07. | 𝗖𝗼𝗺𝗽𝗮𝘀𝘀
𝘾𝙤𝙢𝙥𝙖𝙨𝙨 — 𝙏𝙝𝙚 𝙣𝙚𝙞𝙜𝙝𝙗𝙤𝙪𝙧𝙝𝙤𝙤𝙙
“ ʸᵒᵘ'ʳᵉ ᵐʸ ᵒⁿˡʸ ᶜᵒᵐᵖᵃˢˢ
ⁱ ᵐⁱᵍʰᵗ ᵍᵉᵗ ˡᵒˢᵗ ʷⁱᵗʰᵒᵘᵗ ʸᵒᵘ ”
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𝕲yeong-su no era miedoso, ni nada por estilo. No se veía a sí mismo como un gran valiente, pero tampoco podía considerarse un cobarde. Sin embargo, cuando su amigo se colocó a su lado en la puerta con aquella idea, no se molestó en mostrar su miedo y desacuerdo con esta misma. Le daba igual que le juzgaran por cobarde, era mejor vivir con miedo, a directamente no vivir, o al menos él lo veía así.
—Ábrela un poco para que quepa la manguera. —Le indicó Cheong-san.
El más bajo exhaló fuertemente, cerrando sus ojos y queriendo creer que lo que su mejor amigo planteaba no era que una estúpida broma.
—¿No es mejor esperar a los rescatistas? —Preguntó, luciendo exasperado.
Alexis, lejos de ellos dos, pero teniendo la oportunidad de oír todo, intervino.
—¿En qué serie o película de zombies viste que esperar a los rescatistas funcionase? —Cuestionó. Estaba parada sobre la mesa debajo de las ventanas, con Dae-su a sus espaldas vigilándola.
Dae-su, oyente de las conversación entre sus compañeros y mejor amiga, lucía una actitud un tanto extraña en él. Estaba peligrosamente callado, mirando atentamente a Alexis y destilando a través de sus ojos lo que Woo-jin distinguía como inconformidad. No le gustaba demasiado la idea de Cheong-san, así como no le gustaba esa cercanía entre los zombies y la chica que tanto quería.
Gyeong-su, ante la pregunta de su compañera, se rascó la nuca. Ningún show. En ningún show sobrevivieron esperando el rescate, pero aquí era diferente, ya no se trataba de un film, ahora se hablaba de la realidad. Quiso utilizar ese argumento, pero Cheong-san habló antes que él.
—Moriremos todos. —Estuvo de acuerdo con Alexis.
—Esto nos matará más rápido... —Gyeong-su siguió en su intento de que desistieran.
—¿Esperar es lo mejor que podemos hacer? —Le preguntó Cheong-san.
Alexis se tomó la molestia de responder por Gyeong-su.
—No —Respondió, claro y rotundo —. Tengo cosas que hacer, cosas importantes, y honestamente no me quiero quedar esperando. —Pensó en Dae-su y en la promesa mental que se hizo de sacarlo de allí.
No le importaba si salían juntos, como novios, como amigos, como enemigos. Es más, le daba igual si sólo salía él. La meta era sacarlo de la escuela y salvarlo. Sabía perfectamente que esperando no lograría nada.
Hubo un pequeño silencio en el aula. Alexis podía sentir la duda en Gyeong-su, así como podía sentir la mirada de Dae-su clavada en su espalda. Sabía que él no pensaba igual que ella y que probablemente la estaría viendo como una idiota por querer realizar un plan tan peligroso, pero no le importa. No lo necesitaba feliz, lo necesitaba vivo.
Gyeong-su, alentado por su mejor amigo y compañera, asintió. Se dio ánimos, tomó aire y finalmente habló.
—A la mierda. Es hora de dar lo mejor de mí.
Tanto Cheong-san como Alexis se miraron, listos cada uno con su tarea. Ella sabía que su deber no era nada comparado con el de Cheong-san, pero eso no borraba los crecientes nervios en su estómago. El muchacho se agachó, dejando que su amigo comenzase a abrir la puerta y Alexis le diera paso al ruido.
