La enfermera que los acompaño les dijo que tenían poco tiempo, no podían quedarse a menos que fueran mayores de dieciocho años, y el único mayor entre ellos era SeoJoon.

Entraron lento por el pasillo, tenían que ir a la sala de neonatología, después del laborioso parto, los doctores decidieron que era prudente colocar al pequeño Jeongin en una incubadora por un par de días.

Los niños observaron al cachorro con mucha curiosidad, su carita era ligeramente alargada, su nariz respingada y pequeña, los labios con forma de un mini corazón, sin dudas era un bebé precioso. Felix estaba orgulloso de su hermanito.

―Es muy lindo ―dijo emocionado.

―Así es, mi cuñadito es muy tierno ―murmuró Hyunjin ganándose una mirada celosa de SeoJoon.

El alfa mayor lo escaneo de arriba abajo, era la primera vez que Hyunjin admitía sus intenciones, o en su defecto era la primera vez que el Lee se daba cuenta.

―Primero crece y vuélvete digno de Lixxie ―murmuró ocupando el papel de tío celoso.

―No dije lo contrario, lo haré y me aprobara ―Lo desafío con un deje de diversión en la voz.

―Serás un anciano para cuando eso pasé ―bromeo el mayor.

Felix soltó una risita, observando a sus mayores actuar de esa forma. Seungmin por su parte estaba embobado con el recién nacido, siguiendo cada mínimo movimiento que hacía.

La visita fue agradable y corta, pronto tuvieron que irse de allí, no sin antes despedirse de la señora Lee.

|2 semanas después|

El tiempo transcurrió rápidamente, a la señora Lee ya le dieron el alta, pero tenía un tratamiento que continuar en casa. Felix se realizo varios controles, eso provocó que los médicos decidieran iniciar su tratamiento cuanto antes.

La visita se extendió más de lo esperado, Hyunjin y Felix aprovecharon el tiempo para realizar su lista de actividades. Fueron muchas cosas que hacer, almorzar hamburguesas, ir al parque a jugar, meterse al río tomados de la mano, hacer un mini campamento ―Que fue hecho en casa de Hwang ―, cocinar juntos un delicioso pastel de arroz, y la última.

Esa actividad era darse un regalo, algo con lo que pudieran recordarse mutuamente hasta volver a verse. No podía decirse o entregarse el regalo hasta el día en que las vacaciones terminaran y ese día había llegado más pronto de lo que ambos pudieron imaginar.

―¿Éstas listo? ―preguntó Hyunjin ahora que habían terminado de empacar.

Felix negó, sentía tristeza, ese tipo de sensación cuando no quieres dejar ir algo u alguien en este caso.

―Estoy triste ―murmuró en voz baja.

―Lo sé, yo también lo estoy, porque te voy a extrañar mucho ―Hyunjin hizo que el niñolo mirara. ―pero volveremos a vernos, cuando crezcas.

Sonrió, luego atrajo a Felix hacia sí mismo y lo envolvió en un abrazo. Ambos soltaron la fragancia de sus feromonas, olfateando el aire con ganas de recordar aquellos perfumes para la próxima vez.

―Vamos, no hagamos esperar a los demás, primero debemos ir a buscar los regalos―dice sonriendo para levantarse y tender su mano hacia él.

Felix asiente y toma su mano, los dos salen hacia la entrada de la casa, él lugar era un mar de emociones, despedidas y algunas lágrimas.

Pasaron directo a la casa del quinceañero, allí esperaba el regalo del mayor.

―Espérame un momento aquí ¿Si? Será rápido ―le hizo una seña y subió casi corriendo al cuarto.

El omega metió la mano en su bolsillo, allí tenía guardado su pequeño regalo. Hacía una semana, algunos miembros de la familia decidieron hacer manualidades fáciles y por supuesto ellos se unieron, haciendo unas bonitas pulseras.

Hyunjin volvió con una bolsa grande en sus manos, se agacho a su altura y extendió el presente.

―Como aún eres pequeño, quise buscar un regalo que puedes llevar contigo ahora y algo que puedas llevar cuando crezcas, ojalá te guste mucho ― pronunció sonriente.

El omega abrió la bolsa, encontrando en ella un peluche con forma de pollito, y una pulsera de las que habían hecho ese día, con un dije del mismo animal. Lee levantó el peluche, lo miró y miró a Hyunjin.

―¡Es como tú! ―sonrió en grande mostrando sus encías rosadas. ―¡Me encanta!

Extendió su mano ansioso, entregándole su regalo, Hyunjin lo tomó y le regalo una sonrisa. El mismo se trataba de una pulsera con el dije de un gato negro.

―¿Un gatito? ―El menor asintió orgulloso. ―Me gusta mucho, es tan tierno como tú.

En ese instante se colocaron las pulseras, el lobo de Hyunjin estaba triste, agachado la cabeza y las orejas, en tanto, el gato de Felix se hizo un ovillo, escondiéndose de todo.

Tras darse los presentes, ambos salieron de la casa, listos para la última despedida.

La familia Lee se despidió unos de otros, sucesivamente también de Hyunjin y de la abuela. Así cada quien subió al auto correspondiente, verificaron equipajes y saludaron moviendo sus manos. Se iban en caravana, los de adelante salieron primero, Felix y sus padres iban al final.

El omega se arrodillo en el asiento trasero, para tener más acceso a la ventana del coche, Hyunjin se colocó casi en medio de la calle, moviendo su mano de un lado al otro. La despedida parecía interminable, el auto se alejaba a paso lento y con él se iba la felicidad del alfa. Pues el niño que estaba allí era su felicidad, quien en tan solo dos meses se convirtió en su mejor amigo, su consentido, y su futuro. Porque Felix era su destino, un regalo de la Diosa Luna que protegería con su propia vida.

Una vez que el auto se alejó lo suficiente como para ya no verse más, Felix abrazó su peluche, notando que este tenía el aroma del alfa impregnado en él. Hyunjin en cambio observó su pulsera con una sonrisa nostalgia.

El niño y el adolescente compartían el mismo deseo en un último susurró.

"Volveré y serás mi alfa"

"Te esperaré y serás mi omega"

Aun eran muy jóvenes para imaginarse las tantas sorpresas que el destino tenía preparadas para su reencuentro.

FIN

Me tardare un poco en subir el epilógo, sera publicado el 14 de octubre y con el traera una sorpresita

©missin_kitten_

Gracias por leer.