𝐚l𝐥 m𝐢n𝐞 ♡︎ ❦
Hyunjin siempre ha sido un niño mimado. Básicamente nació en cuna de oro, siendo sus padres unos empresarios exitosos y teniendo más de una casa más grande de lo que necesitaba en verdad.
Él no necesitaba trabajar, ni tampoco le interesaba. Tenía toda su vida resuelta, su hermano mayor era el verdadero heredero que quedaría al mando algún día.
Pero nada de eso le impidió enamorarse de uno de los socios de su familia.
Lee Felix no tenía ningún defecto a su parecer. Era guapo, adinerado e intimidante. Lo había visto en varias de las fiestas elegantes que los Hwang hacían, siendo Felix él que más llamaba la atención de Hyunjin.
Se había quedado charlando con él más de una vez, descubriendo que tenía 25 años y que ya estaba haciéndose cargo de los hoteles originarios de los Lee. Era un hombre demasiado atractivo por su elegancia y mirada fría.
Y Hyunjin aún recuerda como se besaron con hambre en el elevador a las habitaciones de aquel hotel donde era la nueva fiesta. Felix era rudo y demandante, mordiendo sus labios, usando su lengua y tocando con sus manos todo lo que podía.
El anuncio de que se había enamorado de él no fue una sorpresa para sus padres y hermano. Se la pasaban muy juntos todo el tiempo, saliendo en uno de los muchos autos de Lee.
Después de dos años decidieron mudarse juntos. Felix compró una casa que Hyunjin quería, espaciosa y en un barrio cerrado sin muchos vecinos molestos. Estaba totalmente loco por él.
Hyunjin tenía ahora la edad de Felix cuando lo conoció. Y aunque fue mimado siempre, le gustaba más cuando su novio lo hacía.
Felix le compraba collares, anillos, vestidos, zapatos, maquillajes, perfumes, todo lo que Hyunjin mirara más de dos segundos. Complacer a su bebé era su especialidad.
Más últimamente Felix era muy pedido en la oficina, y Hyunjin se quedaba solo con las mucamas. Se servía copas de vino y esperaba impaciente a que él Australiano volviera.
Una noche no llegó a la hora de la cena, Hyunjin había pensado que le llamaría para avisarle pero no lo hizo. Así que, sin comer él tampoco, le pidió a una de sus empleadas que recogiera todo.
Se fue a la habitación y se quedó en su gran y cómoda cama, puso Netflix en la pantalla grande y buscó algo con lo que entretenerse.
Después de dos capítulos de una serie que le gustó vió como Felix aparecía en la habitación.
—Tardaste mucho — se quejó rodando los ojos.
—Perdón, bebé. Un socio me invitó a cenar, le pedí a mi asistente que te llamara, ¿no lo hizo?
—Esa perra te tiene ganas y me odia, por supuesto que no lo hizo.
Felix soltó una risa y se acercó a él, Hyunjin estaba enojado y fingía no mirarlo.
—Es buena en su trabajo, no puedo despedirla así como así.
—Pues no te costó despedir a tu empleado que me miró de más cuando fui a visitarte.
—Él no era tan bueno con los números como parecía.
—Ajá.
Felix comenzó a besar sus mejillas y cuello, y acariciaba su cintura con lentitud. Hyunjin siempre cedía con aquello.
—¿Y sí te pones bonito para mí? — pidió mirándolo a los ojos —No te he visto que usarás ese vestido rosa que compré la semana pasada.
—¿Hay acaso una ocasión especial? Ni siquiera he cenado.
Felix frunció el ceño, acariciando ahora con sus manos una de las mejillas de su chico. Quien quería volver el tiempo atrás.
—¿No cenaste?
—...
—Bebé... — murmuró viendo el puchero que se le formó —Lo lamento mucho, no pensé que tardaría tanto, debí llamar yo mismo.
—Sí, debiste.
