𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝟯𝟴
⌜Este amor, ahora mismo es todo lo que tenemos, todo lo que necesitamos. Estamos felices ahora mismo⌟
━I Wonder - J-Hope feat. JungKook of BTS.
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Apenas abre los ojos se encuentra con el techo de paneles cuadrados blancos. Su cuerpo se siente peor de pesado que en el sueño, también adolorido. Piensa que sigue en aquella pesadilla y cuando escucha el ruido de las máquinas y repara en las vías en su brazo es que siente su alma volver al cuerpo. Solo fue un espantoso sueño y tan solo pensar que podía existir una vida sin JungKook amándola sin tener a su bebé era desolador.
Hizo todo el esfuerzo posible por levantarse, gimió ante el agudo dolor atravesar parte de su torso y cayó rendida sobre la camilla. Sollozó, lo intentó una vez más no lográndolo y comenzó a desesperarse. Quería ver a su bebé, solo deseaba tenerlo en sus brazos.
—¿Cariño?
JungKook dejó lo poco que tenía en las manos y se acercó al escuchar el llanto. De inmediato avisó a las enfermeras mientras intentaba tranquilizarla. No era correcto que se moviera luego de una importante cirugía. Volvieron a sedarla pues alterada emocionalmente podía hacerse daño. Se sintió aliviado, por un momento pensó que la perdería para siempre. Dos días inconsciente en terapia fue demasiado.
Su pequeño JungSu mejoraba favorablemente y podía tenerlo en brazos mientras su mami se recuperaba. Avisó también a la familia recibiendo mensajes de alegría y consuelo. Heeji acudió horas más tarde a pedido de JungKook, teniendo la suerte de ver despertar a su hija.
—Hola, cielo, ¿cómo te sientes?
—¿JungSu? —lo susurró tan bajo y con tanto miedo que Heeji también lo sintió. Sonrió, peinando los cabellos de su hija y la tranquilizó cuando le señaló cierto punto de la habitación.
JungKook se mecía despacio con un pequeño bulto cubierto en mantas entre sus brazos. La imagen tan tierna la emocionó. Entre el dolor y la felicidad jadeó y se permitió llorar llamando la atención.
—Debes calmarte, amor. Aún estás delicada.
Cómo pudo alargó sus brazos, solo quería a su melocotón con ella. JungKook sabiendo que sería imposible llevarle la contraria se acercó, Heeji rápidamente la ayudó acomodarse en la cama y cuando tuvo a su hijo en brazos lo apretó contra su pecho sintiendo su calor, su olorcito tan peculiar y sonriendo tontamente por sus bajos balbuceos.
Advirtió a JungKook posicionar su frente contra su mejilla, respirar en una clara acción de alivio mientras acariciaba las hebras de su cabello con los dedos. Tenía a ambos y esa pesadilla tan solo fue eso, una pesadilla.
Solo deseaba que esa Youjin y ese JungKook fueran capaces de encontrar algo de calma.
—Nos asustaste mucho, cerecita.
—Lo siento —su voz salió rasposa a causa de su garganta seca y el llanto. Sus ojos se cerraron ante JungKook secando sus lágrimas y besando sus mejillas.
—Tan solo no vuelvas hacerlo, ¿está bien? —ella asintió rozando sus narices en una dulce caricia. Sintió a su bebé moverse entre sus brazos y le prestó toda su atención. Tenía puesto un mameluco celeste que lo abrigaba mientras su cabeza iba cubierta por la capucha de está con dos pequeñas orejitas en los extremos— Nuestro JungSu nació con tres kilos cuatrocientos y una medida de cincuenta centímetros. Dijeron que lloró mucho cuando nació aún teniendo problemas para respirar, también destacaron que logró reponerse rápidamente y ahora es la sensación mas atractiva de neonatología.
Rio quejándose segundos después de dolor. Una enfermera entró en el justo momento para informar que tendrían que llevar al pequeño de vuelta a la incubadora. Youjin se negó apretándolo, fueron pocos minutos y ya le dolía una vida.
—Debes descansar cielo, JungSu estará bien cuidado.
—Anda cerecita, haz caso a lo que te dicen —besó su frente. Tuvo que ponerse firme ante la mirada llorosa y suplicante— tienen que revisarte, curar tu herida y chequear que estés mejor. Nuestro bebé volverá dentro de unas horas, ¿no es así?
