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🍎 Boda 📻

Tres Años Desde el
Nacimiento de las Niñas

Organizar una boda nunca es fácil, pero hacerlo con el demonio de la radio era un dolor de cabeza. Por más que se esforzara y por más que tuviera cosas en la cabeza, Alastor siempre encontraba motivos para quejarse. Era, sin duda, un quisquilloso de primera. ¿Cómo arreglar la boda con alguien así?

Lucifer trataba de mantener la poca paciencia que le quedaba. Realmente quería la boda perfecta para él y para Alastor, pero las constantes objeciones de su pareja estaban desmoronando ese sueño.

Además, había aspectos inevitables que estaban fuera de sus manos, como la organización del banquete. Lucifer, un fanático de los dulces y las manzanas, y su pareja, amante de la carne y lo amargo, tuvieron muchas disputas sobre el menú. A esto se sumaba el desafío de complacer a los invitados, que serían tanto del infierno como del cielo. Finalmente, decidieron optar por una mesa dividida que satisficiera los gustos de ambos, con platillos que pudieran antojar tanto a demonios como a ángeles.

A Lucifer casi sufrió un infarto al saber que toda su familia había confirmado su asistencia a la boda, así como algunos viejos conocidos, como Lilith.
Hablando de ella, su divorcio con Lilith fue lo menos problemático de todo lo que había vívido últimamente. Ella aceptó con respeto que Lucifer estaba enamorado de alguien más y lo apoyó. Grande fue su sorpresa cuando se enteró de que Lilith y Alastor se habían hecho muy buenos amigos. Tras el rápido divorcio, ambos aceptaron firmar los documentos de la disolución del matrimonio, permitiendo así que Lucifer se uniera a Alastor.

Y, a pesar de todo, lograron organizar una boda que se ajustaba al gusto sencillo de Alastor. Los gustos de ambos se fusionaron de manera perfecta; incluso los patos de goma no parecían tan ridículos. Alastor supo cómo integrarlos de manera adecuada y creativa, colocándolos en el pastel y en los centros de mesa.

Este detalle fue una sorpresa de Alastor para Lucifer, quien gritó encantado al ver los patos, aunque fue regañado por Miguel, que estaba a su lado. El grito de su hermano casi lo dejó sordo.

Lucifer estaba muy emocionado. La verdad es que su emoción era inmensa, y esperaba que esta fuera la boda perfecta.


La ceremonia había pasado con éxito. Ahora, Alastor abrazaba a su pareja, que no paraba de llorar al ver el anillo matrimonial en sus dedos. Las expresiones de Lucifer, que lloraba de emoción y vergüenza, llenaban a Alastor de ternura.

Durante la ceremonia, cuando iba a dar los anillos, a Lucifer se le resbaló el suyo y tuvo que correr tras él. Gracias al infierno, Niffty lo alcanzó y lo clavó con su aguja, sino, Lucifer hubiera orquestando un maratón de "persigue el anillo de matrimonio". Todos rieron disimuladamente por el incidente, incluso Alastor, al ver a su pareja regresar frente a él y colocarle el anillo. Después de eso, no pasó mucho tiempo antes de que Lucifer se abalanzara a abrazarlo y uniera sus labios en un beso tierno, siendo correspondido con una sonrisa.

Ahora se encontraban en su mesa junto a Isadora II, que quería llamar la atención de su padre llorón. Lucifer solo sonrió al sentir las manos diminutas de su bebé en sus mejillas. La tomó en brazos y comenzó a arrullarla mientras la bebé sonreía ampliamente entre risas, intentando tocar a sus dos padres y jugar con ellos, especialmente con Alastor. Isadora II debía admitir que tenía una obsesión con jalar del largo cabello de su papá Al.

—No puedo creer que en un lugar como este haya salido una niña tan bonita y carismática —pronunció Lucifer, dejando que su bebé apretara su dedo con curiosidad mientras miraba el anillo.

