SunHi

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Min Hye coqueteó con un tipo en la barra del club al que fuimos mientras yo me mantenía sentada en la unica mesa que habíamos conseguido a la hora que llegamos. Parecía muy segura de lo que hacía, en cambio yo me estaba arrepintiendo de estar en un lugar como este en un pantalón tan ajustado como el que me había prestado desde su armario.

Intenté desastrosamente acomodarme el top para que me cubriera el ombligo pero solo dejaba ver más el escote, el ambiente era caluroso para colocarme la chaqueta de cuero que complementaba el outfit. 

—¡Tenemos alcohol gratis!— Min Hye llegó a la mesa muy feliz y yo le sonreí evitando a gritos decirle que me sentía incomoda ante los ojos de la gente que nos rodeaba.

—¡Genial!

—Cuéntame de una vez quien es este chico que te trae mal— jugueteó con sus dedos en la mesa.

—Es mi profesor de piano.

—¿Viejito?— rió ella a modo de burla.

—¡No! Tiene al menos unos treinta, es guapo y tiene una voz sexy— sentía el calor en mis mejillas al hablar de él.

—¿Muy bien y? ¿Que pretendes con él?

—Juraría que existe la posibilidad de vivir algo como JiHu y Min Suk en Oficina para dos— miré al mesero acercarse con los tragos y los dejó en la mesa.

—Cortesía del señor Kwon y amigos— apuntó la mesa y esos hombres de unos cuarenta años nos miraron sonrientes sacudiendo sus manos.

—No me gusta esto— Mis ojos buscaron evitar a esos hombres y a los tragos también —, No creo que deberías beber esto MinHye, puede tener droga o algo extraño.

—¡SunHi no seas aguafiestas, es alcohol gratis!—bebió un poco de la pajilla saboreando el cóctel que parecía ser de fresa —¡Está delicioso!

Miré mi trago, luego a los hombres de la mesa quienes parecían estar atentos a que bebiera y aquello lo hacía más sospechoso por lo que llevé la pajilla a mi boca e imité el beber tratando de pasarla bien. Mi vista recorrió el lugar entre el monólogo de MinHye sobre Paris y me encontré engatusada por la imagen de ese hombre en la barra que por alguna razón miró hacia nosotras  y yo, llena de vergüenza y sobriedad fingí estar concentrada en MinHye.

—Creo que está aquí— dije entre dientes mirándola fijamente.

—¿Quién?

—Mi Sunbae— busqué mirar nuevamente pero ya había desaparecido de la barra.

—Es un sábado por la noche SunHi, todo el mundo está aquí, calma las pasiones—rió haciéndome ver como una paranoica —, Si no vas a beber dámelo— tomó mi cóctel y siguió bebiendo.

—No deberías seguí tomando eso— le quité el vaso dejándolo a un costado —. Quizás deberíamos irnos— busqué su mano por sobre la mesa pero ella se levantó.

—¡Vamos a bailar!— caminó hacía el centro de la pista y la musica comenzó a subir de volumen, yo me negué por mucho que me llamara. No tenía ánimos de bailar, menos si los hombres de la mesa nos seguían mirando como perros hambrientos.

—¿SunHi?

Su voz, era su voz. YoonGi Sunbae me había reconocido en un bar bebiendo, luciendo muy diferente a como me veía en las clases de piano. Yo le miré con una sonrisa tímida tomándome el tiempo de inspeccionar como iba vestido; un jeans negro tipo cargo rasgado en las rodillas, camiseta blanca y sobre ella una guayabera negra con detalles blancos y rojos, cinturón con detalles en plateado.

—Sunbae—mis ojos lo vieron hacia arriba porque no me levanté de mi asiento, esté por comodidad tomó asiento en el lugar de mi amiga y se acercó sobre la superficie de madera para que lo escuchara.

—¿No había un mejor lugar para ir de amigas?—Su mirada era afilada y estaba fija en mi expresión —Podría atreverme a decir que no te ves cómoda

—Esos hombres de allá enviaron alcohol a nuestra mesa pero yo no bebí— El vaso estaba a medias en la mesa junto al vacío de MinHye.

—Hiciste bien, ahora— apuntó al sector de las terrazas —. Estoy con unos amigos allá en el caso de que necesites algo— Se levantó de la mesa acercándose a mi esta vez —Y no me llames Sunbae aquí.