La enfermera con una amable sonrisa asintió. Se acercó a la camilla cuando JungKook le hizo un gesto positivo y Youjin tuvo que desprenderse con todo el dolor de su pequeño melocotón. Antes besó sus pequeñas redondas y sonrojadas mejillas, sus manitos que iban cubiertas por manoplas y le susurró lo mucho que lo amaba. Le partió el corazón verlo alejarse que no quitó la mirada hasta que la puerta de la habitación volvió abrirse con su obstetra minutos después.
—¿Cómo te sientes, Youjin?
—Muy cansada.
—Es normal —leyó el parte médico a los pies de la camilla— pasaste por una gran intervención, tu corazón estuvo muy débil. Tuviste a todos muy preocupados.
Eso la sorprendió. Ignoraba aquel hecho hasta ese instante. Observó de reojo a su madre y novio. Ambos tenían rostros cansados e indicios de angustia pasada. No podía imaginarse la desesperación de JungKook o tal vez se parecía a cuando ella despertó en aquella otra realidad y todo era muy diferente.
Se mantuvo en silencio mientras la doctora le explicaba que debía quedarse unos días más para observación y la enfermera curaba la herida de su cesárea. También cómo tendría que hacerlo ella misma cuando se fuera a casa. Sintió miedo, apenas podía con su propia existencia y temía no ser suficiente para su bebé en su estado. Llegando la tarde noche su madre tuvo que marcharse y cuando se vio sola con su novio a su lado fue que decidió contarle.
—Soñé contigo.
—¿Si? —ella asintió, él le acomodó las cobijas para que estuviera calentita y se inclinó un poco para acariciar su cabello— ¿Qué soñaste?
Hizo un esfuerzo para moverse a un lado aun cuando JungKook le reprochó que no lo hiciera y con su mano le pidió acostarse a su lado.
—Te doblo en peso y puedo hacerte daño, cerecita. No.
Sonrió, se veía mejor, más animada.
—Tú eres quien menos daño podría hacerme, cariño. Ven.
Exhaló, resignado. Se resistió todo lo que pudo pero ella lograba convencerlo. Se recostó a su lado con extremo cuidado, sus rostros cerca pudiendo sentir la cálida respiración del otro. Se sonrieron y JungKook no pudo evitar acariciarle la mejilla con delicadeza, la punta de su índice y medio rozando cada peca como el cielo nocturno lleno de estrellas iluminando su camino.
—Desperté en casa de mis padres, en la que fue mi habitación, pregunte por ti y por JungSu y ellos no sabían quienes eran ustedes. Entré en pánico, luego Kira apareció con el cabello largo y platinado.
—¿Noona con cabello de Barbie? —rieron— debes dejar que le cuente esa parte a hyung —no se detuvo en sus caricias— ¿Qué más?
Tragó con dificultad, sus ojos se llenaron de lágrimas de tan solo recordar todo lo demás. JungKook cambió la posición de su brazo rodeándola con cuidado para seguir con sus mimos.
Le contó sobre JungHee y el final diferente que tuvo en esa otra realidad. Que negada a creer todo lo ocurrido fue a buscarlo a Busan para contarle cuánto se amaban y que de ello una hermosa criatura había nacido. A JungKook se le estrujó el corazón de tristeza al escuchar como su otro yo no tenía lo que en esta vida si se le había otorgado y estuvo demasiado agradecido que aún fuera o no cierto lo de esa otra realidad, Youjin haya ido a buscarlo.
—Me alegra saber que te envié de vuelta, me hiciste demasiada falta, Youjin.
—Lo bueno de todo eso es que fue solo una pesadilla y ahora estamos juntos.
Se acurrucaron juntos manteniendo sus narices juntas y besando un par de veces sus rostros.
—Somos tres ahora, cariño. Y lo seremos por siempre.
Días después.
Le estaba frustrando escuchar tanta tontería. Su rostro lo expresaba y la mayoría de los presentes en la mesa de esa sala de juntas podían verlo con demasiada claridad. Wonho junto a su equipo y representante enfrente sonreía por la expresión fastidiada de su rival. Que la pelea más esperada no se diera por un imprevisto solo trajo algunos problemas.
