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✦ 𝟬𝟴 ✦

¡Epílogo!

─¡Jisung-ah! Date prisa, te recuerdo que acordaste reunirte con Chenle en el instituto a más tardar a las siete de la noche y ya faltan quince minutos. ─reprendió Jaemin a su único hijo, Jisung, desde la cocina de su ─ahora─ hogar. Rodó sus orbes con molestia al escuchar las risas que brotaban de los labios de su esposo, Jeno, quien se ganó una mirada retadora por su parte.

Poco más de veintidós años habían transcurrido desde esa ya lejana y cálida tarde de primavera en la que Jaemin y Jeno se volvieron novios, menos de dieciocho años desde que se dijeron el tan añorado "" en un hermoso altar en dónde miles de lágrimas salían de sus ojos por la inmensidad del amor que sentían tanto ellos como los invitados de aquella emotiva boda y más de quince años desde que Jaemin tuvo a Jisung, el cual había traído una incalculable felicidad al ser la pieza clave de su pequeña familia.

─Todavía me parece increíble que nuestro pollito sea más valiente que ambos. ─comentó Jeno, algo que el menor no pudo refutar. Chenle era un chiquillo de origen chino que se había mudado a la ciudad de Seúl hace unos tres años, precisamente a una de las preciosas y majestuosas casas que quedaban a apenas unos minutos de su casa.

Cuando Jisung se enteró que habían llegado personas nuevas, le suplicó a Jaemin ir a conocerlos y, con ello, logró hacerse relativamente cercano al extranjero, compartiendo tardes de entretenimiento y travesuras, sin embargo, tal cual como le sucedió a sus padres, el coreano comenzó a sentir cierta atracción por su amigo que terminó en un inocente y torpe enamoramiento.

Lo único que hacía diferente esta situación de la vivencia de sus progenitores, es que Jisung estaba dispuesto a declarar lo que su corazón y alma gritaban respecto a Chenle.

Ambos eran compañeros de clase en una prestigiosa preparatoria especializada en artes modernas y, como se encontraban a pocos días de finalizar con su penúltimo año, el instituto organizó una gran celebración con una temática primaveral, aprovechando que el verano todavía estaba a unos meses de comenzar. Los estudiantes tenían permitido llevar a alguien como su pareja de baile a aquella gran fiesta y Jisung tenía planeado invitar a su mayor ─aunque solo fueran tres meses de diferencia─. Tras haber recibido una respuesta afirmativa a su propuesta, solo quedaba escoger el momento adecuado durante la linda velada que los esperaba para confesarle su amor.

Él tenía la esperanza de ser correspondido.

Unos pasos apresurados se escucharon desde la planta superior del hogar, los cuales se desplazaron hasta las escaleras de madera que daban con el piso inferior, tratándose del joven de cabellos tan oscuros como el manto de la noche y orbes rasgados adornados de estrellas que heredó de Jeno.

Un silbido juguetón se escapó de los labios del mayor de todos, pintando las regordetas mejillas de Jisung de un suave durazno por la timidez. Su hijo portaba el mismo traje de gala de seda de color crema que había utilizado Jaemin cuando la pareja de casados renovó sus votos recientemente, por dentro se podía que utilizaba una sencilla camisa blanca de botones, también usaba una corbata negra y unos zapatos del mismo color, su cabello había sido rizado con anterioridad pero algunos mechones comenzaban a perder esa ondulación y su rostro poseía un suave rastro de polvo cosmético colocado para ocultar sus ligeras ojeras además de un toque sutil de rubor en sus pómulos. Sin duda alguna, su apariencia le robó suspiros a sus padres y seguramente al chico que tanto hacia acelerar los latidos de su corazón.

─¡Papá Jeno, me avergüenzas! ─chilló el joven, lanzándole una mirada "furiosa" a su padre, éste reía con fuerzas por ese temperamento que tanto se asemejaba y caracterizaba a Jaemin.

─Es que estás muy guapo, sacaste todo lo bonito de tu padre. ─ahora quien se había sonrojado había sido Jaemin, éste solo se dispuso a chasquear con su lengua y proceder a tomar algunas margaritas que les había regalado Jaehyun en días anteriores, poniendo una en el bolsillo que poseía el saco, otra entre sus cabellos ondulados y desordenados y el resto las envolvió con destreza, adornando el ramo improvisado con un lacito de un tono azul bastante claro ─que era, precisamente, el color que tanto amaba Chenle─.

