𝐷𝑜𝑠
La luz del sol entrando por la ventana y el llanto desesperado de un bebé fue lo que lo despertó.
Tardó unos minutos en darse cuenta de que se encontraba en el sofá de un living que no era el de su casa y recordar que YoonGi tenía un cachorro en la habitación al que seguramente no sabía como atender con exactitud. Restregandose los ojos con el dorso de la mano y corriendo con torpeza, fue con el chico.
El omega se encontraba sentado de espaldas sobre la cama y se inclinaba hacia delante, por lo que debido al ángulo Jimin no lograba ver al bebé.
—YoonGi—el nombrado se sobresaltó un poco—, ¿puedo acercarme?
Sabia por su madre que los omegas son muy recelosos con sus cachorros, muchas veces no quieren que nadie se les acerque sin su permiso y hasta pueden reaccionar de manera agresiva para proteger a la cría, y el no quería tampoco incomodar con su presencia.
—Si, ve-ven por favor.
Dio un par de pasos y se colocó junto a el en la cama, por fin pudiendo ver al pequeño. Su padre le estaba intentando prender el pañal, pero no lloraba en sí por eso, y...
Un momento.
Era una cachorra, no un cachorro como había creido en la madrugada. Pero por su ropita, que variaba entre el blanco, amarillo y verde claro, no había podido saber qué sexo era y tampoco le había preguntado a Min.
—Esas manchitas rojas aquí—señaló en las partes donde el elástico del pañal apretaba en la piel de la bebé, lugar donde aparentemente le dolía. Suavemente sacó la mano del otro omega y volvió a abrir el pañal—, son por que debe usar un talle más grande de pañales, estos que tienes le están haciendo daño.
YoonGi lo miró sorprendido. ¡Claro! ¿Cómo no lo había pensado?
—Soy un idiota, dios—suspiró, y mirando a su pequeña volvió a hablar—. Perdona a papi mi amor, ¿sí?, prometo que va a dejar de doler bebé.
Jimin sonrió, estaba realmente enternecido con su actuar.
Su faceta de papá cariñoso lo hacía ver muy lindo.
» —Ahora quédate con Jimine mientras voy a comprar más pañales, ¿sí bebé, te portaras bien?
Sus palabras lo sacaron de su ensoñación. ¿Planeaba dejarlo solo con la pequeña cachorrita? ¿A él? ¿Porqué? ¿Porqué le tenía tanta confianza?
Bueno, después de todo no le molestaba en absoluto.
—¿Y-yo?—y como respuesta a tan tonta pregunta, recibió únicamente una sonrisa por parte del mayor que salió de la habitación sin decir una palabra.
Minutos después escuchó la puerta principal ser cerrada, lo cual significaba que solo quedaban dos personas en la casa.
El omega arropó a la cachorrita para que no sintiera frio, pues al tener el pañal desprendido había riesgo de que pudiera orinarse y, claro que él no quería eso o tendría que limpiar y la verdad es que no tenia ganas de nada más que no fuera estar acostado junto a la hija de su vecino omega.
La bebé cerró sus ojitos al sentirse calentita y rodeada del aroma dulce de su padre.
» —Tienes la misma nariz que Yoonie—murmuró, esbozando una sonrisa.
Jimin se sentía a gusto en esa casa, y aunque tendría qué, cierta persona no querría que se fuera así como así.
—Por fin se durmió—suspiró YoonGi, dejándose caer junto al menor en el sofá.
No solo estaba cansado, sino que se sentía agotado. Sus párpados parecían pesar más de lo normal, y resumiendo, tenía la sensación de que un coche le hubiera pasado por encima.
—Creo que tu también deberías descansar YoonGi—el nombrado cerró los ojos, negando con la cabeza—, yo vigilo a Hye mientras.
Min Yougmi había estado algo inquieta durante toda la tarde a pesar de tener ahora pañales de su medida. Tal vez se debía a que le dolía algo, pero en ese momento de alguna forma su padre había logrado que cayera dormida después de cantarle infinidad de canciones y haberla alimentado.
—¿Tú no tienes una casa?—aunque fue un balbuceo, el omega menor lo oyó e hizo un puchero con los labios involuntariamente—. Perdón, no q-quise sonar grosero.
Jimin negó con la cabeza, ¿grosero? ¡Claro que no! Pero entendía al chico, pues había pensado en que tal vez quería regresar a su casa y... y simplemente vagar por los pasillos. Porque otra cosa, no haría.
No tenía ánimos de hacer otra cosa que estar junto al omega y esa bebé.
—No te preocupes, tú solo duerme, me hago responsable de la cachorra. Bueno, excepto que quieras que me vaya.
—Me agradas—sonrió sincero, acomodándose en una mejor posición en el sofá, dispuesto aceptar la oferta del contrario y dormir un rato.
Algo en Park le inspiraba confianza, tanta, que le entregaba a su pequeña bebé en bandeja de plata. Porque si YoonGi de algo estaba seguro es que el chico velaria por su seguridad tanto como si mismo.
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