—Lo siento — tomó una de sus delicadas manos y dejó besos en esta. Miró los anillos plateados de sus dedos y sonrió internamente por aquel que le compró hace mucho tiempo cuando recién se conocían. Hyunjin tenía miles de accesorios, pero ese era su favorito.
—Te perdono, no quiero que se repita.
—Nunca más — prometió volviendo a mirar sus ojos —Estoy cansado ahora, así que mañana me dedicaré a ti. No trabajo, no asistente, no socios, sólo nosotros.
Hyunjin sonrió y asintió, recibiendo el beso de su novio. Felix de verdad estaba cansado, así que permitió que el beso fuera lento y tranquilo, sólo disfrutando el momento después de no verse en casi todo el día.
𖤐𖤐𖤐𖤐
Felix cumplió su palabra. Desde la mañana estuvo siendo él consentido, con besos y caricias, palabras bonitas y teniendo a su novio totalmente para él. Él Australiano rechazó todas las llamadas, quedándose en casa con su bebé.
Tal vez Hyunjin debía de sentirse mal por hacerle eso, pero no lo hacía. A Hyunjin le encantaba la atención de Felix y no le importaba como viniera.
De noche utilizó su vestido rosa, ese que Felix mencionó antes. Y fueron a cenar fuera, a algún restaurante caro que no quería recordar. Lo cierto es que cuando se puso bonito, Hyunjin en realidad pensaba en formas de hacer que Felix le quitase todo con los dientes.
Después de tantas reuniones y tiempo en la oficina, esa parte de su relación había quedado de lado. Tal vez pasaron dos o tres semanas, y eso era algo que afectaba a Hyunjin y, sabía, a Felix también.
Después de verlo vestir una camisa blanca y pantalones negros, con cadenas en su cuello y el cabello suelto, Hyunjin se había arrepentido un poco de querer irse de la casa. Él quería estar en la cama, quería que estuvieran desnudos y que Felix le follara la boca. Amaba su polla con locura, siempre se encargaba de recibirla bien.
Más logro llegar al restaurante con Felix. Se sentaron en una zona vacía, supo enseguida que su novio había pedido eso, quería estar a solas. Y cada vez que eso sucedía terminaba con ciertos dolores placenteros.
—El filete de aquí es delicioso — comentó Felix mirando el menú de la noche.
Hyunjin casi hace un puchero por creer que era él único que tenía cosas sucias en mente. Si tan solo supiera que Felix ya se imagino mil escenas de como hacerlo llorar y pedir más por él.
A Hyunjin le encantaba lucir así de bonito, con diamantes encima, con perfume dulce. Le encantaba verse como una maldita perra cara. Y sonreía al saber que tenía el cuerpo perfecto para enloquecer a cualquiera.
Eso hacía que Felix amara tener a ese chico para él, todo para él. Verlo arrodillado a sus pies, con ojitos llorosos pidiendo cosas demasiado sucias para decirlas en voz alta.
Felix cruzó las piernas. Hyunjin igual.
—Bien, entonces pediremos eso y el vino... éste está bien, gracias — habló él mayor al chico que les servía esa noche.
Hyunjin se paró de la silla, moviéndose hacia el balcón listo para disfrutar de las vistas de la ciudad. Rápidamente sintió las manos posesivas en su cintura y un aliento en su cuello.
—Este perfume es mi favorito.
—Lo mejor para tí.
—Eres lo mejor para mí, bebé.
Ah, Felix hacía que se sintiera hermoso. Su plan comenzaba poco a poco, él quería jugar. Sintió los besos en su mejilla.
—Mmh, Hyunjin — habló en un suspiro —Ha pasado tiempo.
—Lo sé. Y no te das una idea de todo lo que pasa por mi mente en estos momentos.
—¿Ah sí? Dime.
—Llevarte a casa, romper este vestido tan bonito, que me mires a los ojos mientras te toco y escucho esos sonidos que me encantan.
—¿Por qué salimos entonces?