—Yo digo que lo de la excesiva multa está bien.
JungKook fulminó con la mirada a un divertido Wonho. Aunque le daba igual, pagaría lo que fuera para que lo dejarán disfrutar de su familia en paz. Ambos seguían con cierta tregua que los tenía unidos.
—Es inadmisible su falta de respeto y compromiso para con la federación, señor Jeon.
—Creo que el señor Jeon tuvo una razón de suma importancia para no asistir —comentó TaeHyung con altura— además, se avisó con tiempo suficiente que la pelea quedaría cancelada y por lo que hemos observado ante el imprevisto la gente lo tomó demasiado bien.
—Hay reglas estipuladas ante esto, señor Kim. Trabajamos arduamente para arreglar todas las peleas y cancelar una no es fácil con todo lo que hay detrás.
Se hartó de tanta perorata.
—Con todo el respeto que se merecen —sarcasmo— pero le recuerdo señor Yang que la pelea solo se pospuso, mi contrincante y todo su equipo estuvo de acuerdo con ello al igual que los fanáticos más cercanos. Por si no lo sabía y se lo recuerdo en todo caso, mi esposa tuvo una dura intervención quirúrgica trayendo a nuestro hijo al mundo —para ninguno pasó desapercibido la forma en que se refirió a Youjin— su salud sigue siendo delicada, debe guardar reposo y siendo sincero no me apetece estar lejos de ella o del bebé cuando mas me necesitan.
—Para eso están las mujeres de la familia, contraté a una enfermera o algo así. Hablamos de algo importante, usted va disputar un título mundial, eso no es una tontería cuando detrás hay invertido cantidad de millones.
El poco tacto de esas palabras ofusco a más de uno. JungKook no estaba dispuesto a seguir tratando con bestias insolentes de apariencia humana. Tenía cosas más importantes que hacer que quedarse escuchando como minimizaban su situación.
Sonrió de lado, adoptando una postura desafiante al inclinarse sobre la mesa con sus manos entrelazadas y pronunciar mirando fijamente al hombre.
—Si no mal recuerdo, la primera pelea recaudó el triple de lo estimado. Gran parte se lo llevó la organización para la cual nosotros los pugilistas nos entregamos y todo porque ambos —señaló con sus dedos a Wonho y a él mismo— dimos un show de tres asaltos donde casi me cuesta la vida.
Se sintió la tensión. Wonho quiso reír, tan solo le faltaba el balde de pochoclos en la mano y eso era una digna escena de película dramática.
—Señores, todos sabemos que las peleas encima del ring son shows —comentó en un tono ocurrente— está no será diferente. Créanme, y ahora que mi rival ha sido padre, la gente está más interesada en saber si va ganar o volverá a perder.
—Eso lo veremos —sus miradas eran de puro desafío— como ya escucharon al señor Lee, esa pelea se realizará, solo pido un tiempo y si lo que están exigiendo es que le demos a la gente un show para recaudar mas dinero, bien —sus manos sobre la mesa le dieron el impulso para levantarse y largarse— hagan que este contento para que les cumpla.
Apenas se despidió. Sí, tal vez era una falta de respeto pero poco le importaba. Ellos lo necesitaban más a él que él a ellos. Dejó que TaeHyung lidiara con el resto y fue directo al estacionamiento. Parado frente a la camioneta con la cual había llegado revisó su teléfono. Sonrió admirando el último posteo que Youjin había hecho en sus redes sociales.
JungSu era demasiado tierno, tan pequeñito que cada parte de su cuerpecito era comestible. Youjin aún en su invalidez lo sujetaba en brazos y lo llenaba de besos y aunque él no quisiera admitirlo, el deseo por comerse esos piecitos o sus manitos lo atacaron más de una vez.
—¿Cuándo tú y… Youjin se casaron? —la pregunta repentina de SunMi llamó su atención— digo, en ningún momento lo anunciaron o mencionaste algo.
Guardó el teléfono en el instante en que Heeji le enviaba fotos del bebé durmiendo.
—No lo hicimos, pero hemos pasado por tanto juntos. Desde el principio me apoyó incansablemente en mi carrera o en asuntos personales familiares y me ha dado un hijo. —se cruzó de brazos, esperando a que los demás se acercarán— No es necesario una ceremonia para formalizar, Youjin es mi mujer y punto aun cuando los de afuera critiquen nuestro estilo de vida y decisiones.
