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CAPÍTULO QUINCE 

CRIPTA 

DAMIAN 

Las Vegas 

Camino sobre las piezas metálicas del helicóptero que se estrelló, mis botas resuenan contra el metal deformado. El paisaje a mi alrededor es desolador, un campo de escombros y restos de lo que una vez fue un helicóptero de la FAES. Estoy buscando pistas, cualquier cosa que me ayude a entender qué pasó aquí.

La ciudad está en silencio, me siento solo, como si fuera el único superviviente de una catástrofe. La guerra ha dejado su huella en cada rincón y  la destrucción es total. Me cubro la cara con una máscara antigás, pues todavía hay rastros de KR en el aire.

—Sigue viva—susurré, sintiendo un escalofrío recorrer mi espalda.

Me detuve en uno de los callejones, apoyándome en la pared para tomar un respiro. Habían pasado meses desde que todo se derrumbó. La pieza fundamental de mi plan, se había ido. Y con ella, mi tranquilidad. Mi plan, que había sido tan meticulosamente construido, se había venido abajo. Sin ella, nada tenía sentido. La organización se había desmoronado, y todos se habían vuelto en contra de todos. La confianza se había roto, y la paranoia había tomado su lugar. Me sentía como un reloj descompuesto, sin rumbo ni propósito. 

Cerré los ojos, dejando que el cansancio me invadiera. Pero justo cuando estaba a punto de sucumbir al sueño, los abrí de golpe. Y allí estaba ella, Mari, frente a mí. Mi corazón se aceleró, y mi mente se puso en marcha. Pero pronto me di cuenta de que era solo una ilusión, un sueño. Me reí amargamente, recordando la realidad. 

La vida de Mari es un tablero de ajedrez, donde cada movimiento es una apuesta desesperada. No importa quién controle el poder que late en sus venas, porque el resultado final es siempre el mismo: la desgracia. Los escenarios que se despliegan ante ella son un abismo de sombras y dolor, donde cada paso parece llevarla hacia un precipicio sin fondo.

La ironía es cruel: Mari es la clave para el poder, pero también es la víctima designada. Su destino es un callejón sin salida, donde cada opción es una sentencia de muerte. El mundo que la rodea es un laberinto de intereses y ambiciones, donde su vida es solo una moneda de cambio en un juego de poder. Y en el centro de este torbellino, Mari es la figura trágica, condenada a sufrir el peso de un destino que no puede controlar. Tengo que protegerla de ambos escenarios. Prefiero que se quede con la liga de asesinos. Al menos a mi lado, cuando yo tome el control, ella no morirá, esa es mi promesa 

Desde el primer momento en que supe que Mari sería mi esposa, sentí un interés profundo por conocerla. Lo irónico es que, a pesar de que estábamos comprometidos, nunca la había visto en persona. La ceremonia que nos unió fue solo una formalidad, un acuerdo entre  familias. Pero yo quería más. Quería conocer a la mujer que se convertiría en mi esposa.

Así que tomé la iniciativa y visité la ciudad de Gotham un par de veces, con el propósito de verla. Quería saber cómo era en persona, cómo se movía, cómo sonreía. Y aunque no la encontré en ninguna de esas ocasiones, mi interés por ella solo creció. Ahora, al recordar aquellos momentos, me doy cuenta de que mi búsqueda no fue solo por curiosidad, sino por algo más profundo. Quería conectar con ella, entenderla, conocerla de pies a cabeza. 

Quizás porque en el plan perfecto de mi madre, nunca entró el modo en cómo Mari iba a llegar a la liga. Eso siempre me ha desconcertado. Sé que se supone que debo casarme con ella, pero ¿Qué pasaría si Mari no se quiere casar conmigo? ¿Cómo la obligaría? 

La idea de casarme con Mari me ha quitado el sueño durante mucho tiempo. Me obsesiona pensar en cómo puedo hacer que eso suceda. He intentado saber más sobre ella, conocerla a fondo, y cuanto más la conozco, más anhelo tener el poder que ella posee en su sangre.

Mi objetivo es claro: estabilizar y posicionar a la Liga en primer lugar delante de todas las organizaciones, y coronar a mi madre como la Emperatriz de la Pirámide. Y cuando tome el control, quiero tener al mundo sumido a mis pies, junto a Mari. Veo una vida con ella, una vida llena de poder, riqueza y gloria. Pero también me inquieta mucho pensar en cómo será cuando seamos grandes, cómo nos casaremos, dónde quedarán los sueños de ella. Me preocupa que ella no quiera seguir mi camino, que no quiera ser parte de mi visión para el futuro. La idea de perderla, de no poder tenerla a mi lado, es insoportable. 

Siento una presencia detrás de mí me doy la vuelta, lanzando una estrella de puntas con precisión mortal. La estrella brilla en el aire, con su trayectoria curva y letal. Pero entonces, una figura emerge de la nada y agarra la estrella entre sus manos. Es John, logró reconocer su rostro a través de la máscara antigás. John aterriza en el suelo, con su mirada fija en mí. Su expresión es seria, pero puedo ver un destello de diversión en sus ojos.

—¿Qué estás haciendo aquí?—le pregunto—Es muy peligroso, el aire sigue contaminado de K.R 

—No pasa nada—le resta importancia—No me afecta tanto como a mi padre

—¿Qué noticias tienes? ¿Alguien más fue secuestrado?—elevó ambas cejas— Porque si es así, me voy a tirar de un puente

— No, no es nada de eso—niega—Son buenas noticias... creo 

— ¿Ya encontraron a Mari? ¿Sabes algo de ella?

—No, no es nada de eso

—¿Entonces es sobre Lian?—el vuelve a negar 

John suspira un par de veces 

—¡Habla rápido!—le pido—¿Qué es lo que sabes?

—Jason se logró comunicar con nosotros—suelta de golpe— Está en Alaska

—¿En Alaska?—me sorprendo—¿Qué está haciendo en Alaska? 

—No sabemos...—titubea—No tuvimos tiempo de preguntarle. Pero....

