Sana desde de pequeña desarrollo un increíble amor hacia los animalitos.

Le encantaban, desde un pequeño patito bebé, hasta un gran ternero.

Lamentablemente nunca le dejaron tener una mascota propia, pues según sus padres no era lo bastante responsable.

Ya había tenido incidentes con diferentes animales, como ese día donde le cortó todos los bigotes del gato de su abuela, o el día en que atoró su brazo en el caparazón de una tortuga.

Sana creía que tenía mala suerte con las mascotas, asi que por más que quisiera tener una no se lo permitiría, pues no quería hacerle daño.

La única mascota cercana que tenía era un gato blanco y regordete llamado Shiro, pero aunque quisera mucho al minino, no lo sentía como su verdadera mascota.

Para ella el peludito guardaba todos los recuerdos de su madre recién fallecida. Ella se prometió en cuidar a ese gato hasta el fin de sus días gatunos o mejor dicho hasta que sus 7 vidas se acaben.

Sana se levantó gracias a la espantosa alarma que le avisaba que era tiempo de despertarse e ir a la universidad.

Aún en pijama se dirigió hacia la cocina para dar de comer a su gato.

Sacó las croquetas del almacen y lo llamó.

ー Shiro, ven. Es hora de desyunar. ー dijo mientras servía la croquetas en el plato del gato.

No obtuvo ninguna respuesta del gato, así que fué a buscarlo en su cama. Y efectivamente estaba ahí.

ー Gatito, gatito. Ven aquí. ー dijo mientras lo empezaba a cargar ー. Uy estás muy pesado Shiro. ー río

Sana solo obtuvo un 'Miau' del minino.

Lo cargó hasta llevarlo hacia su plato de comida, y lo acariciaba mientras lo veía comer.

Vió el reloj colgante en su pared y se dió cuenta de que ya era tarde.

Corriendo se fué a su cuarto a cambiarse para irse rápidamente a sus clases.

Sana llegó tan cansada que apenas vió su sofá se tiró en él y se quedó dormida, tanto que hasta se olvidó de cambiarse.

Se molestó al escuchar un fuerte ruido en el tejado que la despertó, no le hizo caso y volvió a tratar de dormir.

Estaba apunto de hacerlo hasta que un fuerte 'MIAU' la despertó por completo asustandola.

ー Shiro.. ー susurró.

Salió de su casa y vió unos ojos brillantes en su tejado. Sacó su celular y empezó a alumbrar más, entrecerro sus ojos para ver mejor y se dio cuenta que efectivamente su gato estaba en su tejado.

ー Shiro, gatito. Porfavor baja. ー dijo en un tono de ruego.

El gato maulló nuevamente, y lo hizo más fuerte cuando sonó un rayo.

La lluvia empezó a caer logrando que Sana no lograra ver casi nada.

Aumentó la intensidad de la luz de su linterna y vió como una sombra en forma de humano con cola se llevaba a su gato.

Sana se frotó los ojos y volvió a ver, pero ya no había nada.

Asustada entró a su casa y se metió al baño para lavarse su rostro.

ー ¿Qué carajos fué eso?. ー se vió en el espejo ー. No pudo haber sido una persona, tenía cola. ー dijo para sí misma.

Salió nuevamente, la lluvia ya se había acabado, volvió a revisar su tejado y no había nada.

Regresó a su habitación a tratar de dormir, pensando que todo fué un mal sueño. Pero no podía, su gato, el gato de du mamá estaba perdido.

Al despertarse lo primero que hizo fue revisar por toda la casa. Hasta que el timbre interrumpió su investigación.

Su mejor amiga Dahyun estaba al otro lado.

ー Wow, chica. ¿Que te pasó? Parece como si hubieras llorado toda la noche. ¿Estas bien?. ー mostró preocupación.

ー Ahora te cuento, pasa Dahyunnie.

Las dos se sentaron en el sofá.

ー Cuéntame.

ー Shiro.. Se... Perdió. ー le empezaban a caer lágrimas.

ー Oh Sana, tranquila. Ya aparecerá. ー la abrazó.

Un fuerte Miau se escuchó otra vez y Sana distinguió que venía desde la puerta.

Corriendo se fué a abrirla y se quedó estática al hacerlo.

Dahyun dudosamente se acercó a Sana y a la puerta.

Ambas se quedaron sorprendidas al ver un adorable cachorro cargando el gato de Sana en su lomo.