Desde que SunMi había confesado lo de su hermano HoSeok y la situación con Park JiMin, la distancia era bastante notoria y aunque le dolía era mejor así.
—Me alegra saber que Youjin se encuentra mejor y que ¿JungSu? —no todos tenían conocimiento del nombre del bebé— ya este con ustedes, realmente me alegra, JungKook.
—Gracias SunMi.
Al ingresar a su casa se quitó los zapatos y la chaqueta rápidamente. El llanto de su primogénito lo recibió. En la sala encontró a DaeJin con su nieto en brazos, intentaba calmarlo y al parecer no podía llenándolo de nervios. Tan solo ver el rostro de su yerno lo hizo suspirar de alivio.
—¿Qué ocurre?
—Youjin tuvo una crisis, su madre está intentando calmarla, JungSu no ha dejado de llorar.
Rápidamente se dirigió al pequeño toilette y se lavó las manos. Se acercó a ellos y tomó al bebé con cuidado. Lo acomodó en su pecho sosteniendo su cuerpecito de una determinada manera y se meció con él siseando bajito. DaeJin estaba tan sorprendido de ver como JungKook logra calmar a su nieto en segundos. La manera tan amorosa con que lo hace, como la cabeza del bebé se esconde en su cuello y este lo observa con una leve sonrisa. Quien iba creer que es el mismo hombre que días atrás, en medio de una crisis, lo negaba y culpaba ahora se veía tan devoto y entregado.
Se sintió orgulloso. Su actitud era la muestra fehaciente de que sería un gran padre.
—Iré a verla. Descanse mientras tanto.
Sonrió, llevándose a JungSu. Las proporciones entre ambos era bastante, se sentía algo intimidado por ese pequeño bodoque envuelto en una manta. Entró a la habitación encontrando a Heeji con rostro de preocupación, está negó y se acercó.
—Voy ayudarla a tomar un baño, pero está llorando hace más de una hora —mira a su nieto— no ha podido alimentar a JungSu, ya sabes, ambos siguen adaptándose al otro y es complicado cuando sus pezones duelen y están agrietados.
Había leído sobre eso en los libros y páginas que Jennie les había recomendado. Luego del parto —en este caso cesárea— el cuerpo de la mujer cambiaba por completo y se volvía, aparte de delicado, muy sensible.
—Tal vez yo pueda ayudarla, apenas puede moverse y tal vez un poco de fuerza sea necesaria.
—Inténtalo, cielo —extendió los brazos, sonrió encantada recibiendo a su nieto— le prepare su pijama y está en la cama.
Heeji salió y él se adentro al baño. Youjin temblaba por el llanto, sentada en la butaca con solo una camiseta y su ropa interior puesta. Pasa de ella y enciende la ducha regulando la temperatura del agua como sabía que le gustaría.
—Cerecita, debes calmarte, que te alteres no te ayuda.
—¡Tú no entiendes! No me pidas que me calme —lloriqueó desconsolada— acabo de parir a un humano, casi muero en el maldito parto porque no pude mantenerme estable, ni siquiera puedo cargar a mi bebé sin llorar, y él llora y me siento peor por no poder calmarlo. Soy horrible, soy una pésima madre, doy asco, me siento horrible y asquerosa.
Se agacha frente a ella tomando su mano, su piel se encontraba fría.
—No vuelvas a repetir ninguna de esas cosas, ¿entendiste? —exclamó serio— Nada de lo que mencionaste es cierto. Eres fuerte y valiente, una mujer preciosa que le dio vida a un hermoso ser que te ama y adora. No tienes idea de lo importante que eres Kim Youjin, lo eres para JungSu y para mí. Así que nunca jamás te atrevas a pronunciar tonterías como esas —la señaló con el índice y ella solo agachó la mirada— Ven, te bañaré.
—Yo puedo sola.
Elevó la mirada en el momento en que él dobló las mangas de su camiseta hasta los codos dejando sus fuertes antebrazos expuestos. No sabía si eran las hormonas pero cada gesto que hacía la tenían boba.
