Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🫐 𝖻𝗎𝗋𝗒 𝖺 𝗁𝖾𝖺𝗋𝗍 ───── iii


。゚・ ☆ entierráme 𓆫
«con tus hebras blancas»

🎤▐ dos: ahora

esta es mi cafetería favorita.

🫐.



Cuando el chico regresó con la bandeja en las manos, estaba nervioso.

Y no me sentía de esta manera desde que podía recordar mis primeras citas con Suguru, aquí presente; posiblemente estaba pensando justo lo mismo que yo porque su risa baja me lo demostraba. De todas maneras, finalmente llegó a nuestra mesa.

Llevaba dos cafés cortados y un par cuatro de panecillos pequeños, justo cómo lo había pedido antes mi mejor amigo. Su expresión era neutral, casi aburrida, pero el brillo centelleante en sus ojos dorados me indicaban lo mucho que le gustaba el trabajo; o quizás, fuera el olor de la comida recién hecha. Cual fuera la razón, sabía que había elegido este trabajo por cuenta propia.

Colocó las tazas frente a nosotros con movimientos precisos y rápidos, con una mueca parecida a una sencilla sonrisa. Quise saber cómo sería ver algo más que "aburrimiento" plasmado en su rostro; alguna emoción más, de verdad.

Lo miré, a través de las gafas oscuras, y tamborileando mis dedos sobre la mesa, le dije: —Ah... perdona, pero, ¿puedo cambiar mi pedido? Sería solo el café, por favor.

Suguru, sentado frente a mí, escondió una sonrisa detrás de su mano, claramente disfrutando de mi patético intento de mantener más de cuatro palabras con el chico. Este se detuvo, levantando la mirada para verme que hasta el momento había estado en la comida, quizás revisando que todo estuviera en condiciones.

Su expresión pasó de aburrida a ligeramente irritada, como si estuviera lidiando con un cliente molesto que solo estaba buscando complicaciones. Me sentí un poco mal, pero pronto me mostró una sonrisa; de esas que se plasman forzadamente y su tono salió desprovisto de malhumor. Simplemente, sonó acostumbrado.

—Claro —dijo con un suspiro casi imperceptible—, dígame porqué lo cambio.

—Un café solo, estaría bien, sí.

Sin añadir nada más, asintió para recoger la taza equivocada y se giró hacia el mostrador. No hizo falta mucha imaginación para saber que estaba rodando los ojos mientras se alejaba. Suguru volvió a pegarme una patada bajo la mesa.

—Creo que te odia —susurró mi amigo, todavía divertido.

—No me digas esooo —respondí, haciendo un puchero. Caerle mal no estaba en mis planes. Es decir, a mí me adoraba todo el mundo.

Suguru suspiró entonces, no tomándome en serio para tomar un sorbo de su café, ya había acercado su panecillo a la boca antes de preguntarme si esto no sería extraño.

—¿Qué quieres decir? —quise saber.

—¿Y si en realidad es un fan loco que sólo quiere llamar tu atención, y se vuelve peligroso? —La idea me hizo estremecerme, pero negué con la cabeza.

Por la forma en la que se movía y hablaba, aunque hubieran sido pocas palabras, parecía ser sincero y ningún fan loco de las calles. A mí, me parecía exactamente todo lo contrario.

—No lo creo, Sugu. Es más, ¿y si esto es cosa del destino?

Suguru me lanzó una mirada incrédula.

—¿Del destino? ¿Lo dices en serio? —Mordió un poco de su panecillo e hizo una mueca de satisfacción antes de seguir—. Satoru, esto suena más a tu obsesión por no dejar que alguien pase de ti. Te ha molestado, admítelo.

Rodé los ojos, riendo en bajo. Se equivocaba rotundamente.

—No es una obsesión —protesté, bajando la voz—. Solo... quiero averiguar más de él, lo normal cuándo te interesa alguien, ¿no?

—Y supongo que pedirle a Yaga, la semana pasada, que obtuviera toda la información el chico es lo mismo —comentó con sarcasmo.

Me incliné hacia adelante, asegurándome de que nadie pudiera escucharme.

—No es como los demás, Sugu. Creo que de verdad me odia.

—Eso está claro  —murmuró Suguru mientras el chico regresaba con mi café solo.

Lo colocó frente a mí con cuidado, pero no dijo nada esta vez. Entonces supe que tenía que hablar esta vez, llamar su atención de alguna manera.

—Gracias, has sido muy amable —dije, buscando su mirada.

—¿Algo más? —preguntó él, seco pero cortés.

Aproveché la oportunidad parar lanzarme, si de algo podían acusarme, no era de ser alguien muy reservado y de pocas miras.

