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🪸Capítulo Único🪸

Los años han pasado, pero algunos recuerdos nunca se desvanecen. Sentada en mi vieja cabaña frente al mar, puedo sentir el susurro de las olas como si fuera ayer.

—Abuela, cuéntanos sobre las sirenas —dice uno de mis nietos, con ojos brillando de curiosidad. Sonrío, recordando el día en que mi vida cambió para siempre.

—Hace mucho tiempo, cuando yo era joven como ustedes, conocí un mundo que pocos han visto...

Las olas golpeaban con furia el barco, y una tormenta había comenzado sin previo aviso. Yo estaba allí, una niña de tan sólo seis años, con miedo a los rayos que iluminaban el cielo.

—Coral... hija, no te muevas de ahí, ya casi llego —gritó mi padre desde la distancia. Apenas podía verlo entre la multitud de personas desesperadas a bordo.

—Papá, tengo miedo —comencé a llorar, pero de repente me calmé al escuchar un bello canto que pareció detener el tiempo.

Todos en el barco parecían hipnotizados por aquella melodía. Era encantadora y mágica, y sentí una compulsión irresistible de seguirla. La gente comenzó a caminar hacia la orilla del barco y, uno por uno, empezaron a saltar al océano. Cuando llegó mi turno, reaccioné a tiempo. Corrí hacia mi padre, quien estaba completamente bajo el hechizo de la música. Nada de lo que hice parecía funcionar, él seguía hipnotizado, como si estuviera en un trance profundo. Desesperada, no tuve más opción que llevarlo a la cubierta del barco y cerrarla con llave para mantenerlo a salvo.

Ese día quedó marcado en mi vida, y desde entonces sentí una gran curiosidad sobre el océano, ¿qué había sido ese canto hipnótico que llevó a todos a su muerte? ¿Por qué solo yo salí del trance? Muchas preguntas rondaban mi mente aunque ya habían pasado doce años.

Mis días en la biblioteca se habían vuelto rutinarios. Sabía bien que ese canto era de una sirena, pero necesitaba pruebas. Me habían tachado de loca varias veces y no quería que mi padre también tuviera que cargar con eso.

—Sabía que estarías aquí —dijo Lisa, mi mejor amiga, para después quitarme el libro sobre sirenas que estaba leyendo.

—Todos en el pueblo me odian, y este es uno de los pocos lugares dónde encuentro paz —dije mientras miraba al unísono.

—Pero hoy no, hoy saldrás conmigo —Lisa tomó mi mano llevándome afuera.

Las calles estaban llenas y las personas se preparaban para "El Festival de la Pesca." En este pequeño pueblo pesquero siempre celebran todo, parece que no les importa o ya olvidaron las numerosas desapariciones de pescadores en el océano. Por otro lado, yo no pienso dejar mi búsqueda, amo el océano y la vida marina y sinceramente pienso que sería un gran descubrimiento.

—Vamos a comprar pulseras de la amistad —dijo Lisa mientras me llevaba por todos los puestos del Festival.

Cuando finalmente compramos las pulseras logré alejarme un poco de la multitud, fui directamente a casa.

—¿Por qué no estás en el Festival? —preguntó mi padre, su mirada puesta en mí.

—Ya fuí, y sabes bien que no me gusta mucho el festival de la pesca —dije para después tomar mi libro favorito, "El Flautista de Hamelín."

—No me digas que vas a leer de nuevo ese libro —dijo mi padre mientras negaba con la cabeza.

—Es maravilloso, además me recuerda a las sirenas. El hace lo mismo con su flauta —caminé hacia mi padre dejando un beso en su mejilla.

Al salir de casa, la noche descendía como un manto de terciopelo, envolviendo todo en un silencio sereno. La luna, llena y resplandeciente, se reflejaba en el océano, creando un camino plateado sobre las suaves olas. Las estrellas titilaban en el cielo despejado, como si estuvieran susurrando secretos antiguos al mar.

Caminé por la orilla arenosa, mis pasos apenas audibles entre el susurro de las olas. Me detuve en un lugar donde la playa se curvaba suavemente, formando una pequeña bahía protegida del viento. Allí, me senté en una roca plana, sacando mi copia de "El Flautista de Hamelín". El sonido rítmico del agua acompañaba las palabras que leía en voz baja, creando una sinfonía natural.

