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» 002

—"Cuando las partículas alfa traspasan el aluminio dorado, se convierten en...".

Nancy, Barb y Julliet caminaban por los pasillos. La primer mencionada se encontraba repasando para su examen, mientras que la pelirroja de cabello corto le hacía preguntas y la chica Park las escuchaba mientras comía un chocolate.

—Espacio vacío—respondió Wheeler de inmediato.

—"Moléculas capaces de..."—Barb no pudo continuar leyendo ya que le arrebataron las notas.

—¡Hey!

—Ah, ya estudiaste mucho, Nance—comentó Steve revisando las notas, Julliet rodó los ojos al verlo a él y a sus dos amigos.

—Steve...

—Ya te lo dije, pasarás. No te preocupes. Y a lo importante—continuó hablando—Mi padre se fue del pueblo porque tuvo una conferencia y mi madre lo acompañó porque no confía en él.

—Bien hecho.

—¿Te sumas?

—¿Me sumo a qué?

—¿Sin padres? Enorme casa.

—¿Una fiesta?

—¡Ding, Ding!—se burló Carol, Tommy rió.

—Es martes.

—¡Es martes! Dios mío—se burló Tommy.

—Al menos ella es responsable, no como otros—comentó Julliet mirándolo mal, el chico de pecas  frunció el ceño y Steve le observó con diversión.

—Di que sí, por favor. Será tranquila, solo nosotros. ¿Qué dices? ¿Estás dentro o fuera?

—Uh...—antes de que Nancy pudiera decidir, Carol interrumpió.

—Dios. Miren—todo el grupo se giró hacia donde ella miraba.

—Oh, Dios, qué deprimente.

Ahí se encontraba Jonathan Byers colgando un cartel sobre su hermano desaparecido, Will. El corazón de Julliet se encogió.

—¿Deberíamos decir algo?—preguntó Nancy.

—No creo que hable.

—¿Cuánto apuestan a que él lo mató?—agregó Tommy.

Steve le dijo que se callara pero no tan en serio, entonces Julliet lo observó molesta.

—Cierra la boca, imbecil.

Antes de que Nancy pudiera acercarse hacia Jonathan, Julliet caminó hacia él.

—Hola—lo saludó, el chico se giró hacia ella con sorpresa.

—Julliet, hola.

—Solo quería decirte que lamento todo. Tú sabes bien que conozco a Will, es un niño inteligente, seguro está bien, solo hay que esperar que lo encuentren luego—Julliet dijo, Jonathan asintió con la cabeza afligidamente—Ya no...bueno, ya sabes, ya no hablamos tanto como solíamos hacerlo, pero si necesitas algo, yo estoy aquí—le regaló una de sus sonrisas más sinceras.

—Gracias, Julli—agradeció en voz baja, el corazón de ella latió con fuerza ante eso y le observó sorprendida.

—Así es como solías llamarme cuando éramos pequeños—dijo con algo de sorpresa, Jonathan esbozó una pequeña sonrisa. Julliet debió su mirada hacia las cosas que sujetaba y vio el chocolate que estaba comiendo pero que no alcanzó a terminarlo por la llegada de Steve y su grupo—Oh, ¿quieres un poco?—sacó un trozo y lo extendió hacia él—Acepta, es para endulzar el día.

Sonrió otra vez, y Jonathan aceptó el trozo de chocolate.

—Otra vez, gracias—soltó una pequeña risa el chico y se metió el pedazo de chocolate a la boca.

—No tienes que agradecer—asintió Julliet—Bueno, adiós.

—Adiós.

Julliet le observó por unos segundos más, Jonathan también, y luego la chica se dio la vuelta y caminó hacia el grupo con el que estaba antes. Todos tenían sus miradas posadas en ellos.

En la cena, Julliet estaba pensando en cómo decirle a su mamá que va a salir.

—Uhm... Entonces, iré a casa de Barb a estudiar, Nancy también irá.

—¿A casa de Barb? Pensé que no eran muy cercanas.

—Y no lo somos, pero Nancy quería que fuera, ya sabes—respondió dándole un bocado a su comida.

—Estaría completamente de acuerdo con que vayas, si Will no estuviera desaparecido, Julliet.

—Lo sé, pero estaremos solo en su casa, además ella nos pasará a buscar.

Sunhee la observó algo indecisa por algunos segundos.

—De acuerdo, pero te regresas temprano—Julliet asintió con una sonrisa.

—Ya terminé de comer, gracias, estaba muy rico—se levantó de la mesa dándole un beso en la mejilla a su madre.

—Estoy haciendo esto solo por ti, Nancy—susurró para sí misma cuando salió del comedor.

—Barb, detente.

—¿Qué?

—¡Detente!

Barb detuvo el vehículo casi haciendo caer a Julliet atrás.—¿Qué hacemos aquí? Su casa está a tres calles

—No podemos estacionar en su entrada.

—¿Hablas en serio?

—Sí, nos podrían ver los vecinos—Nancy se puso labial mirándose en el espejo del auto.

—Qué tontería. Solo te iré a dejar y...

—Tranquila, Barb, por favor. Prometiste que vendrías. Vendrás y la pasaremos muy bien—Wheeler se giró al asiento trasero donde estaba Julliet—También me prometiste que vendrías, espero que no estés cambiando de opinión ahora.

—Está claro que no quiero ir, pero iré de todos modos—respondió Park acostada en el asiento trasero.

—Solo quiere meterse en tus pantalones—le dijo Barb a Nancy refiriéndose a Steve.

—Claro que no.

—Nance, en serio. Te invitó a su casa. Sus padres no están en casa. Por favor, no eres estúpida.

—Tommy y Carol estarán ahí.

—Tommy y Carol empezaron a tener relaciones desde séptimo grado. Seguro será una gran orgía.

—Qué asco.

—¡En serio!

—Pero Steve también invitó a Julliet, ¿qué me dices de eso?

—Es que Julliet es guapa, quizás Tommy y Carol quieren empezar a experimentar de a tres.

—¡Qué asco! ¿Por qué hablan de mí como si no estuviera aquí?—Julliet se enderezó en el asiento—¿Hola?—Nancy y Barb rieron.

—Está bien, entonces... Serás como mi guardiana, ¿sí? ¿De acuerdo? Asegúrate de que no me emborracha ni haga una estupidez—Nancy observó a Julliet—Y tú también, a menos que quieras estar con Tommy y Carol.

—Qué estupidez—resopló Julliet, Barb igual.

—¿Es un sostén nuevo?—preguntó la de cabello corto cuando Wheeler se quitó la camiseta que traía puesta.

—No.

Al llegar frente a la casa, Nancy tocó el timbre.

—Barb, relájate.

—Estoy relajada.

Steve Harrington abrió la puerta.

—Hola, señoritas—las saludó con una sonrisa.

—¡Uno, dos tres!

—¡Ya basta! ¡No!—Carol gritó cuando Tommy amenazaba con tirarla a la piscina—¡Eres un idiota!

Steve agarró una lata de cerveza y la abrió con un cuchillo, Julliet le observó enarcando una ceja.

—¿Se supone que eso me tiene que impresionar?—preguntó Nancy cuando el chico se tomó toda la lata y se sentó.

—¿No lo estás?

—Eres un cliché, ¿te das cuenta de eso?

—Tú eres un cliché. Con tus calificaciones y tu práctica con la banda.

—No estoy en la banda.

—Julliet también es un cliché—Steve dijo mientras encendía un cigarrillo.

—¿De qué hablas?—se mofó la mencionada.

—Eras la reina de las porristas—respondió él—Eso es un cliché.

—Ya no estoy en el equipo de animadoras—Julliet frunció el ceño.

—Lo dejaste hace como una semana—rió Steve—Seguro sigues conservando el uniforme.

—Oh, sí que lo hace—se sumó Nancy, Julliet puso los ojos en blanco riendo levemente.

—Bien, fiestera—Steve se dirigió a Nancy—¿Por qué no nos muestras cómo se hace?—Le extendió una cerveza.

—De acuerdo—la tomó y se levantó.

—Hazle un hoyo abajo.

—Sí, puedo.

—¡Sí, es lista, idiota!—exclamó Tommy. Aplastó una lata en su cabeza y la lanzó al lado de Julliet, quien le miró mal.

Nancy abrió la lata.

—¡Shot! ¡Shot! ¡Shot! ¡Shot!—empezaron a gritar Steve, Tommy y Carol mientras Nancy se bebía toda la lata de cerveza. Barb observaba algo irritada y Julliet se mantenía en silencio, sin sentir nada.

Nancy finalizó de beber toda la cerveza y tiró la lata al suelo.

—¿Y la porrista? ¿No debería ser la reina de la fiesta?—preguntó Tommy mientras observaba a Julliet.

—En serio, siempre me estás mirando o hablando. Empiezo a creer que te gusto o algo—se burló Park. Steve, Nancy y Carol rieron, esta última dándole un pequeño codazo a su novio.

—¿No lo eres?

—Dejé el equipo de animadoras.

—¿Y eso te hizo aburrida o cómo?—cuestionó Carol con una sonrisa burlona.

—No lo es, aún conserva su uniforme—delató Nancy observándola con una sonrisa.

—¿Por si te arrepientes y quieres regresar?

Julliet se mordió el labio y se levantó de golpe.

—¿Sabes? Quiero intentar—dijo extendiendo su mano.

—¡Eso!—Tommy y Carol exclamaron mientras reían. Steve esbozó una gran sonrisa tomando una lata de cerveza y se la dio a la chica.

Nancy le entregó el cuchillo y Julliet le hizo un hoyo a la lata para luego beber de ahí la cerveza.
Todos—menos Barb—gritaron otra vez "¡shot!" mientras la chica bebía.
Cuando se la terminó, le lanzó la lata a Tommy y luego hizo una reverencia.

Nancy mientras reía y le aplaudía a Julliet en broma, se percató de que su otra mejor amiga se estaba divirtiendo.

—Barb, ¿quieres intentar?

—¿Qué? No—se negó de inmediato—No quiero, gracias.

—Vamos—insistió Nancy. Le pidió el cuchillo a Julliet, quien se le entregó.

—Sí, vamos—alentó Steve.

—Nance, no quiero.

—¡Es divertido!—exclamó la mencionada extendiendole la lata de cerveza y el cuchillo.

—Nance...

—Solo inténtalo.

Barb finalmente lo agarró y se levantó del siento.

—De acuerdo.

Cuando la de cabello corto lo iba a intentar, se hizo un corte en el dedo. Julliet la miró algo preocupada.

—¿Estás bien?—Nancy preguntó con preocupación.

—Sí.

—Estás sangrando—indicó Julliet.

—Estoy bien. ¿Dónde está el baño?

—Oh, está abajo, pasando la cocina, a la izquierda—indicó Steve levantándose.

—Gracias—Barb se adentró en la casa.

Mientras Carol se encontraba desprevenida, Tommy la empujó y cayó a la piscina.

—¡Dios mío! ¿Qué te pasa, Tommy?

Julliet se iba a alejar, pero Tommy aprovechó de empujarla también.

—¡Imbécil!—exclamó la chica Park cuando cayó a la piscina, Carol observaba entre divertida y sorprendida—¡Te voy a matar, Tommy!

El chico no hizo caso, lanzó su cigarrillo al suelo y se tiró a la piscina.
Luego, Steve lanzó a Nancy y también se lanzó él.

Tommy y Carol empezaron a besarse, mientras Steve había agarrado uno de los zapatos de Nancy y esta lo perseguía por toda la piscina.
Julliet no sabía que hacer, hasta que sintió que alguien la hundió en el agua y luego la sacó de inmediato.

—¡Maldito idiota! Te voy a matar en serio, Tommy—lo insultó cuando se dio cuenta de quien era.

Julliet trató de acomodarse el pelo, que al tenerlo mojado lo tenía todo en la cara, sin percatarse que alguien estaba en el bosque tomándole fotos.

—Me estoy congelando—se quejó Carol mientras los cinco se estaban arropando con unas toallas dentro de la casa.

—Ah, dicen que el cuarto de su mamá tiene chimenea—dijo Tommy pícaro, Carol lo siguió.

—¿En serio?

—¿Estás bromeando? Bueno, pero ustedes lavan las sábanas.

—¿No quieres venir, Julliet?—le ofreció Tommy, su novia también la observaba expectante.

—No, gracias, paso—respondió con tristeza fingida y haciendo un puchero. Al final lo que decía Barb era cierto.

—Qué lástima—dijo Carol, luego ambos subieron las escaleras. Julliet rodó los ojos mientras suspiraba asqueada.

—¿No quieres que te traiga ropa seca?—le preguntó Steve, la chica lo miró.

—Solo una chaqueta estaría bien, después de todo ya me tengo que ir.

—¿Ya te irás?—preguntó Nancy algo decepcionada.

—Sí, le prometí a mamá que volvería temprano.

—¿Sigues prometiendole a mamá?—rió Steve.

—Hay un niño desaparecido—Julliet respondió algo molesta.

—De acuerdo, de acuerdo. Vaya carácter fuerte. Pero, tu lógica es que hay un niño desaparecido, pero te irás sola a casa.

—No me pasará nada.

Steve observó el sofá.—¡Oh! ¡Mira que suerte! Justo aquí hay una chaqueta—la agarró y se la extendió a Julliet.

—Está pasada a perfume "Steve Harrington". Me duele la cabeza—se burló Park mientras la agarraba.

—Oye, sé agradecida—rió Steve para luego dirigirse a Nancy, mientras Julliet se ponía la chaqueta dejando la toalla en el suelo.—¿Estás bien?

—Sí.

—¿Sí? Vamos, te daré ropa seca.

Nancy y Julliet le siguieron. La primera para subir con él y la segunda porque por ahí estaba la puerta.

—Adiós, Julli. Ten cuidado—se despidió Nancy.

—Adiós, Nance.

Mientras Wheeler iba subiendo las escaleras, otra voz la llamó—¡Nance! —Julliet observó, Barb se acercaba a ellas.—Nancy. ¿Adónde vas?

—A ningún lado. Solo... arriba. A cambiarme. Me caí en la piscina—Nancy soltó una risita, pero Barb no lo encontraba gracioso—¿Por qué no te adelantas a casa? Podrías ir a dejar a Julliet, ella se tiene que ir ahora. Solo pediré que me lleven.

—Nance...

—Barb... estoy bien.

—Esta no eres tú—Julliet frunció el ceño ante las palabras de Barb.

—Estoy bien. Solo... vete a casa, ¿sí? Lleva a Julliet a la suya.

Nancy subió y Barb suspiró, la otra chica no sabía que decir.

—Entonces... ¿Vamos o no?

—Ve tú, me quedaré acá.

Julliet la observó media dudosa, para finalmente soltar un suspiro.

—De acuerdo...¡Ay, no!—exclamó al darse cuenta de algo—Mierda.

—¿Qué ocurre?—le preguntó Barb confundida.

—Mi anillo. No lo tengo.

Volvió corriendo al lugar de la piscina y se agachó para buscarlo allí. Al encontrarlo, lo agarró y luego salió de la casa.

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