Hace una pausa dramática, digna de el y eso solo significada otro pequeño gran problema 

—¿Alguien fue secuestrado, verdad?—murmuró 

—Sí...

—¿Quién?—cierro los ojos 

—Mari... —balbucea—Mari ha sido secuestrada

Abro los ojos de golpe enfocando la mirada en Kent quien me mira con una mezcla de emociones absurdas 

—Esa Mari—Kent asiente—¿Pero cómo? ¿Están seguros? ¿Y si es otra?

—La llamada fue corta y la recepción era mala, pero eso es lo que me dijo—John pasa las manos por el  cabello—Tienen a Mari, la mafia italiana la ha capturado, Jason lo confirmo antes de perder la señal 

El corazón se me acelera y la respiración se me vuelve errática 

—¿Quién más lo sabe?—me cuesta respirar 

—Tú eres el único, Robin—me llevo las manos al pecho— Ya se lo comuniqué a los líderes de la búsqueda, pero sentí que debía informarte a ti personalmente. Tú has estado más pendiente de la investigación y has estado rastreando pistas. Quiero que sepas que ya hay un equipo trabajando en esto, incluyendo a los Titanes. Están rastreando la llamada y haciendo todo lo posible para encontrar a Mari

— ¡¿Cómo pudo pasar esto?!

Golpeo la pared con el puño, sintiendo la ira y la frustración que me consumen.

—¡Esto es el colmo!— gritó—¿Por qué siempre tiene que pasar esto? ¿Por qué siempre tiene que alguien salir secuestrado?

John se acerca a mí, intentando calmarme. 

—Robin cálmate—ordena—Todo va a estar bien. Ya estamos en búsqueda de ambas chicas. Estamos haciendo todo lo posible para encontrarlas

Me vuelvo hacia él, furioso. 

—¿Y qué más saben? ¿Qué han descubierto?—John sacude la cabeza

—No sabemos nada aún. Estamos buscando, pero no hemos encontrado ninguna pista. Pero al menos sabemos que Jason está vivo. Eso es algo

Me doy la vuelta, mirando hacia la nada. La noticia de que Jason está vivo es un pequeño consuelo, pero no es suficiente. Quiero saber qué ha pasado con Mari. Quiero saber quién la ha secuestrado y por qué. Suspiro pesadamente, intentando procesar la información que acabo de recibir. Comienzo a analizar la situación, intentando encontrar algún sentido en el secuestro de Mari.

"La secuestraron", me digo a mí mismo, "pero no entiendo cómo es que la organización o la liga de asesinos... No se ha enterado de nada, todavía siguen buscando a Mari, su rostro todavía está en la web oscura"

Mi mente comienza a trabajar en una teoría. "Mari está con una nueva identidad", me digo, "y la secuestraron con esa nueva identidad". La idea me tranquiliza un poco y me hace sentir que hay una explicación lógica para lo que ha pasado. John me mira, notando que estoy hablando solo. 

—¿Qué pasa?— me pregunta

Me vuelvo hacia él, intentando recomponerme. 

—Tenemos que irnos a casa ahora—le digo

John asiente, y juntos comenzamos a caminar hacia casa. Son escasos minutos los que nos toma a John y a mí llegar a la mansión. Entramos por la puerta principal y lo primero que me recibe de frente es un cuadro de Mari en la entrada. Me quedo sorprendido y admirando el cuadro, detallando cada rasgo de su rostro. 

—Alfred, ¿por qué está este cuadro aquí?— le preguntó al mayordomo.

Alfred se acerca a mí y me explica que están planeando cambiarlo por otro cuadro que Mari mandó a pintar antes de desaparecer. 

—Este cuadro va a adornar esta parte de la sala de ahora en adelante—me dice—Mientras que el nuevo retrato estará expuso en la sala principal 

Me quedo admirando el cuadro un momento más y luego camine hacia la sala para ver el nuevo cuadro. Veo a Mari pintada en el cuadro, con la edad que la conocí. Su retrato me persigue por toda la casa. Mari está en mi mente veinticuatro siete sueño con ella, pienso en ella. Su memoria me persigue por todas partes. Me quedo allí, admirando el cuadro, perdido en mis pensamientos. La presencia de Mari en la casa es como un fantasma que me sigue por todas partes.

¿Por qué me persigues así? ¿Por qué me haces sentir cosas que no puedo controlar?

Descendimos hacia la cueva subterránea de mi padre.  Nuestro objetivo era rastrear y analizar las señales de la ciudad, buscando cualquier anomalía o patrón sospechoso. Una vez dentro de la cueva, John comenzó a configurar el equipo de monitoreo, conectando sensores y cámaras de seguridad a la red de vigilancia. Yo, mientras tanto, comencé a analizar los datos en tiempo real, utilizando algoritmos de inteligencia artificial para identificar tendencias y patrones

John me informó que había detectado una serie de señales de radiofrecuencia provenientes de la ciudad de Las Vejas. Inmediatamente, comencé a rastrear la fuente de las señales, utilizando técnicas de triangulación y análisis de espectro. Mientras tanto, John continuó monitoreando las cámaras de seguridad, buscando cualquier movimiento sospechoso. Su voz era calmada y profesional, pero podía sentir la tensión en su tono.

—Damián, tengo una lectura de temperatura anormal en el sector 4—me informó John—Parece que hay una fuente de calor intensa en la zona

Inmediatamente, comencé a analizar los datos de temperatura, utilizando modelos de simulación para predecir el comportamiento del calor. Mi mente estaba en alta velocidad, procesando información y tomando decisiones en fracciones de segundo.

—John, esto es raro—capto la atención de mi amigo—Estoy analizando las frecuencias de la zona y no entiendo qué está pasando

—¿Qué es lo que te parece raro?