Mientras leía, me dejé llevar por la historia del flautista y los niños de Hamelín, sintiendo una extraña conexión con las leyendas del pueblo, de sirenas y cantos que podían encantar y llevar a la perdición. En el fondo de mi mente, una curiosidad creciente me atraía hacia el mar, como si la noche misma me estuviera contando un cuento aún por descubrir.

Cuando menos lo imaginé, comencé a escuchar un hermoso canto. La voz era grave y maravillosa, y sentía que no podía resistirme. Mis pies no me obedecían, mi mente tampoco, estaba completamente hipnotizada por esa encantadora melodía. Sin poder resistirme, dejé caer el libro que tenía en las manos al suelo y comencé a caminar por la orilla del mar, como atraída por un imán invisible.

Llegué a una cueva que parecía mágica, con perlas de mar brillando por todos lados. Aunque estaba perdida en la hipnosis, podía apreciar la belleza del lugar. Al fondo de la cueva, una apertura se abría hacia el mar abierto, y allí, bajo la luz de la Luna llena que se reflejaba en el agua, lo vi. Era hermoso, con una presencia magnética, y cantaba con una voz que parecía resonar en mi alma. Podía ver las notas musicales salir de su boca como si fueran burbujas que flotaban en el aire.

Su apariencia era deslumbrante, y todo en él irradiaba una atracción irresistible. Quería seguirlo a donde fuera, perderme en ese canto y en ese mundo que me parecía tan lejano y fascinante.

Caminé hacia él, dispuesta a seguirlo a lo más profundo del mar. Pero justo antes de arrojarme, algo dentro de mí se rompió, sacándome del trance.

—¿Qui... quién eres tú? —tartamudeé, todavía en estado de shock. No obtuve respuesta de su parte, él solo me observaba con confusión y asombro—. De verdad eres una sirena... —murmuré, mis ojos fijos en su larga y brillante cola.

Él parecía casi irreal, con un fascinante contraste de colores entre verde, azul y dorado. Su cola verde azulada resplandecía bajo la luz de la luna, cada escama reflejando los tonos del océano con un brillo hipnótico. Su cabello azul caía en ondas suaves, enmarcando un rostro esculpido con una belleza casi sobrehumana, mientras sus ojos dorados me miraban con una intensidad que me dejó sin aliento. Escamas cubrían sus brazos y parte de su espalda, añadiendo un aire místico a su apariencia. En su hombro izquierdo, una marca dorada brillaba, como un antiguo emblema lleno de misterio. No podía apartar la vista de esta criatura, una mezcla fascinante de lo humano y lo marino, que encarnaba todas las leyendas del océano.

—¿Puedes... hablar? —pregunté mientras movía mi mano lentamente para tocarlo. Él, repentinamente la apartó.

—Claro que puedo hablar, y soy un tritón, no una sirena. Pero... ¿Por qué no saltaste al océano? —preguntó mientras levantaba una ceja—. Será que tú...

Y así, sin previo aviso me atrajo hacia él. Él agua estaba fría y comenzaba a temblar, pero por alguna extraña razón estar en sus brazos hizo que todo mi cuerpo se calentara.

No pude evitar verlo a los ojos, esos ojos dorados hacían que me perdiera en un lugar sin retorno, y sin darme cuenta, sus manos estaban acariciando mi rostro. Parecía que al igual que yo sentía curiosidad, así que hice lo mismo. Su piel era tan suave, era simplemente maravilloso.

Me sobresalté al sentir uno de sus dedos en mis labios, me miraba fascinado.

—Soy, Coral —dije, sonriendo.

—Yo soy Taehyung, príncipe del océano —mis ojos se abrieron como platos, "él es un príncipe"—. Tú, debes venir conmigo a las profundidades del océano.

Al escuchar eso mi corazón se aceleró, ¿qué está pasando? ¿Por qué debo ir con él? Me alejé de inmediato e intenté salir del agua, pero no pude, por alguna extraña razón sabía que debía irme con él, o solo era el efecto de su hipnosis.

—Lo sientes, el océano te eligió a tí. Mi pueblo y yo te hemos esperado durante siglos, tú... nos salvarás a todos —dijo mientras sonreía.

—¿A qué te refieres? —la verdad sentía una gran curiosidad—. ¿De qué debo salvarlos?

—Tú eres la salvadora, el océano te eligió para romper la maldición de las sirenas. Por eso no saltaste al océano por una muerte segura. Mi canto solo te atrajo hacia mí.

Estaba en shock, siempre quise descubrir que las sirenas existen, pero ahora todo parece tan confuso. No puedo irme así con él, ¿qué hay de mi padre? ¿Qué hay de Lisa? ¿A las personas del pueblo les dará igual mi desaparición?

De pronto esa melodía comenzó a sonar una vez más, Taehyung cantaba mientras extendía su mano hacia mí. La tomé sin pensarlo y a los segundos nos sumergimos en el océano.

Al inicio todo estaba bien, podía aguantar la respiración por un corto período de tiempo, pero al estar tanto tiempo bajo el agua no pude aguantar más. Mi vista comenzó a nublarse, me faltaba el aire y ya no podía mantenerme despierta un segundo más.

Lo último que vi fue el perfecto y hermoso rostro de Taehyung. Estaba frente a mí, y sus ojos dorados se encontraron con los míos, llenos de una profunda comprensión. Sin decir una palabra, se acercó y sus labios se unieron a los míos en un beso tierno. Sentí como si el tiempo se detuviera, ese beso me devolvió el aire que había perdido, llenando mis pulmones de vida y mi corazón de una calidez que nunca había experimentado.

Desperté desorientada, sentía como si hubiera dormido por días, pero también me sentía ligera y con una calma inexplicable. ¿Todo fue un sueño?, ¿por qué se sintió tan real?

Comencé a mirar mi alrededor, todo era extraño y desconocido. Me puse de pie y la textura de las conchas era algo extraña, la brisa que mueve mi cabello y la luz bioluminiscente que ilumina la habitación con un resplandor azul eran de otro mundo. Y ahí, me di cuenta, todo era real. Estaba bajo el océano.

—Hasta que por fin despiertas —me sobresalté, era Taehyung y otro chico un poco menor—. Nuestro padre quiere conocerte.

Me puse nerviosa, y más cuando el pequeño tritón que no aparentaba más de 16 años se acercó a mí. Parecía fascinado conmigo, al igual que yo la primera vez que vi a Taehyung. No dijo nada pero sus hermosos ojos dorados y su sonrisa de conejo daban a entender todo.

Taehyung se acercó y me colocó un bello collar, este tenía una concha color rosa. No tenía que preguntar para saber que era mágica, al ponerla en mi cuello brilló intensamente y la sonrisa en sus rostros fue palpable.

—Si es ella, ella nos va a salvar.

—Así es Kook, ya no tendremos que cargar con esta maldición.

Estaba allí observándolos como una estatua, ni siquiera sabía cómo los iba a salvar. De repente, Taehyung y el pequeño Kook me sacaron de la habitación. Así fue como me di cuenta que estaba en el Palacio.

El rey de las sirenas, con una majestuosa cola dorada y una corona hecha de conchas y piedras preciosas, nos esperaba en el salón del trono. Su presencia era imponente, y su mirada, llena de sabiduría antigua, se posó sobre mí con curiosidad. Otros cuatro chicos se unieron, todos hermanos de Taehyung.

A su alrededor, los súbditos del reino, con colas de variados colores y diseños, observaban con asombro y respeto. Algunos llevaban armaduras hechas de escamas relucientes, mientras que otros sostenían instrumentos musicales o objetos mágicos.

—Y bien, ¿por qué esta humana lleva 3 días en mi Palacio? —preguntó el rey.

—Ella es la salvadora, padre —la expresión del rey, los súbditos y los otros chicos cambió a feliz de inmediato.

—Y... ¿Cómo se que no es una impostora? —preguntó el rey, aunque en el fondo creía en las palabras de Taehyung.

—El collar brilló cuando mi hermano se lo puso, y también puede respirar bajo el agua luego del bes... —Taehyung le dió un pequeño golpe en el hombro al pequeño tritón en señal de que no dijera más.