Nuestra protagonista tenía en sus manos una vara metálica que en tiempos anteriores usó para sus clases en el laboratorio. En cuanto Gyeong-su abrió la puerta, ella golpeó el marco de las ventanas, llamando la atención de los zombies y dándole campo libre a Cheong-san para que buscase la manguera.
—Lamento lo que les ocurrió, muchachos. —Dijo ella cuando tuvo de frente aquel mar de zombies. Reconoció varias caras, siendo muchas de estas compañeros de ella.
Sintió genuina lástima. Se imaginó una situación donde ella estuviese del otro lado, hambrienta, desesperada y confundida. Peor aún, se planteó un escenario donde alguno de sus seres queridos estuviese ahí. Dae-su y Woo-jin estaban con ella, vivos, pero de su mamá no sabía absolutamente nada y eso desde hace un rato, cuando recién se acordó de ella, le comía el cerebro. En su mente, Cheong-san alcanzaría la manguera, bajarían por la ventana hasta donde pudiesen, y de ahí huirian de la escuela. Los demás irían a donde tuviesen que ir, mientras ella se marcharía en busca de su mamá y los padres de Dae-su y Woo-jin.
Manos en la cintura de Alexis captaron su atención, sacándola de sus pensamientos relacionados con mamá y devolviéndole a donde esta no estaba y ella tenía una labor. Volteó y se encontró a Dae-su.
—Tambaleaste por un segundo. —Dijo él. No era cierto, pero ella no se daría cuenta.
Alexis le sonrió. Sólo le sonreía a él.
—Gracias. —Siguió con el deber de llamar la atención de los zombies.
La puerta se cerró y Cheong-san apareció. La esperanza llegó.
—¿La tienes? —Preguntó Gyeong-su, abandonando su lugar en la puerta.
Alexis dejó de hacer ruido, mirando directo hacia dónde Cheong-san estaba. Lo vio meterse en el closet que funcionaba como lugar de almacenamiento para las cosas del laboratorio. Ahí supo que no tenía la manguera.
—¿A dónde vas? —Se oyó de nuevo la voz de Gyeong-su, esta vez en un tono confundido.
Cheong-san duró unos segundos metido allí dentro, saliendo con un brazo de plástico en sus manos. Con los ojos y esperanzas de todos encima de él, volvió a su misión. Hizo un pequeño asentamiento para hacerle saber a Alexis que ella también debía continuar.
Alexis, con las manos de Dae-su en su cintura y su corazón comenzando a latir un poco más rápido de lo normal, hizo ruido una vez más. Fuertes golpes del metal contra los marcos de madera y ya tenía, de nuevo, zombies queriendo llegar a esta ella. Estando en aquella posición donde les veía abajo de sí misma, se sintió como si estuviese en un gran balcón. La misma paranoia de caer y morir. Gracias al cielo tenía aquellas fuertes manos asegurándole que nada le ocurriría y ella se quedaría allí, a salvo.
Tras minutos de eterna espera, Cheong-san consiguió la manguera. El sonido de la boquilla metálica golpeando el piso les hizo saber a todos que el muchacho lo logró.
Alexis soltó la vara de metal y bajó de la mesa con ayuda de Dae-su.
—¿Todo bien? —Le preguntó él, dejando de sostener su cintura para ahora sujetar sus manos.
Ella, con los pies finalmente en un suelo firme, asintió.
—Sí, sí. Un tanto asqueada de ver tanta sangre y baba junta, pero bien. —Dijo, quitándose algo de sudor frío de la frente.
Dae-su le sonrió. Pasó uno de sus dedos por un mechón rebelde en la cara de Alexis, removiéndolo y despejando aquel rostro que a sus ojos era tan hermoso.
Lejos de ellos, Cheong-san pidió ayuda para hacer nudos. Ji-min y Gyeong-su fueron con él, ayudando bajo las indicaciones de Joon-young. Los demás, como Nam-ra, Woo-jin y los mismos Alexis y Dae-su siguieron sosteniendo la barricada. Gracias al ruido hecho por la extranjera los zombies se pusieron más inquietos que nunca.
Alexis vio a trabajar a sus amigos. Su espalda pegada a una silla y su mano rozando la de Dae-su. Se imaginó bajando por la ventana.
