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SI SIGUE DICIENDO la palabra "esposa" lo mataré

—¡¿Embarazada?!

Esto no me puede estar pasando.

—¿Estoy embarazada? ¿Yo?

Dios, si estás ahí arriba, por favor, que sea una equivocación del doctor.

—Bueno, sí —dijo el doctor, señalando un aparato—, los estudios están bien. Indican que tiene aproximadamente seis semanas. Felicidades, señorita. —Volteó hacia el tipo del auto y le sonrió nerviosamente—. Y a su esposo también.

Lo mataré.

—Si vuelve a decir esposo... ¿Parezco casado? —El tipo parecía más loco que casado.

El doctor lo miró confundido, inspeccionándolo con la mirada.

—¿No es el papá?

—¿Papá? ¿Alguna vez has visto a un papá que se vea tan bien? —posó mientras se señalaba a sí mismo—. ¿Quién te enseñó a suponer cosas de los pacientes y sus tutores?

El doctor comenzó a disculparse nerviosamente.

—Lo siento, no quise...

—¡¿Lo sientes?! ¿Crees que eso solucionará esto? ¡¿Cómo te atreves a revelar...?

Qué gritón. Si no deja de gritar, me explotará la cabeza él mismo.

—¡Silencio! Estás gritando demasiado. Solo silencio.

El tipo del auto suspiró y descolgó mi bolso de su cuello, colocándolo en la cama.

—Tengo tu tarjeta. Te llamaré por hacerle eso a mi auto. Y no vuelvas a hacerle eso a un auto ajeno.

Mientras el doctor seguía murmurando disculpas, sentí que mi vida había dado un giro inesperado, que pasaría con mi trabajo. Suspiré pesadamente mientras me recostaba en la camilla otra vez.

—La ginecóloga llegó — Murmuró el doctor antes de salir casi corriendo de la sala.

—¿Lista para el chequeo? —La ginecóloga preparó todo y la imagen comenzó a aparecer en el monitor—. Parece que tendrás unos lindos gemelos.

No puede estar pasando esto. ¿Gemelos? ¿Qué se supone que le diga a mi jefe? ¡¿A mi madre?!

—¿Qué?

—Sí, dos lindos bebés. Puedes ver sus pequeños corazones justo aquí —la doctora señaló rápidamente unos pequeños puntitos antes de salir de la habitación.

Lindo.

—Llamaré a Gyeol ¿Dónde dejé mi teléfono? ¿El tipo del auto lo robó?

—¿Clínica Houl? No. ¿Clínica Gong? No. ¿Clínica Hwang? No. ¡Clínica Hwang!

Entré al lugar buscando mi teléfono. La noche anterior había llamado al loco del auto y me citó aquí. ¿Quiere hacerme un chequeo?

—Disculpe, ¿no dejaron un teléfono aquí?

—¿Señora Oh? —La recepcionista me entregó mi teléfono con una sonrisa dulce—. ¿Se encuentra bien?

—¿Cree que pueda hablar con el tipo que dejó...?

—¿Señorita Oh? —El tipo del auto entró en la sala y me guió a su oficina.

—Ayer me hice una ecografía. Parece que son gemelos —suspiré pesadamente mientras le mostraba la pequeña foto.

—¿A qué quiere llegar? Tengo una cita en poco tiempo y necesito continuar con mi trabajo antes de que llegue.

Qué humillante. Tranquila, SunSun, lo necesitas. Al parecer es ginecólogo, de algo tiene que servir.

—Yo... No tengo amigos. En mi trabajo me alejé de todos para llegar a la cima —sentí la humillación creciente y suspiré pesadamente—. Usted es ginecólogo, debe haber visto varias madres en mi situación.

—¿Madres que no saben qué hacer con sus hijos después de haber sido engañadas? —suspiró, y una pequeña risa sarcástica se asomó por sus labios—. ¿Qué es lo que quieres oír?

Qué grosero. Ni siquiera sé por qué estoy aquí humillándome.

—¿Qué?

