014. X = Choi Soobin
Despertar de malhumor para tomar el autobús es patético.
Llevar una expresión sombría en todo el rostro, quejarse en murmullos pequeños por cualquier cosa, respirar profundo cada diez segundos para aguantar el inicio del día y a todas las personas que también utilizaban el transporte público y decidían pararse a su lado era irritante, más de lo que ya de por sí era su rutina vespertina, incluso cuando como mucho eran las siete de la mañana.
Lo mejor era que nadie podría imaginar que la razón de su horroroso ceño fruncido fue un diálogo cortísimo que en segundos le arruinó el día.
El día, la semana, el mes, el año, la vida. Lo que sea.
Choi solo estaba esperando por algo que le ayudara a castigar a los responsables de hacerlo tomar el autobús solo para tener que verle la cara a los estudiantes durante ocho horas enteras, a veces incluso más, intentaba jugar limpio para conseguirlas, pero parecía que el universo no estaba de acuerdo con ello o la mitad de la gente a su alrededor era tan idiota como para no notar cuando fallaba o no una cámara de seguridad.
Sin darse cuenta, de nuevo estaba haciendo mofas con las palabras que le había dicho el oficial Min, el guardia de seguridad del instituto.
"Lo lamento, profesor, alguien tapó la cámara de seguridad. No tenemos vídeo de ese día".
No sabía si quería golpearse la cabeza o golpearle la cabeza.
La paciencia no era parte de su naturaleza, en realidad, muchas cosas no eran parte de ella. No era del todo su culpa, pero aún así no lo hacía mejor de lo que la gente a su alrededor podría esperar. Un par de minutos después se estaba bajando en la parada de bus frente al instituto en el que trabajaba, tomó una gran bocanada de aire al salir del cúmulo de personas y se deshizo de ese mismo aire en un resoplido, como un anciano quejumbroso.
¿Cómo podría gustarle a alguien de esa manera?
Enfundó sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón antes de entrar al lugar. Llevaba ya alrededor de una semana y media llegando más temprano de lo normal por tener que tomar un autobús específico para no quedar tarde, la ruta desde su casa era larga, tediosa además de molesta tan solo por pensar en la factura del arreglo de su maldito carro cada que ponía un pie sobre el bus. Eran como recuerdos de la guerra, pero más dramáticos en su mente.
Alguien debía pagar los mil quinientos dólares que costará la reparación y ese alguien no sería él.
Una vez más su cabeza distraída tomó control de su cuerpo y lo llevó de regreso a la escena del crimen contra su vehículo, como si no hubiera dado ya siete vueltas alrededor del sitio buscando cualquier mínimo detalle que le diera un indicio sobre los responsables de tal acto vandálico, porque incluso si le decían que probablemente fue alguien que lo odiara, Yeonjun no tenía idea de cuál de todos los estudiantes que lo odiaban podría ser.
Era un tipo popular y detestable, incluso él mismo lo sabía y no se quejaba.
La mirada del rubio estaba atenta a la cámara de seguridad en la pared, la misma estaba en un ángulo específico desde donde podía grabar todos los autos del estacionamiento para profesores, movió su cabeza hacia donde había colocado su auto aquella vez, justo frente a la cámara, pero sin prueba alguna de los perpetradores.
Delincuentes, vándalos, desubicados sin corazón...
Quería golpearlos.
一Que se jodan 一murmuró Choi entre dientes, lleno de rabia.
Se acercó un poco más a la cámara de seguridad encendida y le sacó el dedo medio, al terminar regresó sus manos a los bolsillos de su pantalón y se giró, dispuesto a irse.
No obstante, algo dentro de sí lo hizo mirar al suelo antes, un objeto en el suelo pareció llamarlo. No pensó mucho antes de acercarse al concreto bajo la cámara de seguridad, se agachó para mirar más de cerca y sus ojos expresaron aún más sorpresa cuando reconoció un llavero de una rosa con detalles pequeños en amarillo, el gancho del que se aferraba se había roto, era fácil asumir que se le debió haber caído a alguien hace algo de tiempo dado que estaba sucio.
La cosa es que, no mucha gente transita justo debajo de la cámara de seguridad, solo profesores y otro personal de la escuela, pero Yeonjun no recordaba haber visto ese llavero antes en sus colegas. Tras pensar en ello un poco, el rubio limpió el objeto con un pañuelo que llevaba y lo guardó en su maletín, dejando el llavero envuelto con desorden dentro de uno de los bolsillos.