─Ya estamos listos, vámonos, que Chenle y sus padres ya deben de estarnos esperando. ─apresuró Jaemin, tomando su cámara profesional a la par que Jeno tomaba las llaves del auto para dirigirse hasta el garaje que tenía el lugar y Jisung tomaba sus pertenencias sin contar el ramo de flores que sujetaba con cuidado, apegándolo a su pecho en el proceso. Con rapidez salieron de su cálido hogar mientras Jeno aguardaba por ellos, éste se dedicó a abrirle las puertas a cada uno ─la del copiloto y una de las traseras respectivamente─ y se encargó de cerrar cada una, no sin antes colocarle el cinturón de seguridad a su amado como acostumbraba a hacer, arrebatándole por un momento la respiración tal cual hubiese sido la primera vez. Jaemin se aseguró que ninguno de ellos hubiese olvidado algo y partieron después de que Jeno se dirigiera hacia su asiento y encendiera la maquinaria.

Tanto Jaemin como Jisung se enfocaron en observar más avenidas ya poco transcurridas y en la profundidad del tono negro que estaba tomando el cielo, haciendo destacar el brillo de las estrellas y astros que trataban de hacerle competencia a los destellos que adornaban los ojos del adolescente.

La pareja de esposos se miró de manera dulce y cómplice al escuchar la sutil voz de Jisung tararear alguna canción de cuna que le cantó su abuelo Chittaphon en alguna visita, el joven había heredado ese talento de hechizar a quien desease solo con contemplarla del mismo, aunque fuese algo tímido a la hora de presumir lo encantadora que podían sonar las melodías que decidiera interpretar.

No tardaron mucho en llegar al instituto, lo cual fue una pena para los mayores, ya que tuvieron que detener su suave canto para sacarlo de su ensoñación y mostrarle que habían llegado a su destino. Jaemin y Jeno se bajaron primero del auto al desabrochar sus respectivos cinturones, extrañándose al fijarse que su descendiente no repetía su acción, por lo que el menor de ambos se aproximó hasta la puerta trasera derecha y la abrió, encontrándose con la mirada perdida del pequeño─. ¿No es demasiado tarde para volver a casa? Ya me arrepentí, no creo poder hacerlo, ¿Y sí no le gusto? ─se cuestionó, bajando su cabeza y haciendo un puchero en el proceso, una costumbre que había adoptado desde muy temprana edad cuando estaba nervioso.

─Ya nos vieron los padres de Lele, además, tarde o temprano tendrías que confesarte, por favor, no cometas los mismos errores que nosotros hicimos ─aconsejó Jaemin, negando con la cabeza─, estamos seguros que él también siente lo mismo y que está dispuesto a ser parte de tu universo, cree en nuestras palabras. ─acunó su rostro con sus manos y se puso a plantar besos por su cabellera, provocándole risas y llenando de confianza al menor, levantándose de su sitio y agradeciéndole el gesto. Confirmaron que todas las puertas estuvieran cerradas y se desplazaron hasta la entrada de la preparatoria, escuchando como la fuerte música y los gritos de ciertos estudiantes se escapaban.

En la misma se encontraban parados Chenle con sus padres, los cuales ya eran conocidos de la pareja: el mayor, de rasgos suaves y orbes ligeramente rasgados, tan dulces como la miel que tanto añoran los osos, y el menor, de facciones más marcadas, ojitos saltones y algunos centímetros más altos que su esposo.

─Buenas noches, esperamos no haberles hecho esperar mucho. ─saludó Jaemin, haciendo una leve reverencia en frente de sus mayores y mostrando sus encías a Chenle, que le saludaba con su manito emocionado al verlos.

─Feliz noche, Jaemin-ssi, descuida, no nos han hecho espera-

─¡Jisung-ah! ─Chenle gritó con euforia, interrumpiendo a su progenitor, corriendo hacia donde estaba Jisung, colocando sus brazos alrededor del más alto, apegándolo a él. El más pequeño se sonrojó por la inesperada acción, sin poder corresponderla para no arruinar el ramo.