—Llevas poco tiempo trabajando aquí, ¿no? No te había visto antes —intenté endulzar mi tono de todas las formas posibles.

El chico alzó una ceja, como si estuviera evaluando si mi pregunta merecía una respuesta. Finalmente, dijo: —Sí, hace poco he comenzado.

Y a pesar de lo que creí, no parecía para nada incómodo. La bandeja descansaba bajo su brazo, la cadera la tenía ligeramente relajada y me miraba como si pudiera darle algo interesante. Algo nuevo y relamí mis labios.

—Eso explica por qué no te reconocí —respondí con una sonrisa que esperaba que rompiera el hielo—. Mónica suele contratar a personas confiables, así que deberás de haber tenido bastante contacto con ella. ¿Cómo es trabajar aquí?

—Normal, es agradable la mayor parte del tiempo. Siempre que los clientes no me retengan con ridículos intentos de coqueteo —contestó, encogiéndose de hombros.

Estaba a punto de hacer alguna broma, quizás negar la forma en la que me había pillado, pero cuando dio un paso atrás, supe que mi tiempo se había terminado. Me cortó con una frase breve: —Disfruten su comida.

Y con eso, se marchó, dejándome con la palabra en la boca.

—Eso fue... incómodo, estás perdiendo facultades, Satoru —comentó Suguru, tomando un sorbo de su café cortado.

—Es escurridizo —murmuré, mirando la espalda del chico mientras se dirigía hacia el mostrador—. Pero no deja de interesarme.

Suguru bufó, claramente entretenido con mi insistencia.

—Por si te interesa, Haru me dijo que empezó hace poco más de una semana. Debió de ser justo después del concierto, creo.

Eso me alentó, de alguna manera.

—¿Ves? ¡Es una señal! —exclamé, aunque mantuve mi voz baja para no llamar la atención.

—¿Y qué piensas hacer? ¿Preguntarle su número en mitad de su turno? ¿Invitarlo a salir aquí, en público, mientras ambos intentamos pasar por otras personas? ¿O dejárselo en la servilleta? —Ahora no estaba seguro de que se lo tomase demasiado en serio.

Me quité las gafas por un momento y apoyé la barbilla en la mano, mirando hacia donde estaba el chico.

—No, claramente tengo que ser más sutil. Pero te aseguro que voy a averiguar todo lo que pueda sobre él, e incluso si debo, volveré todas las veces que sean necesarias hasta conseguir que se interese por mí.

Suguru negó con la cabeza, aunque no pude evitar notar la leve sonrisa que intentaba esconder.

Pero mis ojos seguían al chico mientras se movía por la cafetería, sirviendo mesas con la misma actitud relajada y algo indiferente. Sobre todo, porque para mí, en esa oscura cafetería a pesar de ser un día reluciente, resultaba hipnótico de ver. No intentaba impresionar, no buscaba agradar... no como cualquier otra persona que intentase acercarse a mí.

Era real; así como mi banda de Jujustu y Suguru.

—Deja de mirarlo como si quisieras escribirle una canción, o algo —murmuró Suguru, tomando otro sorbo de su café.

—¿Y si lo hago? —respondí sin apartar la mirada—. ¿Qué mejor inspiración que alguien que no tiene idea de quién soy? Eso da mucho drama a la letra, lo sabes bien.

Suguru rodó los ojos y sacudió la cabeza, como si estuviera demasiado acostumbrado a mis ocurrencias. Y probé mi panecillo, disfrutando del regusto dulce.

Entonces, de refilón, lo vi saltar en su puesto. Estaba atendiendo a una pareja de adolescentes, pero miraba aterrorizado hacia la calle. Guiándome por su mirada, descubrí que había un señor de mediana edad al otro lado. Lo miraba escandalizado, enfadado incluso podría decir.

Dándole una señal a Suguru, me levanté para alcanzarlo. Le toqué de un hombro y por primera vez, mostró algo de fragilidad en su rostro. Esta vez fui sincero cuando le pregunté si estaba bien.

Tardó en responder, pero por primera vez, y dando en bajo gracias al señor, pareció centrarse totalmente en mí.

—Estoy bien... no te preocupes, eh... ¿Te conozco?

Y mierda, me di cuenta de que no llevaba las gafas puestas.

🫐🎤. ELSYY AL HABLA (!)
muchas gracias por su apoyo.

esta historia me emociona demasiado, porque amo demasiado a mis bebés. nos vemos pronto con más actualizaciones y no se olviden de dejar amor, por favor ;3.

los quiere, su wondergirl.

🎤🪽

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro