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★ 𝟎𝟏𝟒: evermore

014. ˚୨୧˚ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗙𝗢𝗨𝗥𝗧𝗘𝗘𝗡
—Evermore˚˖𓍢ִ໋🌷͙֒

"Gray November
I've been down since July
Motion capture
Put me in a bad light
I replay my footsteps on each stepping stone
Trying to find the one where I went wrong
Writing letters
Addressed to the fire"

—T. S


Baje mi arma y mire hacia un lado encontrándome con Rick un tanto shockeado por la acción repentina de su hijo.

La rabia seguía consumiendo mi ser, aunque al fin y al cabo ya no había nada más que hacer.

Mire el cadáver una última vez por lo que parecieron ser horas antes de que Carl tomara mi mano arrastrándome de vuelta hacia la granja.

Durante todo el camino de vuelta yo mantenía una postura reservada aunque en mi interior me daban ganas de montar una fiesta, pero Shane era importante para ambos así que decidí guardar mi felicidad para más tarde.

—¿También te mordieron?—le preguntaba el menor a su padre.

Por favor Dios, que la respuesta sea un claro y rotundo no.

—No.—respondió con simpleza.

—¿Y a Shane si?—volvió a cuestionar Carl.

—No era Shane. Lo saben. —dijo a modo de respuesta, de igual forma era obvio que solo estaba evitando la pregunta.

—Solía serlo.—murmuró Carl haciéndome rodar los ojos antes de que él agregará algo más—. ¿Qué les pasó? ¿Los atacaron? Porque...oímos disparos pero no había ningún caminante cerca. ¿Cómo murió Shane?

¿Acaso es una especie de broma?

Al parecer él vio algo completamente distinto a lo que vi yo. Rick lo había matado, era obvio, ¿no?

De todas maneras, él se giró hacia nosotros dispuesto a explicarnos y el sigilo en su mirada confirmó mis sospechas.

Pero antes de que este pudiera formular palabra alguna, los gruñidos y los pasos captaron nuestra atención.

Una horda gigantesca se aproximaba a nosotros, y parecía tener más masa que cualquiera a la que nos hayamos enfrentado.

Nuestro primer instinto fue huir, no había lógica o manera de siquiera intentar luchar.

—Vamos, vamos, vamos.—decreta Rick en un susurro alentándonos a avanzar.

Desprendí mi mano de la de Carl para así poder tener más movimiento y colocar mi arma en posición en caso de necesitarla.

Era cuestión de minutos o incluso segundos para que los caminantes llegaran a la casa y aquello me ponía los nervios de punta. Necesitábamos un plan urgentemente o de otro modo todos estaríamos muertos.

Seguimos avanzando procurando no hacer demasiado ruido hasta que finalmente quedaba solo un corto tramo para llegar al granero.

—Tenemos que llegar a la casa y avisar al resto.—propuso Carl.

—Sería como suicidarse.—comparé provocando que el arrugará la cara en desaprobación.

—Deja de decir todas esas cosas...

Ash, ni aguanta nada.

—Oigan, necesito que se queden cerca, ¿si?

Ambos asentimos y después de un par de segundos llegamos al granero donde Carl me permitió entrar primero.

Mientras el esfuerzo de los Grimes estaba centrado en trabar la puerta con tablones yo analizaba el lugar con esperanzas de encontrar algo útil, como una máquina teletransportadora o que se yo.

Mis ojos miopes se dirigieron a unos galones de gasolina y la idea se incrustó en mi mente.

—Rick.—llame aun en susurros, él se giró a verme y yo apunte los galones.

El pareció entender el plan al instante y me dedicó una sonrisa leve.

—Toma eso.—le indicó únicamente a Carl puesto yo ya había comenzado con mi labor.

Comenzamos a esparcir el líquido por toda el área, debo de admitir que el galón estaba demasiado pesado para mi pero de algún modo logré derramar hasta la última gota.

Esto provocará un desastre total. Me encanta.

—Ambos, suban. Por aquí, rápido.

No, ya no me encanto. ¡Eso si era un suicidio!

—¿Y qué hay de ti, papá?

—Yo estaré aquí.—aseguró, pero temía que no fuera así. El coloco un encendedor en mis manos el cual sujeté con fuerza—. Dejarás caer el encendedor cuando yo diga. Evitaremos que lleguen a la casa y distraeremos a algunos. Tenemos una oportunidad. Escuchen, pueden hacerlo. Carl, Rory...los quiero. Muy bien, vamos, vamos.

