─¿Hum? Esos pósters de River Phoenix son de Tania, no hay nadie más fanática de ese actor que ella. ¡Tania, ¿estás aquí...?! E-espera un segundo... ¡¿Por qué estoy sin camiseta?! ¡¿Y por qué estoy atado de las manos atrás?!

─Veo que ya despertaste─ aparezco, con la parte de arriba de mi bikini, y unos shorts que permiten ver mis nalgas redondas─. Hola, Taro Misaki.

─¿T-tania?─ se pone rojo. ¡Qué lindo se ve así, carajo!─¿Q-qué estás haciendo? ¿Por qué estás así? ¡¿Por qué yo estoy así?!

─Verás, querido, te lo voy a decir sin rodeos, he estado enamorada de ti desde el inicio, ¡y tú no te diste cuenta debido a que eres muy inocente!─ expreso con enfado.

─¿E-enamorada de mí?

─Exacto, Misaki. Eres hermoso, adorable, muy buena persona, pero eres demasiado inocente, y ese nivel de inocencia te puede llevar al rechazo de los demás, o incluso cosas peores.

─Y-yo... No era mi intención ser así. Lo siento─ baja la mirada, apenado─. ¿Me puedes desatar?

─Nop. Tú te metiste en esto, y no te dejaré ir hasta que yo diga─ me acerca a él y lo tomo de los cachetes─. Te amo─ lo beso en los labios.

Al principio se resistió, pero de a poco se fue dejando llevar por mi boca.

Mientras tanto yo estoy acariciando su abdomen, y él da un gemido.

─¿Q-qué haces?

─Te voy a quitar la inocencia, Taro Misaki. No te voy a dar duro contra el muro porque no soy una indecente, y aun somos chiquitos, pero algún día va a suceder─ acerco mis pechos a su cara para que quede metido entre ellos. Yo presiono su cabeza contra mis pechos para que no pueda zafarse.

─¡T-tania! ¡N-no hagas esto, por favor!

─Voy a darte un espectáculo inolvidable, titulado: "La pérdida de la inocencia"─ entrecomillo, y bajo mi mano hacia su entrepierna para ir masajeando su amiguito con mi dedo, por arriba de su pantalón.

─¡Agh!─ gime. Qué lindo gime este niño, loco─¡A-amo esta sensación!

─Me alegra oír eso─ con mi otra mano, acaricio sus glúteos y los aprieto un poco.

Esta experiencia es una mezcla de puro placer y lujuria. Jamás hubiera imaginado hacer esto a esta edad, me pregunto a quién habré salido tan pervertida, y aun me falta tener sexo realmente..., pero bueno, eso no importa ahora.

Fue tanto el placer que le provoqué, que no resistió más y se corrió a borbotones dentro de su ropa

─D-dios, ya me estaba molestando ese cosquilleo.

─Se llama erección.

─Tania, no tenía idea de que esto fuese tan placentero. Por favor, perdóname por ser tan inocente.

─Descuida, amo tu inocencia, pero deberías bajarle una o dos rayitas, te lo digo por tu bien, ¿sí?

Él asiente.

─Lo prometo.

Lo desato y ambos se toman.

─Te amo, cosita hermosa─ le digo, y le doy un beso en la frente.

─Eres un poco loca, pero supongo que también te amo─ ríe levemente.

FIN