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Jackson miraba a lo lejos a Jinyoung, sentado en el mismo lugar que siempre tenía, haciendo la tarea que su profesora Solar le había mandado. El puesto a su lado estaba vacío, —donde normalmente iría él— y no había volteado ni una sola vez a mirarlo, ¿¡Acaso no sentía que él sí lo estaba viendo!? Porque Jackson en ese momento había visto más a su mejor amigo que su propia tarea.

—Jacky —llamó Chungha, quien se encontraba sentada al lado del niño que era su novio—. ¿Por qué Jinyoung está solito?

El niño abultó sus labios. —Porque solo yo soy su amigo en el salón...

La niña miró al otro niño que se concentraba en su tarea, y sintió una fea sensación en su pecho. A ella no le gustaba cuando los demás estaban solos, porque sabía lo triste que se sentía.

—No me gusta verlo así, Jacky. Deberías ir con él.

Jackson miró a Chungha e hizo una mueca al ver cómo los ojitos de su novia se llenaban de lágrimas. ¡Y a él no le gustaba ver a las personas llorar!

—N-no llores porque lloro —balbuceó.

—Entonces v-ve a hablar con tu amigo para que no esté solito.

El niño asintió y se levantó de su puesto, para caminar de manera vacilante hasta llegar a dónde se encontraba Jinyoung. Apretó sus manitos y se balanceó en sus pies, no sabiendo como hablar con su amigo. 

Cuando le había dicho a sus amigos que Chungha era su novia, y Jinyoung le había dicho que no podía, ¡Se había sentido tan enfadado! Pero ahora, dos días después, se sentía muy triste de no estar cerca de sus amigos.

¡Todos lo ignoraban! Bambam y Youngjae apenas y lo veían, Jaebum lo miraba triste y Mark ni siquiera le dirigía la mirada. Lo peor era su mejor amigo, ¡Lo extrañaba tanto! Sus historias y su compañía era una de sus cosas favoritas de estar en la guardaría.

Le había dicho a su mami que tenía novia, y ella solo se había reído y le había dicho que "solo era su amiguita", y pensó en Jinyoung, ¡Él también le había dicho que Chungha no era su novia! ¡Estaba tan arrepentido y extrañaba a su grupo de amigos súper dúper geniales!

—¿Puedes dejar de verme? Es incómodo y no me gusta —la seria voz de Jinyoung lo trajo de nuevo a la realidad, y se sintió aún peor al escucharla, ¡Volvía a ser igual de serio que al principio!

—¿Me puedo sentar contigo? —preguntó con timidez, jugando aún con sus deditos y mirando expectante al contrario.

Jinyoung paró lo que hacía y lo miró sin ninguna expresión. —Anda con tu novia.

—Pero yo quiero estar contigo... —murmuró quedito, sintiendo su labio temblar.

—Pues yo no quiero estar contigo, porque prometiste que estarías conmigo por siempre y luego me dejaste por tu novia —la frente de Jinyoung se arrugó y apretó sus puñitos—. Eres un mal amigo, Jackson. Ya no quiero ser tu mejor amigo.

El timbre que anunciaba la hora de comer se hizo escuchar, y Jin tomó sus cosas con rapidez, para salir del salón con apuro, no queriendo que Jackson mirara sus ojitos llenos de lágrimas por la traición del que consideró su mejor amigo.

Y le dolía, habían pasado dos días y le dolía, porque él siempre estuvo solo, y estaba bien con eso, pero Jackson lo acostumbró a su compañía, que al sentirse lejos de él sintió como si lo dejasen abandonado en un parque.

Solo; Jinyoung ya no le gustaba sentirse así.

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El envase rosa decorado con pequeños corazones y brillos estaba repleto de galletas, justo en medio de Jackson y de Chungha, pero sin nadie que tomara un dulce de ella.

La niña tenía sus ojitos tristes y miraba con angustia a su lindo novio, quien desde que habían salido al receso no hizo más que sentarse a su lado y mirar su regazo, hipando y sacudiendo sus hombros por los suaves sollozos que soltaba, y manchando sus manitos por las lágrimas que caían por sus mejillas.

—J-Jacky no me gusta verte así... —susurró Chungha con pesar—. Dime qué pasó, porfis.

—Jin-Jinyoung me dijo q-que ya no iba a ser más mi mejor amigo —sollozó, mirando a la niña—. Dijo que soy el p-peor amigo.

Chungha limpió las lágrimas de Jackson con cuidado. —Yo creo que eres el mejor amigo que alguien pueda tener, ¿Por qué Jinyoung diría eso?

—Es que, mhm, dice que lo dejé solo por estar contigo... —sorbió su nariz y abultó sus labios—. Yo le prometí que nunca lo dejaría solo, pero lo hice, c-creo que sí soy un mal amigo.

La niña miró con culpa a Jackson, y es que por ella es que el niño lindo estaba llorando en ese momento. A ella siempre le gustó Jackson desde la primera vez que lo vio, y siempre quiso hablar con él ya que siempre estaba riendo y se veía muy divertido, pero desde que estaban pasando sus recesos juntos, el niño bonito no había reído otra vez, y ahora lloraba porque extrañaba a su amigo.

Respiró hondo. —¿Lo extrañas mucho? —recibió un asentimiento por parte de Jackson—. ¿Mucho, mucho, mucho? —el niño volvió a asentir con más ahínco—. Entonces, ¿Qué haces aquí? ¡Deberías de ir con él y arreglar todo!

—¿Pero y tú? ¿No estarás sola tú si me voy?

—No importa, yo iré con mis amigas —Chungha sonrió con timidez—. Yo también las extraño.

Jackson pensó en sus palabras y sí, debía ir con sus amigos y recuperarlos. Se levantó del suelo y ayudó a levantar a Chungha. —¿Esto quiere decir que ya no somos novios?

—Sip, pero toma... —le tendió una galleta, la última que le daría—. Espero que Jinyoung y tú se arreglen y vuelvas a sonreír.

Jackson tomó la galleta y sonrió. —Eres la niña más linda que he visto y mi novia favorita. ¡Fue un placer ser tu novio y comer tus galletas!

Las mejillas de Chungha se sonrojaron y rió avergonzada. Se despidieron y emprendieron camino hasta sus antiguos grupos de amigos. Jackson caminó con rapidez hasta llegar a la puerta azul con decoraciones de nubes; el salón de Yugyeom.

Se abrió paso en el lugar, y miró a lo lejos a sus amigos, quienes jugaban entre ellos sin ser conscientes de su presencia. Respiró hondo y se acercó hasta ellos con paso decidido hasta postrarse al frente, ahora sí llamando su atención.

—Soy el peor amigo del mundo, y deberían de odiarme porque fui muy malo... —empezó su discurso con firmeza, pero de inmediato se arrepintió de sus palabras—. ¡No me odien, por favor! ¡Prometo ser mejor y nunca olvidarlos! Son mis mejores amigos y no puedo estar sin ustedes porque los extraño siempre. Perdóneme, porfis —juntó sus manitos a modo de súplica, y colocó sus mejores ojitos de perrito regañado que siempre funcionaba con su mami para comer helado.

Los cinco chicos se miraban entre ellos, sin saber qué hacer exactamente. Sin embargo, el bebé del grupo no entendía qué sucedía, solo sabía que había extrañado a ese niño que le decía lo lindo que era y que apretaba sus mejillas con cariño, así que gateó hasta él y se abrazó a una de sus piernas, sonriendo con alegría al verlo y enseñando esos dos dientecitos delanteros que tanta ternura causaban.

Jackson se agachó hasta la altura de Yugyeom y lo abrazó con fuerza, ¡Había extrañado como loco al bebé más lindo del mundo!

Youngjae sintió sus ojitos llenarse de lágrimas, y se levantó hasta su amigo con rapidez. —¡Jason, te trañé!

—¡Yo también trañé a Jack! —le siguió Bambam, quien corrió a abrazarlo con emoción—. No nos deje solitos ota vez, pofavo.

—Nunca, nunca, ¡Estaré pegado a ustedes como chicle! —respondió Jackson, dejando incontables besos en las tres cabecitas de los bebés.

Youngjae levantó su cabeza y miró a Jaebum curioso. —¿Poqué no viene a abazar a Jason? Venga, venga —le hizo señas con la manito y el mayor se acercó de manera vacilante.

Jackson al verlo, abrió sus bracitos y Jaebum se lanzó a él en un abrazo, ¡Había extrañado tanto a su amigo! ¡Nadie era tan bueno en los juegos de espía como lo era él! —Lo extrañé mucho, Agente Jacky Chan. Cambio.

—Yo lo extrañé mucho más, Agente JB. Cambio y fuera.

Jinyoung miraba la escena con recelo, queriendo salir de ahí, pero al mismo tiempo de que Jackson lo abrazara como lo estaba haciendo con sus amigos. Mark, por otro lado, se había quedado sentado en su lugar, mirando el peluche de Coco en vez de mirar a los demás.

Jackson se separó de sus amigos y se acercó hasta Jinyoung, quien se cruzó de brazos al verlo, más nunca esperó que Jackson se lanzara contra él y lo abrazara con fuerza. —Suéltame.

—No te voy a soltar porque eres mi mejor amigo y los mejores amigos no se separan de sus mejores amigos —dijo con rapidez—. Perdóname, Jinyoungie, prometo nunca más dejarte solo y estar a tu lado siempre, ¡Hasta que muera! Siempre voy a estar contigo y escucharé todas tus historias, y me corregirás cuando me equivoque y le presumiré a todos que mi mejor amigo es el niño más inteligente del mundo.

Jackson apretó sus ojos, esperando el empujón que de seguro le iba a dar Jinyoung, pero se sorprendió cuando sintió que le abrazó de igual modo.

—¿Siempre... vas a estar conmigo? ¿No estaré solo de nuevo? —murmuró con timidez.

—Nunca más solo, Jinyoungie, porque estaré siempre, siempre, siempre contigo.

Se separaron del abrazo y sonrieron al saber que volverían a ser los de antes.

Jackson miró ahora a Mark, quien no había levantado su cabeza en ningún momento. Se acercó hasta él y se sentó a su lado. Vio como apretaba sus deditos en el peluche y su ceja se alzaba.

—Markie... —lo llamó, más no obtuvo respuesta—. A ti también te extrañé mucho.

Mark lo miró unos segundos y volvió a bajar su cabeza.

—Lo siento por haberlos dejado, estoy chiquito y soy tonto, pero quiero volver a estar con mis amigos, y tú eres parte de ellos. Extrañé mucho ver tu bonita cara, y tu increíble ceja que siempre se levanta y es tan increíble. También extrañé hablar contigo, aún cuando tú no lo hagas mucho, pero sé que siempre me prestas atención y me haces sentir bien. Extraño jugar con los peluches o solo sentarme a tu lado. Markie, te extrañé mucho —puchereó—. ¿Me perdonas?

Los ojitos de Mark se llenaron de lágrimas y miró a Jackson, antes de asentir con lentitud. Él lo había extrañado tanto, y se estuvo sintiendo muy mal durante esos dos días, pero Jackson también lo había extrañado a él, y su corazoncito se aceleró de forma bonita.

Jackson sonrió y con cuidado, se acercó hasta Mark para abrazarlo con suavidad. Yugyeom gateó hasta ellos y se unió al abrazo, y luego, uno a uno, se apegó al contrario, haciendo un abrazo grupal con las emociones a flor de piel de volver a estar juntos otra vez.

—Prometo no volverlos a dejar de lado, ni por todas las galletas del mundo.

Ese día, mientras volvían a ser lo de antes, se formó una nueva regla; los amigos siempre van antes que las novias.

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