Mis labios se curvaron en una línea reprimiendo mis lágrimas mientras subíamos.

Los gruñidos de los caminantes se intensificaron una vez Rick abrió la puerta y empezó a llamarlos.

Podría funcionar, pero, ¿cuál sería el precio a pagar? No todos sobreviviremos, la horda ocupa más espacio que el granero.

Mis pensamientos fueron a una sola persona: Glenn.

Él estaría preocupado por mi y casi casi arrancándose los pelos, eso no lo pongo en duda alguna y, tal vez después de todo si es como un padre para mi.

No, no, solo ando sentimental.

Salí de mi cuevita mental una vez me di cuenta que Rick había escalado las escaleras y ahí supe que ya era tiempo.

En menos de un segundo abrí el encendedor, retiré el seguro y lo aventé, las llamas no tardaron en esparcirse por todo el lugar desviviendo así por segunda vez a los caminantes y dejando el granero en ruinas.

—Bien, bien.

Desde el balcón del granero este trío comenzó a disparar, logre acertar en la mayoría de mis objetivos gracias a las clases de Glenn.

Glenn, mierda.

Debía de ir con él, sea como sea, tal vez si doy un brinco y corro lo más rápido posible...están esparcidos por todo el lugar, podría lograrlo.

Y justo cuando iba a cometer esa locura la caravana que antes era de Dale se estacionó junto al granero.

Rick salto primero con la intención de poder ayudarnos a nosotros, él extendió su mano hacia mi, gesto el cual yo acepté llegando así a su lado y finalmente fue el turno de Carl, quien también llegó sin complicación alguna.

De pronto, los gritos desgarradores de Jimmy se adentraron en mis oídos.

No llores, no llores.

Porque mi plan aún estaba en marcha y para este necesitaba todos mis sentidos si no quería acabar como Cato. Guiño, guiño.

Bajamos por las escaleras con suma velocidad y por un momento me permití ver a mi alrededor y tal como lo predije—por que si, soy vidente—todo era un completo e irrevocable desastre.

—Al bosque, corran tanto como puedan.—ordenó Rick.

Y claramente corrí a la dirección opuesta, es decir, a la casa.

No quería gastar balas así que me dediqué a esquivar a tanto caminante se me acercaba hasta que por fin llegue a la entrada donde Hershell estaba disparando a lo loco. Una mirada de alivio atravesó sus ojos cuando me vio.

Le importo a más personas de las que yo creía.

Abrí la puerta de un tirón, encontrándome con Glenn y Maggie apresurados.

Aunque lo que más quería era abrazarlos y jamás separarme, tenía un objetivo fijo.

Subí las escaleras y llegué al cuarto de Beth el cual estaba desolado, tome algunas de mis pertenencias más relevantes, las de la dueña de la habitación y las de Sophia.

Después me dediqué a buscar abrigo para todos, ya que se venía un invierno duro.

Para finalizar volví a bajar por las escaleras esta vez adentrandome en la cocina, tomando la mayor cantidad de provisiones que mi mochila me dio oportunidad.

Desconocía dónde se encontraban las municiones, de otro modo también las hubiera conservado.

Colgué mi mochila en mis hombros encontrándome con ambos adultos me miraban fijamente.

—Ven acá.—llamó Glenn y ahí me di cuenta que sus ojos estaban hinchados y con un tono rojizo leve.

Los tres nos abrazamos por un par de segundos y una sensación de calma inundó mi cuerpo.

—Pensaba que te perdía. ¿Dónde estabas?—preguntó Mags como si fuera a romper en llanto.

—Uhm, luego les explico.

—Andando.—Glenn indicó y salimos al exterior, dirigiéndonos a un auto.

Una vez los tres estuvimos dentro de este, el ambiente se tornó tenso, primeramente por todo lo que estaba pasando en torno a la granja y, por otro lado, ambos comenzaron a gritarse sin parar, cosa que me estaba estresando.

Trataba de disparar pero con el auto en movimiento me resultaba enormemente difícil.

El sentimiento de no saber quien esta vivo y quien no apresaba mi corazón y para variar, mi oído izquierdo parecía no escuchar, hecho el cuál relacione con los constantes disparos de Glenn.

Me rendí con la pistola ya que tal vez ocuparía esas municiones en otra ocasión y aquí no había caso alguno por lo que me volví hacia mi cuchillo y en esta ocasión logré matar a una gran variedad de caminantes antes de que todo mi cuerpo se debilitará.

