Su situación económica tampoco era la mejor, y ahora con la cachorra no podía segur trabajando en la tienda. El dinero que habia podido ahorrar durante nueve meses lo estaba usando para el alquiler y algún que otro alimento, pero ya casi no alcanzaría para el corriente mes. Suspiró mirando el dinero en la cajuela metálica y ni siquiera se tomó el tiempo de contarlo, no quería estresarse más de lo que ya estaba.

Y cuando fue a la cocina, se repitió a si mismo que estaba todo en orden al momento de revisar la alacena, aunque claramente no era así. No recordaba haber tenido una crisis nerviosa o ataque de ansiedad, mucho menos haber recibido visitas, pero faltaba mercadería.

No tenía a quién dejarle su cachorra, no confiaba en nadie más que Park pero su orgullo no le permitía ir hasta él. Decidió entonces, llevar a la pequeña a la búsqueda de empleo.

Qué grave error haber salido de la casa en la hora que lo hizo. Por que cuando el reloj marcó las dieciocho de la tarde, un omega cargando una pequeña bebé envuelta en mantas se habría camino hacia la ciudad donde cada alfa les echó el ojo encima.

"Lo lamento, no se aceptan omegas",

"Hmm, lo siento, con bebés no",

"Solo alfas".

"No buscamos personal".

"Nosotros le llamamos".

Esas eran algunas respuestas que obtuvo antes de que le cerraran la puerta en la cara, en cada lugar en el que se ofreció para trabajar.

YoonGi estaba exhausto de caminar, la temperatura había empezado a bajar, por lo que estaba planteándose regresar a la casa hasta sentir que le seguían los pasos. El miedo se apoderó de su ser y empezó a correr como podía, casi a las ocho treinta de la noche, con la pequeña dormida en su pecho.

El alfa que lo perseguía se reía de su desesperación. Las personas miraban pero no hacían absolutamente nada como siempre.

—Por mas que corras voy a atraparte, lindura—le gritó. El omega no se detuvo ni aunque sus piernas lo exigieron.

Se permitió llorar derrotado en cuanto se ocultó junto a un bote de basura en un callejón al que entró de casualidad, el alfa no tardaría en seguir su olor y encontrarlo para hacerle vaya a saber qué cosas. El corazón del muchacho parecía querer salirse de su pecho, mientras que la cachorra dormía tranquila en brazos de su padre como si no pasara nada.

YoonGi apretó a su bebe mas cerca de su cuerpo, aunque no fuere posible por que ya se encontraba lo suficiente cerca, y se preguntó eso que siempre rondaba en su mente.

¿Por qué todo lo malo me pasa a mí?

Sus padres lo habian abandonado, su novio le dejó solo con una bebé, sus amigos... ¿alguna vez los tuvo, podía llamarles así? Incluso Jimin no estaba.

Y ahora que vió a aquel alfa asomarse... sentía que era la última vez que entraba oxígeno a sus pulmones.

—Vaya, vaya; con que el omega lindo tiene una cachorrita para mi.

Min le enseñó los colmillos, pero era lo único que podía hacer. Estaba acabado.