—Pero...—Su figura se alejó entre la gente del club  hasta la terraza donde parecía tomar asiento y beber de su cerveza. 

YoonGi

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De vez en cuando miraba hacia la pista de baile hasta el rincón notando que SunHi estuviera ahí, parecía estar hastiada del lugar pero cuando vienes con amigos no hay de otra, la entendía por completo. 

Nunca imaginaría verla con el atuendo que traía pero luego de ver a su amiga en la pista supuse que era ella quien la había influenciado, aquello me daba mucha más información de la que necesitaba 

¿Acaso era así de influenciable? 

De todas formas no me la imagino con sus vestidos sofisticados y femeninos en el lugar como este, como si se tratara de un conejito entre zorros hambrientos. Los hombres aquellos la miraban esquinada ahí, no había bebido alcohol y parecía cuidar de que nada le ocurriera a su amiga en vez de divertirse.

—YoonGi si quieres irte estás en todo tu derecho— Park me dió un golpe de codo para llamar mi atención —, ¿A quién miras tanto?

—A nadie, solo no me apetece jugar— miré la mesa con billetes, cigarrillos humeantes y botellas de cervezas. Yo solo había bebido una y fumado dos cigarrillos, no aposté nada.

Cuando intenté concentrarme en el juego su presencia en la terraza me llamó la atención haciéndome abandonar todo. Tocó mi hombro diciendo mi nombre haciendo que todos en la mesa dejaran de hablar y la miraran.

—YoonGi

Giré mi rostro para verla tras de mi y parecía preocupada, esos ojos redondos de cachorro lucían más grande y sus labios hacían presión entre ellos.

—Puedes venir un momento— retrocedió y salió de las terrazas.

—¿Quién es?— Park quien estaba a mi lado me miró confundido sin entender lo que pasaba y yo le regresé mis cartas del juego saliendo del lugar. 

Ella me esperaba junto a la salida del lugar bajo el letrero de la terraza algo asustada y me tomó de la camisa para caminar tras de ella hasta el sector de los baños. A esa altura de la noche nadie se fijaba si estabas entrando al baño de chicas y por suerte no había nadie más que nosotros dos y su amiga.

—Algo tenía ese trago— apuntó a su amiga quien estaba apoyada en el lavamanos luciendo más pálida de lo normal.

—Tienes que hacer que vomite— tomé a la chica por los hombros y entré con ella  a uno de los cubículos obligándola a bajar hasta la taza del baño —Hey, tienes que vomitar ¿Me oyes?

—MinHye, se llama MinHye— SunHi estaba tras de nosotros sonando algo alterada.

—Toma tus dedos y mételos a tu boca— le pasé su mano y esta abrió su boca introduciendo sus dedos sin resultado.

—¿Puedes hacerlo tu, SunHi?— Me levanté para cambiar lugar con la chica que permanecía mirando al escena.

—Debemos llevarla a un hospital— tomó el cabello de su amiga en una coleta e introdujo dos dedos a su boca cerrando los ojos y el reflejo de vomito fue inmediato haciendo que la muchacha hincada en el piso vomitara el trago y algo más que eso.

SunHi se mostraba asqueada mientras yo miraba todo desde mi lugar en el lavamanos, una de sus manos acariciaba la espalda de su amiga con mucha atención y cuidado. Puede que no haya sido el momento más indicado para mirarla pero tenia buenas curvas.

—Quizás ya fue suficiente— les advertí pero MinHye vomitó por ultima vez por su cuenta al mismo tiempo que la puerta se abrió de golpe gracias a una pareja que entró al primer cubículo abierto que encontraron y comenzaron a follarse ruidosamente.

SunHi levantó el rostro de su amiga para verla mejor y la ayudó a pararse para lavarse la boca, de un bolsito que traía le entregó pañuelos, mentas y un labial. Yo sonreí disimuladamente para no incomodarlas ya que su amiga lucía fatal y ella se encargó de hacerla ver digna.

—¿Tienen como volver a casa?— le pregunté directamente a SunHi quien me miró y negó —. Puedo dejarlas en casa y pasar a una farmacia por una bebida hidratante para tu amiga.

—¿Así pretendes enamorarla, Sunbae?— MinHye miró de costado hacia mi, de fondo se escuchaban los gemidos de la pareja del cubículo y el rostro de SunHi se ruborizó completamente luciendo como un tomate.

—Quizás sea mejor llamar a un Uber o algo así— la muchacha de ojos redondos y tiernos sacó su teléfono nerviosa.

—Yo las llevo, es peligroso que salgan a esta hora solas por la cuidad, no tardamos nada.

—Pero estás con tus amigos afuera yo no quiero molestar.

—¿No te das cuenta que quiere ir?— MinHye me miró y la tomó por los hombros —¡Es lo más seguro que tenemos y quiero llegar a casa sana y salva!

—¡Ya váyanse de una vez!— el chico que parecía distraerse con nuestra conversación nos gritó entre los gemidos de su chica.

Así que no tuvimos de otra que salir de allí hasta el estacionamiento y conducir hasta la casa de la amiga no sin antes conseguir medicamento para la resaca y una bebida hidratante. SunHi se bajó conmigo a la farmacia mientras su amiga dormía en el asiento trasero.

—Lamento todo esto— mencionó junto antes de pagar —. Creí que sería una gran noche

—Esto pasa cuando eres joven y sales de fiesta. Nada sale como planeas— traté de animarla.

—Agradezco que me hayas ayudado, quizás que hubiera pasado con nosotras si no estabas ahí— caminó hacia la salida hipnotizándome con sus caderas y ese trasero que nunca había notado bien debido a sus vestidos y faldas en la clase de piano.

Subió al auto y noté que tenía dificultad para colocarse el cinturón de seguridad, siempre sucedía así que me vi en la obligación de ayudarla con todo el carisma que me quedaba a las dos de la madrugada.

—Estúpido cinturón— dije entre dientes mientras tomaba el cinto hasta la caja donde debería ser encajado, a centímetros de ella siendo distraído por su olor a vainilla y caramelo. La miré de reojo y ella me vió a mi —. Esto suele pasar siempre no te preocupes

—Puedo intentar yo ahora— sus manos se posaron sobre las mías tomando la caja y el broche del cinto encajándolos finalmente. 

Condujimos a la lujosa casa de su amiga y las ayudé a bajarse a ambas, sin embargo MinHye no parecía tan mal del todo y caminó sola hasta la entrada, discó a clave y dejó la puerta abierta para SunHi que seguía a mi lado mirando hacia la casa.

—Espero que nadie esté despierto— suspiró mirando las luces apagadas del lugar a excepción del sensor de movimiento.

—No creo que sea su primera vez.

—No, no lo es pero su mamá odia verla borracha—Se acomodó el cabello y me miró haciendo que yo también lo hiciera —, Vuelvo a...

—No agradezcas más, ya he tenido suficiente.

—Estoy avergonzada— Sus ojos estaban apenados y eso en parte me provocaba sentimientos de ternura.

—¡Ella es la que vomitó, no tú. Tu fuiste una buena amiga!— me apoyé contra el capó de mi auto —, Tal vez pueda recomendarte otros lugares donde ir en donde no tengas que pasar lo de hoy.

—¿Estarás ahí también?— acarició la superficie de su bolso 

¿Está coqueteando? 

—Solo era una recomendación la verdad— sonreí para no hacerme quedar como un idiota desconsiderado —.Pero si quieres ir a este tipo de lugares más "arriesgados" puedo brindarte mis servicios de guarda espaldas pero son costosos —dije a modo de broma para que fuera más claro el mensaje, ella sonrió.

—¿Y que tan costosos son tus servicios de acompañante?— respondió ella entreabriendo sus labios que tenían un retoque de labial.

—Creo que con los servicios de tutor de piano tienes suficiente de mi— Me separé de mi auto sintiéndome algo sonrojado y tímido ante su propuesta de cita y me giré para abrir la puerta —. Ve adentro, está helando.

—Sí, tienes razón— reverenció y caminó hacia la entrada para luego darse la vuelta —Buenas noches Sunbae.

Yo solo hice un movimiento de cabeza seco y puse en marcha el auto. Me pregunté que mierda estaba haciendo con mi vida jurando ser el super héroe de alguien, ella estaba en peligro yo le ofrecí ayuda y casi termino en una cita con ella por querer ser cordial. 

¿Debía haber aceptado? ¿Corre en riesgo mi trabajo con esto o qué? ¿Será que sobre pienso mucho las cosas injustificadamente?

Admitamos que SunHi hace su mejor esfuerzo ante el hombre que le gusta y YoonGi está algo oxidado en el contexto de coqueteo, hoy al salir a los pubs o restobares hay que tener cuidado así que agradezcamos que estuvo para ayudar a las chicas.