Mi respiración se encontraba entrecortada, mi vista se nublaba con lentitud y sentía unas ganas repulsivas de vomitar a pesar de no haber comido nada.

Glenn y Maggie continuaban discutiendo, la granja estaba en llamas, los caminantes parecían regenerarse e incluso aumentar.

¿Dónde estarán todos? Carl, Sophia, Beth, papá Hershell, Rick, Lori...


Mi vista se centró en la ventana, ya no estábamos en la granja...no.

Y tampoco era de noche. ¿Qué carajos pasó? Si tan solo parpadee...

Me tomó unos segundos volver a escuchar.

—¿Y Aurora? No despierta y eso no había ocurrido desde...—Maggie mencionaba antes de ser interrumpida.

—¡¿Ya había ocurrido?!

—¿Me desmaye?—pregunté, acercándome entre los dos asientos frontales.

—¡Rory!—exclamó Mags para después soltar un suspiro de alivio—. Es la segunda vez que me asustas en todo el día, señorita.

—Pero no es mi culpa.

—¿Cómo te sientes y cómo te sentiste?—Glenn preguntó, girándose a verme.

—Por un instante deje de escuchar, también sentía que vomitaría en cualquier instante, la vista se me nublo y me costaba respirar. Ya me encuentro bien.

—¿Segura?—asentí—. Oye, ¿no tienes pastillas o algo? En caso de que vuelva a suceder.—esto último estaba dirigido a Maggie, quien negó.

—¿Cuánto nos alejamos? La otra vez fueron a una farmacia, ¿queda lejos?

—Algo, si. A parte, no hay del tipo de medicamento que necesitas.—la ojiverde replicó.

Volví a recostarme en mi asiento y desde el espejo retrovisor interno note que esta estaba tratando de contener sus lágrimas, y yo entendía el por qué.

Perfectamente en este momento todos podrían estar muertos.

—Solo...detén el auto Maggie, detén el auto. Yo conduzco.

Los observe cambiar de puestos en silencio, ambos estaban notablemente estresados.

Una vez ya estaban en su nuevo asiento, Maggie rompió en llanto incontrolablemente a la vez que su cuerpo temblaba con ímpetu.

—Hey, hey, hey. Oye, Maggie. Mírame, mírame.—llamo y la nombrada obedeció—.  Oye, estamos vivos, lo logramos ¿Okey? También ellos. ¿Está bien?

Aunque Maggie asintió, aún estaba luchando con sus lágrimas.

—Te amo. Maggie, te amo. Debí decírtelo antes y es así desde hace tiempo.

Esas dos palabras y cinco letras la calman casi al instante, y a mi me hacen sonreír como si estuviera leyendo uno de mis libros de romance, pero no lo puedo evitar, se ven muy lindos juntos.

—Estaremos bien, ¿okey? Todo estará bien. Las quiero a las dos más que a mí mismo.

Dicho esto el coche se puso en marcha.

—También te quiero, papá.

Listo, ya lo dije, ahora me voy a hacer la loca.

Para mi sorpresa él no me saco volando por la ventana del auto, al contrario, esbozo una sonrisa demasiado alegre.

—¿Eso me convierte en tu mamá?—cuestionó ella con la misma sonrisa.

—Si. O sea, si quieres, claro.

—Pero por supuesto que sí.

Únicamente sonreí como respuesta y me mantuve en silencio todo el camino a donde sea que vayamos.

"Papá" y "Mamá".

No había utilizado esas palabras desde que inició esto, excluyendo la cantidad de veces que me esmere en recordarle a todos que Glenn no era mi papá. Pero muy en el fondo siempre supe que algo así ocurriría, porque vamos, se comportaba incluso mejor que mi propio padre.

¿Me veo llamándolos a ambos de aquella manera? No, al menos, no aun. Es tan solo cuestión de acostumbrarme.

El viaje en carretera continuó, aunque no por mucho ya que a lo lejos diferenciamos a figuras conocidas.

Quisiera decir que todo el grupo se encontraba ahí, pero eso no sería más que una vil mentira. Jimmy, Patricia y Andrea hacían falta.

En cuanto me bajé del auto Carl estaba terminando de reencontrarse con su madre, y este salió disparado hacia mi envolviendome en un abrazo casi asfixiante.

—Te extrañe.—murmure con una sonrisa dibujada en mi rostro.

—Yo más.

—No, no creo. ¿O tú también te desmayaste?

