
Capítulo 40
──¡Jeongguk, ya volví del trabajo! ──Exclamó mientras se quitaba los zapatos. Su hijo no respondió, pero no le pareció extraño ya que eran pasadas las doce de la noche.
Lo raro eran las luces de la cocina encendidas, cuando el chico se iba a su habitación definitivamente, por lo general se encargaba de apagar todas las luces de la planta baja.
Jieun no le tomó tanta importancia y subió las escaleras, cuando paso por su propia habitación arrojó su cartera y la mullida bufanda que también se acababa de quitar, para avanzar un poco más adelante por el pasillo.
La puerta de la habitación de su hijo estaba abierta por completo, dejando ver el resplandor naranjado proveniente de su velador. Algo en su sexto sentido le advertía que no invadiera su espacio personal, pero de todos modos lo hizo. No podría descansar tranquila sin ver a su pequeño hijo aunque fuera solo un momento o estuviera profundamente dormido.
Jieun se quedó parada bajo el umbral de la puerta, y no se movió por un largo rato. Con frecuencia sentia inmensas ganas de llorar, aunque no era tristeza lo que provocaba que gruesas lágrimas rodaran por sus mejillas. Como en ese momento, su llanto silencioso tenía que ver con la nostalgia que le causaba ver que ahora, Jeongguk no solo la tenía a ella para acompañarlo.
Estaba segura, Taehyung lo amaba tanto o más que ella. Estaba implícito en su forma de adorarlo con la mirada, de tenerle paciencia con sus caprichos, de respetar su espacio, de escucharlo y entender el mundo a como él lo veía, en su intento por hacerle ver la belleza propia y la del mundo mismo. Pero por sobre todo, la delicadeza de cuidarlo que tenía con su hijo en momentos como el que estaba presenciando, ayudándole a colocarse el pijama de conejo que le había obsequiado para su cumpleaños mientras le cantaba una canción para mantenerlo despierto.
Los ojos de Taehyung se encontraron con los de Jieun, pero no hizo falta que ella hiciera ningún gesto para que él no la delatara antes de marcharse.
──Tae... Tengo hambre.
──¿Aún? ──El pelinegro asintió──, pero si acabas de comer hace un rato...
Jeongguk lo golpeó suavemente en el hombro, haciendo a Taehyung reír.
──Tonto. De verdad, tengo hambre. Quiero ramen.
──Vamos a mi casa a comer ramen picante ──En cuanto esas palabras salieron de su boca, el peli-azul se alejó de la cama, huyendo de su novio que de seguro querría golpearlo otra vez por su descarada insinuación.
Sin embargo, Jeongguk solo se resignó y negó con la cabeza, sintiendo un creciente sonrojo subir por todo su rostro. En otro momento se habría levantado a perseguir a su novio por la habitación hasta poder darle un golpe, o lanzarle una almohada, pero no tenía la suficiente fuerza corporal para ello.
Mientras veía a Taehyung reírse desde la esquina de su habitación, se permitió pensar en lo que había sucedido pocas horas antes. La manera en la que él lo trató, tan dulce y caballero pero a la vez lujurioso, le dejaba una sensación cálida en su corazón. Jamás hubiera pensado que ese día llegaría, que alguien lo amaría tanto como para aceptarlo en todas sus facetas: caprichoso, inquieto, curioso, triste, y por sobretodo, sin ropa.
El Jeongguk de hace un año atrás nunca creería nada de lo que estaba experimentando con Taehyung.
──Tengo que llamar a Félix ──Susurró para sí mismo, mientras bajaba el pie de la cama e intentaba ponerse de pie. El cuerpo le pesaba demasiado, se tambaleó un poco, pero rápidamente unos brazos ajenos lo rodearon por la cintura──. Eres rápido.
Taehyung le sonrió cuando Jeongguk se sostuvo apoyando las manos en su pecho. El peli-azul besó sus labios por un corto segundo dónde sim querer una de sus manos bajó un poco más allá de su cintura.
» ──Y astuto ──Lo golpeó en el hombro, rodando los ojos. De inmediato las manos ajenas regresaron a su lugar predeterminado──. Tranquilízate un poco, estás muy confianzudo.
──Lo siento, Ggukie.
El menor le sonrió y besó su nariz. Lo siguiente que ocurrió fue que ambos bajaron a la cocina de la casa, el peli-negro siendo cargado en la espalda de su novio hasta una de las sillas del comedor.
Jieun se encontraba allí sentada leyendo una revista mientras bebía un taza de café caliente. Ella los observó con demasiado desinterés, o al menos eso pensaba Jeongguk mientras se acomodaba en la silla.
──Hola, mamá ──Taehyung también la saludó silenciosamente con una reverencia, antes de desaparecer en busca de algo que su novio pudiera comer──. ¿Lle-llegaste hace m-mucho?.
──No, hace un rato. ¿Se quedaron dormidos?
──Oh, s-sí. Vimos una película después de regresar ──Sus ojos oscuros se encontraron con los de su novio, quien regresaba con dos cazuelas humeantes de lo que parecían ser fideos──. No sé cuánto tiempo dormimos.
Taehyung en silencio dejó una cazuela frente al menor y tomó asiento a su lado con la suya antes de entregarle los palillos al peli-negro.
──Ya veo ──Sonrió──. Por cierto, el doctor Choi quiere hablar contigo en el consultorio mañana. Pero no puedo ir contigo, tengo que trabajar.
Los menores se miraron a los ojos, comunicándose sin decir palabra alguna.
──No te preocupes, mamá, puedo ir con Taehyung.
──Está bien. Vayan con cuidado, ¿si? ──Miró a su yerno──. Cuídalo por mi, Tae.
