✦ 𝟬𝟱 ✦
─Entonces después que termines con el proyecto nos encontraremos en tu casa para nuestro maratón de películas de terror, ¿No? ─resumió Jaemin, ganándose un leve asentimiento por parte del mayor.
─Prometo no demorar tanto, a más tardar a las diez estamos juntos en casa tomando chocolate caliente mientras vemos la película que desees. ─le dedicó una brillante sonrisa que provocó una tempestad en el interior de Jeno, quien para evitar que sus mejillas rojizas fueran percibidas, envolvió al más bajo en un abrazo, pidiéndole al universo que no se percatara del rápido latir de su corazón. La muestra de afecto tomó desprevenido al menor, quien solo se dedicó a colocar sus brazos alrededor de él, recibiendo una ola de paz cuando los labios del más alto dejaron un beso en sus cabellos, llenando su alma de ese sentimiento inocente e inefable que desde hace un tiempo ya lo estaba sumergiendo en la más abrasiva adicción.
─¡Tierra llamando a Lee Jaeno! ─gritó Donghyuck, moviendo su mano de un lado a otro día en frente del rostro del mayor. Era un chico atractivo, de tez morena, orbes carismáticos y ciertos rasgos que se asemejaban a los de un osito, con una personalidad energizante y un hilarante humor.
─¿E-eh? ¿Necesitan de mi ayuda, Haechan? ─preguntó utilizando ese apodo que tanto le agradaba, ignorando el hecho de que se había sumergido en un trance recordando los reconfortantes brazos de su amado, Jaemin.
─No, justamente me acerqué hacia tí para informarte que ya hemos acabado, creo que estabas perdido entre las nubes ─afirmó, soltando una sonora carcajada. Sus ojos se movieron hasta la mesa del comedor en donde momentos atrás trabajan en el proyecto y, tal cual como había indicado el más bajo, ya se encontraban acomodando el lugar y guardando los materiales que se habían utilizado. Una vez limpió las lágrimas que habían provocado sus risitas, el menor le comentó─, de hecho, Hendery hyung trajo unas botellas de soju para compartir con nosotros, ¿Quieres? ─convidó, sonriente, casi mostrando en su totalidad sus encías, era encantador como su sonrisa te cautivaba rápidamente, no por nada la comparaban constantemente por el astro sol.
Jeno tanteaba el cómodo sofá individual, en el cual se hallaba descansando tras haber acabado con los deberes que se le habían asignado, buscando su teléfono celular. Al hallarlo, lo desbloqueó solamente para fijarse en la hora y maldijo entre dientes al fijarse que no faltaba mucho para que marcara las diez. Negó con su cabeza y, luego de soltar un suspiro que no pasó desapercibido por Donghyuck, dijo─. Estaría encantado de acompañarles, Hyuck, pero tengo otro compromiso, así que sería para otra ocas- ─no logró terminar de hablar, ya que fue interrumpido por el moreno, quien ya había supuesto que rechazaría la invitación.
─Únicamente un trago y ya, por educación, ¿Sí? ─pidió, haciendo un gesto tierno, abultando sus labios y pestañando cómo sí de un minino se tratase. Pese a que por un instante creyó que se veía algo ridículo, decidió por ceder ante la inminente insistencia que vendría, sabía de antemano que el moreno era persistente y en ocasiones algo molesto, no podía comprender como su novio, Renjun, lograba no doblegar ante su reiteraciones.
─Solo uno, ¿De acuerdo? ─aceptó resignado, observando cómo Haechan aplaudía felizmente tal cual lo haría un niño al que se le cumplió un capricho.
Sería un trago y luego se disculparía para poder retirarse, no tardaría mucho, solamente esperaba que su mejor amigo no se molestara por llegar más tarde de lo previsto.
─Yangyang, ¿Verdad o reto? ─preguntó Donghyuck al menor de todos, a la par de que consumía de un sorbo lo que quedaba de su bebida.
Había perdido la cuenta de las veces que se regañó a sí mismo por ser incapaz de rechazar lo que se le ofrecía, no quería parecer maleducado en frente de sus compañeros, con quienes no había entablado conversaciones más allá del ámbito escolar, pero el tratar de socializar con ellos le estaba conduciendo al incumplimiento de la promesa que le había hecho a Jaemin.
El reloj había marcado las once y media ya, haciendo así que soltará unas cuantas maldiciones lo más, su mirada se posó en su vaso, que todavía contenía algo de soju, tomó el envase de color rojizo y, tras moverlo un poco para que los cubos de hielo que estaban en su interior se derritieran, empezó a beber del mismo, sintiendo ese ardor curioso en su garganta, sin embargo, sus tragos se detuvieron abruptamente cuando Haechan se dedicó a pronunciar el reto que había aceptado el menor─. Te reto a que pases veinte minutos encerrado con Jaeno en la alcoba de Xiaojun hyung.
"Joder, ésto no puede estar pasando" pensó, mordiendo su labio inferior, había tenido suerte de haber pasado lo último que quedaba, sino seguramente se hubiese atragantado del asombro.
─E-emm, D-dongh-hyuck h-hyung, n-no c-creo q-que s-sea b-buen-na i-idea. ─tartamudeó un muy sonrojado Yangyang, sabiendo las intenciones que atrás tenía aquel desafío.
─Concuerdo con Yangyang, no deberíamos hacer- ─continuó Jeno, hasta que sus palabras fueron interrumpidas.
─No digan tonterías, vayan, no es para tanto. ─decretó el moreno, llevando a rastras a ambos jóvenes hasta la habitación, siendo seguido por los otros dos chicos. Una vez que ambos estuvieron adentro del cuarto, Dejun le entregó la llave de éste a Donghyuck para que bloquear la cerradura, al acabar, los dos chicos chocaron sus palmas y entre risas volvieron a la cocina a abrir la última botella que quedaba, ignorando los golpes que brindaba Jeno con la intención que los liberaran.
─Lamento que Donghyuck te haya metido en ésto, Jaeno hyung, sé que desde hace rato deseabas retirarte del lugar. ─se disculpó el extranjero, sentándose en el borde de la cómoda cama de Dejun, bajando su cabeza y dedicándose a jugar con sus manitos.
─No te preocupes, Yangyang, además, ¿Que ibas a saber que planeaba la mente malvada de Hyuck? No te culpes por ello. ─con una sonrisa, Jeno trató de relajar al chino, aproximándose hasta él y tomando asiento a su lado.
─En realidad sí es mi culpa, hyung... ─tomó una gran bocanada de aire, buscando la valentía de confesar lo que su corazón gritaba─. Jeno, me gustas, desde que entré al instituto por el programa de intercambio me llamó la atención y con el tiempo lo que creí que sería simple admiración hacia tí tomó otro rumbo, incrementando su intensidad una vez que comenzamos a compartir clases, Donghyuck y el resto lo sabían, pero no sabía que tomarían cartas en el asunto... Lo siento. ─Yangyang se cubrió su rostro con sus manos al sentir como sus mejillas se pintaron sutilmente, como sí un gran artista hubiese tomado su brocha para colocar algún pigmento rojizo en ellas.
Jaeno seguía sorprendido por la declaración de Yangyang, el joven era precioso, sus facciones eran atrayentes, únicas debido a las distintas nacionalidades que fluían en él: sus orbes almendrados, mejillas y labios esponjosas cómo la lana de una oveja, mandíbula y nariz simétricas, pómulos ligeramente marcados. El chico era de contextura delgada y más alto que el promedio, con una personalidad agradable, espontáneo como ninguno pero algo tímido con quienes no poseía confianza; Jaeno lo consideraba un buen amigo, sin embargo, no se había detenido a visualizarlo hasta ese instante con otros ojitos debido a que su alma ya le pertenecía a alguien más.
─Me siento realmente halagado, Yangyang, pero no puedo corresponderte.
─No es necesario que lo digas, soy consciente de que no te gusto, está bien ─aseguró, posicionando su mano sobre su hombro─, sé que estás enamorado de Jaemin hyung y-
─Momento, ¿Cómo sabes éso? ¿Tan obvio soy? ─le irrumpió, ganándose un sonido de afirmación.
─Así es, me parece adorable lo que tienen entre ustedes, ansio que te atrevas a decirle lo mucho que le amas, puedo jurar que es mutuo ese sentimiento. ─aconsejó sonriente. Sus vicisitudes habían sido confirmadas y sí bien sentía una extraña opresión en su pecho, se alegraba sinceramente de que su amor platónico pudiera disfrutar de la hermosa plenitud que traía consigo el ser correspondido─. Solo espero que sigamos siendo amigos aún sabiendo ésto, hyung.
─Por supuesto que sí, Yanggie. ─estiró sus brazos hacia él, quien gustoso se dejó abrazar por el coreano, disfrutando de la breve cercanía─. ¿Todavía no han transcurrido los veinte minutos? ─le preguntó el extranjero una vez que la muestra de afecto fue acabada.
─Creo que no, y estoy seguro de que Haechan hyung no nos dejará salir hasta que esté seguro que algo pasó entre nosotros. ─Jeno chasqueo con su lengua, conociendo que lo que decía Yangyang era correcto.
─Lo sé, sin embargo, tengo un plan que podría funcionar, ¿Qué tan bien sabes actuar?
