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A veces huir suena como la mejor opción, muchas veces luce como lo menos doloroso que enfrentar lo que sea que nos asusta, esa era la percepción que Yeonjun tenía para mantenerse alejado de Soobin. Desde su ida tuvo un gran dolor en su pecho que apenas había logrado liberal una mínima porción de este.

Pensó que al estar cerca del pelinegro lo aumentaría, aunque debe admitir que ha querido derrumbarse al tenerlo cerca cuando su mente se hunde en dolorosas memorias, se ha sentido bien estando junto a él.

—Veo ambos colores iguales —las palabras del pelinegro lo sacan de su mente, otra vez, y lo mira refunfuñar a las muestras de tela frente a él.

—Su alteza, debe elegir uno —indica Daehyun, cansada de mantener sus brazos extendidos con las grandes telas— ¿Azul orcela o azul turquí?

—¿Cuál es cuál?

Daehyun suspiró cansada y volteó a ver al peligris— Hermanito, elige tú.

Soobin reacciona a lo dicho, viendo como Yeonjun se acerca para ver las telas— ¿Son hermanos?

La chica asiente— Si, soy la mayor, creí que era obvio por el parecido... su alteza.

El peligris da una ligera mirada a la mayor comprendiendo que no le es muy sencillo dirigirse al pelinegro con honoríficos en situaciones tan ambiguas; a él también le sucede sin importar que hayan pasado días— Azul turquí.

Con una reverencia, la chica se despide de ambos llevando la orden de poner manteles azul turquí junto a los plateados, otro color que a Soobin le costó elegir. Desde hace cinco días ha ayudado completamente con la preparación del baile, ha sido de más ayuda de la que Yeonjun pensó; no había notado cuánta carga tenía para sí solo.

Cada uno se dirigió a sus respectivos escritorios, Soobin se encontraba a su lado derecho y se formaba una L con ambos escritorios unidos, Yeonjun había ofrecido mover el suyo para poner ambos a cada a la par, pero Soobin se había negado; en la posición actual le era más fácil ver el rostro del peligris.

—Su majestad —le llamó Soobin — ¿tiene más familia?

La pregunta le tomó por sorpresa al menor, a veces olvidaba que tan grande era la pérdida de memoria y que detalles como ese se habían perdido— Sí, mis padres y un hermano mayor; él está en entrenamiento del ejército.

—Entonces es muy probable que lo vea cuando entrene.

Tras su llegada, Soobin tenía muchas cosas que retomar. No solo debía volver a aprender cómo dirigir un reino, modales, historia, sino también a defender a Iceost, es tanto que inevitablemente se sintió abrumado al pensar en todo ello, el estrés se quiso apoderar de él pero por suerte un plan de ello se había creado y tomaría esas enseñanzas a su tiempo, sin apresurar o amontonarse; por ahora solo se familiariza con la espada.

—Es muy probable, fue asignado en el campo de entrenamiento —este tipo de pláticas lo devuelven hace muchos años atrás—. SeokJin nos espera para probar los postres, vamos.

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—Bienvenido su alteza ¿qué tal su entrenamiento?

Soobin sonríe amable a Jisung quien lo recibe al ingresar al palacio. Hace varios días dio inicio a su entrenamiento de armas, no podía negar que era muy divertido y le gustaba mucho, pero gracias a esto se recortó la tutoría que tenía con Yeonjun — Ha sido muy bueno. —Soobin se quita su equipamiento, dándoselo a Daehyun para que lo guarde.

—Su majestad Yeonjun me pidió que le recuerde que ChangBin llega hoy, no tarda en venir así que lo puede esperar aquí.

—Cierto, muchas gracias.

Con esas palabras, el rubio se despide y vuelve a sus labores. El príncipe queda en el gran salón solo esperando a un viejo amigo. Su tía le mencionó a ChangBin, alguien con quien ha tenido una larga amistad, este se había ido hace unos meses a entrenar en el norte por lo que no pudo recibirlo a su llegada, pero por fin había terminado su entrenamiento y no perdió tiempo en avisar que regresaría.

—El carruaje está por llegar. —Anuncia Yeonjun bajando por los escalones de cristal.

Soobin le miró, su pasó delicado y suave, la vestimenta blanca combinada con una capa del mismo color con toques dorados no hacían más que hechizar al pelinegro ante una imagen tan bella. Su admiración por Yeonjun había sobrepasado todos los niveles que alguna vez pensó que existieran— ¿Su majestad lo esperará junto a mi?

Yeonjun se acercó y asintió— Él es mi amigo también después de todo.

El pelinegro sonrió, en todo el día no había visto al peligris y hacerlo siempre le ponía de buen humor.

Las puertas principales fueron abiertas y entre estas se adentra un chico alto de cabello azul, este rápidamente los localizó y no dudó en acercarse— ¡Soobin!

—Hola.

ChangBin le dió una rápida mirada a Yeonjun quien solo asintió, sabía que su amigo seguía sin tener sus recuerdos por lo que venía con la mentalidad de tomar todo con calma pero no quería cambiar el trato que mantuvieron por años— Wow, si es has envejecido en todo este tiempo, te ves más viejo.

El príncipe abrió la boca indignado, más cuando vio al peligris cubrir su boca para evitar reír, le frustró un poco no poder haber visto la sonrisa contraria— No es justo, no tengo nada para atacarle.

Yeonjun se sintió tranquilo viendo que el ambiente juguetón entre ambos amigos no se perdió del todo, sabía que ChangBin nunca dejaría que esto pasara— Me alegra que el entrenamiento no te haya cambiado.

El peliazul sonríe y se acerca a Yeonjun para abrazarlo— Y tu te has vuelto más hermoso.

Aunque fuera tonto, Soobin no pudo evitar sentirse un poco celoso al ver la cercania que tanto Yeonjun y ChangBin tenían, en especial ver como el peliazul podía acercarse sin ningún problema al peligris ¿en algún momento ambos fueron así de cercanos? Él también quería abrazar a Yeonjun, también quería darle un beso en su frente como ChangBin estaba haciendo en ese momento.

—¿Vas de salida? —pregunta ChangBin al peligris.

—Sí, debo ir a ver el vestuario para el baile.

—Deberías ir con alguien, no solo —aconseja Soobin poniéndose frente al peligris.

—Deberías ir con alguien, no solo —aconseja Soobin poniéndose frente al peligris.

—Se defenderme solo, su alteza.

Aún así la idea no le parecía correcta a Soobin, inevitablemente se había vuelto un poco protector con Yeonjun, el tiempo que lo pasaban con los deberes siempre ponía atención a cualquier cosa con la que el menor pudiera tropezar o chocar, su instinto de protegerlo no buscaba cesar.

Antes de que pudiera objetar, Yeonjun extiende su mano y de esta sale una gran espada de hielo que cae en su mano y, con un ágil movimiento, toma de manera firme— En verdad, no hay nada que temer.

Los ojos de Soobin se abren grandes, no esperaba un truco así— ¿Yo también puedo hacer eso?

—¿Aún no ha iniciado con su entrenamiento de magia?

Yeonjun niega— En este momento está enfocado en otras cosas —responde el peligris a ChangBin, antes de dirigirse a Soobin—. Si puede, solo piense en el arma que desea tener.

Sin perder tiempo, su alteza imitó lo que el menor hizo y pensó en una espada muy parecida a la que sostenía en su mano. Pronto esta se formó pero debido a la emoción se distrajo y terminó convirtiéndose en copos de nieve que cubrió a los tres.

—No pierdes tu toque, Soobin. —comentó burlón ChangBin, ganándose un golpe suave del pelinegro.

En el momento que Soobin llevó su vista hasta Yeonjun su mente quedó en blanco y su cuerpo no pudo moverse más. En todo este tiempo nunca había visto sonreír al peligris, a lo mucho el asomo de una sonrisa, siempre se preguntó cómo se vería una sonrisa completa de él y ahora que la tenía frente a sus ojos puede asegurar que para él no existirá alguien más hermoso que Yeonjun; se había enamorado de él.

—Es mejor que me vaya, nos vemos después.

Aún cuando Yeonjun se despidió y alejó para salir del lugar, Soobin seguía sin saber cómo reaccionar o sentirse, su vista no se alejó de la figura del peligris hasta que lo perdió de vista.

ChangBin miró la escena en silencio, aunque la memoria de su amigo no haya regresado habían cosas que parecen no haber cambiado, como por ejemplo las reacciones de Soobin hacía Yeonjun— Al menos eso es igual.

Antes de que Yeonjun se pudiera subir al carruaje, uno de los guardias se acercó" Su majestad —reverencio—, todo está listo para la ejecución, se hará en dos días.

Un golpe de realidad llegó hasta él, todo este tiempo junto a Soobin le había hecho olvidarse del pasado y de los fantasmas que lleva— ¿Ha dado problemas?

—No, su majestad, parece haber aceptado su destino.

Yeonjun asintió, en cinco días sería la festividad y en siete se realizaría el baile; el tiempo había pasado volando y no se había dado cuenta de ello— Revisen que todo esté preparado meticulosamente, su cabeza debe ser cortada para evitar cualquier retorno.

Con la orden dada, el guardia se aleja y Yeonjun retoma su ocupación. Una vez el carruaje arranca, se permite suspirar y frotar sus manos, la soledad hace que varios recuerdos vuelvan, ya sean los más bellos o los más dolorosos, y el cansancio emocional vuelve con estos.

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Háganle stream a "The Astronaut" que aunque me dejo llorando hay que admitir que es una obra de arte.

Gracias por tanto Kim SeokJin 💜