𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝟯
⌜Si empezamos como extraños, creo que mi para siempre acaba de hacerse realidad⌟
━Yes or no - JungKook (BTS)
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Y no pudo evitar la histeria.
—Como diablos no me avisaste antes, SunMi. Se supone que debo estar al tanto de a dónde voy y qué debo hacer —jaló su cabello mojado por la ducha— ¿Cómo no me avisaste que al programa al que iré a presentarme es de Bloom Cherry?
La publicista no entendía nada. Al llegar a la habitación de hotel encontró a un JungKook a medio vestir, malhumorado y con la negación a salir por niveles insospechados.
—¿Puedes calmarte? No entiendo porqué te pones así, ¿acaso tienes o tuviste problemas con ella o alguna persona de su staff? —él no respondió, no podía y ante el silencio SunMi añadió— no te dije nada porque estabas con el tema de tu padre, no quise agregar más.
—Estaré frente a frente con ella.
—Sí —afirmó sin entender el real significado de esas palabras.
—Voy a ver a Youjin después de tres años —murmuró con demasiadas emociones encontradas.
—¿Qué dijiste?
—¿Eh? Nada —negó, tomando asiento a los pies de la cama— ¿A qué hora tenemos que estar?
—La grabación empieza a las diez —revisó en su celular— si quieres no perder el tiempo puedes cambiarte aquí, me tome el atrevimiento de escoger tu atuendo.
Asintió, intentando prestarle atención a SunMi. Tenía buen gusto, así que no dudó en vestirse una vez estuvo solo. Con el estómago retorciéndose de los nervios y el hambre, pero no comió nada del desayuno. Estaba seguro que si lo hacía vomitaría. ¿Por qué estaba tan nervioso? Solamente vería a su ex novia, después de tres años, a la cual dejó porque sus problemas familiares lo único que harían era destruir eso tan bonito que tuvo con ella.
Nada del otro mundo.
En el camino el tráfico se veía ralentizado por la nieve cayendo. Su pierna no paraba de moverse por la ansiedad, o de tragar saliva porque su mente imaginaba un y mil escenarios cuando se la encontrará cara a cara. ¿Ella sabía que lo entrevistaría? ¿estaría tranquila, nerviosa, neutra? La curiosidad por saber de ella le picaba en los dedos, en el cuerpo entero. Tal vez sí quitaba los filtros y barreras que había puesto podría enterarse lo que fue la vida de Youjin en esos años perdidos antes del gran reencuentro. ¿Realmente pasaría?
Se quitó el abrigo cuando descendió del vehículo en el estacionamiento subterráneo de la nueva compañía donde el programa se grababa, siguió al productor del programa quien hablaba con SunMi y alguien más que los acompañaba. No solía tener demasiada gente a su alrededor como Youjin. Tal vez un guardaespaldas predispuesto por Taehyung en ciertas y contadas ocasiones pero la mayoría del tiempo solo dos o tres y nadie más. Tomó asiento una vez llegaron al camerino, había algo de fruta y agua embotellada. Bebió una hasta la mitad saciando una sed que no comprendía de dónde salió. SunMi percatándose.
—¿Estás bien?
Iba a responder, pero los toques a la puerta los interrumpió dejando ver pasar al interior a un par de desconocidos. Entre ellas, JungKook reconoció a una que le hizo sonreír. Se acercó y sin titubeos ambos se dieron un agradable abrazo.
—Hyeon, que bueno verte.
—Lo mismo digo. —respondió, sonriendo divertida al verlo interesado buscando con la mirada a algo o alguien— ella se está preparando, en minutos vendrá a saludar.
—¿Vendrá?
La chica quiso reír por la expresión atónita en él, era cómico. SunMi más atrás extrañada por la actitud nerviosa de JungKook se preguntaba por qué de repente se veía así de alterado, sin embargo solo ignoró por el momento.
—Sí, las chicas te arreglaran un poco —indicó por la maquilladora esperando. Le miró de arriba abajo— estarás perfecto en minutos.
Se sentó frente al espejo dejando que arreglaran su cabello y pusieran un poco de maquillaje a su rostro. Se despidió de la chica e intentó calmar su acelerado corazón. El tiempo parecía pasar demasiado lento, reprochándose a si mismo por estar inquieto. Solo era una entrevista más con su ex novia, habían pasado años y lo más seguro es que cuando la vea todo sería diferente.
—Hola, ¿cómo están?
Se sintió como en aquellas películas de terror en la cual la escena se vuelve silenciosa, con su respiración como único sonido escuchándose sabiendo que detrás se encontraba el monstruo apunto de matarlo. Solo que ella no era un monstruo y ¡Joder! No podía ser peor cuando giró lentamente su rostro para verla sonriendo en su dirección.
Llevaba un vestido negro bastante corto, de mangas largas, simple, sencillo, pero muy bonito. Este tenía un cierre gris destacando a lo largo de la tela. Recuerdos de Vietnam le llegan teniendo que reunir todo valor para no tensar su cuerpo, mejor dicho, para no atraer pensamientos secundarios que nada tenían que ver con la emoción de verla por primera vez o mantener una postura calmada con gente presente alrededor.
Youjin era bella, los años pasaron, llegando a esa edad en la cual la sociedad destacaba como perfecta para formar lazos, pero ella, simplemente era todo lo contrario, jovial y hermosísima. ¿Por qué demonios no podía dejar de mirarla como idiota mientras se presentaba? Su voz, no tenía idea de cuánto la había extrañado. Si supiera el monumental esfuerzo que él había hecho para no armar playlist con sus canciones. Su perfume, podía olerlo tanto que juraba se había impregnado en cada partícula de su ser y le gustaba demasiado.
Youjin se acercó admirando lo silencioso y retraído que JungKook se encontraba no quitándole los ojos de encima mientras saludaba a todos dentro del camarín. También estaba haciendo un enorme esfuerzo por no chillar. Ese suéter blanco con azul y detalles de estrellas en la parte superior le recordaban a Capitán América, excepto porque JungKook era SU Capitán Corea. Sonrió ante la imagen mental de ella siendo cargada en brazos como cual damisela en apuros. Tenía que dejar de pensar en estupideces de quinceañera hormonal y ser la señora treintona que era, pero también hormonal, porque ese hombre se había puesto hermoso y «ay Dios no creo en ti, pero dame fuerzas ante tanta tentación, amén».
—Los presento —se adelantó SunMi— ella es Kim Youjin, alias Bloom Cherry, él es...
—Sí, ella sabe quién soy —le cortó. Tragó, ya no llevaba flequillo, podía ver claramente su rostro. Sus bonitas pecas por debajo del maquillaje— ¿cómo has estado?
—Bien —parpadeó, se veía demasiado tranquila— emocionada porque estés aquí, les quería dar la bienvenida y cuando estés listo comenzaremos a grabar.
Distancia. Una que caló en su piel. Como si fueran desconocidos. Lo eran. Ambos habían cambiado y comprendía si ella ya no sentía ni recordaba nada. Al fin y al cabo él había decidido romper todo lo bonito que habían construido.
No dijo mas nada, mantuvo su característica seriedad esperando a que comenzara la grabación. Una vez Youjin hizo las presentaciones correspondientes él entró, sentándose a su lado en otro sillón individual. Incluso si quería mantenerse apático, no podía, toda ella lo hipnotizaba y se sentía el peor estúpido del mundo.
—Creo que es el episodio más esperado a mi parecer. Ha pasado mucho desde la última vez que nos vimos.
Directa, y apenas habían empezado.
—Así es.
—Te has convertido en un exitoso deportista, has ganado incluso una medalla en los juegos olímpicos del año pasado y estás a un paso de convertirte en campeón mundial de peso medio pesado —sus ojos brillaban mientras hablaba— eres un orgullo para el país.
Se sonrojó, desviando la mirada porque que ella mencionara sus logros con tanta admiración lo hacía sentir feliz. Había luchado tanto por llegar a dónde estaba.
—Creo que no es solo mérito mío, detrás hay un gran equipo que me asiste, no podría lograrlo sin ellos y me siento bastante optimista con el futuro.
—No lo dudó, siempre has demostrado ser el mejor —miró los papeles en su mano— incluso cuando eras mi guardaespaldas y me enseñaste a defenderme.
No sabía porque no se sentía sorprendido. Aunque el staff del programa sí, incluso SunMi detrás de cámaras. No era lo previsto, parecían desviarse un poco del tema principal, improvisando, aunque al productor le empezaba a gustar la interacción.
—Si lo recuerdo. Fuiste mi mejor alumna, por no decir la única —murmuró— espero hayas seguido sin mí.
A Youjin esas últimas palabras le sonaron amargo. Aún así no perdió su sonrisa y siguió.
—Creo afirmar que mejore, incluso aprendí nuevos movimientos —ante la sonrisa incrédula del pelinegro agregó— podría fácilmente nockear a alguien si se meten conmigo.
—Quisiera ver eso.
Ambos se sostuvieron la mirada por más tiempo del debido. Inmersos en su propio mundo sin detenerse en la entrevista. Con Youjin preguntándole sobre los cambios que debió realizar para convertirse en el exitoso boxeador que todo Corea amaba, en sus rutinas de ejercicios o su plan de alimentación, siempre con alguna alabanza pensando que él se quedaría callado, pero era todo lo contrario. JungKook parecía mucho más confiado, coqueto y con una agradable labia que en dos ocasiones la hicieron sonrojar.
Otra vez, para ningún presente pasó desapercibido la tremenda química que se cargaban. La forma en que él la hacía reír con sus ocurrencias o con ella moviendo su cabello de lado en una acción coqueta. Llegando a la mitad, se preparó un pequeño escenario con varias misiones que JungKook debía superar. El juego se trataba de salvar a la princesa Cherry en un estimado de cien segundos y si ganaba recibiría un premio por ello.
A SunMi le pareció algo infantil la propuesta, bastante estúpida a decir verdad; creía que a JungKook le aburriría, grande fue su sorpresa al verlo curioso y emocionado por comenzar. Aún lo negara, hasta ella se dio cuenta que entre esos dos hubo historia y su curiosidad la llevó a averiguar gran parte mientras los protagonistas reían divertidos.
El primer obstáculo era adivinar un acertijo que dio paso a la siguiente misión, golpear con unos guantes de box unas pelotas en forma de cereza y embocar diez en un cubo. El tercero era encontrar las letras pertenecientes a la palabra Cherry en bolas de hielo que tuvo que romper con un martillo a lo que lo llevó exitosamente al cuarto, un tiro al blanco que le costó por su nerviosa puntería, el quinto y anteúltimo a tan solo diez segundos fue saltar por encima de unas cuerdas para por fin tocar el botón que liberaba a la princesa. Entre vitoreos, risas y aplausos hizo su última hazaña que causó asombro y ternura.
Levantó entre sus brazos a Youjin para colocarla en la carriola que simulaba un carruaje para llevarla hasta el final del juego mientras disfrutaba de su alegre sonrisa. Por un momento se sintió como aquellos juegos en que solo compartían los dos cuando estaban juntos, como si los años no hubieran pasado y jamás se hubieran separado.
Excepto porque todo se fue abajo cuando leyó lo que no debía. Las noticias sobre el nuevo camino de Bloom Cherry con su nueva agencia. Su carrera como modelo, vaya que salía hermosa y perfecta en cada uno de sus trabajos. En los positivos comentarios por su programa de variedades que era un éxito gracias a su alegría, audacia e ingenio para con los cantantes, actores y personalidades más importantes de la industria. Y la expectativa por el episodio donde él aparecía se emitiría en una semana. Ya se veía en las noticias por el reencuentro con su ex y la locura que dejó la Golden Couple cuando se separaron. Y comprendía que la vida debía seguir después de una ruptura, solo que no imaginó lo mucho que le desagrado la nueva compañía que le adjudicaban a ella.
La del modelo más cotizado en gran parte del mundo, Park JiMin. No conocía nada de él más que haber escuchado un par de veces su nombre. A simple vista parecía buena persona, atractivo y exitoso, estaba muy seguro que no era el tipo ideal de Youjin, pero con solo ver algunas fotos de ellos dos juntos que los paparazzis ingeniosamente lograron quitarles, se notaba lo cómoda y feliz que se veía a su lado. Sonriendo y divirtiéndose con ese rubio de rostro bonito y sonrisa perfecta.
No lo iba a negar, sintió celos. Por primera vez en mucho tiempo sus emociones emergieron como la lava de un volcán en erupción. No hizo más que quedarse callado y de mal humor. Tosco y huraño como la mayoría del tiempo en que una situación no le gustaba y se le salía de control mientras regresaba en el auto a su hotel.
—¿Quieres ir a cenar?
A SunMi le sorprendió la repentina pregunta. De un momento a otro su actitud se había convertido en todo lo contrario a cuando estaba en medio de la grabación o se despidió de la Idol con quién no dejaba de sonreír. Jamás lo había visto hacerlo de esa manera, era la primera vez desde que lo conocía que veía una faceta juguetona y alegre de Jeon JungKook cuando la mayoría del tiempo era extrema seriedad y apatía.
—Sí, a decir verdad tengo algo de hambre —dijo, respondiendo algunos mensajes en su celular— llegando al hotel, te pediré la cena antes de irme.
—No, quise decir que si quieres ir a cenar conmigo —eso no se lo espero— afuera, ¿te apetece?
Cómo negarse a tan atrapante mirada, a su carácter con tono mandón. A su primera invitación, una iniciativa que jamás pensó habría.
—Claro, me encantaría —esbozó una sonrisa amable, disimulando los frenéticos latidos de su corazón por los nervios que él le producía— si no te molesta, quisiera llevarte a mi restaurante favorito, la parrillada ahí es exquisita y sé que te encantará la carne que sirven.
JungKook asintió, escuchando a SunMi pedirle al chófer que los llevara a la nueva dirección. ¿Estaba siendo un inmaduro? Tal vez, pero no podía evitarlo, estaba dejándose arrastrar por sus inesperadas emociones. Ver a Youjin significó demasiado para él, y estaba seguro que sino fuera por lo que había visto en las redes, lo más seguro es que lo hubiera intentando. Otra vez. Pero ya no.
—SunMi —ante el mmmh de ella en respuesta, prosiguió con duda a preguntar— ¿Qué harás para las fiestas navideñas?
—Aun falta bastante tiempo, ¿por qué? —él negó restando importancia y ella queriendo saber agregó— iré a Iksan a pasar tiempo con mi familia, ya sabes, ¿Tú no irás a la fiesta de TaeHyung?
—Sí, por eso te preguntaba —dudó— así íbamos juntos —era demasiado abrumador para ella que JungKook estuviera invitándola una vez mas— la esposa de TaeHyung le sugirió presentarme a una de sus amigas, la apoya, está encaprichado con eso y la verdad a mí no me apetece ser payaso de nadie.
—Ah.
Su ilusión —una que no sabía que existía— se vio opacada por la realidad, una en que ese hombre no tenía segundas intenciones más que lo laboral y tal vez, una agradable amistad.
—Estarás bien.
Si, eso creía él también. O al menos esperaba que fuera así.
—Aquí tienes tu té.
—Oh, gracias Chimy.
Hizo a un lado su celular para disfrutar del delicioso té con leche que JiMin le había preparado. Desde que había llegado a su casa, la ansiedad la había atacado e inevitablemente al estar hablando a través de mensajes con el rubio lo invitó repentinamente a su casa y él jamás negándose a una petición de ella llegó en unos cuantos minutos.
Ahora solo esperaba la llegada de su hermano para saber que era eso tan importante que quería hablar con ella. Entretenida en conversaciones banales con JiMin para no pensar que volvió a estar por escasos minutos en brazos de su ex guardaespaldas/novio ahora boxeador. La voz de JiMin desapareció suplantada por el recuerdo de su risa y la de él en medio de la grabación. Del obvio flirteo que hubo entre ambos de forma descarada y de como le costó dejarlo ir queriendo pedirle su número.
—¿Youjin?
—¿Qué?
—El timbre —indicó más que obvio.
Se paró, un tanto avergonzada por perderse entre pensamientos y dejarlo abandonado a su amigo con su relato. Abrió la puerta encontrando el momento exacto en que Jin y Kira compartían un dulce beso de labios.
—¡Iugh! Que asco, ¿por qué son tan empalagosos?
—Porque puedo y quiero, intento de Merlina.
Kira resopló, acostumbrada a las tontas peleas de los hermanos Kim aún cuando fueran adultos.
—No les parece que su tiempo de luna de miel ya pasó.
Jin y Kira estaban felizmente casados.
—¿Quién lo dice? Quiero ver cuando tú te cases —colocó ambas manos en su cintura— apuesto a que serás como una molesta garrapata para el pobre de tu esposo.
—Jamás me casare —rezongó, cruzándose de brazos.
Al ingresar vieron la presencia del modelo y lo saludaron con amabilidad. Los cuatro tomaron asiento luego que la pareja se haya negado al ofrecimiento de algo de beber o comer.
—Vinimos porque teníamos algo que contarte.
—Sí, ya sé. De hecho estuve preocupada todo el día porque unnie no me contestó las llamadas y hoy las grabaciones fueron demasiado estresantes.
Ambas mujeres se miraron sabiendo el porque.
—Ya me disculpé contigo, Youjin —su mano se entrelazó con el de Jin a su lado— es que estuvimos en el médico, ya sabes, con lo mal que me he sentido últimamente —ante el rostro preocupado de la pelinegra, se apuró en decir— no es nada grave, de hecho es algo muy bonito.
—¿Qué? ¿Tendré un sobrino? —bromeó. Su sonrisa se borró de inmediato al ver las expresiones bobas en los rostros de su hermano y esposa— ¿es cierto? ¿seré tía?
Asintieron y Youjin no evitó chillar y lanzarse sobre ellos con mucho cuidado pero eufórica alegría. Las felicitaciones y abrazos no se hicieron esperar y con ello la invitación de JiMin a cenar afuera.
—¿Te parece?
—Sí, Yunnie, es una noticia que debe celebrarse.
—¿Omma lo sabe? —Kira asintió.
—De hecho nos obligó a venir a contártelo porque Jin quería darte otro tipo de sorpresa.
—Seguro tu madre querrá acompañarnos, yo invitó, ¿qué les parece? —propuso el rubio.
—A omma le encantará eso —respondió Youjin.
—Que sigues sumando puntos, Park. Y me gusta tu actitud.
—¡Oppa!
Kira rodó los ojos sabiendo que volverían a pelear, mientras JiMin más atrás reía divertido. Se había ganado un lugarcito en aquella familia.
Aunque la cena supo deliciosa no estaba disfrutando al cien por ciento la velada. Al menos conversar con SunMi de temas variados lo mantenía ocupado de sus amargos pensamientos. Se sentía cansado, quería regresar a la habitación de hotel y dormir; despertar a primera hora y regresar a Busan para entrenar, mejor dicho, descargar lo que tenía contenido en su interior. Bebió de su vaso de Soju, sonriendo porque le pareció divertido un comentario de su acompañante y despreocupado observó su alrededor percatándose de un detalle.
Frunció el ceño en confusión al encontrar conocido a un grupo de personas que parecían haber llegado. El sitio se encontraba algo lleno, pero lo cómodo era que las mesas tenían una considerable distancia de las otras, por lo que pensó que solo era su imaginación. Dos veces en un día era imposible, ¿o no? Carraspeó, acomodándose en su silla, asintió en dirección a SunMi que comentó algo que no escuchó por estar pendiente a través del rabillo de su ojo de la nueva llegada.
Llevó un poco de carne asada mezclada con kimchi a su boca, movió su cabeza de adelante hacia atrás manifestando su satisfacción en un ruidito de su garganta. Excusa para girar y observar mejor a la mesa que se encontraba del otro lado del enorme salón. Ahora sí estaba seguro que no fue su imaginación y tragar le costó el doble cuando vio la hermosa escena en familia.
La de su ex novia sentada junto a ese modelo, sonriéndole. Reconoció a SeokJin, Kira e incluso a la madre de los hermanos. Se preguntó por el padre de estos, pero rápidamente volvió su atención a su mesa cuando SunMi le preguntó una tontería.
—Te ves distraído.
—Solo estoy cansado.
Se sirvió un shot de Soju el cual bebió rápidamente y luego un segundo y al siguiente un tercero.
—¡JungKook! ¿seguro estás bien?
—Sí, ¿por qué? —metió otro bocado de comida a su boca, está vez sabiendo insípido.
—Estas bebiendo muy rápido.
—Tranquila, soy bastante tolerante al alcohol. No es fácil emborracharme.
Aún cuando no le convencía lo dejó pasar. Él siendo menos tolerante a la imagen de felicidad en la mesa de su completo interés. Se sentía como un maldito acosador y a su mente vino su hermano JungHee. Suspiró, recordando que debía llamar al enfermero encargado para preguntarle sobre su estado, para saber si era recomendable ir a visitarlo, ya que la última vez, JungHee había tenido un ataque de irá en su habitación logrando lastimarse a sí mismo.
No fue fácil acercarse a su gemelo, los últimos dos años se había esforzado por visitarlo cada mes, cada que tenía oportunidad y el menor no se lo hacía fácil, cizañero y sarcástico. Excepto porque en algún punto de esas visitas, ambos se habían acostumbrado al otro y cada que JungKook visitaba a JungHee al menos se acompañaban un par de horas.
—Debo ir al baño, discúlpame.
Se levantó, con una extraña presión en el pecho. Estaba seguro que no era su asma, porque desde que había hecho un tratamiento especial en Japón para fortalecer su sistema respiratorio no había tenido ninguna crisis desde entonces. Tal vez era ese sentimiento de derrota del cual no podía deshacerse. O tal vez estaba permitiendo que sus emociones lo frustren hasta el punto de estresarlo.
—¿JungKook?
Volteó al salir del sanitario. Paralizándose una vez más al tenerla frente a él. Reparó en su rostro apenas maquillado, en su cabello largo y negro que contrastaba a la perfección con su atuendo de blanco, así como un hermoso ángel que venía a salvarlo. Quería abrazarla, la necesidad de hacerlo se había vuelto tan grande que hizo un enorme esfuerzo por no lanzarse sobre ella. Sin saber que del otro lado compartían el mismo sentimiento. Ninguno se daba cuenta de la tensión en el pequeño ambiente que era el pasillo de aquel restaurante lleno de comensales.
—Volvemos a vernos.
—Que casualidad, ¿no?
Asintió, si seguía sonriéndole de esa manera tan inocente no se contendría. «Sus pecas»
—¿Cómo has estado? —preguntó cauteloso— no hemos tenido tiempo de hablar, apenas cruzamos palabras fuera de lo que fue la entrevista.
