Capítulo 14: La tía Nagisa
KISUGI'S POV
Mis padres se van mañana en la noche. Estoy emocionado por ver a mi tía de nuevo. No la he visto en ocho años y apenas recuerdo su rostro... o eso creo yo.
Veamos, era... de piel clara, como papá, ojos azules... ¡no! Nada que ver, eran grises, como los de mi abuelo Hideo, el padre de papá, y por último tenía el cabello por la espalda, más o menos así, lacio y de color castaño oscuro. Síp, esa es la tía Nagisa que recuerdo. Y creo que tenía... treinta y nueve años. Es mucho más joven que papá.
Listo, es bueno saber que no la he olvidado, jeje.
─¡Teppei, Nagisa llegará en veinte minutos!─ me grita mamá─¡¿Te bañaste?!
─¡Sí, mamá!
Me visto con unos jeans azules y un buzo de animal print. Este buzo me lo trajo papá de Estados Unidos. Me encanta.
Me siento en la cama a hablar con Izawa. Tengo veintitrés mensajes suyos... Si se habrá preocupado, jeje.
Kisugi: Acá estoy, señor sobreprotector xd
Izawa: Creí que te habían secuestrado :'0
Kisugi: Izawa, eres demasiado paranoico :v
Izawa: Perdón u.u
Kisugi: Cómo está todo?
Izawa: Bien, bien. Minami se recuperó del período. Dice que es una tortura 😅
Kisugi: Pobre xd
Kisugi: No sé a qué edad le llegará a Mei
Kisugi: Porque a algunas niñas les llega a los ocho, y ella tiene nueve
Kisugi: Con lo inocente que es de seguro se asustará tanto que se pondrá a llorar :'3
Izawa: Jajaja, tienes razón 🤣
Kisugi: Bueno, hoy no nos podremos juntar porque justo llega la tía y ta
Kisugi: Mañana será ;3
Izawa: Oki :3
Entonces escucho la bocina de un auto. Me fijo por la ventana y es la tía quien baja de un taxi. Mis padres y Mei salen a recibirla. Decido mandarle un adiós a Izawa para poder ir a saludarla.
Kisugi: Ya llegó Nagisa. Te hablo más tarde (ΘεΘʃƪ)
Izawa: Oki º3º
De repente escucho gritos y la alarma de incendios. ¿Qué está pasando?
Entonces como acto reflejo agarro un arma de agua que uso en verano para jugar con Mei, corro al baño para cargarla de agua y bajo corriendo a la cocina, la cual estaba llena de humo, la alarma de incendios suena como loca y mis padres gritaban.
─¡Tranquilos! ¡Yo lo apago!─ empiezo a disparar para todos lados como un demente.
─¡Síiii! ¡Agua!─ gritaba Mei.
─¡No, Teppei! ¡Basta!─ grita mamá.
─¡No hagas eso, hijo! ¡Es solamente la torta que se quemó!
Entonces le apunto a lo que parecía ser la torta. Es ahí cuando escucho las risas de una mujer. Seguramente de la tía.
─¡Jajajaja! ¡En el blanco!─ seguía riendo.
Mamá y papá abren las ventanas para que se vaya el humo.
Una vez que la cocina quedó despejada, mi tía se acercó a mí y me abrazó.
─¡Pero si es el campeón de Japón Teppei Kisugi!─ me pellizcaba los cachetes, y luego me miró fijamente─Eres taaan lindo.
─Jeje, gracias─ sonrío avergonzado.
─Vi tu partido contra el Toho en la televisión. Por suerte lo pasaron en la tele del trabajo, y no aparté la mirada de él en ningún momento, o al menos hasta que terminó el primer tiempo, el partido y el primer tiempo extra, jeje.
─¿Lo viste? Y dime, ¿jugué bien?
─¡Como un Dios del fútbol!
─Jeje, me alegra oír eso, aunque quisiera ser tan bueno como Tsubasa.
─Al chile Tsubasa. Todos se fijan en él y se olvidan del mejor delantero que llevó a la cima al Shutetsu cuando eras muy chiquitito─ me vuelve a pellizcar los cachetes.
─Es cierto, jaja.
─Onii-chan es el mejor─ dice Mei.
─¡Y no puede faltar la cosita más comestible del universo!─ se agacha frente a Mei─¡Ay, te voy a comer a besos!─ la besuquea.
Mi tía es muy agradable, y siempre te llena de regalos.
─¡Oh, casi lo olvido! ¡Les traje regalos a todos desde Nueva York!─ abre su mochila y saca tres bolsas de regalo─Para mi hermano...─ le entrega una bolsa enorme. Papá sacó de ella una campera polar, como esas que usan en Alaska.
─¡Wow! ¡¿Qué?! ¡¿Me compraste esta campera?! ¡¿Estas que cuestan mucho dinero?!─ preguntó, realmente feliz.
─Síp. ¿Te gusta?
─¡Me encanta!─ la abrazó.
─Para Ritsu─ le entrega una bolsa pequeña. Dentro de ella había un juego de maquillaje, que venía con un perfume de naranja, el favorito de mamá.
─¡Ayyyyy! ¡Sabor a naranja! ¡Mi favorito!─ exclamó, realmente feliz─¡Te amo, Nagisa!
─¿Y a mí no?─ preguntó papá.
─Obvio que sí, Shu─ nos reímos.
─Para la tierna Mei─ le da una bolsa enorme, la cual contenía una caja grande con una muñeca, que venía con todos los accesorios que podrías imaginar.
─¡Me encanta! ¡Es preciosa! ¡Justo como la quería!─ abraza la caja con fuerza.
─Y no olvidé para nada al gran goleador Teppei─ saca de la mochila un sobre y un... ¡¿celular?!
Resollé y agarré el celular. Es uno de los mejores que hay en el mundo, enserio.
─Y en el sobre hay cinco mil yenes, para que puedas comprar todo lo que quieras.
─¡AY, TÍA NAGISA, TE AMO!─ la abracé con todas mis fuerzas.
Espera a que Izawa vea esto.
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