—Estas son las frecuencias de Mari—señalo a la pantalla—Y estas son las de la zona. Las frecuencias de Mari son altísimas, pero las de la zona son bajas... pero son iguales a las de Mari

—¿Qué quieres decir?—Kent se inclina hacia la pantalla

—Quiero decir que Mari no tiene un patrón repetitivo. Mari es única—hago una pausa— Y que exista otra frecuencia con su patrón es demasiado raro

—¿Qué crees que está pasando?

—No lo sé, pero tenemos que ir a inspeccionar esta zona—señaló la zona—Esto es super bajo, pero es preocupante.

—De acuerdo, vamos a investigar—asiente— Pero antes, ¿puedes ampliar la señal de Mari? Quiero ver si hay algo que nos estemos perdiendo.

—Claro, voy a ampliar la señal—ladeo la cabeza—Espera, ¿Qué es esto? Hay algo aquí que no entiendo... 

Mis dedos se deslizan por el teclado ampliando la imagen central 

—John, he estado siguiendo la frecuencia de Mari a través de los temblores que genera—confieso 

—¿Temblores? ¿Qué temblores?

—Los temblores que se generan cuando Mari... —me quedo callado al ver la cara de confusión de Kent—Bueno, no sé cómo explicarlo. Pero los temblores son generados por Mari.

—¿Eso es posible?

—Sí, es posible—tecleó sobre el monitor—Mira, te voy a mostrar los datos que he recopilado. 

Ante mis ojos, una marea de información y páginas se despliega frente a Jonathan Kent. Su mirada se sumerge en la pantalla holográfica que flota en el aire, mientras su cerebro procesa la avalancha de datos que se le presenta. 

—Esto es increíble—John se asombra— Los temblores siempre tienen su epicentro en Las Vegas.

—Exacto—lo miro de reojo—Mari estuvo en Las Vegas

—¿Cómo es posible que no nos hayamos dado cuenta de esto antes?—razona brevemente antes de arrugar la cejas—Ocultaste información 

—Al fin—bromeo—Pensé que nunca te darías cuenta 

—¿Mari sabe que puede hacer esto? 

—No—niego—Creo que Mari no se da cuenta de estos temblores porque ocurren cuando está dormida. Los temblores siempre ocurren de madrugada. No sé si Mari está soñando o tiene alguna pesadilla que los causa 

—Damián, esto es importante. ¿Por qué no me lo dijiste antes?

—Porque no lo consideraba relevante. Pero ahora que hemos descubierto este patrón de frecuencia, creo que es importante que lo analicemos más a fondo.

—De acuerdo. ¿Qué sabes sobre este patrón de frecuencia?

—Bueno, parece que los temblores generados por Mari siguen un patrón de frecuencia de 3,14 Hz. Es un patrón muy específico y no sabemos qué lo causa.

— ¿3,14 Hz? Eso es... —Kent se queda callado unos segundos—Eso es la frecuencia de resonancia de la Tierra. Mari....

—Esta conectada con el centro de la Tierra—culmino su frase—Ella es la que causa los temblores al conectarse con el núcleo 

—Eso es increíble. ¿Crees que Mari es consciente de su conexión con la Tierra?

—No lo creo—moví la cabeza de un lado para el otro— Creo que Mari es una persona muy especial, con habilidades que no entendemos completamente. Pero estoy seguro de que podemos aprender mucho más sobre ella y su conexión con la Tierra si seguimos investigando

Me senté frente a la computadora y comencé a teclear en el teclado holográfico. La pantalla se iluminó con una serie de códigos y gráficos que se movían a velocidad vertiginosa. Con un gesto de mi mano, la pantalla se dividió en varias secciones, cada una mostrando una diferente visualización de los datos sísmicos. En el centro de la habitación, un globo terráqueo holográfico se levantó del suelo, girando lentamente sobre su eje. Me levanté de la silla y caminé hacia el globo, seguido por John.

—Observa esto— le dije a John, mientras me ponía unos guantes especiales que me permitían manipular el holograma—La frecuencia baja que estamos viendo aquí no es de Mari. La frecuencia de Mari es única y es alta, tan alta que logra causar sismos

Comencé a manipular el holograma, mostrando cómo la frecuencia baja se relacionaba con la frecuencia alta de Mari. 

—La frecuencia baja no tiene actividad sísmica, pero sigue el mismo patrón que la frecuencia alta de Mari. 

John se inclinó hacia adelante, observando el holograma con interés. 

—¿Qué crees que está pasando, Damián?—me preguntó.

Me encogí de hombros. 

—No lo sé—me quite los guantes dejándolos de lado—Entonces, ¿entiendes mi explicación sobre las frecuencias y la conexión con Mari?

—Sí, creo que sí—dudo levemente— Pero hay algo que no entiendo del todo. Si tienes todos esos datos y sabes que la frecuencia alta está relacionada con Mari, ¿por qué no has podido dar con ella antes?

—Esa es la pregunta del millón—sonreí antes su lógica—Si bien tengo la frecuencia alta, está esta protegida por algún campo mágico o algo que no deja ver de dónde proviene. Sé que el epicentro de los sismos es Las Vegas y que se da una frecuencia super alta  pero no existe el punto exacto de dónde se genera. Solo aparece que es en Las Vegas en general, y Las Vegas es gigante.

—Pero ¿y esto?—pregunto señalando el punto rojo que se mantenía encendido—¿Por qué a esta frecuencia si puedes localizarla exactamente?

—Eso es lo único diferente—añadí—Las frecuencias son casi iguales, pero la frecuencia baja, que es la de este individuo... de esta frecuencia sí se da la localización exacta en donde ocurre. Pero la de Mari no

—Entiendo—se llevo las manos a la cabeza— Entonces, hay alguien más con una misma frecuencia que Mari 

—Sí, aunque eso lo veo imposible—me negaba a creer eso—Si hay alguien más con la misma frecuencia que Mari, eso significa que esa persona estaría manejando poderes similares a los de Mari

—Eso es imposible—Kent se altero—Nadie puede tener los mismos poderes que Mari... ella es única 

—Lo sé, pero los datos no mienten—le señale la pantalla—Hay alguien más ahí afuera con una frecuencia similar a la de Mari

—Tenemos que investigar esto. No podemos dejar que alguien más tenga acceso a los poderes de Mari.