—Siempre quise saber cómo se sentía spiderman al escalar los edificios —Le comentó al chico a su lado sin dejar de mirar la manguera —. No estoy segura de querer saberlo ahora. —Bromeó, dejando salir una risa nerviosa y desviando su vista hacia Dae-su.
Él contempló los iris marrones que más de una vez le robaron el sueño. Había miedo en ellos. No sabía exactamente a qué temía Alexis, si al hecho de que bajarían por la ventana sin ninguno tipo de seguridad a una gran altura, o a los fuertes golpes que los zombies propiciaban. En cualquier de los dos casos, el miedo era compartido. Le regaló una sonrisa igual de nerviosa, así como ofrecerle su mano.
Ambas manos se entrelazaron. Alexis apretaba fuertemente y Dae-su simplemente le sostenía.
—Me gustaría tener telarañas. —Confesó el en broma, haciéndola reír.
Una conversación incoherente, en un momento muy inoportuno, pero que aliviaba un poco el miedo de ambos.
—Cuando salgamos de aquí —comenzó Alexis, dirigiendo toda su atención al muchacho a su lado —debemos hacer un maratón de spiderman. —Planteó, recordando aquella vez que él, Woo-jin y ella vieron todas las películas de Spiderman en un mismo día.
Ese día era de los mejores recuerdos que tenía. Todo empezó como un sábado para ver películas y terminó con ellos ebrios jugando verdad o reto en la madrugada.
—¿Cómo la última vez? —Cuestionó él, recibiendo una afirmación por parte de Alexis —¿No será esa una excusa para emborracharte otra vez? —Jugó con ella. Él recordaba ese día.
Alexis se rio. Era una mezcla de nervios y ansiedad refugiada en un poco de diversión.
—Tal vez sí, pero también es porque quiero ver de nuevo al Doctor Octopus. —Continuó su juego.
Dae-su rodó los ojos. Por un momento olvidó que criaturas caníbales luchaban por entrar a su salón.
—Tú y tu tonto enamoramiento por ese señor. —Bufó. Un particular golpe contra la barricada le trajo de vuelta a la realidad, donde sus celos hacia un personaje inexistente eran irrelevantes y su vida estaba en riesgo.
Alexis también sintió aquel golpe, perdiendo el hilo de la conversación y con su espalda sufriendo cada vez más. Definitivamente necesitaría ir al hospital en cuanto saliesen de ahí, aunque tenía el presentimiento de que nunca lograría llegar a uno.
La voz de Cheong-san se robó la atención de la pareja y de casi todos en el salón.
—Vamos. —Dijo el chico. Manguera en mano y esa actitud de liderazgo que irritaba un poco a Alexis.
Cheong-san, Gyeong-su, Ji-min y Woo-jin fueron hacia la ventana. Un aire de esperanza mezclado con incertidumbre les recibió. Tiraron la cuerda al vacío y pusieron una silla para poder subir hasta el marco.
—Bajaré a ver. Vengan cuando les diga. —Habló de nuevo Cheong-san, esta vez acompañado con gritos de fondo.
Alexis se preguntó qué tan feas estarían las cosas allá abajo. Sus ojos siguieron al valiente chico, pensando que este no era tan valiente cuando le vio dudar si bajar o no. Después comprendió que no era cobardía ni mucho menos, sino amor. Vio la mirada de Cheong-san ir directo hacia On-jo. Pudo verse a sí misma reflejada en él. Ella también dudaría en bajar si eso significaba dejar a Dae-su solo.
—¿Qué haces? —Le preguntó Gyeong-su a Cheong-san, extrañado al igual que los demás de que él no bajase.
—¿Se acobardó ahora? —susurró Dae-su, más para sí mismo que para los demás.
Alexis siguió pendiente a la situación.
—¿Qué haces? —Volvió a preguntar Gyeong-su —Baja. —Le pidió, con las ganas de vivir hablando por él.
Cheong-san se tomó sus buenos segundos para responder.
—Gyeong-su, ve tú primero. —Ofreció. O bueno, más que ofrecer, ordenó.
El mencionado dio un paso hacia atrás. Sus ganas de vivir era grandes, por supuesto, pero no quería ser el encargado de ver qué había abajo. Sólo quería vivir.
—¿Por qué? —Se le oyó alarmado —¿Viste algo?
