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💀↳ 𝖴𝖭𝖠 𝖭𝖮𝖢𝖧𝖤 𝖣𝖤 𝖧𝖠𝖫𝖫𝖮𝖶𝖤𝖤𝖭 ↲💀
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Ⓒ︎𝗁𝗂𝗌𝗍𝗈𝗋𝗂09

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Kim Taehyung estaba realmente frustrado, ¿Cómo era posible que sus padres se negaran a comprarle una simple prenda de Gucci? Había pasado más de una hora implorándoles, casi arrodillándose, por esa exquisita camisa que había descubierto en una tienda de lujo. Sin embargo, sus padres, con una frialdad inquebrantable, se negaron rotundamente a complacerlo.

Las razones eran claras para ellos, aunque resultaban incomprensibles para un joven como Taehyung, acostumbrado a que sus deseos materiales fueran satisfechos sin cuestionamiento. Las calificaciones en la universidad no estaban a la altura de sus expectativas, y para quienes valoraban la educación por encima de cualquier capricho, esto era un castigo más que merecido.

━ ¡Pero, papá! ━ protestó Taehyung con una voz aguda y desafiante, que resonó en el aire con una mezcla de incredulidad y rabia.

El padre se volteó de manera abrupta, sus brazos cruzados como un signo inequívoco de enojo. Estaba agotado, harto de las rabietas de su hijo, y no iba a permitir que continuara con su show en público. Internamente, se reprochaba haberlo malcriado, haberle dado más de lo que necesitaba, en un intento fallido de ofrecerle lo que él mismo nunca había recibido en su juventud. Pero ahora, esa crianza permisiva había cobrado su precio.

Su hijo, el niño al que siempre había tratado como un príncipe, se había convertido en alguien que no sabía escuchar un “no” sin montar un escándalo. Era momento de poner un alto.

━ Ya dije que no... ━ respondió su padre con voz firme, su rostro adoptando una expresión severa y sin rastro de indulgencia ━. Y además, por tus rabietas estarás castigado, Kim. Sabes perfectamente que te amo, pero no voy a permitir que te conviertas en un narcisista que lo quiere todo fácil y se crea superior a los demás. No olvides de dónde vienes. No me vengas a llorar por una maldita camisa que parece llena de mandalas; no sé a quién demonios le gusta eso.

Los ojos de Taehyung se abrieron desmesuradamente, llenos de horror y desconcierto. ¿Cómo podía su padre atreverse a insultar a la mejor marca del mundo? Sintió que un torrente de emociones lo invadía, pero no estaba dispuesto a perder su dignidad, a dejar que su ego se viera reducido a cenizas por aquellas palabras. Con un gesto de infantil rebeldía, se cruzó de brazos y torció los ojos, lanzando a su padre una mirada de indignación absoluta.

Para él, aquel gesto era más que una simple muestra de enfado; era su manera de reafirmar su identidad, de mantener su orgullo intacto, aunque en el fondo de su ser, una pequeña herida se abría.

No era solo la negativa a comprarle la camisa lo que lo molestaba, sino el ataque directo a sus gustos, a su estilo, que consideraba insuperable. En su mente, nadie más poseía una visión tan exquisita como la suya, y aquella afrenta era casi imperdonable.

El pelirrojo yacía en su cama, con los brazos cruzados sobre el pecho y el ceño fruncido, sumido en un enojo que parecía arder desde lo más profundo de su ser. Estaba furioso, tanto con su padre como con sus amigos y, en general, con todo el mundo. No era la primera vez que se encontraba en ese estado, pues era común en él enfadarse con todo y todos cuando las cosas no salían como las había planeado. Su frustración era tan intensa que parecía que si alguien se atreviera a acercarse, no dudaría en descargar su ira de inmediato.

Y como si el universo quisiera poner a prueba los límites de su paciencia, la puerta de su habitación se abrió de golpe, dejando entrar a su detestable hermana, quien exhibía una sonrisa radiante en sus labios. Justo lo que necesitaba, ahora tendría que soportar a la fastidiosa "Cenicienta" en medio de su tormento personal.

━ ¡Taehyungie! ━ el llamado cerró sus ojos con irritación al escuchar el chillido agudo de Suyiu ━. ¡Levántate de la maldita cama que tengo una buena noticia! ━ ordenó nuevamente la rubia, su voz aguda perforando el silencio mientras lanzaba una de las almohadas del lujoso sillón negro hacia él.

