Two- Sanmungo
Maela Potter soltó un suspiro mientras se sentaba en su enorme cama, miró al rededor de su habitación, todo era muy antiguo y a la vez muy moderno, ella se encontraba viviendo en la mansión Perevell, donde ella es la Lady, en su penúltimo año ella había hecho una prueba de herencia por pedido del globin de las cuntas Potter.
Y se viene enterando que es Lady de la casa Perevell y Lady de la casa Black, su tío Sirius la había nombrado su Heredera y ella pensó que sería su hermano, pero ya vio que no.
Soltó otro suspiro mientras se colocaba de pie, pero un repentino mareó la obligó a sentarse de golpe en la cama, cerro los ojos con fuerza para no desmayarse, unos minutos después cuando el mareó y las llanas de desmayarse se calmaron un poco, se coloco de pie con cuidado y camino hacia el baño.
Una vez en el baño, con cuidado se despojo de su ropa de dormir, al mirarse al espejo del baño, vio como su cuerpo estaba cubierto con pequeñas manchas rojas, con cuidado con las yema de su dedo índice las tocó, también vio como moretones se formaban en sus brazos, piernas, muslos.
Eso la preocupo demasiado, y más que ayer en la noche tuvo un sangrado nasal, que por suerte puro parar con una poción.
Maela soltó el tercer suspiró desde que terminó la guerra hace dos meses atrás, ahora ya era una nuevo mes y desde hace un semana había comenzado a sentirse mal, primero comenzó con la fatiga o pequeños escalofríos.
Ella pensó que era por el estrés que dejó la guerra, pero ahora en verdad se estaba preocupando.
— Después de desayunar iré a Sanmungo — se prometió mientras entraba a la bañera, tenía un mal presentimiento, pero dejo aquello de lado.
Seguramente no era nada grave.
Que equivocada estaba
Bajando las escaleras la pelirroja podía escuchar todo el ruido que provenía de la cocina, negó con una sonrisa, a los pies de la escalera en una de las paredes que encontraba un espejo y ahí la Potter volvió a revisar su atuendo, una remera maga larga de color rojo, con un pantalón negro y sus amados tacones de punta color negro.
Le sonrío a su reflejo se tiro un beso y después se fue hacia la cosina donde se encontró a sus mejores amigos, Fred y George, Angelina, Katie y Lee, sus amigos y ex compañeros de casa, ellos decidieron vivir con ella en aquella gran mansión.
—!Buenos días, rojita! — exclamacion todos al mismo tiempo, mientras ella entra.
—Buenos día mis amores hermosos — devolvió el saludo Maela, mientras se sentaba en la punta de la mesa.
Angelina le coloco dos panqueques de chocolate con arándanos, mientras que la pelirroja se servía un vaso de jugo de naranja, Maela le regaló una sonrisa de agradecimiento a su amiga.
—Los gemelos prapararon el desayuno —comentó Lee mientras comía de su tocino.
Maela abrió en grande los ojos ante aquello, por que la última vez que comió que hicieron los gemelos, tuvo su cabello negro por un mes entero.
— Es broma, lo hice yo — dijo Katie con una sonrisa tranquila.
La Potter soltó un suspiro de alivio y volvía a comer, los gemelos hicieron un ruido de indignación ante eso, logrando que todos rían.
El desayuno paso entre risas y bromas, si podría ser que ellos aún tengan muy vivido aquella noche, pero ellos por su bien tanto mental como físico, decidieron aliviar el dolor con risas y charlas.
"Recuerda a tus amigos, hermanos, padres, hijos, con una sonrisa, no con dolor, por que ellos hubieran querido que los recuerden con felicidad y buenos momentos, jamás con los negativos", había dicho Maela cuando el ministro le pidió que dijera unas palabras.
— Mamá quiere que todos vallamos a comer a en la madriguera — dice George a sus amigos unos minutos después de que terminarán de desayunar.
—Por mi esta bien —dijo Lee.
—Igual —dijieron Angelina y Katie al mismo tiempo, todas las miradas fueron a parar a la pelirroja.
Maela se movió un tanto incomoda por las miradas intensas que ellos le dieron, ella no queira decirles donde iría para no preacuparlos, volvió a soltar un suspiro mientras tomaba de su jugo.
— Iré — soltó Maela después de unos minutos de silencio — Ahora tengo que irme por que tengo cosas que hacer — dijo para ponerse de pie.
Sus amigos no preguntaron a donde iría, y ella agradecía aquello, se despidió de cada uno con un beso en las mejillas, para después ir hacia la sala de estar donde estaba la chimenea, donde ella entró no sin antes tomar los polvos flu y dicir su destino.
— Sanmungo —dijo con voz clara y un poco fuerte, sintió como las llamas verdes la envolvian sin hacerle daño, la llevaron a su destino.
Maela Potter, se encuentra en Sanmungo, el hospital para brujas y magos, al momento que llego, pidio que un Mediamago la atendiera, ella hubiera esperado para ser atendida, pero al ser la hermana mayor del niño que vivió, logró que la te dieran de inmediato, y una vez que atendieron
compartió sus síntomas con el Mediamago. Lamentablemente, después de múltiples pruebas, el Mediamago Walter le comunicó la devastadora noticia.
Maela padece de leucemia, una enfermedad que afecta a las células sanguíneas en la médula ósea y la sangre.
La noticia fue abrumadora para Maela, jamás pensó que ella tuviera aquello o que tendría.
El Mediamago Walter Rivera, un mestizo, el la miro con pena, alguien tan joven con quella enfermedad tan devastadora.
La leucemia es un desafío emocional y físico, y es comprensible que no pudiera evitar llorar ante tal diagnóstico.
Las lágrimas comenzaron a bajar por las mejillas, mientras que pequeños sollozos salían de sus labios, sus ojos marrones llenos de lágrimas miraron al hombre que está enfrente de ella.
—¿Como? — pregunto sin entender como, ella gosaba de una buena salud.
El Mediamago soltó un suspiro mientras buscaba las palabras correctas, para poder explicar todo.
— La leucemia es genética, no hereditaria — dijo como encabezado de su explicación — La leucemia es un tipo de cáncer de la sangre que comienza en la médula ósea, el tejido blando que se encuentra en el centro de los huesos, donde se forman las células sanguíneas — dice mirando a la Joven Potter.
Maela se quedo en silencio por varios segundos.
—¿Por qué ahora aparecen los síntomas? — pregunto.
— Tu magia y la magia ancestral de tu familia — dijo — La magia te mantiene viva, y al mismo tiempo reduce los síntomas — el medimago, se acomodo en su asiento — Pero por los acontecimientos de la guerra dejó muchas marcas, muchas personas tienen descontrol con su magia, y mucho de eso es por el estrés pro-trasmatico — termina de decir.
El lugar se quedó en silencio, por varios minutos, la pelirroja procesaba todo y el hombre solo estaba en silencio respetando el dolor, la comocion de la joven.
— Me gustaría que tu fueras mi Mediamago en cargado de todo este asunto — Maela lo miro con seriedad.
— Sería un placer — dijo el también con seriedad —¿Que día te gustaría empezar con la quimioterapia? — le pregunto.
— Primero me gustaría comentárselo a mi familia — dijo ahora con llanas de llorar.
El hombre solo asintió respetando la decisión de la joven.
Esto es mucho para ella.
1222 palabras
Espero y les guste
Walker Rivera
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