—¿Como?—balbuceo, confuso.

—¿Verdad que no? Yo gano.

Me aparté y me reencontré con los demás, con Beth, Hershel, Lori y finalmente con Sophia, quien parece que no me soltara jamás.

—¿Cómo los encontraron?—preguntó Rick con la vista puesta en todos nosotros.

—Bueno, vi las luces traseras de un auto yendo en zigzag por el camino y supuse que conducía un asiático.—explicó Dixon.

—Buena esa.—aceptó papá riendo al igual que yo.

—¿Dónde está el resto?

—Somos los únicos que logramos salir.

—¿Shane?—inquirió Lori.

Rick simplemente negó.

—¿Andrea?—preguntó papá.

—Me salvó, luego la perdí.—contó Carol tristemente.

—La vimos caer.—Rick aclaró.

—¿Patricia?

—También la perdimos—respondió Beth entre sollozos —. La atacaron al frente mío. Yo la...yo la tenía del brazo, papá.

Hershell rodeo en brazos a su hija, tratando de reconfortarla un poco.

—¿Y Jimmy?—Beth preguntó aún entre sollozos—. ¿Lo vieron?

—Él..él nos ayudó en el granero. Pero lo rodearon.—lamenté con un tanto de pena, como si Beth fuera a culparnos por su muerte.

—¿Seguros que vieron a Andrea?—interrogó Carol. .

—Había demasiados caminantes por todos lados.
—comentó Lori.

—¿Pero la vieron?

—Volveré ahí.—habló Daryl,  en camino a subirse en su preciada motocicleta.

—No.—negó Rick.

—No podemos dejarla.

—Tal vez esté ahí o cerca.—argumente.

— No está ahí. No está. Tal vez está en otro lado, o está muerta. No hay modo de hallarla.

—¿No la vamos a buscar? ¿Es enserio, Rick? Ella es parte del grupo, no puedes abandonarla sin siquiera buscar antes.—intervine nuevamente.

—Debemos irnos, Rory.  Vimos que los caminantes vienen hacia aquí.

— Vayamos al este.—propuso T-dog, apoyándose en la puerta de uno de los autos abandonados.

— Exacto, lejos de la carretera.—apoyo Daryl—.  porque en las carreteras grandes, hay más caminantes, como este.

El agarro su ballesta y se preparó para dispararle a un caminante que venía directamente hacia nosotros, una vez hecho, todos nos apresuramos a entrar a nuestros respectivos autos.

Yo, por supuesto, continué con mis papás con la ligera diferencia de que Beth y Hershel nos acompañaban y claro, Carl, quien ahora estaba sentado a mi costado, también vino.

—Oigan, miren.—llame, señalando mis tenis donde estaban dibujadas las telarañas—. ¿A que está muy lindo? Lo hice con este.—aclare, apuntando a Carl con mi dedo pulgar.

—¿Eso es...un símbolo diabólico o algo?—inquirio Hershel haciendo que yo llevara una mano a mi corazón pretendiendo estar tremendamente ofendida.

—Son telarañas, ¿no le ve la forma?

El anciano inclinó su cabeza y entornó los ojos como si estuviera haciendo un esfuerzo gigantesco para visualizar lo mismo que yo.

—¡Aaaah!—exclamo, dándose cuenta de la forma—. Pero, a ti te daban miedo las arañas.

—Y todavía, pero esto es de un superhéroe, uno muy guapo en realidad.

Ambos, padre e hija enarcaron una ceja ante mi comentario.

¡Si es que son igualitos!


Papá manejó por un periodo de tiempo, pero a menos de la mitad del camino un bocinazo por parte de Rick nos hizo detenernos, lo más seguro debido a que pronto sería de noche y, por obvias razones, todos no entramos en un solo auto.

Todos bajaron del auto, pero una vez papá salió afuera, él me dio la estricta orden de quedarme dentro debido al frío.

Parece que no me conociera, una vez note por la ventana que el grupo se encontraba en medio de una discusión me decidí a unirme.

No es por ser chismosa, solo es que creo fielmente en que tengo que mantenerme informada.

Y al parecer, he llegado en el momento más interesante.

—Acamparemos allí esta noche.—informaba el mayor de los Grimes señalando una construcción hecha con piedras—. Seguiremos el viaje al amanecer.

Me parece perfecto, ya quería dormir.

Observé a Beth aproximarse a Rick mientras un calor recorría mi espalda.