Kim solo logró apretar su mandíbula, conteniendo el impulso de explotar contra su hermana, a quien en ese momento consideraba una auténtica molestia.

━ ¡Maldita sea! Deja de molestar ━ murmuró con resentimiento, cerrando los ojos con fuerza mientras Suyiu encendía la lámpara de la habitación ━. ¡Suyiu, apaga esa mierda! ━ La joven hizo caso omiso a sus quejas, segura de que la noticia que tenía para él borraría por completo su mal humor.

━ Imagínate... ━ Y con esa introducción, ya empezaban mal. "¿Me ves cara de adivino?", quiso replicar Kim, pero no tuvo oportunidad de hacerlo, ya que su hermana lo interrumpió antes de que pudiera articular palabra ━. Me invitaron a una fiesta de disfraces en un jodido bar precioso, y quiero que me acompañes. ¡Podríamos tener disfraces iguales y Jacob podrá ver la porquería de hermano que tengo! ━ narró la rubia con una sonrisa amplia y traviesa. Tal como ella había anticipado, el mal humor de su hermano se disipó en un instante.

━ ¡Una jodida fiesta de disfraces!

Kim Taehyung adoraba las fiestas de disfraces con una pasión desmedida. De hecho, había estado considerando escaparse a alguna durante la semana, ya que sabía con certeza que sus padres no le darían permiso debido a su mal comportamiento en el instituto. Pero a él realmente no le importaba; Halloween ya corría por sus venas, y lo único que deseaba era salir con un disfraz impactante que le permitiera deslumbrar a todos con su presencia.

Así que, con o sin su hermana, él iría a esa fiesta, sin lugar a dudas.

━ ¿Irás? ━ preguntó Suyiu con una sonrisa pícara en sus labios, consciente de que conocía demasiado bien a su hermano, al fin y al cabo, no eran tan diferentes.

━ ¡Eso no se pregunta, hermanita querida!

A veces, Kim Taehyung llegaba a sentir un genuino afecto por su hermana.

Aunque en la mayoría de las ocasiones se comportaban como perros y gatos, existían momentos en los que su hermana se transformaba en un verdadero ángel. Como en aquella ocasión en particular, en la que había decidido comprarle a su hermano un disfraz de sirviente sexy.

Al llegar a la tienda de disfraces, el pelirrojo sintió cómo sus ojos se llenaban de brillo y emoción al divisar, entre su ansiosa mirada, un deslumbrante y provocativo disfraz de sirviente. El atuendo consistía en una falda negra corta con bordes blancos, que apenas llegaba hasta la camisa de manga larga, la cual tenía un cuello alto y formal, sin perder un ápice de sensualidad. Completando el conjunto, unas medias negras de malla se ajustaban perfectamente a sus piernas, mientras que unos delicados zapatos blancos añadían un toque de elegancia.

Solo imaginarse a sí mismo enfundado en aquel vestuario hacía que la emoción se apoderara de él de manera casi incontrolable.

¡Era como si estuviera a punto de convertirse en un personaje de anime!

El toque final lo daba una coqueta corona de tela blanca que se posaría sobre su cabeza, resaltando de manera perfecta contra sus hebras pelirrojas.

Tras saltar de alegría y correr hacia su hermana para mostrarle el disfraz que tanto deseaba, no le resultó difícil convencerla de que se lo comprara. De hecho, la rubia, que conocía a su hermano desde la cuna, ya había intuido el tipo de disfraz que le atraería: algo sexy y extravagante, tal y como era él.

Por su parte, su hermana optó por disfrazarse de pirata, una elección que a Taehyung le pareció terriblemente básica. Él siempre había aspirado a ser auténtico, a destacar por encima de los demás. No se veía a sí mismo como alguien común, y detestaba las prendas clásicas o predecibles. Desde pequeño, había anhelado ser el estándar, el ejemplo a seguir en cuestiones de estilo y originalidad.

Y en aquella fiesta de disfraces, estaba seguro de que lograría su objetivo. Sin duda alguna, él sería el centro de atención.

El pelirrojo se sentía eufórico, completamente en su elemento. Para él, estar en una fiesta era como regresar a su hábitat natural; el ambiente vibrante y cargado de energía lo envolvía, y cada detalle parecía hecho a su medida. Las miradas curiosas y deseosas que recibía de todos los presentes le confirmaban lo que ya sabía: siempre era el centro de atención.

Había sido sorprendentemente sencillo convencer a sus padres de que lo dejaran salir esa noche, especialmente con la ayuda de su hermana, quien, con su rostro angelical y aquella astucia innata para manipular a su favor, logró una respuesta afirmativa. A pesar de las reservas de sus progenitores, permitieron que Kim asistiera a la fiesta, aprovechando que ellos también tenían un compromiso y no podían dejar la casa bajo el cuidado de su hijo rebelde.

La fiesta superó sus expectativas. La atmósfera era cautivadora, con una iluminación oscura teñida de naranja que daba al lugar un aura inquietante y seductora. La decoración era digna de una película de terror, con calabazas, telarañas y esqueletos esparcidos por doquier. Al ingresar a la sala principal, Taehyung se sintió como si hubiese entrado en un escenario de película estadounidense, donde un asesino podría aparecer en cualquier momento para iniciar una masacre. Aunque, claro, tal vez estaba dejando volar demasiado su imaginación.

Sin perder tiempo, Kim se distanció de su hermana. No iba a estar pegado a ella como una sombra, especialmente sabiendo que la rubia probablemente estaría ocupada en los brazos de su novio. Él no tenía intención de ser un mero espectador; quería ser el protagonista de la noche. Adoptando una postura que resaltaba sus mejores atributos, se dispuso a cazar alguna presa. Después de todo, en las fiestas se trataba de bailar, beber y coquetear, una trifecta que él dominaba con maestría.

Fue justo cuando se dirigía hacia un joven disfrazado de vampiro que su atención fue capturada por alguien más. A lo lejos, un hombre alto y fornido, con cabello negro perfectamente peinado hacia atrás, vestía un disfraz que lo hacía parecer un ángel caído. Las alas blancas en su espalda contrastaban con su atuendo completamente negro, una camisa de manga larga y unos pantalones que abrazaban su figura de manera exquisita. Su mandíbula definida, labios carnosos, nariz prominente y cejas pobladas enmarcaban unos ojos que parecían arder en un fuego casi sobrenatural.

Kim quedó anonadado. Aquel hombre encarnaba la perfección y, convencido de que había encontrado su mayor trofeo, se dirigió rápidamente hacia él. El ángel, que estaba solo en la barra, parecía un tanto fuera de lugar. Su atractivo era tan obvio que resultaba extraño verlo sin compañía, pero Kim no iba a desaprovechar esa oportunidad.

━ Oh... Mira qué angelito tan lindo ━ dijo Kim en tono seductor, su voz destacándose entre la música de fondo.

Siempre se había considerado un experto en el arte de la seducción, y estaba decidido a que aquel hombre cayera rendido ante sus encantos. El ángel levantó una ceja con interés, recorriendo con la mirada el cuerpo de Kim, vestido con su provocativo atuendo de sirvienta.

━ Mmm... Y veo por aquí a una linda sirvienta ━ respondió el hombre con una voz grave y rasposa, exactamente como le gustaba a Kim.

La palabra "sirvienta" en los labios del ángel sonó tan intimidante que Taehyung casi sintió la necesidad de arrodillarse y ofrecerse por completo.

Sorprendido por la intensidad del momento, Kim tomó asiento junto al hombre, intentando disimular su nerviosismo pidiendo un trago. Necesitaba tiempo para reorganizar su estrategia.

━ ¿Qué buscas por aquí, lindo? ━ preguntó Kim, tratando de recuperar su compostura, mientras lanzaba una mirada coqueta al ángel. Este lo observó sin vergüenza alguna, tomando su tiempo para analizar cada detalle de su rostro y cuerpo.

━ Vengo a divertirme un poco, ¿y tú? ━ respondió el hombre con una tranquilidad que desconcertó a Kim. "¿Divertirse?", ¿cómo pensaba hacerlo simplemente sentado allí? Pero antes de que pudiera expresarlo, el ángel continuó ━: Sabía que alguien que busca la diversión tanto como yo, me encontraría.

━ Wow, parece que lees mi mente ━ rió Kim, intentando disimular el escalofrío que recorría su cuerpo.