—Me encanta la idea del peligro, hacer algo aquí y que luego me ruegues que termine lo que empecé.
Junto a sus palabras, Felix uso sus manos para acariciar a Hyunjin, sintiendo la molestia de la tela rosa en el camino. En ningún momento dejó de estar detrás de su novio, así que no podía ver como Hyunjin se mordía el labio ante las imágenes mentales.
Felix levantó el vestido un poco cuando llegó a sus muslos, peligrosamente tocando el interior de estos y sintiendo un verdadero placer porque su bebé no se estaba resistiendo.
—¿O es demasiado para ti? ¿Te preocupa que ese idiota venga a molestarnos? ¿Crees que puedes esperar a llegar a casa?
Hyunjin no podía evitar derretirse ante los besos en su piel, ante la voz gruesa que Felix estaba usando y ante los toques en esa zona. Él era demasiado débil. Hyunjin quería tenerlo por completo.
—¿Mmh? Responde, bebé. Sabes que yo no haría nada que no quieras. Pero, justamente esto me dice que estás de acuerdo — tocó la ropa interior, donde podía sentir un poco de calor y humedad, no mucha pero la suficiente para empezar.
—Felix...
—Baby Jinnie — dijo en su oreja con lentitud y una buena pronunciación.
—Papi — gimió al sentir más toques donde quería —Daddy lixie.
No, no podía esperar, él lo quería todo, ahora.
𖤐𖤐𖤐𖤐
La habitación se había puesto demasiado calurosa. Desde incluso antes de entrar, Hyunjin ya estaba atrapado en los labios de Felix, besándolo con fuerza y deseo.
Se tomó su tiempo jugando con su boca, y metiendo las manos en la camisa blanca, Hyunjin empezó a tocar los músculos duros de la piel de Felix. Su piel era tan suave y besable.
Por su parte, Felix lo giró contra la puerta, sosteniendo sus muslos de forma de que estuviera en el aire con las piernas a sus lados. Hyunjin no pesaba demasiado y era fanático de tenerlo así.
Los besos pasaron al cuello de Hyunjin, Felix se tomó el tiempo de morder y lamer, dejando varias marcas. Nadie más podía tocarlo de esa forma. Era suyo, todo suyo. Lo enloquecería.
—Ahh, papi — gimió al sentir una dura presión contra él —Ya estás preparado para mí.
—Siempre para ti, sólo para ti, bebé.
Pronto ya no estaba contra la dura madera, sino en el suave colchón. Felix tomó la delicada mano de Hyunjin y la condujo hasta su entrepierna.
—Eres un bebé muy sucio, mira lo que provocas.
Hyunjin apretó un poco, la polla de su novio era de un gran tamaño, y escuchó el pequeño gemido de Felix. Sonrió con los dientes en sus labios, amaba eso, amaba ese sonido que él causaba.
Los besos continuaron, usando lengua y dientes. Mordiendo y dejando labios rojos e hinchados. Hyunjin empezó a desabotonar la camisa de Felix, quería verlo sin eso. A la vez, Hyunjin subía más la parte baja del vestido.
—No me lo quites — detuvo sus manos cuando quiso tirar la camisa de su lugar —Me gusta cuando lo hacemos así.
—¿Con ropa?
—Sí — beso sus labios una vez más —Amo tu cuerpo desnudo pero este vestido te queda tan bien. Déjame hacerte venir una vez y luego si quieres te lo arranco.
Hyunjin asintió contento. Fuera como fuera, que Felix lo llevará al orgasmo era suficiente.
Los besos ya no estaban en sus labios, bajaban de su cuello a sus clavículas. Las manos de Felix comenzaron a bajarle la ropa interior, su encaje negro se retiró. Y los besos bajaron hasta ahí, a sus muslos tan blancos y gruesos, donde Felix siguió con sus marcas y mordidas. Hasta que llegó donde quería.
—Ahí, papi — suspiro al sentir la lengua de su mayor en el mejor lugar posible.