Carl me estaba cediendo su chamarra.

Me quedé sonriendo como una completa idiota antes de recordar que realmente yo no la necesitaba.

—No...no es necesario, Carl. La mía está en el coche, toma esta devuelta.—anuncié a punto de quitarme aquella chamarra verde militar.

—No, mientras quédate con esta al menos. Esto va para largo.—insistió, colocándomela nuevamente. 

—Carlangas, ya dije que no.—hable, poniéndome a la defensiva.

—¡Que si!

—¡Que no! Ni siquiera tengo frío.—aseguré, finalmente quitando la prenda completamente de sobre mi.

—Mientes.—murmuró, con ánimos de seguir discutiendo si no fuera porque la conversación ahora si estaba llegando a un punto culminante.

—Rick, ¿qué rayos paso?—interpelo Lori.

—Shane mató a Randall, como siempre quiso hacerlo.—concluyó Daryl sujetando su icónica ballesta.

Había mucho más, de aquello estaba segura.

Pero, ¿qué?

¿Qué llevó al señor Grimes a acabar con la vida de su mejor amigo? A parte de lo que le hizo a Lori y a mi ya que Rick desconocía aquellos sucesos.

—¿Y la horda lo alcanzó?—divago la señora Grimes.

El silencio reinó el lugar por unos instantes, transformando todo en algo mucho más dramático.

A veces siento que hay cámaras, esto parece una serie. Yo sería el personaje hecho para sufrir y...

—Todos estamos infectados.

En aquel momento, no podía analizar sus palabras con claridad. Lo único en lo que me permití pensar era que probablemente él lo hubiera sabido todo este tiempo y no había dicho ni una palabra a nadie. ¿Cómo asumes eso, Aurora? La cara de todos es de pura sorpresa y no creo que ninguno de aquí tenga dotes teatrales.

—¿Qué?—preguntó Dixon totalmente desconcertado.

— En el CDC, Jenner me lo dijo. —explicó como si nada.—No sé qué es, pero todos lo tenemos.

—¿Y nunca dijiste nada?—Carol indagó.

—¿Habría cambiado algo?—preguntó Rick con un toque de molestia.

Excelente punto, realmente mi enojo no iba dirigido hacia él, sino con la vida. 

¿Me estás diciendo que si o si me convertiré en una de esas cosas una vez me muera? La idea en sí me repugna.

—¿Y lo supiste todo este tiempo?—cuestionó papá.

— No estaba seguro.—soltó Rick—. Todos ustedes saben lo loco que estaba.

—¡No era tu decisión! Cuando me enteré de los caminantes en el granero, lo dije, por el bien de todos.

Y hasta se ganó un huevazo por aquello.

—Pues yo creía que era mejor que no lo supieran.

Dicho esto, Rick giró sobre sus talones y eso bastó para que se alejara.

Tome la chamarra entre mis manos y se la coloque a Carl en su pecho para que la agarrase.

—De todos modos, muchas gracias.—agradecí, proporcionandole un corto beso en la mejilla antes de acercarme a Sophia.

—¿Qué opinas?—dijó.

—Si me llego a morir antes que tú, inmediatamente rematame, por favor.


La noche había llegado, todos estábamos alrededor de una pequeña y cálida fogata tratando de entrar en calor puesto que el frío ahora sí que se había vuelto insoportable, debido a esto yo ya les había proporcionado su abrigo a cada uno de los integrantes del grupo.

Hershel abrazaba a su hija mientras que mis papás me rodeaban con un brazo cada uno.

—Creo que deberíamos arriesgarnos.—comentó mamá, frase que me hizo negar repetidas veces.

—No sean tontos. —soltó Hershel—. No hay comida, ni gasolina, ni municiones.

—Yo traje algunas provisiones en la misma mochila donde saque los abrigos, aunque no es demasiado, alcanzará para una semana si la abastecemos bien.—informé con una sonrisa en mi rostro.

—No, no. Es genial pequeña, gracias.—agradeció Hershel tomando mi mano—. Dios mío, ¡estás helando!

Antes de que alguno de los presentes me ofreciera su chamarra, un ruido sonoro captó nuestra atención y casi por instinto alce mi arma.

—¿Qué ca...rayos fue eso?—susurre, procurando no maldecir una vez note la presencia de mis ahora padres.

Sigo sin creermelo, ¿okey? Me referiré a ellos como padres en cada ocasión que pueda.