Sus ojos se posaron en las alas del ángel, notando lo increíblemente reales que parecían. Si no supiera que estaba en una fiesta, podría haber jurado que eran auténticas.

━ ¿Sabes, angelito? Tus alas se ven muy reales y suaves ━ comentó, tratando de cambiar el tema, aunque sin poder quitar la vista de ellas.

El ángel sonrió, pero su expresión era difícil de leer. Kim se sintió casi hipnotizado por las alas, que parecían tener un brillo etéreo, con un tono blanco en las puntas que se desvanecía en un gris oscuro hacia las raíces, casi como si su color natural fuese negro.

━ Te voy a contar un pequeño secreto ━ la voz del ángel se tornó aún más profunda, enviando una descarga eléctrica a través del cuerpo de Kim ━. Yo soy un demonio, y vine al mundo humano a divertirme un poco.

La confesión fue hecha con tal seriedad que Kim no pudo evitar soltar una carcajada estruendosa, rompiendo de golpe la tensión del ambiente.

━ ¡Joder!, ¡con la seriedad que lo dices casi te creo! ━ exclamó, limpiando unas lágrimas de risa que habían brotado de sus ojos. Pero el ángel, o mejor dicho, demonio, lo miró con una expresión neutra, sin un ápice de humor.

━ Cuando te lleve al infierno conmigo, yo me burlaré de ti ━ murmuró el demonio, aunque lo suficientemente alto para que Kim lo escuchara. Pero el pelirrojo, tomando el comentario en un sentido más provocativo, decidió seguir con su plan original de seducción.

━ Oh... ¿Me llevarás al infierno junto a ti? ━ preguntó Kim, poniéndose de pie y sentándose en el regazo del hombre. Este, aunque sorprendido, no dudó en rodear con sus brazos la estrecha cintura de Kim ━. Si me llevas al inframundo con tus toques, cariño, hasta yo pido un Uber que me lleve para allá ━ añadió con coquetería, clavando sus ojos en los ardientes del demonio.

La tensión sexual entre ambos se volvió palpable, una conexión extraña pero innegable los unía. Kim, acostumbrado a coquetear sin comprometerse demasiado, sentía en aquel hombre un deseo más profundo, una atracción que lo empujaba a cruzar límites que nunca antes había considerado. Pero, en el fondo, seguía siendo un joven inexperto, uno que hablaba mucho sobre sexo, pero que aún no había explorado ese terreno.

━ Oh mierda, le enseñaré a mi sirviente el demonio que soy.

Con una sonrisa lasciva, ambos se dirigieron al baño del bar.

Allí estaban ambos, atrapados en un remolino de lujuria y desenfreno, donde el demonio y su sirviente se devoraban los labios con una voracidad casi inhumana, explorando cada rincón de su boca con una hambre insaciable. Los labios carnosos se entrelazaban en un baile húmedo y caótico, mientras sus lenguas se rozaban con un placer que los embriagaba. Kim jamás imaginó verse envuelto en semejante situación, pero en ese momento, agradecía a los mismísimos dioses—o en este caso, al mismísimo diablo—por permitirle estar a merced de un hombre tan perfecto, o mejor dicho, de un demonio tan tentador.

Las manos del demonio recorrían su cuerpo con una rudeza y desesperación que solo aumentaba el deseo de Kim. Sus dedos se aferraban a los glúteos, la cadera y la cintura del joven pelirrojo, mientras este, en respuesta, se agarraba con fuerza a los anchos hombros y la nuca del demonio. Ambos cuerpos se acoplaban con una perfección casi sobrenatural, disfrutando de la proximidad de sus anatomías. Kim, ansioso por experimentar más de aquella conexión prohibida, comenzó a cuestionar sus propias promesas.

Aunque en algún momento se juró que perdería su virginidad con alguien que realmente valiera la pena, ahora esa promesa parecía carecer de valor. Estaba dispuesto a abrirse por completo, a permitir que aquel ser lo llenara una y otra vez.

Pero la situación dio un giro inesperado, transformándose en algo aún más candente y cargado de adrenalina, cuando Kim sintió algo que lo dejó perplejo...