─H-hola, C-chenl-le h-hyung ─le correspondió la salutación cómo pudo, ya que el abrazo le había arrebatado el aliento. Apenado por la fuerza utilizada, el chino se separó, disculpándose en voz baja─, estás muy bonito, es decir, siempre eres muy lindo en tu día a día pero-

─Tú también estás precioso, Sung. ─le irrumpió, coloreando su carita y parte de sus orejitas de diversos tonos rojizos. Jisung se quedó embelesado observando la cara de su mayor, primero fijándose en sus rosáceos labios, pasando por sus esponjosas mejillas y terminando por perderse en sus profundos ojos ─que solo lograban iluminarse con su presencia─ que tanto se asemejaban a los de su padre, Kun, sin fijarse en la sonrisa empalagosa que le regalaba el mayor, el cual pasaba sus manos con nerviosismo por el saco de su traje negro, sintiendo como su corazón tomaba un ritmo apresurado.

─Sunggie... ─lo llamó Jeno, liberándolo de su trance y una vez tuvo su atención, haciendo un gesto discreto con su cabeza, le señaló lo que tenía en su mano, recordándole el propósito del obsequio.

─¡Ah, sí! Estas flores son para tí, hyung, espero te gusten. ─le extendió el ramo, siendo tomado por Chenle con suma delicadeza, sosteniéndolo cómo si se tratase de un infante.

─¡Margaritas! Eres muy atento, Ji, muchas gracias. ─agradeció, con sus iris llenos de una inmensa ilusión y una sonrisa que sacudió los corazones de todos los presentes.

─No es nada, hyung, ¿Deberíamos entrar ya o...? ─cuestionó, alargando la última vocal en espera por una respuesta por parte de su enamorado.

─Alto ahí, pollito, todavía debo de tomarles una fotografía como recuerdo de la velada. ─intervinó su papá, tomando la cámara que había traído. Los jóvenes se acercaron mientras que los adultos restantes tomaban distancia con tal de no aparecer el la foto, Chenle alzó su ramo, aproximándolo a su rostro y con su mano desocupada se dedicó a pellizar la mejilla derecha de Jisung, éste solo se dispuso a sonreír tímidamente hasta que la imagen fue tomada tras Jaemin hacer una cuenta regresiva.

Al ver que el mayor había quedado conforme con la misma, los adolescentes se despidieron de sus padres: Chenle abrazo con fuerzas a sus padres al mismo tiempo, los cuales acariciaron sus cabellos desordenados y ya bastante largos, mientras que Jisung plantó un beso efímero en las mejillas de cada uno de sus padres; al acabar, se miraron uno al otro y el menor le extendió su mano con el fin de que la uniera con la suya, mostrando sus encías torpemente al ser encajadas a la perfección y así comenzar a desplazarse hasta dentro del instituto, no sin antes detenerse al escuchar las voces de sus progenitores.

─Venimos por ustedes en unas horas.

─Sin tomar de forma descuidada, por favor.

─Cualquier cosa no duden en llamarnos.

─Estaremos bien, tranquilos. ─pronunciaron al unisono ambos jóvenes, riendo al darse cuenta de su sincronización y con ello siguieron caminando hasta que desaparecieron del campo visual de sus papás.

─A nuestro Lele le gusta mucho su lindo hijo, dice que es el niño de sus ojos. ─admitió el mayor de todos, Kun, una vez ambos padres estuvieron cerca de la pareja.

Se pudo percibir un sonido de confirmación que salió de los belfos de su esposo y otro progenitor de Chenle, Lucas, el cual había colocado uno de sus brazos alrededor de su cintura mientras brindaba suaves caricias en la misma.

─Puedo asegurarle, Kun hyung, que el sentimiento es mutuo. Chenle significa mucho para nuestro Sunggie y estoy seguro que hoy será una noche memorable para ellos. ─aseguró Jaemin con una sonrisa brillante, ganándose un guiño cómplice por parte de Jeno, acción que no pasó desapercibida por Kun y Yukhei, éstos se dedicaron una simple mirada para soltar una risueña carcajada, acción que fue repetida por los menores.

Desde hace días me encuentro gritando internamente porque esta historia está posicionada en el número 96 en el tag "nct" y fue número 6 en el tag "ten". No puedo estar más agradecida con ustedes.

Sí, prometí que el epílogo y el extra serían subidos antes de culminar enero, peeeero mis responsabilidades no me han permitido seguir, prometo subirles el extra en cuanto tenga tiempo.

Les amo, muchas gracias por disfrutar de este pequeño fanfiction ♡

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