—Bien, ha pasado demasiado.
Tampoco se percataban de que se miraban fijamente. Buscándose en el otro.
—¿Eoduun?
Youjin suspiró, haciendo un puchero que a él le produjo ternura y otras cosas.
—Mas gruñón cada día.
Mentiría si dijera que la risita que JungKook soltó no causó mariposas en su estómago. Odiaba que tuviera ese tipo de reacción sobre ella. Lo odiaba por verse tan bien y ella aún considerarlo.
—No me sorprende —guardó ambas manos en los bolsillos de su pantalón, despreocupado— a veces se me da por recordar cuando dormíamos la siesta juntos y lo despertaba sin querer, me miraba con odio por quebrantar su sueño.
Youjin sintió bonito que le contará eso con mucho cariño. Ash, lo odiaba todavía más.
—Él te extraña, siempre se queda a mi lado cuando miramos tus peleas.
Se le escapó, no quiso decirlo, pero que lo hiciera hizo latir desenfrenado el corazón de los dos.
—Youjin, yo...
—¡JungKook!
Ambos giraron sus rostros, observando a Jin acercarse con una enorme sonrisa en sus labios al ver al pelinegro. Se abrazaron efusivamente bajo la atenta y confundida mirada de Youjin.
—Pero que coincidencia encontrarte por aquí, Yunnie me contó hace poco que grabarían juntos, estaba muy nerviosa por el reencuentro, eh.
Sino fuera porque era sangre de su sangre y porque le daría un sobrino, ya lo hubiera acribillado ahí mismo.
—También estaba nervioso, no me gusta exponerme a este tipo de programas, ya sabes. Lo acepte porque me obligaron —rápidamente aclarando— no es que no quisiera verte, simplemente no estoy acostumbrado a realizar algo fuera de lo que es mi rubro.
—Lo sé, Kook —los vellos de su cuerpo se crisparon— sé que no te gusta la exposición, así que no te preocupes. Aunque siendo sincera me encantó que hayas aceptado venir.
«Buda dame fuerzas para no cometer una locura aquí mismo».
—¿Por qué no vienes con nosotros a nuestra mesa? —sugirió el mayor, sorprendiendo a ambos— estamos celebrando en familia —ante la expectación del pelinegro, confesó con orgullo— Seré padre.
—Muchas felicidades, hyung —se abrazaron una vez mas— pero está vez tendré que negarme, estoy acompañado.
—Ah, la bonita morocha.
Youjin se golpeó mentalmente. No sabía si su hermano lo hacía a propósito o era para molestarla.
—Entonces podemos encontrarnos otro día. Háblame.
—Lo haré.
—¿Siguen en contacto?
Ambos hombres la miraron. A Jin se le había olvidado ese pequeño detalle.
—Siempre mantuvimos contacto, Yunnie.
—Ah.
—Debo marcharme —aunque no quería— de nuevo muchas felicidades, hyung. Envíale mis saludos a noona y otro a tu madre —giró con todo su cuerpo hacia Youjin— me alegró verte, cuida de ti.
—Tú también hazlo, por favor.
¿Ninguno se atrevería a romper contacto visual?
Que ella lo hiciera primero lo hizo más fácil. Despidiéndose una vez más con la incertidumbre de saber si volverían a coincidir.
Nuestro JungKook para el Cher Showterview, el Capitan Corea de la Cherry 🤭
Quería preguntarles. ¿Les está gustando que meta mucha información en un solo capítulo? ¿Qué opinan de eso?
Sean sinceras por favor.
Es que a veces me emocionó al escribir y no me doy cuenta 🙄
Ahora: ¿qué les pareció el reencuentro?😏
Dato no menor: ya tengo el final escrito 🤭 pero no se preocupen que esto será largo. 😁
💟💟💟
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