—Pudo ser cualquier cosa, un mapache o una zarigüeya.—respondió el ballestero en mi mismo tono.

—O un muto, o un caminante. No hay mucha diferencia, ambos muerden.—comenté.

—Tenemos que irnos, ¿que estamos esperando?—chillo Carol ruidosamente por lo que su hija y yo le pedimos silencio llevándonos el dedo indice a los labios.

—¿Por donde?—papá preguntó refiriéndose a dicho ruido.

—Por donde antes estabamos.—avise.

—No podemos andar huyendo en la oscuridad. No tenemos vehículos. Nadie viajará a pie.—sentenció Grimes en un tono bastante serio, lo admito, me dio miedo.

—No entren en panico.—apoyaba Hershel.

—No me quedaré aquí a esperar a que venga otra manada. Tenemos que seguir ahora.—mamá masculló entre dientes, claramente irritada.

Espero que solo lo diga para meterle drama a la situación, porque yo no me quiero ir, ni en sueños.

—No. Nadie irá a ningún lado.—ordenó Rick.

Un simple ruido era lo que habíamos oído y aunque en este mundo jamás se puede estar seguro, huyendo en la oscuridad solo se perdería más gente.

Esto me recuerda a cuando Sophia se perdió. Es exactamente lo mismo, incluyendo a Carol quejándose...

—Haz algo.—rogó ella.

—¡Estoy haciendo algo!—exclamó al fin, notablemente su temperamento estaba siendo tentado—. Mantengo al grupo unido y vivo. Es lo que estuve haciendo todo este tiempo sin importar nada más. ¡Yo no pedí esto! ¡Maté a mi mejor amigo por ustedes, por el amor de Dios!

¡Lo sabía! Si apostara, sería millonaria.

Dejando eso de lado, el ambiente se volvió increíblemente tenso, nadie tenía la intención de hablar o más bien no encontraban las palabras, por lo que Rick decidió continuar.

—Ustedes vieron cómo se comportaba, como me desafiaba. O como nos comprometía. El era una amenaza.—Oh, sí que lo era Rick—. Planeó la persecución de Randall, me alejo para poder dispararle por la espalda, casi abusa de Rory, era agresivo y todos lo saben. ¡No tuve alternativa!

Note todas las miradas en mi y a Carl romper en llanto, pero nada de eso me importaba. Yo solo podía mirar a papá.

Él le había contado a pesar de que había prometido no hacerlo.

Estaba evitando mi mirada recriminatoria, pero no le quedó más que voltear. Exhaló fuertemente antes de comenzar a hablar.

—Pensaba que tal vez así todo se solucionaría más rápido, me sentía terriblemente asustado sabiendo que estaba en el mismo lugar que tu, perdoname. Por favor.

¿Me había dolido lo que había hecho? Totalmente. Pero no quería enojarme con él, con todos menos con él. Ya había pasado, ¿no? Y se supone que resultó, Shane estaba muerto.

Pero aquello no le daba derecho a Rick de gritarlo a los cuatro vientos. No quiero la lastima de los del grupo y mucho menos que me estallen de preguntas.

Me abracé a mamá como si mi vida dependiera de ello y continúe escuchando, no sin dejar de mirar a Rick con todo menos delicadeza.

—Era mi amigo, pero él me atacó. ¡Mis manos están limpias! Puede que ustedes estén mejor sin mi. ¡Adelante! Yo creo que hay un lugar para nosotros pero quizás...quizás solo sea otra quimera. Tal vez me esté engañando otra vez. ¿Porque, porque no van a averiguarlo por ustedes mismos? ¡Y me envían una postal!

¿Por que dicen cosas tan graciosas en momentos como este?

—¿Pueden hacerlo mejor? Veamos que tan lejos llegan.

Espero a que alguien se marchara, pero ese momento jamás llegó.

—¿Nadie se anima?, está bien. Pero que les quede bien claro esto: si se quedan, esto ya no es una democracia.



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¿Por que es mas grande la meta que la anterior? Por varios motivos JAJSJS

1. Ya entre a clases y tengo demasiada tarea.

2. La anterior llego demasiado rapido, por lo que me senti muy presionada a actualizar JAJAJ

3. Se supone que la temporada ya se acabo, pero yo hare un capitulo extra de como se vivio el invierno que pasaron a la deriva y siento que me tomara un tiempo.

4. Si llega a la meta, estaria publicando dos cosas: el capitulo y la introducción al acto tres.

y segun yo es todo, buenas noches y los amooo 💓

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