Ahora sólo debía despejar la incógnita.
Y la incógnita equivalía a ese chico castaño que iba por la calle de camino a clases sin pensar en nada en particular.
一¡Soobin hyung!
El aludido miró a su costado cuando una voz familiar se escuchó cerca. Kai, quien iba de copiloto en un auto negro que se detuvo junto a él, lo invitó a subirse con una sonrisa cálida.
A más o menos las siete y algo de la mañana, con un cielo despejado sobre ellos dando comienzo a la mañana, el castaño de apellido Choi se encontró con el joven y sonriente Huening.
Choi era del tipo de persona introvertida, tenía pocos conocidos cercanos y no consideraba a muchos como amigos, mucho menos tenía algún "mejor amigo", la gran parte del tiempo reservaba sus pensamientos para sí mismo y antes de unirse al club se la pasaba en el aula de la clase de arte, el único con un número escaso de estudiantes a cualquier hora del día. No creía ser capaz de causar un gran impacto en las personas, su humor era extraño, no a todos les parecía divertido, también era bastante bobo para las relaciones y acababa por arruinarlo todo en su cabeza, por lo que prefería abstenerse de cualquier cosa que no hubiera pensado seis veces antes.
Pero Kai era lo opuesto.
Era escandaloso, dramático, cariñoso, sumamente espontáneo, su personalidad era una comedia andante que alegraba a la gente a su alrededor todo el tiempo, lo más cercano a un mejor amigo ideal para la mayoría. Kai era del tipo de persona que sería capaz de pararse en una escenario a cantar el himno nacional al revés solo por ser solidario con cualquier amigo tímido que tuviera, cosa que creyó haberlo visto hacer una vez. Lo único que tenía en común con Soobin era que pasaba bastante tiempo solo.
Lo cual era extraño.
Antes de hablarse, hubo un tiempo en el que el mayor lo había estado observando desde la distancia, solo por casualidad.
Al inicio, Kai siempre estuvo rodeado de otros estudiantes, el banco en el que se sentaba era rodeado por chicos y chicas de todos los años que se interesaban en él, no solo con fines amistosos, mucha gente lo conocía, mucha gente le hablaba y él se veía feliz riendo hasta que la voz se le iba. Era encantador, nadie sería capaz de negarlo. El tiempo pasó, no recuerda cuánto en realidad, pero dejó de verlo, el asiento en el que se sentaba quedó vacío por varios días y nunca lo notó, cuando comenzó a coquetear con Yeonjun ya ni tenía tiempo de saber dónde estaba el otro, pues no era algo que realmente le interesara, ni siquiera sabía su nombre.
Luego de eso lo encontró una vez en el baño, pálido y respirando agitado luego de lavarse la cara. No hizo nada por él esa vez más que acabar con lo suyo rápido para darle privacidad. La siguiente vez que se encontraron fue cuando Taehyun y él llegaron a su asiento con la propuesta de destruir a Yeonjun.
Tan solo en ese momento, Soobin captó que habían pasado tres meses desde la primera vez que miró a Huening Kai en los pasillos del colegio.
Ahora eran amigos.
一Gracias, noona 一agradeció Kai con una adorable sonrisa para su hermana mayor cuando se detuvieron frente al instituto.
Lea, como el más alto había descubierto que se llamaba la mayor, le hizo una señal a su hermanito para que acercara su cabeza a la ventana, por lo que el mayor podría deducir, algo vergonzoso le habría dicho la muchacha para que sacara su cabeza tan rápido del auto, por poco casi golpeó su nuca con en borde de la puerta.
一Avisa cuando salgas para recogerte 一terminó Lea entre risas.
El castaño se mantuvo al margen en todo momento, se despidió de la mayor con una reverencia y un agradecimiento por el aventón. El auto oscuro que los dejó en la entrada avanzó por la calle hasta desaparecer en el cruce, entonces fue cuando ambos adolescentes caminaron con la corriente de estudiantes para entrar al instituto, el pelinegro contando otra de sus largas anécdotas con la silenciosa atención del castaño solo para él.
一He estado pensando en teñir mi cabello 一comentó entre tanto tema que hablaba一 ¿Tú qué opinas?
一El rubio te quedaría bien, aunque no deberías desteñirlo todo tan de repente.