—Estoy de acuerdo. Vamos a investigar y descubrir quién es esta persona y qué está pasando.

Me levanté desde el escalón en el que estaba sentado, y mi mirada recorrió la cueva. Lo único que se podía reflejar en la oscuridad era el brillo del globo terráqueo, que parecía una pequeña estrella en la distancia. Enseguida, John y yo comenzamos a colocarnos nuestros trajes, ajustando cada pieza con cuidado. Luego, nos surtimos de armas, comprobando que todo estuviera en orden. Estábamos a punto de salir, pero de repente escuchamos pasos en la cueva.

—Hola, chicos—Roy entro saludando con un leve tono de voz 

—¿A donde van?—intercepto mi padre

—Vamos a investigar una zona de Las Vegas—hablo John—Hay algo extraño sucediendo allí

John quería decir algo, pero yo lo interrumpí. 

—Sí, vamos a investigar—afirme— Es importante que descubramos qué está pasando. 

Mi padre me miró con seriedad.

—¿Han sabido algo de Lian?—interrumpió John

—Aun nada—Roy hablo desde el computador—Pero creo saber donde esta 

—¿Donde?—preguntamos al unísono

—Las islas Malvinas—Roy me miro—En la sede de la Liga de Asesinos 

Trague profundamente cuando me nombro ese lugar 

—Ya nos vamos—me di la vuelta ignorando la mirada que se me clavaba en la espalda como un cuchillo filoso  

Mientras dejábamos atrás la Baticueva, mi mente comenzó a analizar la situación. Todo parecía estar relacionado, y no podía creer que fuera una simple coincidencia. Si Lian estaba en las Islas Malvinas, era posible que Mari también estuviera allí

Mi mente estaba llena de preguntas y teorías. La conexión entre Liam y Mari era la clave para descubrir la verdad detrás de todo esto. Si podía encontrar a Lian, era posible que encontrara a Mari también. 

Tenía que actuar rápido, porque no sabía cuánto tiempo más tardarían en descubrir que ya tenían a Grayson. Había estado revisando la información que me había proporcionado Lena y Lenox, y sabía que las mafias y organizaciones todavía estaban buscando a la niña. Pero lo que no sabían era que ya la tenían secuestrada. Y eso me daba miedo, porque sabía que en cualquier momento podrían darse cuenta. Mari no podría esconder sus poderes durante mucho tiempo. 

Seguí el rastro de la frecuencia, hasta que llegamos a un edificio que parecía que estaba a punto de colapsar. El edificio había sufrido un incendio reciente, y el olor a humo y cenizas todavía flotaba en el aire. Estábamos muy cerca de la zona cero, y podía sentir la energía de la frecuencia emanando de allí

—John, si la frecuencia viene de aquí, y esta es la zona cero, entonces...—me detuve, analizando los cabos. 

Me quede quieto a medio camino

—Si atacaron esta zona es por algo—señale—Si la frecuencia de esa persona que tiene los mismos poderes que Mari viene de aquí, es por algo

John me miró, y pude ver la curiosidad en sus ojos. 

—¿No te parece raro que hayan atacado este lugar?— le pregunté—Que de aquí venga la frecuencia, y que aquí en Las Vegas, comiencen los temblores...

John solo susurró una palabra

—Mari.... 

Me detuve, y de repente, todo encajó. 

—¡Bingo!— exclamé. Fue como si una corriente eléctrica me hubiera llegado al cerebro, y de golpe, capté toda la información

—¡Lo entiendo!—grité—¡Lo entiendo todo!

John me miró y preguntó

—¿Qué sigue ahora?

—Vamos a investigar la zona—respondí—Vamos a preguntar si todas las personas están bien, cuántas personas fallecieron y sobre todo si hay personas desaparecidas...

John asintió. 

—Me parece una buena idea

Entramos al edificio, y de inmediato notamos que era un lugar viejo y gastado. Había personas saliendo del edificio, y parecía que estaba en construcción. Subimos las escaleras, y se nos cruzaron ratas por el camino. John se asustó y se detuvo en seco.

—¿Qué pasa?— le pregunté cuando sentí sus uñas clavarse en mi brazo 

—Ratas—respondió, con una mueca de asco.

—No te preocupes, John. No te van a hacer nada—me lo sacudí de encima 

Pero John no parecía convencido. 

—Yo les tengo un pavor tremendo—admitió.

Seguimos subiendo las escaleras, y finalmente llegamos a un pasillo largo y oscuro. Había puertas a ambos lados del pasillo, y parecía que estábamos en una especie de área de oficinas.

—¿Por dónde empezamos?—preguntó John

—Deberíamos empezar por hablar con alguien que estuviera en el edificio cuando sucedió el ataque

Seguimos caminando hacia adelante, pero de repente, una señora nos detuvo. 

—¿Qué están haciendo aquí?— preguntó con una mirada de curiosidad. Nos volteamos hacia ella y tratamos de explicar nuestra presencia. 

—Venimos a ayudar—dije yo, tratando de sonar lo más convincente posible—Somos parte de una comitiva de ayuda. Estamos aquí para investigar y ver cómo podemos asistir a la comunidad después del ataque

La señora me miró con escepticismo, pero John intervino para tranquilizarla. 

—Sí, disculpe—dijo con una sonrisa cálida—Mi amigo aquí no es muy bueno hablando con las personas. Pero estamos aquí para ayudar, de verdad

La señora nos miró a ambos y finalmente asintió. 

—Está bien—accedió—Pueden pasar. Pero por favor, tengan cuidado. Hay mucho daño aquí

Le agradecimos y seguimos adelante, tratando de ser lo más respetuosos posible con la situación. La señora nos había dado permiso para entrar, pero sabíamos que teníamos que ser cuidadosos y no interferir con la investigación oficial. Nuestra tarea era ayudar, no entorpecer.

