Ser suficiente
ᴹˢ. ᴿᵒᵇᵉʳᵗˢ                                                 ♥︎
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SETH

La escuela de la reserva no era muy grande. Como era poca gente, no había muchos grupos, o edificios. Solo eran salones esparcidos por una extensa área. 

Entonces, si era realmente pequeña la escuela ¿por qué nunca había hablado con Nova Roberts? Porque, para empezar, tendría que aprender a hablar con ella sin trabarme o quedarme en blanco.

Ahora, como de costumbre ayudaba a la maestra llevando sus libros al salón. Pero una vez que llegué, mi mirada se la robó la chica de mis sueños, dibujando, como siempre.

Llevaba su usual blusa y pantalones anchos, todo perfectamente planchado y se veía de buena calidad. Su radiante cabello recogido en dos trenzas largas, era algo común ya que la mayoría de las niñas lo llevaba así, pero era hipnótico ver como parecían brillar cuando se movían.

Aún con su brazo izquierdo enyesado por el accidente, no le quitaba esa apariencia elegante que siempre lucía. No era una chica común con ojos bonitos y una encantadora sonrisa, era algo más allá de eso, todo su ser la convertía en una deidad fuera de mi realidad en Forks.

En ocho años, nunca había podido notar un solo defecto que afectara mi percepción. Para mí, era la encarnación de la perfección.

Estaba tan perdido en su bonito rostro que me desconcerté cuando vi como Theo, mi mejor amigo y futuro némesis, escribía "Nova Woods" en diferentes tamaños por todo su cuaderno.

—¿En serio crees que se quiera poner tu apellido?

—¿Y por qué no? Va a ser el apellido de nuestros hijos.

A lo que River, mi otra mejor amiga, rodó los ojos. Siempre nos decía que solo teníamos cabeza para videojuegos, comida y Nova Roberts.

—Mira, Theo. Es obvio que Nova Clearwater suena muchísimo mejor, pero ella es la que decide cómo llamarse y a su hija.

—¿Ya se pusieron de acuerdo para que sea niña? —preguntó sarcástica la pelirroja.

—Una vez oí que quería una niña y que le iba a poner Angelique.

—Angelique Woods.

—Hermano, Clearwater combina con todo. Por ejemplo, River, River Clearwater. Queda bien, ¿no?

Su rostro rápidamente se sonrojó. Se había fastidiado.

—Suena asqueroso.

Theo, para molestarla, intentó besarla en la mejilla, pero rápidamente River lo empujó tan fuerte que lo mandó de espaldas al suelo.

—Asqueroso —murmuró sonriendo de lado.

Miré a Theo y no pude evitar una risilla al ver que este reía a carcajadas por su violenta reacción.

Tal vez parezca raro, pero siempre le divertía molestarla hasta hacerla usar la agresividad, algo que a ella también le divertía.

Una vez pudo disminuir sus risas, tiré de su mano hasta que se sentó en medio de nosotros.

—Piensa lo que quieras, pero apenas la mamá de mi chica la deje tener novio, Seth y yo estaremos listos y puestos en su puerta.

—Y según ustedes, ¿van a salir con ella al mismo tiempo? —dijo con obviedad.

—Claro que no, también planeamos eso. Cuando la dejen tener novio, Theo y yo vamos a tirar una moneda, el que gane va a salir con ella primero, por dos meses. Luego tienen que romper y el otro va a salir con ella otros dos meses. Y al final, ella decidirá con quién se queda.

Sonreí de lado cuando River se quedó con la boca abierta.

—... Creo... creo que es la estupidez más grande que he oído en mi vida. ¡¿Cómo que una moneda?!

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La tan mencionada chica, que llevaba los audífonos puestos, se tensó cuando escuchó gritos atrás suyo. Eran otra vez River y Theo discutiendo por querer copiarse la tarea, se habían sentado hasta atrás pero aun así podía escucharlos con todo y música.

"¿Y Seth?", pensó cuando no lo vio entrar.