No pasó mucho tiempo de charla hasta que llegaron al patio central del instituto, donde todos los estudiantes acababan reunidos antes de dirigirse a sus aulas para comenzar las clases. Aún en ese momento, sabiendo que su profesor ya estaba caminando al salón de clases con los doce libros de historia universal ocupando sus brazos, Kai no quería dejar de hablar con Soobin.
Y se notaba.
一Huening Kai.
El aludido volteó a un costado cuando sintió un brazo apoyarse en su hombro, lo primero que miró fue a un pelirrojo que le miraba con sus ojos entrecerrados, fijos sobre él de manera intimidante para cualquiera que no estuviera acostumbrado al aura pesada de Kang Taehyun.
一¿Tú qué?
Todo rasgo serio desapareció del rostro del mayor en cuanto fue recibido por aquellos monosílabos tan característicos del contrario hacía su persona.
一Tenemos clases 一afirmó Taehyun, confesando el verdadero propósito de su irrupción a la calma de los más altos.
一¿Y si no quiero ir? 一Cuestionó Huening como el gran rebelde que era.
一Entonces podrías disfrutar de hacer nuevos amigos cuando repitas el año entero.
Allí fue cuando el menor de los tres se apresuró en marcharse al mismo tiempo que decía "arrivederci", corriendo hasta la primera clase con Taehyun siguiéndolo de cerca, el castaño alzó su mano entre risas para despedirse del pelirrojo y azabache que ahora caminaban hacia su salón de clases tal como otros estudiantes a su alrededor.
Soobin acomodó sus lentes y se dispuso a proseguir con su propio horario de actividades, girándose entonces para ir hasta su aula, sin prestarle atención en lo más mínimo a su entorno lleno de los mismos estudiantes de siempre y, entre ellos, un pelinegro que como podía se mantenía fuera de su vista, evitando cualquier posible contacto.
Beomgyu no soltó el aire que había estado reteniendo hasta que el contrario desapareció por completo de su campo visual.
Las emociones humanas son iguales a una gran montaña rusa. Estar en lo alto y bajar de repente es algo común para muchos, al revés también aplica, no todos son capaces de lidiar con grandes altibajos y de alguna manera acaban vomitando a mitad del trayecto de cualquier atracción similar, o cuando la ansiedad los mortifica, puede que incluso lo hagan antes de que llegue lo peor.
Esa última descripción es la que mejor queda con Beomgyu, quién no estaba dispuesto a lidiar con el pequeño chispazo que sintió el día anterior con Taehyun, porque sentía que podría vomitar si tan solo intentaba montarse en ese barco de nuevo.
Probablemente estaba siendo un cobarde en ese momento, pero todo sea por proteger lo poco que quedaba de su corazón.
Si es que quedaba algo intacto.
(...)
Todos conocemos la sensación de estar asfixiado incluso cuando puedes respirar perfectamente ¿Verdad?
Beomgyu era un chico sensible, eso ya se sabía, sentir miedo del futuro era algo común para él, sin embargo, en este ocasión era diferente. Más que miedo a lo que venía, sentía nervios, un cosquilleo asfixiante subía desde su estómago hasta hacerlo dudar de todo lo que hacía.
Le tomó cinco respiraciones profundas siquiera poder abrir la puerta, pero todo el aire se le cortó en cuando tres pares de ojos se clavaron sobre él.
一Llegaste justo a tiempo 一dijo Kai tan pronto como notó que era Beomgyu一. Rápido, siéntate.
Para suerte de Beomgyu, Kai no parecía molestarse por haber llegado casi cuarenta minutos tarde.
Estuvo dudando durante unos largos veinte minutos en el baño sobre si debería ir o no a ver a sus compañeros, pues no había ningún problema entre ellos, pero desde que captó que se estaba interesando por una persona que antes estuvo relacionada de manera romántica con su ex lo hacía todo más incómodo, al menos en su cabeza dónde todo era exageradamente más dramático.
Y sí, puede que estuviera exagerando.
Es decir, su familia no era del tipo cariñosa, al menos no tanto, lo que significaba que no estaba del todo acostumbrado al contacto cercano, lo que a su vez estaba relacionado con el chispazo que pudo o no haber sentido en ese mínimo momento íntimo con Taehyun, cosa que abría paso al hecho de que una vez más...
一Beomgyu... ¿No entrarás?
El aludido salió de sus pensamientos cuando escuchó por primera vez en el día la voz de Taehyun.
Demonios, se quedó sobrepensando de nuevo.