Seguimos subiendo pisos, buscando a alguien que pudiera darnos información. Finalmente, llegamos a un piso donde una señora abrió la puerta de su apartamento. John se acercó a ella con una sonrisa cálida. 

—Hola, señora. Lo siento, no queremos molestarla. Estamos aquí para investigar lo que pasó en el edificio—la señora nos miró con curiosidad, pero luego asintió. 

—Está bien—abrió por completo la puerta—Me llamo Sofia 

Mientras John y Sofía hablaban, yo me quedé observando el pasillo. De repente, vi a un chico joven, alto y rubio, que pasó por detrás de nosotros. Estaba fumando un cigarrillo y subió las escaleras hasta el siguiente piso. Nuestros ojos se cruzaron por un momento, y pude ver que los suyos eran azules, casi cristalinos. 

Me pareció que me estaba mirando con una mezcla de curiosidad y desafío. Lo que me llamó la atención fue su apariencia. Era una persona de dinero, ostentosa. Llevaba un reloj de lujo en la muñeca y un anillo de diamantes en el dedo. Su ropa era de alta calidad, y su cabello rubio estaba perfectamente peinado. Traté de hacer memoria si lo había visto antes. ¿No era alguien que había asistido a alguna junta ejecutiva de mi padre? ¿O quizás era alguien que había visto en alguna fiesta de sociedad?

Pero no pude recordar nada concreto. Lo único que sabía era que ese chico no parecía alguien que estuviera sufriendo después del ataque. Al contrario, parecía alguien que estaba acostumbrado a tener el control y a obtener

—Sofía, ¿sabe quién es ese chico que acaba de subir las escaleras?— pregunté, tratando de sonar casual. Sofía se volvió hacia mí. 

—¿Qué chico? No vi a nadie

—No importa—me encogí de hombros—Seguramente es alguien que vive en el edificio

Me introduje en la conversación y le pregunté a Sofía

—¿Ha habido personas desaparecidas después del atentado?. Especialmente, ¿ha habido chicas que no hayan sido vistas desde entonces?—Sofía asintió con la cabeza

—Sí, justamente de eso estábamos hablando en todo el edificio. Después del atentado, no se ha sabido nada de Ava ni de Zoe... ni de Mari

La mención de Mari me hizo levantar una ceja. Me miré con John, y pude ver que él también había notado la conexión.

—Sofía, ¿Quién es Ava?— pregunté, tratando de mantener la calma

 —Ava era una chica que trabajaba como mesera en el casino The Empire en las colinas de Las Vegas. Tenía una hermana llamada Zoe, y... bueno, Mari fue una niña huérfana que vivía sola en el departamento 317. Ava la adoptó, y Mari se convirtió en parte de la familia

Me miré con John de nuevo, y pude ver que él estaba pensando lo mismo que yo. Esto era demasiado coincidencia. 

—Ava se encariño con Mari, y la llevaba a todos lados—continuo Sofia— Incluso tenían un perro llamado Max, que andaba con ellas de arriba para abajo. Nunca se desapegaba de ellas

 Cuando escuché la mención del perro, sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo. De repente, todas las piezas encajaron en su lugar y para mi fue como inhalar una bocanada de aire fresco 

—Es raro, porque sí las vieron evacuar después del atentado, las vieron salir del edificio, pero...—hubo un corto silencio—Desaparecieron

 Habíamos encontrado la conexión que estábamos buscando. Ahora solo teníamos que descubrir qué había pasado con Mari Grayson. Le agradecimos a Sofía por su tiempo y su información, y ella se despidió y se metió en su departamento. Cuando la puerta se cerró detrás de ella, me volví hacia John y le dije en voz baja

—Mari estuvo aquí—John me miró con sorpresa y me preguntó

—¿Estás seguro?—asentí—Sí, el perro. Recuerdas que te dije que iba a hacer algo para proteger a Mari. Bueno, lo hice. Mandé un perro especializado de la Liga de Asesinos para que la rastreara y la protegiera cuando la encontrara

John me miró con sorpresa.

—¿Un perro de la Liga de Asesinos? ¿Qué tipo de perro es ese?

—Un perro entrenado para proteger a Mari con su vida—respondí—Y parece que la encontró. Max estuvo aquí con ella. John asintió, entendiendo la conexión. 

—Es mucha coincidencia—dijo y yo sacudí la cabeza. 

—No es una coincidencia—refute—Es la misma Mari que estamos buscando. Y su identidad falsa también es Mari 

Subí las escaleras del edificio hacia el siguiente piso, mis ojos escanearon el entorno en busca de cualquier señal de peligro. Justo cuando estaba a punto de llegar, el chico que había visto tiempo antes bajó las escaleras con el cigarrillo en la mano. 

No tenía tiempo para preguntas, así que seguí adelante, subiendo las escaleras hasta el segundo piso. Mi objetivo era encontrar la puerta 317, el departamento donde Mari había vivido. Con mis habilidades, logré entrar en el departamento sin ser visto. Una vez dentro, comencé a inspeccionar el lugar. El departamento estaba en desorden, como si alguien hubiera estado buscando algo. Había ropa tirada por el suelo, y los muebles estaban vueltos de lado. Me acerqué a la cocina y vi que había un vaso de agua en el fregadero, como si alguien hubiera estado allí hace poco. Comencé a registrar el departamento, buscando cualquier cosa que pudiera darnos una pista sobre lo que había pasado con Mari

John me ayudó, y juntos comenzamos a abrir armarios, buscar ropa y revisar cada rincón del departamento. Seguimos buscando y encontramos ropa, recuerdos y recortes de periódicos sobre la familia Wayne. Cada cosa que encontrábamos nos daba más certeza de que Mari había vivido ahí. Era como si estuviéramos reconstruyendo su vida, pieza por pieza. John me miró y asintió. 