La reunión en el Salón del trono fue un poco larga, el rey Seokjin era considerado el más guapo de los siete mares y aún así, sentía una gran curiosidad ante mi presencia.

Después de ese extraño momento, Taehyung me llevó por el Reino Submarino, mostrándome con orgullo cada rincón. Pasamos por jardines de coral y campos de algas danzantes, donde la luz del sol filtrada a través del agua creaba patrones brillantes en el fondo del océano. A lo lejos, el imponente palacio, construido con perlas gigantes y corales de todos los colores, se alzaba majestuoso.

Mientras nadábamos, Taehyung se detuvo y me miró con una sonrisa, tarareando suavemente la melodía que me había atraído a él. Su voz, incluso en un simple tarareo, tenía un efecto hipnótico y encantador. Sentí una oleada de emoción y una mezcla de deseo y resistencia.

—Taehyung, esa canción... no puedo evitar sentirme atraída por ella —dije, intentando apartar la mirada.

Él dejó de tararear y se acercó, su expresión se suavizó.

—Lo sé, Coral. Aunque intentes resistirte, no funcionará. Es una parte de lo que soy y de lo que somos. Pero no tienes que temer —me dijo con una sonrisa tranquilizadora—. No es solo la melodía la que te atrae, es nuestra conexión, algo más profundo.

Miré sus ojos dorados, tan llenos de sinceridad y algo más, algo que no podía identificar del todo. No estaba segura de si era el hechizo de la canción o algo en mi interior, pero sentí una paz y una calidez que no había sentido antes.

—Tu mundo es hermoso, Taehyung. No puedo creer que exista algo tan maravilloso —susurré, acercándome un poco más a él.

—Y es aún más hermoso compartirlo contigo —respondió, su voz llena de emoción y dulzura.

Taehyung volvió a tararear suavemente, y aunque sabía que no podía resistirme a esa melodía, una parte de mí no quería hacerlo.

Cuando íbamos de regreso al Palacio, me sentí atraía por una antigua historia que contaba una sirena anciana. En esta, la canción que llevaba a los marinos a su muerte y en mi caso hacia Taehyung, era conocida como la canción de la atracción. El título había sido olvidado con el paso de los siglos, al igual que su significado. Muchos asumieron que significaba la perdición, cuando en realidad tenía un significado más profundo que solo alguien puro de corazón descubriría.

Ese día, mi curiosidad por la misteriosa canción creció aún más. Quería saberlo todo: ¿cuál era su título? ¿Qué significaba realmente? Pero, a pesar de mis esfuerzos por investigar, no encontré respuestas. La canción seguía siendo un enigma, un misterio que no podía resolver.

Mientras los días se convertían en semanas, mi atracción por Taehyung también crecía. Era peligroso, sí, pero también increíblemente dulce. La melodía que tarareaba constantemente me sumergía en un abismo sin retorno, un lugar del que no quería salir. Estaba tan perdida en sus ojos y en su voz que me resultaba casi imposible pensar en algo que no fuera él. Su presencia era como una melodía en sí misma, una que resonaba en mi corazón y me mantenía cautiva, incapaz de escapar de su encanto.

—Coral, quiero mostrarte algo —dijo Taehyung, extendiendo su mano.

La tomé sin pensarlo, y mientras me guiaba por las profundidades del océano no pude evitar pensar en lo maravilloso que es, no solo él, todas las sirenas y tritones. En este tiempo me había dado la oportunidad de conocer su cultura, sus creencias y me di cuenta que realmente somos iguales.

Al llegar a la pequeña cueva submarina me detuve a observar cuidadosamente la antigua historia reflejada en los muros, pero no podía entender del todo la caligrafía antigua de las sirenas.

—Te va a sorprender mucho, esta historia es el origen de la maldición —me sorprendió mucho esta revelación.

—Y... ¿qué dice? —lo miré atenta, tal vez de esta forma descubra como romper la maldición.

—Dice que...