No dio respuesta alguna, en su lugar siguió las indicaciones del azabache y tomó asiento junto a Soobin, mismo que le preguntó con cautela sobre su ausencia y se rindió rápido cuando como respuesta obtuvo un flojo encogimiento de hombros.
Taehyun miró con curiosidad y sus brazos cruzados al recién llegado, aunque no le dijo nada de todas formas.
一Caballeros, tengo noticias.
Todos prestaron su completa atención al chico alto de cabello negro con cientos de notas desorganizadas ocupando todo el pizarrón. Estando de nuevo todos reunidos en el mismo polvoriento salón de siempre, Kai se tomó la molestia de dar inicio a la típica reunión del club.
一Primero 一enumeró alzando su dedo índice一, según el amigo del primo de la sobrina de mi tía que es abogado, podríamos llevar a Yeonjun a fiscalía por mínimo cuatro cargos, los cuales serían: acoso, pedofilia, abuso de autoridad y extorsión.
Al tiempo que hablaba, el adolescente iba copiando en el pizarrón las ideas principales de lo que decía, incluyendo algunos dibujos para hacer más serio el asunto, por supuesto.
一Me causa más curiosidad cómo conociste al amigo del primo de la sobrina de tu tía para preguntarle sobre Yeonjun que los cargos en sí.
No fue sorpresa para nadie cuando Soobin y Taehyun asintieron, concordando con las palabras de Beomgyu.
一Segundo 一prosiguió Kai mientras alzaba un segundo dígito一, es muy probable que acabemos perdiendo si vamos a juicio o denunciamos.
Dos de los tres espectadores de su presentación lo miraron con gran confusión.
一¿Eh? 一Soltó Soobin con una mueca.
Con sus labios hechos una larga línea, el menor tuvo que asentir para reafirmar lo que estaba alegando.
Fueron humillados, menospreciados y manipulados, por culpa de alguien más ya no tenían ganas de confiar en ese amor que cualquier adolescente de su edad podría querer experimentar alguna vez, quisieron sentirse amados y fueron engañados, sin embargo, no podían hacer nada al respecto más que seguir adelante con el mal sabor de boca mientras que el principal agresor vivía una nueva vida llena de lujos y una conciencia limpia ¿Qué lógica se suponía que era esa?
一Explícate 一exigió el pelirrojo con su ceño fruncido.
Kai borró lo que llevaba escrito en el pizarrón para usar el espacio y escribir lo más grande que pudo un nombre que resultaba conocido para todos en el país.
一La prometida de Yeonjun es Karina Lee.
Si escucharon un vaso quebrándose, no se preocupen, solo era la tremenda sorpresa que Huening le había dado a sus mayores.
En el mundo del entretenimiento y las noticias matutinas del día a día, Karina Lee era la diosa de esplendorosa belleza que cautivaba a todos con un simple "buenos días, ciudadanos de Seúl". Ella era una reportera con gran popularidad tanto dentro como fuera del país, estuvo dentro de los cincuenta rostros más atractivos de Corea por tres años seguidos, venía de una familia pudiente y, para mejorarlo todo, era considerada como un símbolo de honestidad absoluta para la nación.
Hace dos meses había anunciado su matrimonio, cientos de seguidores lloraron por eso en Twitter, no sabías si de felicidad o lamentándose no ser ellos los que despojaran a la elegante reportera de gran éxito a sus casi treinta años.
Tomando en cuenta la gran mujer de la que estaban hablando, ninguno de los cuatro jóvenes podría imaginarse un motivo razonable para que estos dos personajes tan diferentes estuvieran a punto de contraer nupcias. No tenía el más mínimo sentido.
一Si denunciamos y ella lo defiende, estaremos fritos 一analizó Taehyun en un murmullo.
Los miembros fundadores del grupo estaban debatiendo sobre las posibilidades que se avecinarían conforme ellos tomarán las siguientes decisiones, al mismo tiempo que el azabache con mayor edad continuaba procesando gran parte de la información que le habían dado hace tan solo unos segundos.
"¿Por qué yo no?"
"Porque tú no eres lo que quiero".
Auch.
Recordar cosas de repente era una tortura.
一Pero tenemos pruebas... 一musitó Beomgyu, ganándose una mirada triste de parte del otro azabache.
一En casos como este realmente no importan las pruebas, si tienes a grandes empresarios de tu lado podrías ser un asesino en serie y salir libre en unos días 一dijo Huening en un tono suave que cambió a uno bromista al notar lo tenso del ambiente一 ¿Acaso nunca viste The Devil Judge?