—Es ella—dijo—Mari vivió aquí

Asentí, sintiendo una mezcla de emociones. Estábamos más cerca de encontrar a Mari. Moví unas cajas que estaban apiladas en un rincón del departamento, y de una de ellas se cayó un álbum. Lo recogí y lo abrí, y John se acercó a ver. Al principio, no reconocimos a la persona que salía en las fotografías. Pero luego, supimos que era Mari. Esa sonrisa era inconfundible.

Estaba en distintos lugares, en distintas partes del mundo. Había fotos de ella en la playa, en la montaña, en la ciudad. Pero una de las fotos nos llamó la atención. Era una foto de Mari en Metrópolis, justo frente a la biblioteca. John se sorprendió y dijo en voz alta

—¡Esto es imposible!. La fecha es...—se detuvo y me miró—Es la misma fecha en que nosotros estábamos en la biblioteca

¿Cómo era posible que Mari hubiera estado en el mismo lugar que nosotros y no nos hubiéramos dado cuenta?. Seguimos viendo las fotos

—Ha cambiado mucho—añadió John—Casi no la reconozco el cabello lo tiene corto y castaño, y los ojos ya no los tiene verdes, sino grises.....

Me sorprende la capacidad que tuvo Dick para hacer a Mari irreconocible. Cambiar su identidad, su forma de vivir, llevarla a otro lugar, crearle una nueva vida, una falsa vida... es como si la hubiera reinventado por completo. Era como si hubiera borrado su pasado y la hubiera reemplazado con una persona completamente nueva. Me pregunté cómo había logrado hacerlo, cómo había podido cambiarla tan profundamente. Es como si la hubiera escondido en una cápsula del tiempo y la hubiera lanzado al futuro, a una nueva vida, sin dejar rastro de su pasado. 

SLADE WILSON 

Londres 

Me desperté agitado, con la respiración entrecortada y el corazón latiendo a toda velocidad. Era la cuarta noche consecutiva que tenía ese sueño recurrente, el mismo que había tenido años atrás. Un sueño borroso, sin voces, solo imágenes. Veía a una chica, con el cabello oscuro y la piel pálida, que me estaba haciendo una maniobra de reanimación. Sus ojos, de un verde fosforescente, se conectaban con los míos y me hacían sentir una sensación de desesperación, como si estuviera a punto de morir. 

Ese sueño me recordaba a una ocasión en la que estuve a punto de morir, cuando aún era un joven mercenario. Una chica me había salvado la vida, y desde entonces, la había soñado muchas veces. No sabía quién era, ni por qué me había salvado, pero su imagen se había grabado en mi mente, sacudí la cabeza, intentando despejar la niebla que me envolvía. ¿Por qué estaba teniendo ese sueño de nuevo? ¿Qué significaba?

Me levanté de la cama y me dirigí a la ventana, mirando hacia la oscuridad de la noche. La luna estaba llena, iluminando el cielo con una luz plateada. La niebla helada de Londres envolvía la ciudad, iluminada por miles de luces que brillaban como estrellas en la noche. La época navideña había llegado, y con ella, la ciudad se transformaba en un lugar mágico. Pero para mí, no había magia en el aire. Solo frío, oscuridad y recuerdos dolorosos. 

Me senté en mi sillón, con una copa de vino en la mano, y saqué una fotografía de mi hija. La miré, y como siempre, sentí una mezcla de emociones: tristeza, culpa, arrepentimiento. Mi hija, la luz de mi vida, había muerto justo en estas fechas, y cada año, el dolor volvía a surgir como una herida abierta. Pero había algo más que me atormentaba. Algo que me hacía sentir repulsión y culpa al mismo tiempo. La hija de mi enemigo, el hombre que había destruido mi vida, estaba viva. Y cada vez que pensaba en ella, sentía una sensación de asco y desprecio.

Dejé la copa de vino a un lado y me acerqué a la pintura que colgaba en la pared. La retiré con cuidado, revelando la caja fuerte que se escondía detrás. La abrí con una llave pequeña, y un olor metálico y dulce emanó de su interior. 

Dentro de la caja, había una docena de frascos pequeños llenos de un líquido rojo oscuro. La sangre de Mari Grayson. La niña que tanto odiaba, y sin embargo, su sangre era la fuente de mi poder. Esa sangre era un elixir, capaz de crear y destruir. Con ella, se habían creado las drogas más poderosas del mundo, las armas más mortíferas, y las tecnologías más avanzadas. Con ella se había creado el antídoto que hoy mantiene vivo al rey de la mafia 

Pero había algo más. Algo que me hacía temblar de miedo. Mari Grayson no era solo una niña con sangre especial. Era la destructora del mundo. Y yo lo sabía. Por años, estuve persiguiendo a Grayson, estudiando las predicciones que anunciaban su nacimiento. Sabía que ella era especial, que poseía un poder que podría cambiar el curso de la historia. Era capaz de generar líneas temporales, bucles de tiempo, y destruir el mundo con solo un pensamiento.

Mi búsqueda no era altruista, no la hacía por el bien de la humanidad. La hacía por mí mismo, por mi propio beneficio. Quería tener el control sobre ese poder, quería ser el que decidiera cómo y cuándo se utilizaba. Sabía que si Mari llegaba a la adolescencia, no habría ser que pudiera parar el poder que solo ella podía desatar. Mi obsesión por Mari era total, y haría cualquier cosa para encontrarla y controlar su poder. La historia me había enseñado que el poder absoluto era el objetivo final de todos los que buscaban el control, y yo no era la excepción. Grayson era la clave para mi dominio, y no descansaría hasta que la encontrara.