Felix jugó un poco con su bebé, siendo lento y cuidadoso. También utilizó sus manos para estimularlo, deslizó un dedo entre toda esa humedad y al oír su gemido se concentró en seguir con lo suyo con la boca y prepararlo mejor.
Hyunjin usó una mano para enredarla en el cabello negro de Felix mientras que con la otra se ocupó de apretar las sábanas blancas a su alrededor.
Paso un tiempo en el que ya no sólo necesitaba la lengua de Felix, pero no pudo quejarse cuando sintió un dedo entrar en él. Y sin aviso se agregó otro.
—P-pa-papi — llamó entre quejidos.
—Te escucho, bebé.
—No- no quiero- mmh — Felix iba cada vez más rápido —A ti, te q-quiero a- a a ti
—¿Seguro? — sus movimientos no se detenían por nada —¿Estás listo?
—Ahh, sí, papi, sí.
Y como lo mimado que era, Hyunjin dejo de sentir los dedos dentro suyo y miró como Felix se ponía a su altura, quitándose el cinturón y bajando un poco sus pantalones.
—Mírate, todo un desastre — molestó —No aguantas estar sin mi polla adentro, bebé. Y yo me vuelvo loco sin tenerte para mí.
—Yo sólo te quiero a ti adentro, nadie más.
—Nadie más. Eres mío, todo mío — no se resistió y volvió a besarlo. Con su mano libre tomó su rostro una vez separados y lo obligó a mirarlo —No veas, vas a sentir todo de una vez.
—Pero, papi. A mi me encanta ver como entras.
Felix sonrió —Para la próxima ronda.
Sin aviso alguno, Hyunjin se sintió lleno. La polla de Felix se había metido muy rápido y la sensación no fue para nada incómoda, de hecho le había gustado tanto que abrió los ojos en grande ante la sorpresa. Quiso mirar hacia abajo.
—Mírame, Baby — una vez más agarro sus mejillas y las mantuvo firmes —A mí, sólo a mí.
Entre gemidos y jadeos, Hyunjin era penetrado una y otra vez. Al principio con un poco de lentitud, hasta que Felix comenzó a ser más brusco y sucio. En la habitación el obsceno sonido de sus pieles chocar era la única música, acompañada de los ruidos de sus gargantas.
—Ahh~ Papi, m-más fuerte.
—Eso es, bebé, pide, pide.
Hyunjin echó la cabeza hacia atrás, totalmente ido por el placer. Hasta había cerrado sus ojos.
—Esos ojitos en mí, solo en mí — volvió con sus acciones bruscas. Felix sabía que a Hyunjin le gustaba rudo —Vamos, bebé, vamos.
Luchando contra todo lo que podía, Hyunjin no dejo de mirarlo a los ojos y gemirle en la cara. Hasta casi sentía como la baba se le escapaba de la boca tanto tenerla abierta.
Felix sentía sus uñas recién hechas en la espalda, con arañazos y marcas que sabía que le dolerían más tarde, pero ahora no importaba. Estaba con la mente demasiado ocupada.
Su pene se sintió atrapado y Hyunjin comenzó a gritar más, lo que significaba que estaba cerca. Felix le hizo caso, siendo más rápido y más duro, luego usó su mano para acariciar su clítoris en busca de ayudarlo con su liberación.
Felix también se sintió cerca cuando Hyunjin le mordió los labios en un intento de callarse. Pero sabía que Felix amaba escucharlo.
—Tu puedes, bebé. Es hora.
Hyunjin llegó al orgasmo poco después, cumpliendo su palabra de no dejar de verlo. Felix se concentró en dar más estocadas hasta liberarse también. Los dos tenían los pechos bastante agitados y al seguir con ropa sentían más calor aún.
—¿Ahora sin ropa? — propuso él menor.
Felix ni si quiera había salido de él cuando escucho esa pregunta, así que riendo dijo:
—Por supuesto.
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