"Hace muchos siglos, la princesa de las sirenas desarrolló una gran curiosidad y admiración por los humanos. Al mostrarse ante ellos, los humanos quedaron encantados con su voz maravillosa y muchas sirenas comenzaron a seguir su ejemplo, iniciando incluso relaciones sentimentales con los humanos. Sin embargo, no todo fue feliz. Un hombre, cegado por la avaricia, capturó a la princesa y, cruelmente, le arrancó sus escamas frente a todos. El rey tritón, enfurecido por lo ocurrido a su hija, maldijo a todas las sirenas del océano. Decretó que nunca más podrían relacionarse con humanos, y la canción que antes cantaba su hija con alegría se transformó en un canto de perdición, una melodía que llevaría a cualquier humano que la escuchara a la muerte. Esta maldición persistiría hasta que una chica pura de corazón, elegida por el océano, la rompiera."

Estaba fascinada y a la vez en shock, pero de repente todo tuvo sentido. No era una melodía de seducción o atracción.

—Es una canción de amor y felicidad —Taehyung se vió confundido al escucharme, como si no supiera cuál es ese sentimiento.

—¿Qué es el amor? —preguntó.

"La maldición los privó todo este tiempo de algo tan hermoso."

—Es cuando te enamoras de alguien, solo pasa y no tiene explicación. Te sientes bien y feliz con esa persona. Cuando la vez, de repente todo está bien, tu corazón se acelera y sientes mariposas en el estómago —en ese momento, sentí mi corazón acelerarse, yo siento todo eso por él.

Taehyung parecía entender, pero me sorprendió mucho cuando se acercó a mí y sus labios rosaron los míos.

—Coral yo... siento todo eso cuando estoy contigo.

Nos miramos por unos segundos, y como si me leyera la mente, me atrajo hacia él y me besó. Fue un beso tierno y lleno de sentimiento, sus manos se posaron en mi cintura, me acercó más a su cuerpo y en ese momento, descubrí el gran secreto para romper la maldición.

Desperté en la playa, cubierta de arena. ¿Qué había pasado? Me puse de pie y miré el océano, y todos los recuerdos me inundaron. Lo último que recordaba era ese beso con Taehyung. ¿Se habría roto la maldición? Me sumergí en mis pensamientos. "¿Y si no lo vuelvo a ver nunca más?"

—¡Coral! —un grito me sacó de mis pensamientos, y antes de ver quién era, Lisa ya estaba sobre mí— ¡Tonta! Tu padre y yo llevamos dos mes buscándote. ¿Dónde estabas? —sus lágrimas caían como cascadas. La abracé de inmediato y comencé a llorar también.

—Lo siento tanto, Lisa. Nunca quise preocuparlos —sentí una horrible presión en el pecho.

Después de hablar con Lisa y omitir lo ocurrido, corrí a casa. Mi padre debía estar tan preocupado. Cuando me vio, corrió hacia mí, me abrazó y se tranquilizó un poco.

—Hija, ¿dónde estabas? ¿Estás bien? —su voz estaba quebrada, llena de preocupación.

Los días pasaban, y las preguntas, "¿dónde estabas?" y "¿qué ocurrió?" se volvían constantes. Me preguntaba qué había pasado con Taehyung y las demás sirenas. ¿Se habría roto la maldición al enamorarnos? Aun así, tenía la esperanza de volver a verlo. Iba cada día a la cueva donde nos conocimos. Lo extrañaba tanto, y muchas veces lo llamaba desde la playa:

—Taehyung, por favor vuelve conmigo. Te necesito tanto, eres como mi adicción, y tenías razón. Aunque me resista, no puedo vivir sin ti.

Hacía lo mismo cada día, pero era inútil.

Unos meses después, el pueblo se estaba preparando para algo importante. Nadie sabía exactamente qué era. Muchos habían escuchado rumores y murmuraban en las calles...

—¿Ya viste esa criatura?

—Sí, nunca creí que las sirenas fueran reales. La chica loca del pueblo siempre tuvo razón.

La "chica loca" era yo. Al escuchar eso, corrí lo más rápido que pude hacia el puerto donde se presentaría. Al llegar, escuché las descripciones de la criatura mística capturada: cola larga verde azulada, ojos dorados, escamas en los brazos y parte de la espalda, una marca dorada en el hombro izquierdo.

En ese momento lo dejaron al descubierto. Taehyung estaba dentro de una jaula. Algunos estaban sorprendidos, otros pensaban que era un disfraz, y otros estaban asustados.