Una pequeña disputa comenzó entre los dos amigos. Gyeong-su se veía asustado de bajar, y era absolutamente entendible, ninguno quería ser el primero en ir. El chico no dejaba de preguntarle a Cheong-san si había visto algo o el porqué debía ir él. Cheong-san apenas le respondía, desviando su atención a la triste chica que tanto quería.
Alexis intervino cuando vio que el miedo de Gyeong-su iba en aumento. Se estaban tardando demasiado y los zombies se ponían cada vez más violentos.
—¿Puede por favor alguno de ustedes bajar primero? Si nadie lo hará, díganmelo y así voy yo. —Habló cansada. Los golpes contra la barricada crecían y crecían y su espalda debía aguantarlos.
Eso sin contar el malestar que le producía ver a Dae-su sosteniendo aquello que los separaba de los zombies.
Woo-jin golpeó levemente el pecho de Gyeong-su en un gesto de reproche.
—¿Vas a dejar que una chica lo haga? Muévete, muévete. —Le alentó, dándole palmaditas y haciendo que este subiese al marco de la ventana.
Lo que para muchos ahí fue caballerosidad, para Alexis fue totalmente estúpido. Sus ceño se frunció, así como sus grandes ojos se cerraron parcialmente, dejando una delgada línea para que pudiese ver.
—¿Qué acabó de decir este imbécil? —Cuestionó en tono de medio, atrayendo la atención de algunos. Woo-jin entre esos.
Se maldijo a sí mismo por no cuidar sus palabras frente a Alexis.
Dae-su vio las intenciones de su amiga para acercarse a Woo-jin. Conociendo a su amiga, apretó la mano de ella y le tomó de la camisa con su otra mano libre.
—Tranquila, leona. —Le llamó, sabiendo perfectamente que esa "caballerosidad" sólo era un insulto para ella.
Aun ofendida, ella señaló a Woo-jin.
—¡Salvé su trasero de los zombies y aún así me ve como inferior! —Se quejó.
Dae-su asintió, dándole la razón, casi diciendo "Sí, sí. Woo-jin muy malo".
—Alexis, eso no me mal interpretes... —Quiso excusarse el emisor del comentario, siendo detenido por Cheong-san.
—No hay tiempo para peleas ahora —Regañó con la mirada tanto a Woo-jin como a Alexis —. Gyeong-su —vio de nuevo a su mejor amigo —, baja.
El chico en el marco de la ventana suspiró pesadamente. Pareció que se habían olvidado de él y que la misma Alexis iría, pero no. Soltó algunas maldiciones e hizo más preguntas, acomodándose de a poco para bajar.
—¿Piedra, papel o tijera? —Hizo su último intento de no tener que ser el primero en bajar.
Woo-jin siguió con las palmaditas en la espalda y los ánimos.
Finalmente Gyeong-su comenzó a bajar.
Dae-su observaba todo con Alexis en su brazos. No tenía necesidad de hacerlo, sabía que ese llamado de atención por parte de Cheong-san la haría quedarse donde estaba, pero aún así, por doble seguridad, la sostenía. Además, no negaría que le gustaba abrazarla de esa forma.
—Idiota. —Murmuró Alexis mirando a Woo-jin.
Ella encontraba de muy mal gusto que justo después de haberle salvado y mostrado que no era ninguna tonta en cuanto a zombies se trataba, él dijese esa tontería. Las chicas allí no eran ningunas damiselas en peligro que necesitasen héroes como Cheong-san o Su-hyeok. Alexis veía injusto como Gyeong-su debía bajar a por las malas solamente por ser un chico.
—Alexis —Dae-su habló a sus espaldas, cerca de su oído —, hay cosas más importantes ahora. Prometo golpear a Woo-jin yo mismo cuando ya estemos seguros todos.
La chica se percató de la cercanía entre ella y Dae-su. Los brazos alrededor de su cuerpo, el pecho de él pegado a su espalda y esa voz hablando tan cerca de su oído. Oh, olvidarse de Woo-jin fue fácil. De nuevo, sus latidos fueron en repunte.
Alexis quería a Dae-su en una forma que tal vez nadie pudiese comprender. Ella respondía sólo a él. Sus latidos se aceleraban sólo por él. Todo en ella era para él.