Desde ese vergonzoso incidente de hace años había decidido dejar de pensar en él. Pero anoche, cuando apareció como un héroe al encontrarlas en el bosque, empezó a verlo en sus sueños como una especie de Superman, que llegaba a salvarla, llevándola en sus brazos por toda la reserva. Algo cómico, ya que su amable sonrisa y dulces rasgos de púber, contrastaban enormemente con el cuerpo de dos metros lleno músculos y testosterona.

Justo al momento, había entrado la señorita Bae con el chico sonriente a un lado, cargando sus libros. Los puso cuidadosamente sobre el escritorio y se fue a su asiento no sin antes apenarse por algo que le había dicho la maestra.

"Ay, que tierno".

Como siempre, sintió como se le quedaba viendo y ella fingía concentrarse en lo que hacía.

Era más fácil con Lucy, ya que con su ayuda fingían hablar de cualquier otra cosa mientras que ella miraba de reojo la expresión del chico, pero hoy había faltado por la operación de su cadera. Que más tarde, con Carina y Lila, irían a verla.

Y mientras la clase empezaba, la pequeña Roberts no se dio cuenta en qué momento su dibujo se estaba formando en el SuperSeth que había soñado.

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Cuando acabaron las clases, la maestra Bae les había dicho a Seth y Theo que se quedaran, pero ellos ya sabían de qué se trataba.

Como no eran los más responsables de su clase, se estaban quedando muy atrás en varios temas que la señorita Bae consideraba vitales para pasar el año. Y ahora, necesitaban asesoría.

—Ya avisé al grupo de estudio y para su suerte tienen quien los ayude —dijo revisando algo en su libreta—. A ver... puedo pedírselo a... ¿Carina Lahote, Lila Newton o Nova Roberts?

—¡Nova!

Carina era conocida por su agresividad cuando perdía la paciencia.

Y todo esto nos remontaba ahora, con Seth totalmente nervioso en la sala de estudio esperando a que la tan mencionada llegara.

Le había ganado la moneda a Theo y le había tocado primero la clase con Nova, pero casi salía corriendo cuando vio a la chica cruzando la puerta. Ahora se encontraba solo con ella.

Se levantó de inmediato para saludarla o decir cualquier cosa por cortesía. Pero se quedó en blanco cuando quedó frente suyo.

Literalmente parecía un estatua y por más que lo intentó, hizo un poco incómodo el ambiente. O al menos hasta que la chica ladeó la cabeza con la sonrisa más hermosa que haya visto y le ofreció una cajita de regalo de su espalda.

—Lamento no haberlo dicho antes, pero me has gustado por años y ya no puedo ocultarlo más.

Ilusionó Seth, por lo que se quedó conmovido antes de responderle.

—¿Eh? —preguntó en un hilo de voz.

—Que lamento no haberlo dicho antes, pero gracias por encontrarnos esa noche.

Seth, más calmado, sonrió levemente, lo que hizo que Nova lo considerara aún más tierno.

Le ofreció la caja que llevaba con un bonito listón azul y él la recibió confundido.

—Ábrela.

El chico le agradeció con una sonrisa y la abrió con sumo cuidado al ser de parte de Nova.

—Como no sabía cuáles eran los que te gustaban, puse varios por si acaso —aclaró al ver su expresión de asombro al ver la gran cantidad de chocolates y gomitas en la caja— ¿Te gustan?

—¡Claro! Digo sí, sí me gustan muchísimo.

Los dos con una sonrisa apenada se sentaron uno a lado del otro y abrieron sus cuadernos para empezar la lección, solo que al momento de hacerlo, a Nova le llamó la atención la foto sujetada en un clip de la pasta.

—Awww, ¿es tu mamá y hermana? Qué bonitas —señaló enternecida.

Se le hacía tierno que tuviera una foto de ellas. En cambio, Seth se apenó un poco al pensar que no era esa la razón porque que tuviera la foto.

—¡Mira! Salgo atrás de ustedes.

—Ah, ¿sí? Que coincidencia —se excusó.  

La chica tomó el cuaderno para verlo más cerca. Pero justo cuando Seth se había volteado para tomar su lapicera, la chica pasó a las últimas páginas de esta, así notando las últimas cuatro hojas llenas de la misma oración en diferentes tamaños y colores:

<<Nova Clearwater>>.