Alastor soltó un bufido risueño.

—Ella es así no por el lugar, sino por ti, mi rey —dijo, tomando la mejilla de Lucifer y acariciándola—. Tú eres como ella: lindo, bonito y encantador —junto sus rostros y realizaron un tipo de "beso" de nariz, frotándolos suavemente—. Además, ya vimos que el infierno también tiene sus lindas criaturas —añadió, mirando a Charlie, que emocionada hablaba con Emily y Vaggie.

—Sí... es sorprendente. No sé cómo no me di cuenta antes.

—Tal vez estabas tan metido en tu papel, condenado a ver solo el pecado de las personas, que olvidaste que aún puede haber una rosa en un montón de frijoles.

Lucifer sonrió.

—Tienes razón.

Los dos unieron sus labios, dándose un beso suave y cariñoso. En ese momento, Charlie se acercó anunciando que ya era hora de su vals. Lucifer le pasó a la bebé y se dirigió a la pista de baile con mucho nerviosismo, pues no era muy bueno bailando, pero había estado practicando todos esos días para que le saliera perfecto. Por fortuna, su ahora esposo era todo un experto bailando y lo guiaría.

Al llegar al centro de la pista, ante la atenta mirada de todos los presentes, tomaron un profundo respiro. Alastor posicionó sus manos, una entrelazada y la otra en la cintura de Lucifer. Lucifer colocó la mano que le quedó sobre el hombro de Alastor. Ya listos para bailar, y de la nada la música empezó a sonar desde la radio.

Tus besos se llegaron a recrear,
aquí en mi boca.

La música comenzó y Alastor se movió de un lado a otro, ejecutando el típico paso de vals, formando una pequeña caja con los pies de ambos.

Lleno de ilusión y pasión,
mi vida loca.

Lo soltó de la cintura y lo hizo girar, algo que amó, pues al terminar cayó en los brazos de su amado ciervo, quien lo abrazó por la espalda con las manos entrelazadas y fijas en su cintura.

—Te amo —susurró Lucifer, mirando de reojo a su pareja, quien sonreía.

Las horas más felices de mi amor,
fueron contigo.

—Lo sé —le murmuró al oído, haciendo estremecer a Lucifer entre pequeñas risas—. Yo también te amo. De ser necesario, pasaría quinientas vidas a tu lado.

—¿Solo quinientas? —se deshicieron del abrazo y siguieron bailando, esta vez con mayor confianza, sincronizando de una manera hipnotizante y encantadora sus movimientos.

—No, más de ellas, todas las que sean necesarias, Lucifer, para estar a tu lado.

—Oh mon amour —la voz de Lucifer sonó seductora al oído de Alastor, al estar tan cerca.

Por eso es que mi alma siempre extraña
el dulce alivio.

Alastor sintió un escalofrío recorrer su ser, distrayéndolo. Lucifer, al notarlo, aprovechó la oportunidad para hacerle dar vueltas. Luego, su estatura aumentó, y al terminar de girar, Alastor fue sostenido por la cintura y una pierna.

—Mi rey —Alastor, al darse cuenta de lo que había hecho su esposo, sonrió con picardía y su voz salió con sensualidad.

—Creo que estoy listo para llevar el ritmo —dijo Lucifer, levantando de nuevo a Alastor y comenzando un baile al mismo ritmo lento que llevaban antes, pero este era un poco más sensual, ya que Lucifer se encargaba de que sus cuerpos chocaran cada vez que pudiera, o lo tomaba de las caderas. Hubiera hecho más de no se que estan frente a mucha gente. Y Lucifer no quería arruinar el ambiente que se había creado, pues Alastor tenía una sonrisa sincera y un aire de entrega completa, cerrando los ojos como señal de su amor incondicional.

Te puedo yo jurar ante un altar,
mi amor sincero.

Lucifer entrelazó sus dedos con los de Alastor, justo donde tenían sus anillos de matrimonio. Se miraron fijamente, y Lucifer besó justo donde los anillos se juntaban, sorprendiendo a Alastor, quien después sonrió con ternura.