─Con tres sería suficiente. ─concluyó Jeno, moviendo su cabeza al lado izquierdo para darle más acceso de su cuello a Yangyang.
A Jaeno se le había ocurrido una idea alocada: hacer pensar a los chicos que fueron más allá de un simple beso, consistiendo de tres pasos aquel plan, siendo el primero el crear "marcas" en el cuello del mayor para dar la impresión que la ocasión se había tornado lujuriosa.
─Sigo pensando de que es una mala idea, ¿Tus padres no se enojaran por los chupetones?
─No si les explico que la situación lo ameritaba. ─tras soltar ese último comentario, el extranjero posó sus labios sobre la delicada y blanquecina piel de Jaeno, procediendo a succionar con lentitud la misma, dejando un pequeño chupetón que, sí bien en ese momento estaba de un tono rosado, en unas horas estaría rozando un color verdoso con ligeros toques de morado.
Jeno durante el proceso reía sutilmente debido al cosquilleo que causaba el roce de su nariz con aquella zona erógena─. Yangs, me haces cosquillas.
─Oh, lo siento, hyung, de todos modos ya he acabado. ─avisó tras disculparse, separando su rostro del mayor, el cual enderezaba su cuello y luego acariciaba con su mano las marcas que había hecho Yangyang. No habían sido hechas con fines sexuales, por lo que se le hacían extrañamente graciosas, similar al sentimiento que dejaban los mordiscos que le brindaba su primo ─de apenas seis años─ cuando lo visitaba durante vacaciones.
Ambos se sobresaltaron al escuchar voces y pisadas cada vez más cerca del lugar, haciendo que Yangyang dirigiera su vista hacia el coreano─. Te aseguro haber escuchado pasos.
─Yo igual, desacomoda tu cabello y recuerda no parecer tan nervioso en frente de ellos. ─tras asentir con su cabeza, Yangyang acató con lo que Jeno le indicó, éste imitó lo que hizo el extranjero y en segundos la puerta había sido abierta con incrédula rapidez, los vecinos que pudieron escuchar aquello seguramente pensarían que fue azotada con furia.
─Tortolitos, ya pasaron sus veinte minutos... ─informó Haechan, formando una "o" con sus labios al observar la apariencia de ambos chicos─. No sabía que eras de aquellos que le gustan marcar territorio, Yangyang. ─bromeó, haciendo que Jeno resistiera una risa, que amenazaba con escapar, y Yangyang de rodar sus orbes con evidente incomodidad.
─Bueno Haechan, yo debo de irme a casa, de por sí ya es muy tarde y no quiero llevarme un regaño mayor por parte de mis progenitores. ─dijo, fingiendo una mueca, agradeciéndole a su padre Jaehyun el haberle hecho tomar clases de actuación el verano pasado.
─Oh, si, si, no te preocupes, seguimos en contacto para la presentación del proyecto. ─dijo Donghyuck, para luego despedirse formalmente de él, siendo seguido por Kunhang y Dejun, quienes se despidieron vagamente, contrario a Yangyang, éste le abrazo con dulzura, agradeciéndole por su ayuda y le deseo un buen descanso.
Jeno pudo soltar ese suspiro que estaba reteniendo desde que había llegado al hogar del extranjero una vez estuvo afuera del mismo. Se desplazó hasta su casa, siendo acompañado por la luna y su tenue luz, sin hacer mención de las curiosas estrellas que, sabiendo lo que sucedería, se encontraban expectantes y añorantes del encuentro que se acercaba aún más con cada paso que daba. Trató de ser sigiloso mientras se adentraba al lugar tras haber cerrado con llave la entrada principal y, con cierta parsimonia, se aproximó hasta su alcoba, sin esperar que adentro de ésta se encontrase a Jaemin con su ceño fruncido, quien desde hace horas lo esperaba.
Lo que también fue una dura sorpresa para el mayor es que, para el final de la fría noche, saladas gotas de lluvia cayeran sobre sus sábanas y su temblorosa mano sostuviera los fragmentos de lo que antes parecía ser su corazón. La luna, entristecida por la culpabilidad que abrumaba al joven tras aquella acalorada discusión entre las dos almas que el destino había juntado, lo iluminaba con sus rayos de luz que se colaban por su ventana, mientras que Morfeo lo abrazaba con sutileza, brindándole consuelo adentrándolo a un profundo descanso.
Sé que he tardado mucho en actualizarles, pero recientemente a mi teléfono se le metió un virus y perdí muchas de mis cosas, desde edits hasta capítulos de esta historia y otros borradores.
No se preocupen, las actualizaciones ya vuelven a la normalidad.
Ya pronto se viene el final de la historia, no quiero que se acabe ㅠㅠ.
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