—Pero quiero hacerlo, cerecita —con cuidado la ayudó a colocarse de pie y le quitó la camiseta. Tenía unos vendajes alrededor de su estómago cubriendo la herida de la cesárea— estás adolorida y quiero ayudarte. Será más rápido y podremos volver con JungSu.
Cuando iba a quitarle la ropa interior se sintió cohibida y no se lo permitió. JungKook le reprochó con la mirada.
—Cariño, debes dejarme que te ayude —Youjin negó, está vez cubriendo sus pechos hinchados con los brazos, ni siquiera podía mirarlo. Lloró. Entonces JungKook dio dos pasos atrás cruzando sus brazos sobre su pecho, suspiró— ¿Quieres que me vaya y venga tu madre?
Negó, hizo una mueca de dolor. No podía siquiera hablar, sus emociones se desbordarían. No sé entendía. El post parto era la cosa más horrible del mundo.
Volteó, descruzo sus brazos y ella misma se quitó la venda con lentitud. La incisión de forma horizontal cubierta por cintas steri-strips se encontraba en la zona baja de su vientre, según lo dicho por la obstetra con el tiempo quedaría una cicatriz pequeña e insignificante, también dependiendo de los cuidados que le coloque —aceites, cremas, etc.— Sin embargo, en ese momento se encontraba aún inflamado y mas rosado que el resto de su piel.
Odiaba sentirse insegura, asquerosa como anteriormente dijo. Caminó lentamente entrando a la ducha y en pocas palabras con ella aún de espaldas le pidió a su novio que le quitara lo restante. JungKook no se movió de su puesto, vigilando y solo ayudando cuando debió lavarle el cabello. Tardaron más de lo debido y cuando estuvo lista la ayudó a salir. A Youjin no le quedó de otra que ser asistida para vestirse y peinarse por completo luego de colocarse la faja postparto. Se sintió más fresca y relajada cuando a pasos demasiados lentos llegó a su cama.
—¿Quieres comer algo, cariño?
—No, solo quiero dormir.
—¿Alimentaste a JungSu?
—No, ¿puedes traerlo? No me gusta no tenerlo.
Tomó asiento a su lado sujetando sus manos, se inclinó para besarle la mandíbula y cuello.
—Con calma, Youjin, todo se dará de a poco —peinó un pequeño mechón salido de su trenza— recuerda todo lo que leímos, si te estresas de más la leche no saldrá.
Asintió, él volvió a inclinarse para picotear sus labios por dos minutos precisos. Salió de la habitación y bajó las escaleras casi saltando. JungSu parecía inquieto en brazos de su abuela aún cuando le tarareaba una canción de cuna y se mecía con él por toda la sala.
—Youjin lo está esperando.
No hizo falta que diga más.
—Tranquilo, le ayudaré a que lo alimente. —y rápidamente agregó— Ah, Kook, tu teléfono sonó un par de veces. No me atreví a contestar pero debí cortar porque el ruido parecía asustar a JungSu.
Le agradece y los ve alejarse escaleras arriba. Toma su teléfono y encuentra varias notificaciones, TaeHyung es quien lo llamaba con insistencia. Decide ir al despacho para hablar con más tranquilidad. Se sienta frente al escritorio encontrando a Eoduun recostado sobre la madera. La llegada del bebé solo hizo que se alejara buscando algo de calma. Llevó el teléfono a su oído esperando y rascó el lomo del felino.
—Hola mi estrella sexy y ahora papacito.
Ahogó una risa ante la ocurrencia del mayor. Recordó la extrema felicidad que tuvo cuando le mostró fotos de JungSu. Sin que se lo propusieran TaeHyung ya se proclamaba padrino del infante.
—¿A qué debo tantas llamadas? Nos vimos está mañana, hyung.
—Solo quería saber cómo se encuentran. Jennie está ansiosa, quiere ir a verles, me dijo que Sakura está igual. No paran de hablar de que el grupo en Kakao que tienen juntas no es el mismo sin Youjin.
—No tiene cabeza para nada más que su dolor corporal y JungSu. —se dejó caer sobre el respaldo— No quiere a nadie cerca más que a su madre y a mí, y estoy de acuerdo con eso porque tampoco me apetece alterar la paz de mi bebé.
—Wuao, quien iba pensar que dirías eso, “mi bebé”.