Corrí y me puse frente a la jaula, decidida a no dejar que nadie lo lastimara. Al darme la vuelta, vi reflejada en sus ojos una melancolía que nunca había visto. Extendió su mano para que la tomara, y así lo hice.

Unos hombres me sujetaron y me alejaron, me resistí, pero su fuerza superaba la mía. Desesperada, comencé a cantar la canción de las sirenas, esa melodía que llevaba a la muerte a quien la escuchara.

No sé qué ocurrió con la canción, pero sirenas y tritones comenzaron a emerger del océano, el Reino Submarino frente a nosotros.

Seguí cantando y, aprovechando la confusión, logré liberarme y correr una vez más hacia Taehyung.

—Taehyung, yo... te amo.

—Yo también te amo, Coral.

Nos besamos, y una luz dorada iluminó todo el lugar. Las sirenas y tritones se veían deslumbrantes. El pequeño Kook y Jimin, uno de los hermanos de Taehyung, comenzaron a cantar. Esta vez, la canción volvió a ser lo que era antes: una melodía de alegría, amor y libertad. Todas las sirenas se unieron, y las personas del pueblo, en lugar de temer, comenzaron a bailar.

En ese instante, supe que la maldición se había roto. El amor verdadero había triunfado sobre el odio y la desconfianza, y el vínculo entre humanos y sirenas se había restaurado. Los habitantes del pueblo, al darse cuenta de la verdad, aceptaron la presencia de las sirenas como una parte mágica y hermosa de su mundo.

Al final del día, Taehyung me miró con una sonrisa llena de promesas de futuro, mientras las sirenas regresaban al océano, libres de la maldición que las había atado por tanto tiempo.

Y así, bajo la luz dorada del atardecer, con el océano como testigo, Taehyung y yo supimos que nuestro amor había logrado lo imposible. Al despedirnos de aquel día, con el sonido de las olas y la canción de las sirenas llenando el aire, comprendí que el amor verdadero no conoce barreras, ni de tierra ni de mar.

"En un mundo donde lo imposible se hizo realidad, el amor se convirtió en la fuerza que une dos mundos, para siempre."

—¡Guau, abuela! —exclamó uno de mis nietos, con los ojos brillando de emoción-¿Y después qué pasó?

—¿Qué creen que pasó? —pregunté con una sonrisa, mirándolos con cariño—. Pues seguimos viviendo juntos, felices. El amor entre los humanos y las sirenas se volvió más fuerte que nunca.

Justo en ese momento, la puerta de la cabaña se abrió y Taehyung entró, llevando consigo un par de cañas de pescar. Su cabello, ahora un poco gris, brillaba bajo la luz del sol, y sus ojos dorados seguían teniendo ese destello juguetón de siempre.

—¿Qué están haciendo aquí mis piratas favoritos? —dijo con una sonrisa, dejando las cañas en la entrada.

—¡Abuelo! —gritaron los niños, corriendo hacia él.

Los abrazó con fuerza, y luego me miró con una sonrisa que aún me hacía sentir mariposas en el estómago.

—Estaba contándoles la historia de cómo nos conocimos —le dije, mientras se acercaba a besarme en la frente.

—Esa es una de mis favoritas —dijo, sonriendo—. Pero aún no les has contado cómo vencimos a los piratas del Mar del Norte.

Los niños lo miraron con asombro, ansiosos por escuchar más historias.

—Eso será para otro día —dije, riendo—. Por ahora, es hora de cenar.

Taehyung y los niños comenzaron a contar historias de su día, mientras yo los miraba, sintiéndome agradecida por cada momento que habíamos compartido. El amor verdadero, pensé, es una historia que nunca termina.

"Y así, en un rincón del mundo donde el océano y la tierra se encuentran, nuestra historia continuó, uniendo dos mundos con un amor que trasciende el tiempo y las leyendas."

~ͲᎻᎬ ᎬΝᎠ~

Gracias por acompañar a Coral y Taehyung en su increíble viaje. 💖💫

♡One shot realizado para la dinámica Fantasy World a cargo de MelyLim Admin de la comunidad Apobangpo.♡

No olviden dejar su voto, comentar y seguirme.💜😉

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