—Lo golpearé yo misma. —Fue lo que dijo, soltándose del agarre y yendo a sostener la barricada.
Dae-su le sonrió levemente, regresando también a lo mismo que Alexis.
Minutos transcurrieron, todos pendientes de la bajada de Gyeong-su y la señal de este para que por fin abandonaran el condenado salón. En algún punto de la espera, Na-yeon se alteró y fue a pedir que la dejasen bajar a ella, probablemente alterada por el ruido que hacían los zombies. Alexis no quiso prestarle atención, la voz de Na-yeon le empeoraba el dolor de cabeza y siendo honesta, no había voz más allá de la de Dae-su que pudiese o quisiese aguantar.
Luego de mucha tensión, Cheong-san llamó la atención de todos una vez más.
—¡La señorita Park está en el segundo piso! —Anunció, devolviendo su cabeza a la ventana tan pronto como terminó de hablar.
Los ojos de Dae-su se iluminaron.
—¿En la sala de transmisión? ¿La señorita Park? —Interrogó sin obtener respuesta. Una nueva esperanza se sembró en él.
Alexis sabía que la señorita Park era la maestra favorita de Dae-su, entrando en ese grupo selecto que lo trataba con el mínimo de decencia humana básica. También era su maestra favorita, una de las pocas que le hacía cumplidos y halagos gracias a ser buena en su materia. Se alegró de saber que estaba viva. Se alegró por ella y por Dae-su, porque todo aquello que hiciese feliz a su chico, la hacía feliz a ella.
Cheong-san no tardó en dar la señal afirmativa para que Na-yeon fuese la siguiente. En cuanto ella comenzó su descenso, un nuevo debate se abrió paso.
—¿Quién es el siguiente? —Preguntó Woo-jin, sosteniendo la manguera e intercalando en mirar a su compañera de suéter rosa y a sus amigos en el salón.
—Dae-su. —Dijo Alexis sin dudarlo.
Ojos sobre ella. Dae-su de nuevo con inconformidad en los ojos. Alexis cometió el error de mirar al chico a su lado.
—Está bien, ven aquí, gordo. —Llamó Woo-jin a Dae-su, ignorando las chispas que volaban entre la pelea de miradas de Dae-su y Alexis.
Dae-su negó.
—No, Alexis irá primero.
Alexis chistó. Todo sería más fácil si Dae-su no fuese tan terco.
O si ella no lo fuese.
—Dae-su... —Soltó ella en un suspiro, abriendo la discusión.
Dae-su soltó la barricada para ir frente a ella. Segundos de mares marrones perdiendose en ríos negros. Tomó la muñeca de Alexis y sin preguntar o consultar, la llevó consigo hasta la ventana.
—Baja. —Le pidió una vez los dos estuvieron allí.
Alexis, en contra de todos sus principios y deseos, se soltó del agarre de Dae-su. Sus ojos siguieron la gran figura de su amigo, sintiéndose pequeña.
—No. Tú baja primero, anda. —Siguió intentando que él bajase.
Woo-jin, inoportuno como siempre, intervino.
—Oigan, necesitamos hacer esto rápido... —Se detuvo en cuanto los ojos de Dae-su, no muy contentos, le miraron.
Cuando su amigo se calló, Dae-su retomó la palabra.
—No voy a bajar primero que tú, quiero que lo hagas. —Insistió señalando la ventana.
Woo-jin se asustó cuando vio aquel gesto de Alexis con los labios. Percibió una discusión avecinarse entre Dae-su y su amiga y eso no era bueno.
—¡Deja de ser tan terco! —Le riñó la muchacha, con aspecto cansado y una actitud que revelaba no quería continuar debatiendo el tema —Quiero que tú bajes primero.
Dae-su le respondió casi enseguida. Él también estaba cansado, pero contrario a Alexis, no parecía querer abandonar la conversación. Tenía una curiosidad gigante, así como muchos sentimientos que amenazaban con explotar en cualquier momento.
—¿Pero por qué? —Preguntó, alzando la voz —¿Por qué tienes que tener ese complejo de heroína? —Volvió a preguntar, tomando aire —¡Simplemente baja! —terminó en un tono alto.