Él tampoco lo creía.
—Me siento extraño, hyung. Mi temor por parecerme a mi padre sigue, no tanto como antes, pero ahí está, jodiéndome —suspira e inconsciente sonríe— pero cuando miró a JungSu o lo tengo en brazos, no sé, es un extraño sentimiento y me gusta.
—Felicidades Kook. Solo no pienses y disfruta.
Su plácido sueño se ve opacado cuando siente que su respiración se acorta, sin abrir los ojos detecta movimiento cerca de su rostro y escucha algún que otro sonido. Abre un ojo y encuentra a JungSu moviendo sus pies, su manita hecha puño está dentro de su boca, succionando, la otra intenta agarrarle la nariz. Youjin al otro lado duerme profundamente con uno de sus senos afuera.
Desde hace días, la única manera que había encontrado para que el bebé durmiera sus necesarias horas era amamantarlo estando los tres juntos acostados. Astuto, porque la cuna a un lado de la cama solo quedó de adorno.
Con cuidado de no despertarla, le acomoda la camisa y la cubre. Se levanta con JungSu en brazos para caminar por la habitación y así sacarle los gases. Ver tutoriales necesarios se había vuelto su pasatiempo. Suspira, dando suaves palmaditas a la espalda del menor. Una semana desde que regresaron a casa y JungSu seguía siendo rechoncho y pequeñito. Le mira, parece reticente a querer dormirse.
—Te das cuenta que son las tres de la mañana —le susurra como si pudiera entenderle— debo estar a las cinco de pie para ir a entrenar, ¿lo entiendes? Claro que no —la respuesta es JungSu rotando su cuello y su boquita parece buscar algo que succionar, JungKook niega— debes dormirte, drenaste a tu madre y todavía quieres más —su pulgar acaricia la pequeña frente y una de las mejillas. JungSu parece encontrar el sitio más cálido y cómodo en el pectoral derecho y ahí se queda— ¿Qué estás haciendo conmigo eh? ¿Cómo es posible que tus cuatro kilos de existencia no me permitan separarme de ti? No deberías aferrarte así, no deberías hacerlo. Le he fallado tantas veces a tu madre y ella aún así sigue conmigo —los párpados de JungSu parecen cerrarse y una de sus manitos se aferra a la tela de su camiseta— contigo es diferente, tengo miedo, temo hacerte daño y no quiero. No puedo fallarte, bebé, te estás volviendo demasiado importante y eso no es lo que imaginé —sigue meciéndose, sin apartar los ojos— no pienso prometerte nada, a tu madre no le gustan las promesas, pero si voy a prometerme algo a mi mismo. Intentaré ser mejor persona por ti, voy aprender lo necesario, no importa lo que cueste, lo haré, ¿está bien? —lo acomoda mejor, su nariz inhala todo su olorcito y cierra los ojos. La calidez de esa pequeña criatura lo envuelve por completo y tan solo decide ser sincero— te amo, hijo.
—¿Kook? —voltea, con cuidado y asombrado. Procuró susurrar lo mas bajo para no despertarla, sin embargo Youjin había escuchado más de la mitad y no pudo evitar emocionarse— Sí, quiero.
No entendió. Youjin lo supuso por la expresión contrariada en su rostro y se acercó despacio para repetírselo una vez más con demasiada claridad y seguridad.
—Si quiero casarme contigo. Deseo pasar el resto de mi vida a tu lado —se miraron fijamente con lágrimas en los ojos— con nuestro pequeño melocotón. Sí, quiero, cariño.
Resopló una risa evitando ponerse más sentimental. A la mierda todo, era el hombre más feliz del mundo.
Aclaración: Estuve buscando y averiguando sobre partos, cesáreas y el post para agregar los detalles. Espero haberlo hecho bien por las que si son madres y saben.
¿Quiero saber, que les pareció está chulada de capítulo? 🤭 ➡️
Nuestro JK se volvió bobo y para colmo le aceptaron la propuesta de casamiento.
Sino me siguen en IG, vayan a hacerlo. Siempre subo cositas sobre las historias entre otras. @lola_bangtan_7
Me despido, que tengan felices pascuas y vayan a hacer stream al hermoso trabajo de nuestro Hobito.
✨Hope on the Street Vol. 1✨
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