—Tenlos o abórtalos, solo hay dos opciones —se levantó y fue hacia su escritorio—. No te conocí como tu obstetra ni tu ginecólogo, y no soy...

Dejé de escucharlo. ¿Abortar? Si aborto no habrá niños, mi madre no se preocupará y seguiré con mi trabajo.

—Quiero abortar. Sé que tengo que abortar, pero pensarlo me asusta. Necesito abortar, es lo correcto. Por favor, hazme un aborto.

Me miró sorprendido y pensó cuidadosamente lo que iba a decir.

—Me especializo en fertilidad, no en obstetricia —volteé a verlo confundida, y solo giró los ojos—. No hago cirugías, pide una cita con otro médico —rebuscó entre sus cajones y volvió hacia mí con una pequeña hoja—. Es el recibo del auto. Deposita a esa cuenta.

Qué grosero. ¿Me estaba corriendo acaso? Miré la hoja y, no puede ser, ¡tres millones de wones!

—¡¿Tres millones de wones?!

—¿Qué ocurre, se te hace demasiado después de lo que le hiciste a mi auto? ¿Sabes lo que pasé? —suspiró y señaló el recibo—. Sabes qué, no me importan las monedas, solo vete.

Qué grosero. Le rayaría otra vez el auto si no saliera tan caro.

—¿Y quién dijo que no pagaría?

Se dirigió hacia su escritorio y llamó a su secretaria.

—Agenda una cita para Oh Sunhee con el doctor Bang —me miró cansado y se dirigió a la puerta para abrirla—. Ya está, solo vete y deja de molestarme.

Saqué mi teléfono y realicé la transferencia. Qué tipo más idiota, él es el que me molesta a mí, yo no lo molesto a él. Fui hacia donde estaba y le mostré la transferencia.

—Ya está, los tres millones. Ya no nos veremos más.

Iba saliendo de la clínica cuando recibí una llamada de Minho.

Oh Sunhee, ¿dónde estás? La clase comienza en veinte minutos.

No puede ser, lo había olvidado.

—Lo olvidé, ya llego.

Colgué la llamada y me dirigí hacia la academia.

Odio las náuseas matutinas.
Salí del baño de aquella plaza y me encontré al loco del auto intentando husmear dentro, lo miré con una ceja en alto y pase de largo.

—¡Sunhee! necesito cambiar al bebé pero la mesita está dentro —Me miró nervioso —¿Podrías ayudarme?

¿Ayudarlo? Es hora de darle un poco de su propia medicina.

—Dijiste que no te molestara más.—Que satisfacción, ¿Qué si lo iba a ayudar? Claro que sí, es decir, al bebé no a él, pero hay que hacerlo sufrir —¿Porque me molestas a mi?

Salí del baño, o eso creyó el, conté hasta cinco y regrese al baño, estaba sentado fuera con el pequeño bebé en el pequeño porta bebés que colgaba de sus hombros.

—Oye, dame al bebé.

Recosté al bebé en la pequeña mesita y comencé a cambiarlo, que lindo, una sensación de nostalgia comenzó a surgir y mi pecho se encogió al ver al pequeño bebé reírse.
Salí del baño y le devolví al bebé.

—Gracias, ¿Cuánto te debo?

—No te ayude a ti Doctor Hwang, ayude al bebe.

Salí del edificio y me senté en una banca en un pequeño parque cerca de ahí.
El doctor Hwang se sentó a mi lado y suspiró.

—Tu novio llamó mientras tenía tu teléfono —Lo miré y me encontré con su mirada mientras mecía al bebé —Pase lo que pase, deberías confrontarlo en persona.

Una pareja mayor se acercó a nosotros y preguntó por el bebé.

—Ay pero que cosita más linda, ¿Cuántos meses tiene?

El doctor Hwang me miró nervioso y se volteó hacia la pareja.

— Once meses.

—Woah, que ternura tan grande —El señor sonrío mientras tocaba la nariz d ella bebé con su dedo juguetonamente.

— Tiene los ojos de su madre y la nariz de su padre — La señora sonrío hacia nosotros mientras veía a la bebé y su esposo

—¡No somos sus padres!