Me sentí satisfecho al recordar la jugada maestra que había hecho. Había movido las cartas con habilidad y había ganado la simpatía del Joker, el rey de la pirámide. Ese había sido el mejor movimiento que pudo haber hecho, porque ahora tenía al Joker en mi poder, y en el mundo criminal, lo que decía el Joker se hacía

Pero lo que realmente me importaba era la fórmula que había ideado utilizando la sangre de Mari. Los químicos estaban matando al Joker, pero yo había logrado crear una cura. Había jugado una partida de ajedrez perfecta, moviendo las piezas con precisión y habilidad. Había apostado todo a una carta, y había ganado. Mi jugada había sido un golpe maestro, un movimiento que había cambiado el curso de la historia. Había puesto en marcha las vidas de todas esas personas, y ahora, todo estaba en mi poder. El Joker estaba a salvo, y yo tenía el control. La idea de tener ese poder absoluto me hizo sonreír de nuevo. Sabía que sería capaz de hacer cualquier cosa que quisiera, y que nadie podría detenerme. La búsqueda de Mari había sido larga y difícil, pero finalmente, estaba a punto de lograr mi objetivo. Y cuando lo hiciera, nada sería igual nunca más.

Cerré la caja fuerte y me dirigí hacia mi habitación, listo para descansar después de un largo día. Pero justo cuando estaba a punto de acostarme, escuché un ruido en la sala. Sonó como si el cristal de la ventana se hubiera roto. Mi corazón se aceleró y mi instinto me hizo tomar mi arma. Caminé hacia la sala con el arma lista para disparar. Prendí las luces y apunté hacia la figura que estaba parada frente a la ventana rota. Pero entonces, mi dedo se detuvo en el gatillo. La figura se dio la vuelta y me miró. Era mi hijo. Mi arma se detuvo en el aire, y mi corazón se llenó de sorpresa y confusión. Bajé el arma

—Gran bienvenida, padre— dijo Grant con sarcasmo aplaudiendo lentamente 

—¿Qué estás haciendo aquí?— pregunté 

—Solo vine a visitarte—respondió Grant, paseándose por la sala observando todo a su alrededor—Lindo departamento, me lo imaginaba más pequeño 

Grant giró el rostro dejando ver la reciente herida que cruzaba por su mejilla izquierda deje de lado el arma y me acerque a el

—¿Qué pasó con tu mejilla?

—Nada, solo tuve un enfrentamiento con Robin—explicó Grant, bajando la mirada.

—Algún día lo vencerás—le anime dándole palmadas en la espalda 

—No pierdas las esperanzas, padre—mi hijo volvió a elevar la mirada, sonriendo—Quiero a la Liga de Asesinos para mí, y no voy a dejar que el se lo quede tan fácilmente derrotar a Robin es lo que necesito para enfrentarme a la Bestia y a.... 

—Talía—murmuré—Talía es el diablo en persona Grant. No te dejará tomar la Liga sin luchar, ha construido la Liga de Asesinos con un solo propósito en específico: que su hijo la herede algún día. Ella es una mujer poderosa, una amenaza. Una amenaza muy real y si no estás preparado, te matará.

—No tengo problema con eso padre—mi hijo soltó una pequeña risa—Puedo enfrentarme a ella. No es un problema para mí. Pero no me refería a Talía si no a....

Grant sonrió echando la cabeza hacia atrás 

—Damián—saboreo el nombre en su boca—Por más que Talía lo esconda uno de estos días lo encontraré y lo matare, esa es mi promesa padre 

Me senté en el sofá, mirando fijamente a mi hijo, Grant imito mi acción y me sorprendió lo mucho que se parecía a mí cuando era joven. La misma mirada intensa, la misma determinación en su rostro, las mismas ganas de matar. 

—Tendrías que estar con tu madre en Italia—le dije, intentando mantener un tono neutral.

—No, padre—respondió Grant—Quería verte a ti. Ha pasado mucho tiempo y quería compartir contigo mis investigaciones

Me sorprendió su determinación y el que fuera tan directo 

—Ya descarté ese punto de la investigación—volví a llenar mi copa de vino—Pero te escucharé. Solo porque quiero ver tus habilidades, y no quiero que pierdas más el tiempo en investigaciones vanas

El chico se levantó y comenzó a caminar por la sala, explicándome su teoría. 

—Si bien muchas cosas no cuadran y quizás no sea la Mari que estamos buscando—comenzó—Me ha parecido muy extraño que la chica haya desaparecido. He estado vigilándola durante cuatro meses, y hay cosas raras en ella

Grant ladeo la cabeza ligeramente un gesto nuevo en el, me quede quieto observando a mi hijo mientras caminaba por la sala. Su determinación y su pasión por resolver el misterio me impresionaron. 

—¿Qué tipo de cosas raras has notado?—le pregunté, interesado en saber más.

Mi hijo Grant comenzó a describir las cosas raras que había notado en la chica. 

—Es que todo es raro en ella—suspiro—En primer lugar, su patrón de habla y su vocabulario no se ajustan a los parámetros esperados para una persona de origen británico. Ella parece exhibir un patrón de comportamiento altamente calculado, sugiriendo una posible programación o entrenamiento previo. A pesar de que su madre es libanesa y su padre es noruego, ella no parece haber heredado ninguno de los rasgos físicos característicos de esas etnias.

—¿Qué quieres decir?

—Bueno, por ejemplo, su piel no tiene el tono oliváceo típico de los libaneses, y sus ojos no tienen el color azul característico de los noruegos. En cambio, ella tiene una apariencia más... americana. Tiene un rostro perfecto, sus ojos son grises y su cabello es castaño cortado en capas apenas habla es muy reservada pero cuando lo hace todos se callan tiene una excelente oratoria y sus modales son impecables. Siempre se sienta erguida, con las manos en el regazo y la cabeza alta. Es como si hubiera sido entrenada para comportarse de esa manera 

—Lo que pareces tener es un enamoramiento—bebí el vino sin apartar mis ojos de los de el, Grant se ruborizó ligeramente negando 

—Sí, es bonita—admitió—Pero no es lo que yo aspiraría a tener

Me acerqué a él y le puse una mano en el hombro. 

—Si bien la mente tiene un plan, el corazón tiene otro— le dije—No te olvides de eso, hijo

Grant asintió, pero podía ver en sus ojos qué estaba pensando en aquella chica. 

—Volviendo al tema, Mari es una persona muy rara. Es zurda, lo que me parece interesante considerando que la mayoría de las personas son diestras. Además, se nota que ha sido criada en un ambiente muy estimulante, ya que es extremadamente inteligente y tiene una capacidad de aprendizaje muy rápida— tosió levemente—Su forma de hablar y su vocabulario son muy sofisticados, lo que sugiere una educación de alta calidad. También me ha llamado la atención su capacidad para analizar situaciones complejas y tomar decisiones lógicas y racionales. Es como si ella no hubiera sido criada en un ambiente hostil, sino que hubiera vivido en buenas condiciones. Es extraño, padre

—¿Qué has averiguado de la familia de la chica?—le pregunté a Grant, interesado en saber más sobre la misteriosa joven. Grant se sentó en el sofá, dispuesto a contar la historia. 

—Sus padres eran dos adolescentes que se escaparon de un orfanato—relato con simpleza—Al año de escapar, se casaron y tuvieron a su hija Mari Watson

Me sorprendió la coincidencia del apellido. 

—Eso es curioso—dije—Un juego de palabras, ¿no?

Grant asintió. 

—Sí, padre. Eso es lo raro

—Las coincidencias no existen—me crucé de brazos—Quiero escuchar más sobre la historia de Watson 

—Mari nació en Londres de una madre libanesa y un padre noruego. Sus padres, Leila y Erik, eran muy jóvenes, con solo 17 y 18 años respectivamente. Erik estaba involucrado en negocios ilícitos con la mafia y tuvo que huir de Londres cuando Mari tenía un año—Grant continuó—Leila murió poco después debido a una enfermedad. Erik intentó reconstruir su vida en Estados Unidos, pero murió en circunstancias misteriosas, probablemente relacionadas con su pasado.

La historia de Mari Watson era más complicada de lo que había imaginado. Y Grant, estaba cada vez más metido en ella. 

—He estado al pendiente de Mari—aseguro Grant—Pero casi nadie se le puede acercar por el perro guardián que siempre carga encima, he intentado eliminar a ese perro dándole veneno pero es imposible, el perro solo come lo que Mari le da. Es como si tuviera un radar para detectar cualquier cosa que no sea de ella

—¿Y qué hay de la zona de Las Vegas donde se encuentra la chica?— pregunté

—Justamente en esa zona han empezado a ocurrir temblores. Es como si la tierra misma estuviera tratando de decirnos algo.

Gran continuó explicando sus hallazgos. 

—También pareciera que donde ella está, ese punto se vuelve muerto —recordó de golpe—La ubicación o la señal no llega donde ella está. Es como si estuviera en un agujero negro de datos que se vuelve imposible de rastrearla  

Me sorprendió la precisión de Grant. 

—¿Cómo es posible que no puedas rastrearla?— pregunté. Grant se encogió de hombros—Puede que sea una coincidencia

 —Como dijiste antes, padre, las coincidencias no existen

—¿Hay documentos oficiales que afirman que ella es Mari Watson?—le pregunte y Gran asintió. 

—Sí, padre. Hay documentos oficiales y registros que afirman que ella es Mari Watson. 

—Si hay datos oficiales, Grant, entonces no es la chica que buscamos. Lo siento, hijo—finalice el tema. 

—Pero...—interrumpió Grant 

—Déjame ver tus venas

—¿Por qué? ¿Es necesario?

—Déjame ver, Grant

Grant se mostró reacio, pero finalmente accedió 

—Hmm... —examine 

—¿Qué pasa, padre?

—Tus venas están normales, Grant. No hay rastro de los poderes de Mari

—Tenemos que intentarlo una última vez, padre—insistió— Yo sé que funcionará. Tienes que volverme a inyectar esa sangre

—No, Grant. Los poderes de Mari no se pueden pasar a otra persona. Ya lo hemos intentado diez veces y ha fallado. No podemos seguir arriesgando tu vida, hijo 

Me dirigí a la habitación, abrí el cajón de la mesita de noche y saqué una jeringa y un frasco que contenía el antídoto, comencé a extraer el líquido del frasco y a llenar la jeringa.

—Papá, no— dijo, intentando apartarse de mí.

Me temblaban las manos mientras preparaba la aguja con el antídoto. Ya habíamos intentado transferir los poderes de Mari a Grant diez veces, y cada vez había sido un fracaso. Había llegado a la conclusión de que era imposible traspasar esos poderes. 

Pero aún así, tenía que proteger a mi hijo. La sangre de Mari era demasiado poderosa, y no quería que Grant corriera el riesgo de ser infectado o dañado de alguna manera. Así que le inyecté el antídoto, para asegurarme de que su cuerpo no reaccionara de manera adversa. Era una medida de precaución necesaria. 

Mientras le inyectaba el antídoto, miré a Grant y sentí una mezcla de tristeza y resignación. Sabía que nunca tendría los poderes de Mari, y que tendría que encontrar su propio camino en la vida.  El estaba muy enojado tenía la mandíbula apretada y miraba a otro lado. 

—Ve a dormir—le ordene 

—Si padre—Grant respondió en medio de murmullos 

Me acosté en la cama, pero no podía dormir. Mi mente seguía pensando en la chica que Grant había estado investigando. ¿Podría ser Mari Grayson? Me parecía imposible. 

Yo mismo había visto las evidencias, la edad no coincidía. La chica que Grant había encontrado tenía diez años, y la niña que estábamos buscando apenas tenía siete. Me revolví en la cama, intentando encontrar una posición cómoda. Pero mi mente seguía pensando en la chica. Había algo raro en ella, algo que no encajaba. El color de cabello, los padres, la ascendencia... todo parecía indicar que no era la niña que estábamos buscando. 

De repente, me detuve. ¿Qué estaba haciendo? Estaba perdiendo el tiempo pensando en cosas sin importancia. La realidad era que la chica no podía ser Mari Grayson. Era imposible. Me senté en la cama, decidido. Me iba a enfocar en la verdad. La chica no era la niña que estábamos buscando. No había nada más que explorar. Me acosté de nuevo, sintiendo una sensación de alivio. La investigación había llegado a su fin.

































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