Justo en el momento en que estaba a punto de despojar completamente al demonio de su camisa negra, sus dedos rozaron la piel desnuda de su espalda, y allí, bajo su tacto, descubrió dos cicatrices profundas. Esperaba que al quitar la camisa, aquellas alas caerían al suelo junto con la prenda, pero contrario a sus expectativas, sintió que las alas estaban incrustadas en la misma carne del demonio. Aterrorizado y olvidando por completo el deseo que lo consumía, Kim se apartó de golpe, soltando un grito de sorpresa mientras su corazón latía desbocado.

━ ¡¿Q-qué e-eres?! ━ gritó, con la voz temblorosa, intentando vislumbrar la espalda del hombre que tenía frente a él, quien solo le dedicó una sonrisa cargada de malicia.

━ Un demonio, ¿no te lo dije desde el principio, mi sirviente? ━ respondió el otro con un tono burlón, ignorando deliberadamente el apodo que utilizó. Kim, pese a la evidente burla en la voz de aquel ser, llegó a pensar que todo era una cruel broma. Pero, joder, si estaba aterrado.

Las manos de Kim comenzaron a temblar mientras retrocedía lentamente, temeroso de que el demonio pudiera reaccionar de manera agresiva o lanzarse sobre él. Sin embargo, aquel ser, lejos de mostrarse amenazante, permaneció quieto, observándolo fijamente con esa maldita sonrisa aún en sus labios. Cuando estuvo a una distancia prudente, el demonio alzó los brazos con gesto burlón y se giró lentamente, iniciando un sensual y lento baile que dejó a Kim boquiabierto. Sus ojos se abrieron de par en par al ver las dos cicatrices rojizas de las que emergían esas enormes alas.

Lo que debía ser una espalda humana, estaba adornado por dos grandes alas blancas y un par de tatuajes de dragones, o criaturas similares, en su espalda baja. El detalle artístico casi le pareció hermoso—pero ese no era el jodido punto.

━ No me temas, no te llevaré al infierno si no quieres ━ aseguró el demonio con un falso puchero, luchando por contener la creciente excitación que le provocaba la expresión aterrada de su sirviente.

Y con esas palabras, todo se desmoronó de nuevo...

A pesar de los peligros evidentes que implicaba estar con semejante criatura, Kim decidió ignorarlos. Sin pensar en las consecuencias, se lanzó nuevamente a los brazos fuertes y tatuados del demonio, besándolo con una pasión renovada y alimentándose del fuego infernal que emanaba de aquel ser. Sentía cómo una maldad infinita se apoderaba de su vientre, recorriéndole las venas con una mezcla de curiosidad y pasión. Decidió, en ese preciso instante, firmar su sentencia en el inframundo.

━ Si tengo que ir al jodido infierno para estar a tu disposición, entonces allá también seré tu maldito sirviente ━ declaró, con una determinación que sorprendió incluso a él mismo.

Y así, Kim hizo un juramento inconsciente, sellando un pacto con el mismísimo diablo. Ahora, estaba destinado a pasar años infinitos, momentos y situaciones junto a aquel demonio en el Inframundo. Tendría que entregarle su cuerpo y alma, y la idea no le disgustaba en absoluto. Por eso, en un arrebato de pasión, el demonio mordió con fuerza el cuello de su sirviente, y allí, entre la piel recién maltratada y las manchas de sangre, apareció la marca de su abominable pasión.

━ Ahora serás por siempre mi jodido sirviente y amor ━ murmuró el demonio, sellando su destino con esas palabras.

━ Y tú, mi jodido demonio ━ respondió Kim, entregándose por completo a su nueva y eterna condena.

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【 𝗙𝗜𝗡 】

¡Gracias por leer!
Espero que les haya gustado éste Oneshot, al igual que yo al escribirlo y leerlo como una máquina.

Se suponía que este Oneshot tenía que ser publicado el 31 de octubre, pero por mis problemas de conexión lo publiqué el 2 de noviembre. En fin, me encantó aunque pienso que fue un poco corto, espero que les haya gustado ♡...

💀 Éste Oneshot tendrá la mención de personas especiales. Si quieres aparecer, diviértete dejando comentarios y tu apoyo, recuerda que en verdad los adoro y me hace sentir muy bien verlos ^^... 💀

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(Se irán agregando más con el tiempo).

꧁ ¡Nuevamente gracias por leer y apoyar éste Oneshot!♡... ꧂

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