Ups! Creo que los hemos asustado. La pareja se fue y quedamos el Doctor Hwang y yo solos otra vez.

—Bueno, mi hermano me espera en casa, fue un placer.

Me levanté de la banca y me dirigí a casa.

Esperaba a Jeongin en una cafetería cerca de mi trabajo. La noche anterior, cuando llegué a casa, me quedé pensando en lo que me dijo el doctor Hwang y cité a Jeongin aquí.

—¿Por qué te ves tan agotado?

—Estoy cansado, es todo.

—Te vi con esa chica en el hotel —un suspiro salió de mis labios—. ¿Se irá contigo a Estados Unidos?

Jeongin se limitó a asentir y tomó un poco del té negro que había pedido previamente.

Le mostré el mensaje de voz que me había mandado hace unos días, sollozando. Él solo pausó el mensaje y azotó el teléfono en la mesa.

—¿Qué esperabas de ese mensaje de voz? —Su tono era molesto y doloroso—. ¿Cómo te hiciste tan dependiente? Solo lo dije por cortesía. Deja de engañarte sola.

¿Qué? ¿Dependiente? ¿Engañarme? Es un imbécil.

—¿Y si —un nudo se formó en mi garganta y tragué saliva intentando calmarlo— tuviéramos un hijo?

Sentí su mirada incrédula sobre mí. No podía mirarlo, no así.

—Te diría que abortaras.

Sentí como si un balde de agua fría cayera sobre mí. Sin pensarlo, me levanté de la silla e impacté mi mano contra su mejilla.

—Imbécil.

Aventé el anillo sobre la mesa y salí de ahí, intentando no soltar lágrimas.

Llegué a la clínica decidida. Después de hablar con Jeongin el otro día, tomé la difícil decisión de que un aborto sería lo mejor. Mi corazón latía con fuerza mientras me acercaba a la recepción, sintiendo que cada paso me acercaba a un destino inevitable.

—Disculpe, me gustaría hacer un aborto —dije, tratando de mantener mi voz firme.

—Pero el Doctor Bang tiene una cita... —empezó la recepcionista, pero me interrumpí al ver a alguien a mi lado.

—No —volteé de reojo y vi a Hyunjin, mirándome sorprendido—. Quiero hacerlo ahora.

Hyunjin, con una mezcla de preocupación y comprensión en su rostro, asintió lentamente.

—Oh Sunhee, hagamos una ecografía primero.

Asentí, siguiendo a Hyunjin hacia la sala de ecografías. Me recosté cuidadosamente sobre la camilla, mi mente un torbellino de emociones y pensamientos contradictorios.

—Mira esta pantalla —dijo Hyunjin, señalando el monitor. Al ver que no volteaba, volvió a hablar—. ¿Segura que no quieres mirar?

—No quiero —respondí con firmeza, cerrando los ojos para evitar cualquier tentación de cambiar de opinión.

Sabía que si miraba a la pantalla y veía a mis bebés, no tendría el valor de seguir adelante con esto.
Sentí el gel frío en mi estómago y un escalofrío recorrió mi espalda. Hyunjin comenzó a mover el transductor, sus manos firmes pero gentiles.

—Prepara todo y solo haz la cirugía, por favor —le pedí, mi voz apenas un susurro.

Hyunjin suspiró pesadamente y continuó con la ecografía. El silencio en la sala era abrumador, roto solo por el sonido del aparato. Estuvo así unos minutos hasta que sentí que despegó el transductor de mi estómago. Abrí los ojos y vi su expresión preocupada.

—¿Qué pasa? —pregunté, mi voz temblando ligeramente.

Hyunjin me miró con seriedad.

—No puedo ver a tus bebés.




















─────  𝗔𝘂𝘁𝗵𝗼𝗿'𝘀 𝗡𝗼𝘁𝗲.! ⋆

• después de mil veces editando el cap ya salió 🫦🤪

• voten pls 😔

#NOLECTORESFANTASMA

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