Por alguna razón, aquella última frase parecía tener más peso que cualquiera. Tal vez por el sentimiento de esperanza o anhelo que los ojos de Jieun transmitían.
Taehyung le sonrió genuinamente, apoyando la cabeza en el hombro de su novio.
──Por supuesto, señora Jeon. No lo dude.
(...)
Jeongguk se sentía extrañamente nervioso. En primer lugar, porque su madre no solía dejar que su novio pasara la noche en su misma habitación, y sin embargo, no se negó. En segundo, porque era la primera vez que Taehyung conocería a su doctor.
Por otra parte, se sentía demasiado intrigado. ¿Por qué el doctor Choi quería verlo con tanta urgencia?. Se suponía que su control rutinario era dentro de dos semanas más.
──Deja de pensar tanto ──Murmuró, tocando el hombro de su novio.
Se encontraban sentados en el pasillo de la clínica, esperando a que llamaran al menor de ambos.
──¿Cómo sabes eso?.
──Estás arrugando la frente y mordiendo tus uñas ──Se rió, tocando con el dedo índice una de sus mejillas.
Jeongguk sintió como el calor subía por todo su cuello hasta las orejas, pero no se preocupó en ocultarlo porque ya no tenía ningún sentido hacerlo.
Pocos minutos después, la puerta del consultorio se abrió.
──Hola, Doc ──Jeongguk lo saludo sonriente en cuanto lo vio, poniéndose de pie antes de señalar a su acompañante──, él es Taehyung.
Con cierta timidez, el peli-azul hizo una reverencia hacia el mayor. El doctor les sonrió a ambos, dándoles lugar para pasar al consultorio.
──Me alegra que hayas venido, Taehyung ──Palmeó su hombro cuando pasó por su lado, después del peli-negro──. Jeongguk habla mucho de tí.
──Oh, espero que sean cosas buenas.
──Si, la mayoría ──Se rió, cerrando la puerta. Cuando volvió a mirar a los chicos, le llamó un poco la atención que, a diferencia de Jieun, Taehyung no ayudó en ningún momento a Jeongguk ni a sentarse ni con las muletas──. ¿Cómo te has sentido últimamente, Jeongguk?.
──Bastante bien, la verdad──Observó al doctor Choi rodear el escritorio y tomar asiento en su lugar, como siempre, comenzando a jugar con un bolígrafo negro con el que a veces escribía recetarios──. Con respecto a lo de... Siempre.
──Me alegra oir eso. Seguro te estás preguntando por qué te cité antes de tiempo, ¿no?.
Jeongguk asintió, mirándolo expectante.
» ──Bueno, la cosa es así: hace al rededor de un año nuestra clínica firmó un convenio con una empresa estadounidense llamada "Deuxxe", quienes producen insumos quirúrgicos y también cuentan con profesionales protesicos licenciados en órtesis y prótesis.
Taehyung escuchaba atentamente, pero sin entender mucho lo que el doctor estaba diciendo. A diferencia de Jeongguk, que había comenzado a temblar un poco ante la última parte de la frase de Choi.
──Estas queriendo decir...
──Hay posibilidad de gestionar una prótesis para tí, solo si estás de acuerdo. Háblalo con tu madre, te daré un folleto donde se explica más a detalle, pero en resumen para que se entienda, podrías...
──¡Volver a caminar sin muletas! ──Fue Taehyung quien lo dijo, cayendo en cuenta a dónde quería llegar el doctor. Jeongguk lo miró, tan emocionado como él──, ¡¿entiendes eso?! Oh, dios. Jeonggukie, ¡es una muy buena noticia!.
──Tae, no grites ──Murmuró tocándole la mejilla con una mano, riéndose al final. No es que no estuviera emocionado, de hecho quería largarse a llorar ahí mismo, pero por alguna razón contuvo su alegría──. Doc, mu-muchas gracias por esto, yo... Le diré a mamá en cuanto llegue a casa.
──Claro, no te preocupes. También estoy muy feliz por tí, pequeño. Te enviaré algunos otros detalles más a tu correo durante el día, te agendaré un turno nuevo para el siguiente mes y si aceptan podemos comenzar a tramitar todo.
──Está bien.
──Bueno, entonces te dejo libre por hoy, solo quería decirte esto en persona ──Sonrió, entregándole a Taehyung el folleto antes de ponerse de pie──. Vuelvan a casa con cuidado, chicos.
──¡Nos vemos la próxima, doc! ──Saludó el peli-azul, efusivo, esperando a que su novio se levantara para salir juntos al pasillo.
Jeongguk solo ansiaba salir fuera de la clínica para gritar de alegría. Por tantos años había esperado una noticia así, en algún punto ya había perdido las esperanzas, pero definitivamente el destino siempre tenía con qué sorprenderlo.
¿Cómo reaccionaria Jieun cuando le dijera?, ¿y Jimin, Félix, incluso YoonGi, Seokjin y SanA?. ¡Sería una locura, por supuesto!.
──Oye, tenemos que festejar.
──Tae, creo que te estás apresurado un poco ──Se rió, mirándolo.
──¡Para nada!, le diré a los chicos que nos juntemos a cenar en mi casa por la noche, ¿qué dices?
──Mmh... ¿Pijamada?
──¡Pijamada!
Jeongguk no podía estar más enamorado. Taehyung definitivamente le ponía mucho color a su vida.
¡Sorpresa!
Aparezco luego de mil años 😆
Me da tristeza decir que, según mis cálculos, no quedan más de 3 capitulos, máximo 5 😣 pero por otro lado me da felicidad saber que podré finalizar uno de los libros que más amo. Espero que a ustedes también les guste 🥰
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