. Me he estado comportado como un tonto.

—Si.

—Lo que quería hacer no excusa como he tratado a papá, ni a ella. Perdoname de verdad.

—Uy ya, no ruegues tanto —bromeé—. Solo no vuelvas a comportarte así.

No mucho después, Michonne salió e inmediatamente le extendió la fotografía a Carl, quien sonrió.

Era bonito verlo feliz de esa manera desde lo ocurrido con su mamá, y si él es feliz, yo también lo soy.

—Pensé que Judith debía saber cómo era su mamá —explicó—. Gracias.

Una vez que todos estuvimos dispuestos, comenzamos a caminar de regreso.

—De todas formas, yo iba a regresar —destacó Michonne, sacando desde detrás suyo una mediana escultura de un gato de colores, hermoso en realidad—. No podía dejar esto.



—Hola —saludó Rick nada más entramos—. Estaba por ir a buscarlos.

—Disculpa la tardanza —hable.

—No pasa nada, ahora están aquí —tranquilizó. Ahora, mi mirada se posó en la sangre escurriendo por su hombro, y él, al ver que estaba a punto de preguntarle, se adelantó—: No importa.

Asentí y tomé la mochila, ya que Carl no podía ayudarme ahora puesto que él y Michonne cargaban la cuna.

—¿Cómo está él? ¿Bien? —interpelé, observando a Morgan preparar las picas.

—No, no lo está.

Me acerqué al hombre, le debía una disculpa, por lo del disparo y eso. Aunque lo hice sin darme cuenta de quién era, lo dejé inconsciente por un largo rato.

—Oye, Morgan —llamé, y él se giró—. Siento lo del disparo, tenía que hacerlo, ¿entiendes? Lo lamento.

Y empecé a caminar en compañía de los demás hasta la salida, pero el hombre nos paró.

—Oye, hija, no te disculpes jamás. Ninguno lo haga —dijo, mirando a Carl esta vez—. Habrá un día en el que no estarán, ¿saben? Morirán.

El cambio tan repentino de tema me confundió y me fue imposible evitar dejar salir una mueca, ¿este que trae?

—Si, lo sabemos. Pero ese día no será hoy —afirmé, y esta vez sí nos marchamos. 

Ya en el auto, me acurruque una vez más junto con Carl, quien observaba la fotografía con una sonrisa en su rostro que escondía mucho más de lo que aparentaba.

—¿Sabes? Te veo como el típico hermano sobreprotector, mucho.

—Oh sí, cuando Judith tenga su primer novio, me aseguraré a través de una plática con él de que jamás le rompa el corazón, o de lo contrario, yo le romperé algo más a él —dijo, decidido.

—Cuanta agresividad, creo que te estás adelantando demasiado, y no es como si tu vayas a ser un gran novio en el futuro.

—¿Quieres intentar? —preguntó, muy serio.

No te sonrojes, no te sonrojes...demasiado tarde.

Involuntariamente una sonrisa tonta se dibujó en mi rostro, la cual trate de ocultar con una risa. Gracias al de arriba, ni Rick ni Michonne habían escuchado.

De ahí en fuera no dije nada más en todo el camino a causa de los nervios.

Al voltear a la ventana, un cuerpo descompuesto y los montones de sangre invadieron mi campo de vista.

Lo mejor que a Rick se le ocurrió hacer fue recoger su mochila.

Al observar la mochila anaranjada gigantesca, supe que se trataba del hombre de la mañana, al que pudimos haber salvado.


🎀 Word Count: 4475
₊✧⋆⭒˚。⋆
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₊✧⋆⭒˚。⋆

──★ My 𝘀𝗽𝗮𝗰𝗲!! 🐍

Capitulo larguísimo pq me desaparecí por poco más de dos semanas 🤓

Me excuso diciendo que me fui de vacaciones y posteriormente dediqué todo mi tiempo a hacer un proyecto de ciencias horrible.

Ayy, miren, cambie el banner del primer acto, me encanto como quedoo


Alsoo, quería preguntarles a los fans de Percy Jackson: ¿cuál cabina creen que Rory es parte de?

OTRA COSITAAA, muchas gracias por los 20k (casi 21k) de vistas y los 2k de votos, juro que casi lloro por la mañana del día que me levante y vi que habíamos llegado a esa cifra 😭💞

¡Los amooo y mil gracias por leer "Mastermind"! 📖💓

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