La situación iba en subida, tal y como cuando una canción está avanzando para llegar al clímax. Se podía sentir la tensión y los sentimientos que emanaban aquella dupla de amigos.
—¡No es ningún complejo de heroína! ¡Simplemente quiero que bajes tu primero! —fue la respuesta de Alexis, agitando sus manos y haciendo notar cada vez más su exasperación.
Dae-su detestaba la manera en que ella le respondía, como si fuese todo muy obvio. No era obvio, él no podía entender la necesidad de Alexis de ponerse primero.
—¡¿Por qué?! —Gritó esta vez, ya harto.
El aire se contuvo por una milésima de segundo.
—¡Porque quiero que estés a salvo, idiota! —Terminó por decir Alexis, igual de alto que Dae-su y con una expresión que variaba en el enfado y el cansancio.
Un pequeño silencio se instaló por cortos segundos. Sólo se pudo oír el tragar de Woo-jin y la respiración acelerada de Alexis. La pobre tenía un taladro en su cabeza.
Dae-su se le quedó mirando un momento a su amiga, entre conmocionado por las intenciones de esta misma y herido por la manera en que le llamó. Alexis notó eso último, suspirando y llevando una mano a su propia frente en busca de retomar la compostura y calmar un poco el dolor.
—Lo siento, nene, no debí decirte idiota —Empezó a disculparse, acercándose más a él —. De verdad lo siento, tampoco debí gritar.
Él vio como ella se sostenía la cabeza. Llevó sus manos a los brazos de Alexis, sosteniéndolos en confort. Se dio cuenta que no le miraba, así que desocupando una mano, le subió la cara para que lo observase.
—No pasa nada, no te preocupes. Yo también lo siento por gritar —Dijo, ofreciéndole contacto físico en forma de disculpa —. ¿De verdad no puedes bajar primero? Así como tú quieres que yo esté a salvo, yo quiero que tú también lo estés. —Su cara lucía un poco afligida.
Alexis asintió.
—¿Sabes cómo voy a estar bien? —Le interrogó —Viéndote bajar e ir con la maestra Park.
La cabeza de Dae-su cayó rendida. Nunca dejó de sostener a Alexis. Odiaba como esos ojos marrones podían hacerle realizar cualquier cosa, odiaba la debilidad que tenía ante Alexis. No podía decirle que no, no cuando ella lo veía de esa forma y le hablaba así. Intentó ser fuerte en un principio, ser él el caballero y que ella estuviese a salvo, pero no le resultó. Además, comprender sus razones le hizo sentir como un idiota mal agradecido.
No supo porqué, per tuvo la necesidad de abrazar a Alexis. Se permitió solamente 5 segundos. 5 segundos de respirar su aroma y sentir su calor. Una parte de él se sentía muy mal de haberle gritado y reclamado.
—Te estaré esperando —le dijo al separarse, aun sosteniéndole —. Baja después de mí, ¿Quieres?
Alexis sonrió levemente, asintiendo con su cabeza en manera de afirmación.
Dae-su, bajo las frías palabras de Cheong-san apurandole, comenzó su descenso. Alexis mirando y asegurándose de que todo fuese bien.
Woo-jin, expectador de todo lo ocurrido, simplemente suspiró. Ya Dae-su estaba medianamente lejos cuando se atrevió a hablar.
—Eso fue intenso. —Susurró, sin querer que Alexis lo escuchase.
Sin embargo, Alexis lo oyó.
—Cállate. —Le ordenó al chico. Se encontraba apoyada en la ventana, vigilando cada movimiento de Dae-su y asegurándose de que este bajase bien.
Woo-jin chistó. Al parecer Alexis no se había olvidado de él y aquel comentario que la hizo molestar.
Los 4 chicos en la ventana vieron el descenso de Dae-su, cada uno muy atento, aunque claramente algunos más que otros. Alexis se alivió cuando vio al muchacho entrar por la ventana de la sala de transmisiones, aumentando el alivio cuando él sacó su cabeza por la ventana y le gritó bajara.
Si Dae-su estaba bien, Alexis también.
Woo-jin carraspeó para llamar la atención de su amiga.
—Bueno, es tu turno. —Dijo, entre incómodo y extrañamente amable.
