capítulo uno.

La blonda miraba el gran departamento en medio del callejón diagon. Normalmente se levantaba con el ruido de las calles y el bullicio de la gran masa poblacional. Su cara se descompuso por un momento al pensar en que debía pasar a visitar a su padre y el la trataría de convencer como trataba de hacer desde hace aproximadamente más de dos años a que se mudara de nuevo junto a él.

La miraría serio, frunciría el ceño, discutiría nuevos casos de robos y de locos sueltos, le diría que su pequeño patito no debería estar sola en ese lugar sin saber protegerse como lo haría un auror; pero la rubia tenía un alto nivel en saber protegerse pero no podría competir con uno de los mejores aurores. Era bastante obvio que su padre estaba perseguido por los fantasmas de su pasado, veía el peligro latente a su alrededor y pensaba que su hija estaba en un peligro permanente. Seguramente era por el rol que tuvo atrapando y llenando la cárcel de magos tenebrosos. Joey pensaba que era probable que pensara que los familiares podrían vengarse o que de alguna manera algún nuevo mago se alzaría.

La guerra en sí quitó tanto, que las gotas derramadas por la lluvia no se compararon a las lágrimas de la comunidad mágica. Ella perdió, su padre perdió, su pequeño ahijado perdió a sus dos padres, su amigo Harry perdió, Hermione, Ron, todos.

La idea de pensar en la desolación que trajo esa calamidad llamado Tom le provocaban revoltijos, y más cuando la sonrisa alegre de su hermana Tonks le venía a la mente o cuando olía chocolate caliente y le recordaba a su ex-profesor.

La guerra dejó cicatrices latentes en todos Joey sólo fue uno de esos casos en donde la melancolía y la depresión, había hecho que sus días fueran tristes y desolados.

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𝗍𝗈𝗆𝖺𝗇 𝗎𝗇 𝖼𝖺𝖿𝖾́𝖼𝗂𝗍𝗈 ☕︎.
@𝗈𝗓𝗓𝗒𝗺𝗼𝗿𝗿𝗶𝘀𝗼𝗻:🕊️꒷꒦ ☂︎