一No soy fan de la actuación de Park Jinyoung.
Y el marcador que Kai estaba usando se deslizó a gran velocidad de su mano por razones desconocidas y cayó por casualidad del destino en el centro de la frente cubierta de Beomgyu. Todo por coincidencia, claro está.
El mayor chilló de dolor cuando Huening le arrojó el marcador.
一Retráctate.
Antes que el otro pelinegro pudiera levantarse para perseguir a Huening, Soobin inquirió:
一¿Y qué hacemos entonces?
一Lo que cualquier persona al borde haría. Un escándalo.
Justo al terminar su frase, el club fue interrumpido por la campana que sonó para anunciarle a los estudiantes que debían regresar a sus salones de clases.
一El deber me llama 一dijo Kai al tiempo que recogía sus cosas con apuro, haciendo que Soobin riera antes de ayudarlo para que no llegara tarde.
一Nos vemos después 一se despidió el mayor del grupo.
Los dos más altos salieron del aula primero, Beomgyu y Taehyun fueron los afortunados elegidos para el deber más importante del club: colocar las sillas en orden. No dudaron en ponerse manos a la obra, aunque sí había uno vacilando más que el otro mientras cargaba la silla en la que había estado sentado.
一Beomgyu...
一Taehyun 一interrumpió el mencionado antes de encararlo一, no estoy listo para hablar de eso, por favor, no preguntes.
El pelirrojo se tomó un momento para mirarlo con confusión luego de dejar el asiento en su debido lugar.
一¿De qué hablas? 一Preguntó Kang.
一¿De qué hablas tú? 一Cuestionó igual Choi.
一Estaba por preguntarte si podías llevarle unos papeles a la profesora Irene por mí.
El silencio llenó el salón.
Bueno, era claro que no estaban pensando en lo mismo.
一Ah, sí... Seguro 一respondió el más alto, bajando su voz mientras hablaba.
El pelinegro carraspeó un par de veces para distraer la atención del menor, desafortunadamente para él, no tuvo éxito.
一¿Qué creíste que diría? 一Preguntó Taehyun con una expresión confundida al tiempo que sacaba los papeles de los que hablaba de su mochila.
一Nada... Nada importante 一mintió Beom con su mirada en otro lado.
Para ese momento, Choi ya sentía como sus mejillas debían estar más coloradas que de costumbre, una vez más se dejó llevar por sus pensamientos alocados hasta acabar creyendo que Taehyun le hablaría sobre los acontecimientos del día anterior cuando en realidad él fue el único que pasó todo el día con ese momento en su cabeza. Ya debería comenzar a considerar que quizás él fue el único que sintió calidez en su pecho cuando los ojos del más bajo conectaron con los suyos, ese momento tan encantador fue efímero y de seguro no volvería a ocurrir.
Pasado pisado, como diría su abuela.
一Choi Beomgyu.
El aludido que se perdió en la voz que habitaba su cabeza volteó su rostro hacia adelante cuando escuchó su nombre.
Y con el flequillo color flama cubriendo tan solo la mitad de su frente y sus grandes ojos otra vez sobre él, Beomgyu no pudo hacer más que recordar la sensación de calidez que le provocó el menor una vez más.
Incluso con la luz del sol bañando casi todo su rostro, no había diferencia alguna. Su nariz perfilada, labios delgados, rosados, ojeras decoradas con aretes y argollas, cejas gruesas que por naturaleza lo hacían intimidante... Todas esas cosas en el rostro del pelirrojo sacudieron por unos segundos al azabache.
Entonces el mayor deseó maldecir por ello.
Apresurado, Choi tomó los papeles que el contrario le había estado entregando, los guardó en su bolso y prácticamente huyó de la escena, a lo mucho se despidió con un extraño "hasta mañana" antes de abandonar el lugar a paso veloz.
Después de eso, Taehyun no volvió a ver a Beomgyu en todo el día.
(...)
一Oh ¿Y este llavero?
Los estudiantes que iban caminando a sus asientos miraron con curiosidad hacia un lado cuando una de las chicas de la clase preguntó por el llavero que estaba sobre su puesto, uno de esos chicos era un chico alto que abrió sus ojos y boca con sorpresa cuando alcanzó a detallar el objeto.
一Eso es mío 一afirmó el muchacho con una chispa de felicidad一, lo perdí hace unos días.
一Vaya, es muy lindo 一comentó la chica antes de devolverle el llavero a quien le agradeció con una sonrisa.
Todo ocurrió sin que ninguno de los involucrados supiera que por la puerta del fondo cierto rubio con mirada oscurecida se estaba yendo con un nuevo plan formulándose en su cabeza.
Y así mismo, al tiempo que un grupo de estudiantes comenzaba su última clase del día, un pelirrojo de ojos grandes transitaba por la ciudad de camino a casa luego de culminar otra jornada educativa.
Era aproximadamente las tres de la tarde cuando Taehyun se marchó del instituto, durante una larga hora había estado esperando la clase siguiente como un tonto pues el único medio por el que avisaron la ausencia del profesor de artes fue en el grupo de chat del salón, mismo al cual no podía acceder por no tener su teléfono.
Maldita tecnología que nos esclaviza, diría Taehyun si no estuviera ocupado en comer una dona que le regaló Huening antes de irse también.
Y qué buena dona, cabía destacar.
El clima era agradable para dar una caminata, el cielo despejado y la brisa fresca atraía a más de un ciudadano que tomaba asiento en los bancos de las aceras para disfrutar de uno de los poco placeres de la concurrida ciudad. Muchos de sus compañeros que se habían retirado antes aún estaban dando vueltas por la zona, varios de ellos comiendo en puestos callejeros o visitando las nuevas tiendas de la cuadra, disfrutando de la simpleza de la adolescencia al salir antes de clases. De repente pensó en que nunca pudo experimentar eso.
Le dio otro mordisco a su dona antes de seguir su camino.
Tras diez u once minutos de camino, el pelirrojo de humor irónico llegó a su casa con una expresión neutral que se esforzó en mantener en todo momento, incluso cuando cerró la puerta y lo primero que escuchó fueron las risas escandalosas de sus familiares en el comedor, lejos de su vista, por fortuna.
"Nuestro querido Sannie se está preparando sus exámenes finales, pronto será su graduación".
Sin darse cuenta, toda su expresión se arrugó en disgusto ante la mención del fulano "Sannie".
Pasar tiempo con su familia le irritaba, sin importar la razón del encuentro siempre acababa enojado y regañado, por lo que ni se molestó en acercarse para anunciar su regreso del instituto, en silencio se quitó los zapatos para cambiarlos por una pantuflas como estaba acostumbrado, dejó su calzado en su lugar y con su bolso aún sobre su hombro pasó en silencio hacia las escaleras que lo llevarían a su pacífica habitación al mismo tiempo que se hacía una idea de las cosas que haría en unos momentos.
Hasta que a medio camino lo interrumpieron.
一¡Primo querido!
Arroba Yahoo respuestas: cómo escapar de una conversación no deseada.
Una vez más tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no tirarse por las escaleras al mirar al castaño frente a él que le sonreía con una cortesía tan falsa como la dentadura de su difunta abuela a la vez que se le acercaba con unos libros en sus manos que reconoció como suyos.
一Ah ¿Esto? Tu madre me dejó tomarlos prestados. Tengo unos exámenes pronto y necesito estudiar 一dijo el castaño con una sonrisa al notar la mirada inquisitiva del pelirrojo en los libros que llevaba一, no te molesta ¿Verdad?
Y en lugar de dar una respuesta al respecto, Taehyun se limitó a rodear al contrario para seguir su curso hasta su habitación, sin dirigirle la palabra e ignorando por completo la presencia del mayor en su casa.
La familia era un asco.
Cuando llegó a su habitación y cerró la puerta fue que se sintió tranquilo, en ese momento soltó todo el aire que había estado reteniendo como un imbécil desde las escaleras, dejó que el bolso en su hombro se deslizara lento por su brazo hasta caer al suelo y luego se dejó caer él mismo boca abajo sobre su cama, gruñendo
Al alzar su mirada con pesar su atención fue captada por su vieja mochila de viajes que estaba abierta junto a su escritorio. No recordaba haberla dejado allí, y como es un maniático del orden, no tuvo más remedio que levantarse para agarrar el bolso y llevarlo a su lugar.
O al menos eso estaba haciendo hasta que al levantar el objeto abierto se encontró con algo aún mejor.
Su teléfono.
***
Solo pongo esta nota para aclarar que Karina Lee no se refiere a Karina de ÆSPA, es un personaje ficticio creado exclusivamente para este nudo. Lol.
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