Alexis tragó fuertemente. Subió al marco de la ventana con ayuda de la silla y se acomodó para empezar a bajar. Un grito llamó su atención.
—¡Ten cuidado!
Fue Dae-su. Quiso sonreír, pero al mirar abajo lo único que pudo hacer fue retener las náuseas que le azotaron. Ella no creía en ningún Dios en particular, pero rezó con el alma puesta en ello para no caer. Comenzó su descenso.
Si spiderman podía, ella también, ¿no?
«Tú no tienes poderes» Le dijo su cerebro.
Bueno, el doctor octopus podía y él no tenía poderes. Si él lo logró, ella también podría, ¿cierto?
«Tampoco tienes brazos mecánicos» Dijo de nuevo la voz en su cabeza.
Intentó tragarse toda esa negatividad, pensando únicamente en llegar a bajo y reunirse con Dae-su. Se dio ánimos, «Cuando llegues le darás un gran abrazo, quizá hasta te confieses» pensó.
Pie en nudo, mano sosteniendo. Ese era el patrón que seguía. Resultó que sostenerse era bastante difícil, y encajar los pies en el nudo era una tarea que tomaba más tiempo del que imaginaba. El dolor de cabeza hacía todo mucho más difícil. Junto al temblor inevitable, complicaba horriblemente las cosas. No era sencillo bajar cuando las piernas le temblaban como gelatina y un taladro daba contra su cabeza.
—¡Sigue así, Alexis! —Le animó Dae-su, nervioso. Él también tembló al bajar, pero le parecía que lo de Alexis rayaba en lo anormal.
Alexis oyó los intentos de ánimo de Dae-su y los recibió agradecida. Su mente era su mayor aliada en ese momento, así que cualquier estímulo que pudiese darle sería tomado felizmente.
Se topó con unos zombies que le sacaron un pequeño -gran- susto, aunque aquel susto no se comparó con el que experimentó una vez pasó la ventana con las criaturas caníbales. Alexis sintió un gran pánico invadirle cuando repentinamente le llegó el impulso de dormirse. Impulso de rendirse, de soltarse y cerrar los ojos para descansar. Por poco lo hace, faltó nada para que soltase la manguera y se dejara llevar por la inconsciencia. Simuló la sensación de despertarse del limbo del sueño ante la sensación de caída.
—Mierda. —Susurró para ella misma. Sus manos sudadas se aferraban con temor a la manguera.
Se apresuró a bajar, totalmente aterrada de que sucediese otra vez y ahí sí perdiese la conciencia. Gracias al cielo, después de batallar con el dolor y el cansancio, logró llegar a la ventana de la sala de transmisiones. Miró hacia arriba y por un segundo se vio a sí misma cayendo. El terror amenazó con apoderarse de ella, pero Dae-su la tomó en sus brazos antes de que eso sucediese.
Alexis no tenía idea de qué le pasó mientras bajaba, pero poca era su importancia cuando Dae-su la sostenía. Allí todas las preocupaciones dejaban de tener sentido.
—Nene... —Habló bajito, directo en el oído de su contrario —Creo que ya es el momento para que hablemos.
Holaaaaa :p ¿Extrañaron esta historia? ¿Si? Quiero pensar que sí, jahsksjs.
¿Cómo están? ¿Cómo les va? Yo espero que muy bien. Lamento el tiempo que pasé sin actualizar, estuve mal de salud y no pude escribir :/ Ya estoy de vuelta y con muchas ganas de continuar esta historia.
Díganme, ¿Les está gustando? ¿Qué les pareció el cap de hoy? Leer sus comentarios y opiniones es lo que más me gusta <333
Como se dieron cuenta, hay nueva portada, nuevo gif y nuevo banner nwn todo hecho por -CHL0RIN3 <$ Muchas gracias a ella, vayan a su perfil y vean sus gráficos que son muy cool uwu
En fin, no mucho para decir hoy, procedo a dejar memes :p
Alexis cuando sintió que se iba a desmayar:
Lo que Alexis vio cuando miró para arriba:
Los chicos:
Alexis a Woo-jin:
Armando es un mood GAKAHSKSBS
— 𝙸𝚜𝚛𝚘𝚓𝚒.
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