A todo el mundo le puedes contar,
que sí te quiero.

Entre el público, muchos lloraban conmovidos por lo lindo del momento, especialmente Charlie, que lloraba junto a Rosie.

A su lado, una alma angelical: Isadora I, la madre de Alastor.
Eestaba algo nerviosa pero contenta por lo que veía. La habían dejado bajar al Infierno para asistir al matrimonio de su hijo, después de que Lucifer rogara a Dios. Literalmente rogó, ya que Dios había dicho que no, pero Lucifer, como el terco que es, insistió mientras se aferraba a la pierna de su padre, quien finalmente accedió a regañadientes.

Isadora tenía un pañuelo para limpiar y ocultar sus lágrimas. Al morir, se preocupó tanto por su hijo que pasó días llorando en las puertas del cielo, confundiendo a los ángeles por su sufrimiento en el paraíso. Ella había dejado a su hijo solo a los 22 años; ¿cómo no iba a dolerle?

Aunque sabía que Husk se encargaba de él, actuando como una figura paterna y que Alastor era un hombre encantador con muchos amigos, le preocupaba mucho. El dolor de la muerte fue profundo, pues esperaba vivir hasta ver a su hijo casarse y tener hijos. Quién iba a decir que lo vería después de la muerte, y con Lucifer.

Tus labios me enseñaron a sentir
lo que es ternura.

Alastor no podía creer lo que vivía. Aunque su vida humana también fue un torbellino de sucesos y emociones, nunca imaginó algo como lo que experimentó en el Infierno. Se convirtió en el hotelero del Hazbin Hotel, un trabajo que, sorprendentemente, le gustó. Se peleó con el primer hombre, se enamoró del mismísimo Lucifer, se embarazó de él, tuvo dos hijas y ahora estaba casado. Eran cosas que no podía explicar, pero no se quejaba; le gustaba.

Y no me cansaré de bendecir,
tanta dulzura.

Cuando terminó el baile con esa última nota, todos aplaudieron. Se separaron y fueron sorprendidos por el abrazo de Charlie, quien corrió a ellos. Ambos correspondieron al abrazo de su hija.

Alastor se separó al ver a su madre sentada en una mesa, sorprendido. Cerró los ojos pensando que era una ilusión, pero al abrirlos, ella seguía allí.

—¿Ma… mamá?

—Oh, se me olvidó, querido, es mi regalo para ti —sonrió Lucifer. Alastor tenía ganas de llorar y agradecer a Lucifer, pero él mismo le hizo señas para que fuera con su madre.

No lo pensó dos veces cuando Alastor corrió a abrazar a su madre entre lágrimas. Ambos se abrazaron.

—Te extrañé tanto, mamá.

—Yo igual, hijo —se separaron y la mujer quedó asombrada por la altura de su hijo—. ¡Wow, sí que has crecido!

Alastor soltó una risa, seguido por su madre.

Toda la velada fue así, con todos conviviendo. Alastor presentó a su madre a Lucifer y a sus hijas, Isadora II y Charlie. Su madre quedó encantada de conocer a todos y, con gran emoción y energía, saludó a todos. Lucifer no esperaba que la madre de un quisquilloso fuera tan enérgica y animada, pero, ironías de la vida, él era el hijo rebelde de un padre estricto.

Al final, Dios permitió que Isadora I visitara a su hijo y a sus nietas, aunque por tiempo limitado, algo que todos aceptaron con gusto.

La fiesta fue realmente entretenida.

Incluso Lucifer se paso toda la noche burlandose de su hermano Miguel, ya que Mimzy, le estuvo coqueteando toda la noche y casi le baja el pantalon en plena pista de baile.
Pobre del arcangel, estaba realmente asustado por esa mujer, que ahora se escondía detras de su padre, quien se irrito porque lo usaran de escudo.

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