SuNoo miraba a Niki con una pequeña sonrisa, ese día el omega no había podido asistir a clases, haciendo que el alfa en cuanto acabaran las clases se dirigiera a la casa del mayor para corroborar como éste estaba. Y no es que el alfa sintiera miedo de un resfriado en el omega, pero sabía como el mayor se ponía cuando estaba enfermo.

— ¿Cómo te sientes, bonito? —Preguntó el alfa, tocando con suavidad el rostro del mayor.

— Quiero morir o respirar bien —Rió levemente, haciendo que Niki negara con su cabeza.

— Nada de morir, sólo espera que pronto te sentirás mejor.

— ¿Mis padres siguen aquí? —Preguntó el omega, sonriendo.

— ¿Por qué? —Frunció le ceño— ¿Quieres algo?

— Sí —Rió, sentándose en la cama— Compraron helado, pero aunque mi papá intentó darme mi appa se niega.

— ¿Y quieres que yo te traiga helado?

Niki rió y se levantó de su lugar, caminando hacia la cocina y buscando algo para servirle helado al mayor. En cuanto estaba por subir las escaleras, la puerta principal se abrió, haciendo que se quedara quieto en su lugar y el padre de SuNoo; MinGi, también quedándose quieto en la puerta de entrada.

— Yo... Sunito quería helado y yo soy débil a su sonrisa —Habló el alfa menor

— Yo no le diré a HongJoong porque nos regañará a los tres —Soltó, haciendo que Niki asintiera.

La puerta de entrada se cerró, al mismo tiempo que Niki subía las escaleras para llevarle helado a su bonito omega, el cual le sonrió ampliamente en cuanto lo vio entrar.