🍎 ¿Regreso? 📻
Cinco meses y dos semanas
después del incidente.
—Vamos, Ravenor, duerme —arrulló Lucifer a su querido bebé, dándole ligeras palmaditas en la pequeña espalda. Ravenor balbuceaba incoherencias, tratando de imitar las palabras de sus padres. Mientras tanto, su esposo dormía tranquilo en la cama, sin preocupaciones, ya que ahora Lucifer se encargaba del bebé que no dejaba de despertar.
Después de unos minutos meciendo a Ravenor, finalmente el pequeño se quedó dormido y Lucifer lo colocó suavemente en la cuna.
Regresó a su habitación, se acostó junto a su esposo y lo abrazó, pero no pudo dormir. El hecho de que el lugar donde Valentino les había dicho que se encontraba Vox no estuviera allí lo dejaba lleno de dudas e incertidumbre.
Ahora, más que nunca, necesitaba encontrar a ese bastardo. Su bebé y su esposo, se encontraban peligro.
—Mm... —Alastor murmuró en su sueño, su voz baja y adormilada.
—Alastor, cariño, ¿te desperté? —preguntó Lucifer, suavemente, con una mezcla de preocupación y ternura.
—Te mueves mucho... —Alastor se estiró ligeramente antes de darse la vuelta y abrazarlo, recostándose en su pecho, buscando el calor de su cuerpo.
—Lo siento, no me di cuenta —respondió Lucifer, con una sonrisa apenada. Le dio un beso en la frente—. Duerme, te juro que ya no me moveré más.
Alastor asintió, cerrando los ojos nuevamente, dispuesto a volver a la paz del sueño. Sin embargo, el silencio de la habitación fue interrumpido por el repentino sonido del teléfono. Ambos se tensaron al instante, desconcertados. Lucifer fue el primero en reaccionar, tomando el teléfono con rapidez.
—¿Quién habla? —su voz fue autoritaria, exigiendo respuestas.
—Señor Morningstar... —la voz de Valentino, al otro lado de la línea, sonó baja, casi susurrante, como si estuviera en un lugar peligroso y no quisiera ser escuchado.
Lucifer frunció el ceño. No le gustaba ese tono. Algo no estaba bien.
—Valentino, ¿que pasa? ¿porque llama tan tarde? —Lucifer trató de mantener la calma, pero no podía evitar el enojo que se filtro en su voz. Alastor, por su parte, aún descansaba sobre su pecho, ajeno a la conversación.
—Él está aquí... en la torre —respondió Valentino, apenas audible.
—¿Qué? No te escuché —Lucifer apretó el teléfono contra su oído, intentando captar cada palabra.
—Vox... en la torre. —Valentino repitió, esta vez más despacio, asegurándose de que Lucifer entendiera.
Lucifer se levantó de la cama, ahora completamente alerta. Sus pensamientos comenzaron a acelerar. Vox, el enemigo que había estado oculto durante tanto tiempo, había reaparecido.
—¿Qué? ¿Ya apareció ese maldito cabrón? —La voz de Alastor se unió a la conversación, sus ojos ya entreabiertos, mostrando que el sonido de la llamada lo había despertado parcialmente. Sonrió, como si estuviera dispuesto a enfrentar cualquier cosa.
Lucifer le sonrió de vuelta, pero no era una sonrisa relajada. Era tensa, cargada de preocupación.
—¿Vas a destruirlo, majestad? —preguntó Alastor, con una ligera broma en su voz, pero Lucifer notó la seriedad en sus ojos.
—Me encantaría, pero esta vez voy yo solo —respondió Lucifer con firmeza. La decisión estaba tomada, aunque en el fondo le costaba dejar a Alastor fuera de la acción.
—¿Por qué? —Alastor preguntó, ahora más serio. Se incorporó parcialmente en la cama, mirándolo fijamente. Podía ver la tensión en su rostro, la preocupación que intentaba disimular, pero que no podía ocultar completamente.
—Alastor, solo quiero protegerte, cariño —dijo Lucifer suavemente, tomándolo de la mano y acariciando sus dedos. Sabía que su esposo era capaz de defenderse solo. Sin embargo, la idea de que alguien, como Vox, pusiera en peligro a su amado lo enfurecía.
—Estoy bien, Lucifer. Puedo cuidarme solo. ¡Además, yo también quiero destruir a ese idiota!
Lucifer lo miró fijamente, reconociendo la fuerza de su esposo. Alastor nunca le temía a nada, y eso lo enamoraba más.
—Lo sé, lo sé... —respondió, frotándose la frente con una mano, como si intentara ordenar sus pensamientos—. Pero, tal vez sea peligroso. Me resulta extraño que Vox aparezca ahora, después de haberse escondido durante tanto tiempo. Seguro que tiene algo preparado, algo bajo la manga. Y no quiero arriesgarte, Alastor. No esta vez.
Alastor suspiró y se recostó nuevamente en el pecho de Lucifer, aunque esta vez no estaba tan relajado. Podía sentir la tensión en su esposo.
—Te prometo que estaré bien —dijo Alastor, con un tono suave, pero firme—. Y si necesitas mi ayuda, sabes que siempre estaré ahí para ti, Lucifer.
Lucifer lo miró por un momento, indeciso. Su instinto le decía que no podía arriesgar la vida de su esposo, pero la conexión entre ellos, su lealtad mutua, no podía ser ignorada. Al final, suspiró y asintió.
—Lo sé, lo sé... —murmuró, acariciando suavemente su cabello.
Al final dejó que Alastor se fuera con él, después de su insistencia, pero siempre y cuando no se involucrara demasiado y huyera al primer signo de peligro. Valentino los ayudó a entrar sin ser detectados por las cámaras de Vox, lo que facilitó la infiltración.
—¿Y cómo le vas a llegar, majestad? ¿Acabaremos con él de inmediato? —preguntó Alastor, con tono curioso.
—Ammm, en eso aún no he pensado, cariño. Así que mejor actuemos conforme a lo que diga el plan.
—Mmm, bien, cariño.
—Aunque seguro haré lo mismo que con Adán, solo que esta vez, si muere, será por mis manos. —Ambos soltaron unas pequeñas risas al imaginarlo.
Volvieron a la realidad al encontrarse en el pasillo que llevaba a la habitación de Vox. Valentino se había asegurado de que no hubiera nadie cerca; incluso Velvet se había ido, claro, y como no, después de que Alastor amenazara de muerte a Valentino si no lo hacía.
--------------------------------
Ahora ustedes "votarán" sobre cómo debería acabarse con Vox. >:)
Los leo. Voten, voten, las ideas las dio Lucifer y Alastor, y si tienen mejores, son bienvenidos a compartirlas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro