chapter eighteen
── XVIII ──
«The place we were used to know, now is gone PART 2»
El río torrente, o lo que quedaba de él, era demasiado alto. Edmund recordaba con claridad como era aquel rio de aguas cristalinas en donde siempre disfrutaba con su hermano y hermanas junto a Kath un buen chapuzón en los dias de mucho calor. "Erosión" le había susurrado Katherine a su lado a lo que él asintió, sintió como la chica tomaba su mano y lo apretaba levemente.
── Bueno, la erosión es causada por... – murmuró Susan mirando de manera desconfiada al peñasco.
── Solo cállate – Le interrumpió Peter con exasperación, y no lo culpaba. Una vez que Susan abría la boca para decir algo inteligente era muy dificil hacerla callar. Se giró y dirigió su vista al pequeño hombrecito que lo acompañaba con un rostro de cansancio – ¿Hay alguna manera de cruzar?
── Si, cayendo. unque creo que no sería para nada gratificante tomando en cuenta la altura – apuntó este.
── Que divertido – susurró sarcásticamente Kath a su lado haciendo que él riese por lo bajo.
── Bueno, hay unos bajos en beruna ¿Les importa nadar? – preguntó Trumpkin.
── Es mejor que caminar – acotó Susan siguiendo al hombre. Edmund estaba a punto de seguirlos cuando un grito llamó su atención.
── ¿Aslan? ¡Es Aslan! – exclamó su hermana con emoción mientras se daba vuelta mirarlos – ¡Esta allí! – Alzó su cabeza para poder encontrarlo, más fue una gran decepción no haberlo encontrado.
«¡Es Aslan! Está por... – Lucy se dio la vuelta con una gran sonrisa, sin embargo esta misma desapareció al no encontrar a nadie – allí.
Un silencio incómodo se formó en el ambiente. Sintió un ligero apretón en su mano, Katherine estaba con la mirada fija en donde había dicho que estaba el leon, tenía la nariz algo roja y lo miró.
── ¿Lo viste? – le susurró con un apice de esperanza haciendo que su corazón le doliese al ver que, cuando él negó, el brillo se apagó en sus ojos.
── Pudo haber sido un leon común y corriente Lu – intentó consolar Peter, sin embargo el rostro de la pequeña denotaba cuan equivocado estaba.
── Creo reconocer perfectamente a Aslan - espetó enfadada la niña.
Hubo un largo silencio luego de aquello, un silencio tenso e incomodo. Lucy se veía toalmente indignada con su hermano mayor por no creerle, mientras que este solo fruncía sus labios en un intento de no decir nada estupido. Edmund miraba todo con suma atención, no sabiendo bien que decir o que creer.
── Mira... – habló Trumpkin interrumpiendo aquel tenso ambiente – No iré tras algo que no existe.
── Yo no estoy loca – dijo Lucy haciendo que el enano se viera algo avergonzado.
Otro silencio abundó el ambiente. Edmund miró hacia donde Lucy aseguraba haber visto a Aslan. Una pizca de esperanza se encendió en su pecho al solo pensar en que el león estaba cerca de ellos. Aunque no lo podía ver, sabía que él estaba en algún lugar.
── Yo... – murmuró él llamando la atención de todos. Se aclaró la garganta y miró fijamente a Peter – La última vez que no le creí a Lucy, quedé como un estupido.
Miró a su hermanita quien le regalaba una pequeña sonrisa y un apretón de manos de Katherine lo alegró un poco a pesar de lo sucedido.
Peter se dio la vuelta para luego volver a mirar a la niña.
── ¿Porque entonces no lo vi?
── Quizás no estabas viendo realmente... – le repsondió en un susurro la niña haciendo que el semblante del muchacho cambiara a uno sombrío.
── Lo siento Lu – dijo antes de seguir a Trumpkin.
La pequeña niña se veía completamente triste por lo sucedido, y claro que era entendible, que tu hermano mayor te tratara como loca de manera indirecta no era algo para nada grato.
El muchacho sintió el agarre de Kath soltarle y acercarse hacia Lucy.
── Yo sé que dices la verdad, Lu.
── ¿También lo viste? – preguntó esperanzada la niña recibiendo una mirada triste de la castaña – Oh...
── Si, quizás no era su voluntad que lo viera. Se que en algún momento sucederá - respondió ella para luego dirigir su mirada hacia él - ¿Nos vamos?
Edmund asintió esperando que las chicas se separaran del peñasco para luego que los tres siguieran al resto.
ˏˋ 亗 ˎˊ
El río estaba lleno de hombres, que dedujo que eran trabajadores telmarinos, quienes estaban construyendo un puente a lo largo del río. El aramo en donde yacían estaba completamente vacio de arboles, puestos que estos habían sido cortados por los telmarinos, quienes los estaban subiendos a carretas para llevarlos a quien sabe donde.
Claramente no podrían cruzar el rio, no cuando podrían ser facilmente asesinados por centenares de hombres. Unos hombres a caballo se acercaron hacia ellos y se agachó rápidamente para que no le vieran.
Un hombre barbudo se habia detenido por un momento al ver movimiento en la parte de esos troncos. Escuchó la respiración agitada de Katherine a su, la tomó suavemente de la cintura y la acercó hacia su pecho mientras ella escondía su rostro en su cuello.
El hombre se encogió de hombros antes de seguir a aquellos señores.
── Driades... - susurró la castaña haciendo que solo él escuchara - Mataron a una driade esta mañana al cortar su árbol, yo lo vi.
Edmund acarició su espalda y asintió, recordaba aquellas criaturas amables que los habían acompañado por su primera travesía en Narnia, por lo que entendía la sensación que la chica estaba experimentando. Miró hacia un costado para ver a Peter hacer una señal a todos para que se levantaran y se fueran, el imitó su gesto y los siguio con Ketherine tomada de su mano.
Todos se dirigieron hacia donde Lucy había visto a Aslan y se quedaron allí, esperando a que la niña hiciera algo.
── Bueno, ¿donde creíste haberlo visto? - le preguntó Peter con esfuerzo, como si su orgullo no le permitiera aceptar que fuese una posibilidad que Lucy haya encontrado la manera de ir.
── Yo no creo que lo vi, se que él estuvo aquí - respondió de manera seca Lucy - Me gustaría que dejasen de actuar como adultos.
── Yo soy un adulto - murmuró irónico Trumpkin quien estaba a su lado y Edmund solo sonrió divertido.
── Él estaba aquí, quería que lo siguiéramos- habló la niña acercándose al peñasco - Estaba justo...
Un grito salió de su garganta al caer haciendo que todos se preocuparan.
── ¡Lucy! - gritó Susan.
Todos se acercaron con cuidado a la orilla para ver a una Lucy sana y salva sobre un pequeño montículo de tierra; a sus pies, había un pequeño sendero seguro por el cual podían bajar tranquilamente.
── Estaba aquí... - habló la niña con una sonrisa nerviosa. Edmund suspiró aliviado y, siendo el primero que bajó, siguió a su hermanita.
Al bajar completamente, se acerco hacia su hermanita y la abrazó por los hombros.
── Me vuelves a dar un susto así y no te compro más chocolates ¿Entendiste Lucy?
La niña solo rodó los ojos ante eso mientras una sonrisa surcaban en sus labios. Lo abrazó por la cintura antes de seguir caminando.
Poco a poco, conforme pasaba el tiempo, los colores del atardecer empezaron a colorear el cielo. Peter decidió que era momento de detenrse para escansar la noche y Susan pudo cazar unos conejos por lo que ahora mismo, él estaba junto a Peter buscando leña para la fogata.
Mientras juntaba una rama seca del suelo, giró su cabeza para encontrarse a Katherine tomando unos arándanos de un arbusto. Se quedó embobado viendo como ella sonreía ante lo que Lucy le decía, quizás un mal chiste que solía decir o quizas contándole una anécdota.
── Sabes, una foto dura más - escuchó la voz de su hermano detrás suyo.
── Sabes, es mejor que te calles - dijo mientras se agachaba nuevamente para tomar unas ramas. Peter soltó una risotada mientras negaba.
── ¿Cuando le dirás? - Edmund levantó la vista confundido mientras acomodaba la madera de sus brazos.
── ¿A que te refieres? - le preguntó, aunque sabía bien a que se refería.
── De Kath, idiota - murmuró este dandole un pequeño golpe en el brazo. El muchacho solto un quejido y le devolvió el golpe, pero este pareció ni lo sintió - ¿Cuando le dirás que te gusta?
El chico tensó por un instante su mandibula, luego suspiró antes de dirigir su vista hacia la chica por un segundo.
── ¿Se nota mucho?
── Demasiado para mí gusto - bromeó haciendo que el chico se sonrojara mientras reía - A ella también le gustas ¿lo sabes?
El chico rápidamente levantó la mirada hacia él confundido.
── ¿Enserio? - su hermano solo se limitó a asentir mientras le daba una sonrisa - ¿Que más sabes?
── Se muchas cosas, pero primero lo primero ¿Cuándo hablaran sobre sus sentimientos? Ambos me tienen harto.
El chico solo río mientras sentía sus mejillas calentarse.
── Esto no debería hablarlo contigo.
── ¿Y qué? ¿Acaso correrás a los brazos de Susan a preguntarle como declararte? - inquirió Peter mientras tomaba unas ramas del suelo - Seamos sinceros hermanito, Susan daría muchísimas vueltas al asunto antes de siquiera decirte un consejo. Y dudo que te lo diese al final.
Edmund rodó sus ojos y rio por lo bajo; lastimosamente su hermano tenía razón. Cuando el tema era de sentimientos, ropa y moda, para Susan era muy dificil mantener el hilo de la conversación.
── Entonces ¿Qué supones que haga?
Peter se quedó en silencio mientras miraba al cielo que empezaba a brillar por las estrellas. Empezó a caminar hacia un gran arbol el cual sus raices estaban llenas de ramas secas, perfectas para la fogata.
── Lucy te diría que seas tu mismo; la verdad, yo también digo que hagas lo mismo - empezó él - Si Kath se enamoró de ti con esa actitud que tienes, no se que esperas para declararte al estilo Pevensie.
Edmund levantó una ceja a su hermano.
── ¿Estilo Pevensie?
── Si, ya sabes. Acercarte hacia la chica y decirle ¿Qué tal? - le dijo con una voz que pretendía ser seductora, pero que en realidad terminó siendo totalmente ridículo. Ed frunció sus labios para no soltar una carcajada en ese momento.
── Creo que no usaré el estilo Pevensie - exclamó acomodando las ramas de sus brazos y caminaba hacia el grupo.
── ¡Tú te lo pierdes! - le gritó su hermano.
── ¡Y estoy agradecido de perderlo! - le respondió riendo mientras seguía su camino.
── ¿Que vas a perder? - pregunto una voz a su lado haciendo que se sobresaltara. Katherine apareció a su lado, ella llevaba su bolso lleno de arándanos y fresas mientras lo miraba con un sonrisa.
── Una apuesta con Peter - mintió el chico mientras acomodaba la madera, intentando de alguna manera de que su nerviosismo no se notara.
── Que pena si lo perder - dijo ella - ¿Quieres que te ayude?
── No, esta bien... - le dijo antes de respirar profundo mientras la veía a los ojos.
Se acercó valientemente hacia ella y besó su mejilla, dejando a una Katherine totalmente sorprendida. Trotó rápidamente hacia Lucy quien estaba sentada en un tronco, tenía una una sonrisa divertida.
── ¿Que acabas de hacer?
── No me preguntes, ni yo se que diablos hice. Así que calla y ayudame.
ˏˋ 亗 ˎˊ
La cena fue buena, no fue un manjar puesto que solo era un conejo para seis personas hambrientas, pero las frutas que habían encontrado las chicas había sido suficiente como un buen y provechoso postre. La temperatura en aquel bosque era agradable y una brisa se paseaba tranquolamente por los arboles, trayendo su frescura en esa noche de verano.
Una vez más, mientras todos dormían, su cerebro se negaba a descansar; pensando en lo sucesos de hoy. Lucy asegurando haber visto a Aslan, la charla con Peter y aquel pequeño beso que le había dado a Katherine.
Se acomodó para que pudiera ver el cielo; aquel cielo que había presenciado su vida, habia presenciado aquel beso en el balcón hace tiempo atrás, era testigo de las noches donde el se desvelaba pensando en la chica que tanto amaba.
Cerró los ojos y soltó un suspiro, nunca creyó estar así, enamorado. Pero ahí él estaba, amando con fervor a alguien a quien él no estaba del todo seguro si correspondía sus sentimientos. No le importaba cuantas veces Peter se lo haya dicho, si el no lo escuchaba desde los labios de la chica, seguiría sin creerle ninguna palabra a nadie sobre ese tema.
Escuchó como alguien se levantaba y caminaba; descubrió que Katherine se había incorporado e ido hacia una colina algo lejana donde se sentó y miró el cielo.
Dudó unos instantes si ir o no. No sabía que hacer ¿Debería ir? ¿Debería quedarse y darle su espacio?
Al final, una parte de él lo obligó a levantarse y caminar sigilosamente hacia la chica.
Kath estaba con los ojos cerrados, respiraba profundamente mientras la suave brisa revoloteaba ligeramente su cabello.
── ¿Tampoco puedes dormir? - preguntó haciendo que se sobresaltara, Kath llevó una mano a su pecho y soltó una risita.
── Me asustaste, Ed.
── No era mi intención - dijo para sentarse a su lado.
Un silencio cómodo se formó sobre ellos. Esos silencios que a Edmund le gustaban, no hacía falta que nadie hablara, solo con la presencia del otro bastaba.
El cielo nocturno brillaba gracias a las estrellas; las pequeñas nubes se movían lentamente y la luna brillaba con intensidad. Katherine se recargó sobre su hombro, él la rodeó con un brazo mientras acariciaba su hombro. Los recuerdos de aquellas noches en Cair Paravel volvieron a su memoria, aquelas noches en donde los dos hacían su picnic nocturno junto aLucy en donde se dedicaban a ver las estrellas y las constelaciones.
── Te dije que volverías a ver las estrellas una vez más... - le susurró sin dejar de apartar la vista sobre ellas. Sintió como la chica asentía y lo abrazaba mientras seguían viendo el cielo.
Se quedaron en esa posición por minutos, demasiado cómodos como para soltarse. Edmund había empezado a acariciar el cabello de Katherine cuando ella alzó la mirada y le dio una pequeña sonrisa.
── Gracias - le susurró.
── ¿Por qué? - pregunto extrañado.
── Por estar siempre conmigo.
La mano de la chica se posó en su mejilla y empezó a darle suaves caricias. El chico se acurrucó en ella mientras la muchacha reía por lo bajo.
── Ten por seguro que nunca te dejaría sola - murmuró él - Nunca.
Kath asintió mientras le sonreía.
── Te creo.
Una luz brillante brilló en los cielos llamando la atención de ambos. Aquella luz empezó a descender hacia la tierra y poco a poco aquella luz empezó a tomar una forma extraña. Hasta que finalmente su forma fue más nitida y un hombre de mediana edad se asentó frente a ambos. Este al ver a la chica su rostro adquirió una gran sonrisa.
── ¿Ramandu? - preguntó ella. El hombre asintió a lo que ella se levantó y lo abrazó - ¡Ramandu!... Por Aslan... ¡Cuanto has crecido!
── Es un gusto verla, mi señora.
Edmund se extrañó en ese momento. Recordaba una estrella que conoció cuando vivían en Cair Paravel, varias veces el había bajado para poder estar con Katherine y tomar el te con ella para decirle como iba el reino de las estrellas.
Pero estaba muy extrañado al ver que no había envejecido como él suponía puesto que, según Trumpkin, habían pasado más de un milenio desde que ellos abandonaron Narnia.
── Buenas noches Ramandu - saludó él acercándose hacia el hombre co una peuqeña sonrisa.
── Buenas noches, mi Señor - habló el hombre haciendo una pequeña reverencia antes de estrechar su mano con el suyo.
── Crei que, bueno... tú sabes... - le dijo un tanto nervioso haciendo que Kath el la estrella se rieran por lo bajo.
── Esas inquietudes también las tuvo Kath en su momento; creo que todos somos concientes de que el tiempo en los cielos son totalmente distintos al de la tierra. ¡Imagine! Que cuando conocí a Kath ella solo tenía mi edad, y yo cuando cumplí mis dieciséis ella ya tenía veinte años.
Río ante eso, era consciente de eso, pero presenciar a una persona que vivió más de mil años narnianos era raro y sorprendente a la vez.
── ¿Como ha sido de tu vida Ramandu? - preguntó la chica junto a él.
El hombre se sentó sobre una roca y, carraspeando, empezó a relatar su historia. Hace algunos años estelares se había casado con una estrella llamada Andromeda y que ambos ahora eran padres de unos mellizos Liliandil y Regulus.
Kath y Edmund decidieron sentarse en el suelo mientras ambos chicos escuchaban atentamente; el muchacho se había recostado en las piernas de la chica mientras esta acariciaba su cabello distraídamente. Algo que le encantaba y planeaba no mover ni un musculo para evitar que ella se detuviera.
── Que linda historia - le comentó él.
── Si, y mi aventura no termina aún - bromeó haciendo que Kath se riera por lo bajo.
Otra luz brillante los interrumpió mientras bajaba del cielo, esa luz se convirtió en un muchacho muy apuesto. Su cabello castaño era ondulado y era un poco más alto que Edmund, lucia de su misma edad, sus ojos eran de un color entre gris y verdes que tenían un lindo brillo en ellos. En simples palabras, era atractivo, muy atractivo.
── ¡Regulus! ¡Hijo mío! - saludó Ramandu levantándose y abrazando a su hijo.
── Hola padre - dijo el muchacho dándole una sonrisa de lado.
Edmund se reincorporó y observó a la chica a su lado, quien parecía negarse a separar su vista del muchacho. Una sensación para nada bonita se hizo presente en su pecho, le dolía y enfurecia a la vez. Tensó su mandibula para evitar decir algo, al fin y a cabo no tendría que hacerlo. Y ,levantandose del suelo, se sacó los restos de pasto de su pantalón y sonrió hacia el muchacho.
── Ven, te presentaré a los reyes - le sonrió el hambre para acercarlos hacia ambos chicos - El Rey Edmund y la Reina Katherine; majestades, este es mi hijo Regulus.
── Un gusto mis señores - saludó el chico haciendo una reverencia. Katherine se levantó y le sonrió tendiendole la mano.
── Un placer conocerte Regulus - le dijo con una pequeña sonrisa. El muchacho tomó la mano su mano y besó el dorso de este haciendo que la chica se sonrojara.
── El placer es todo mío mi señora - le dijo haciendo que Kath se riera nerviosamente.
Edmund tensó su mandibula al ver aquella interacción, esa sensación apareció una vez más en su pecho y no le gustaba para nada. Quería alejarla manos del chico sobre ella, pero sabía que no era su derecho, por lo que se abstuvo de decir algo y comenzó a pellizcar su brazo de manera que pudiese controlarse a si mismo.
Por suerte nadie notaba sus acciones.
── Un gusto su majestad - saludó el muchacho dando su mano; Edmund respiró hondo antes de hacer cualquier estupidez y estrechó su mano regalándole una sonrisa.
── El gusto es mío - le dijo antes de soltarse y mirar a Katherine - Creo que debo irme a dormir.
El rostro de la chica se convirtió en una mueca mientras asentía. Edmund dudó por unos momentos antes de decidirse y darle un pequeño beso en la mejilla. haciendo que esta se sonrojara al instante.
── Buenas noches - le susurró para luego mirar a ambas estrellas - Fue un gusto conocerlos.
── Lo mismo digo, Señor - habló Ramandu con una pequeña sonrisa.
Entonces el muchacho se giró y se encaminó hacia el grupo que seguía dormido, parecía que nadie se había dado cuenta de lo que había pasado. La fogata se estaba empezando a apagar, por lo que tomó unas cuentas ramas para avivar el fuego.
Se asentó en el suelo frente a la fogata y sus llamas lo dejaron hipnotizado, siendo así que rapidamente se perdió en sus pensamientos.
Celos penso él al darse cuenta de que se trataba aquella emoción que sintió en la colina.
Se sintió mal por haberse sentido celoso de una estrella, pero, seamos sinceros, era muy atractivo. Él no culparia a Katherine si se quedaba como boba mirándo al muchacho. Sin embargo, eso no quitaba el hecho de que se sintió de aquella manera.
El chico suspiró y se acostó en el suelo, miró a las estrellas del cielo, las cuales brillaban como faroles iluminando a la tierra. Intentó tranquilizar sus pnsamientos para poder conciliar el sueño.
Y luego de un tiempo, la oscuridad de morfeo lo abrazó para llevarle al mundo del sueño.
Timothee Chalamet as Regulus, son of Ramandu
Sean Bean as Ramandu
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