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La rubia rodeaba el pecho del Weasley, encontrándo en él la seguridad que buscaba. El ver al Zabini había hecho que sus recuerdos más oscuros del pasado relucieran de nuevo en su mente. No sabía que hacía allí, pero el solo hecho de su presencia la ponía nerviosa.
-Tranquila mon ange, no permitiremos que se acerque a ti.- él Weasley besó su cabeza y la apegó más a él.
Notaba cómo la mujer temblaba en sus brazos, se le veía tan indefensa que George solo pensaba en destrozarle la cara a Blaise por haber arruinado la felicidad y el día especial de su rubia.
-Eso puedes tenerlo por seguro.- concordó Elizabeth, quien era abrazada por detrás por su esposo.
La rubia murmuró un leve "gracias", sin siquiera separarse del Weasley. No quería desprenderse de sus brazos en los que tan cómoda se sentía. George le transmitía tanta seguridad por lo que siempre corría a su refugio cuándo un problema le atismaba, tal y cómo hacía de pequeña, dirigiéndose a los brazos de su padre.
-¡Mi pequeña!¡Mira todo lo que has logrado, me llenas de orgullo hija!
Noareth alzó la cabeza del pecho de George para observar cómo su padre acompañado por el resto de la familia se acercaba hacia ella. La rubia se separó del Weasley dándole una mirada de agradecimiento para correr a los brazos de su progenitor quién la estrechó con fuerza.
Algo que compartía Matthew con George a parte del amor por las bromas y el gran humor que estos tenían es que veían a Noareth y cuidaban cómo si fuera el último ser de la tierra.
-Te quiero mucho, papá. Gracias por no dejar de creer en mi, por siempre apoyarme con cada uno de mis sueños, por estar a mi lado en las buenas y en las malas, por enseñarme ver qué la vida no es todo de color de rosas, pero tu siempre ponías las rosas en mi camino.- su voz estaba entre cortada, suspiró dando una gran bocanada de aire.- Te quiero.
Matthew abrazó con más fuerza a su hija, conmovido por sus palabras.
-Te quiero más, mi pequeña
Padre e hija se separaron y esta saludó con un fuerte abrazo al resto de su familia, deteniendose en concreto con su hermano.
-¿Lo has visto?- preguntó sin separarse del abrazo, tratándo de pasar desapercivida.
-Por desgracia si, es un capullo, no se que coño hace aquí.- musitó entre dientes, separándose del abrazo para ver a su hermana.- Tu disfruta de la galería, hoy es tu día pequeña. Nosotros nos ocupamos de que no te moleste.
Besó su mejilla para dirigirse junto a su padre, quién saludaba a los miembros de la familia Weasley.
Noareth optó por acercarse también, viendo cómo su padre estrechaba también la mano con Fred tras haber entablado una conversación con George. También pudo ver cómo su madre conversaba con Jackson, al conocerlo por ser hijo de su difunto cuñado.
La rubia volvió de nuevo a su refugio, siendo rodeada por el brazo del Weasley en cuanto estuvo a su lado. George no podía estar más feliz, ignorándo la presencia del Zabini era un día maravilloso, ver a Noareth feliz había hecho que él sintiera la misma emoción.
- Es tan sociable, se ve que él también lo esta disfrutando..- murmuró George bebiendo su copa de vino.
-Siempre lo fue, él es así.- aseguró la rubia rodeándo con sus brazos el pecho del Weasley mientras miraba con atención a su padre, sin poder evitar que una sonrisa se formara en sus labios.
Mientras, Fred y Elizabeth mantenían una animada conversación con el Vance mayor quién agradaba desde primer momento. Los hermanos Lupin-Weasley a un lado de sus padres conversaban entre ellos y Adriert quién se acopló a la conversación de los menores.
-¡Tres hermosos hijos!- una idea fugaz apareció en su mente y giró para ver a su hija.- ¿Noa, George cuándo me dareís nietos?
George al escuchar la pregunta se atragantó con su bebida y Noareth abrió los ojos sorprendida y avergonzada ante la pregunta. Palmeó la espalda de George varias veces, pues no dejaba de toser al haber llevado el líquido por el conducto equivocado.
-Adriert puede dártelos..- murmuró Noareth, preocupada por el estado del pelirrojo.
Matthew posó su mirada en su hijo mayor, quién se cruzó de brazos esperando la respuesta por parte de su padre, pues sabía que se reíria de seguro con esta, al conocerlo tan bien.-
-¿Adriert? Ni novia tiene, va coqueteando con miles pero no es nada oficial con ninguna.-repitió las palabras que su hijo le había relatado mil y una veces burlón.- ¡He perdido las esperanzas con él!¡Eres mi única salvación!.
Bromeaba drámaticamente, causando la risa de los presentes.Adriert soltó una escandalosa risa, siguiéndole el juego a su padre.
-¡Gracias hombre, que considerado!
Por la mente de George pasó una pregunta que jamás se había formulado. ¿A él le gustaría tener hijos?, lo más probable era que si, se había criado en una gran familia y le gustaría formar una aunque no tan grande, cómo mucho tres hijos. Pero todo eso dependía de la futura madre de estos, su vista fue a parar a la rubia. ¿Le gustaría a él compartir la experiencia de ser padres junto a la rubia? ¡Pues claro que si! Pero no solo deseaba eso, si no pedirle ser su novia, viajar juntos y conocer el mundo, poder estar a su lado apoyándola con cada uno de sus logros. Quería una vida al lado de la rubia.
Ni siquiera podía entender cómo en tan poco tiempo se robó su corazón. Miraba a Elizabeth, la esposa de su hermano y se preguntaba: ¿Sigo enamorado de ella?. No lo sabía, era cierto que la azabache tenía un fuerte lugar en su corazón y no se podría ir tan fácilmente, pero la rubia ahora era dueña de cada uno de sus latidos, de su sonrisa y sus ganas de seguir día a día. Soñaba con volver a casa del trabajo y que esta hubiera decidido ir a visitarlo, no para tener sexo, si no para estar a su lado, hablando de cualquier tema trivial que los hiciera reír o sentirse cómodo el uno con el otro.
La voz de su cuñada lo sacó de sus pensamientos.
-Te la robo, nos vemos luego George.
Ni siquiera se había dado cuenta de cómo su rubia desapareció de su lado para ir con Elizabeth.
-Joder Noa, si que te haz lucido con los cuadros.- comentó su mejor amiga feliz.- Me encantan
Esta sonrió al escucharla, estaba demasiado agradecida con ella. Le ofreció su amistas desde primer momento, siempre estuvo para ella e incluso se atrevía a decir que sin su ayuda la galería no habría sido posible.
Había tanto cuadros de sus hijos cómo de ella y su marido contrastando con los cuadros subidos de tono en los que posó George.
-No sabes cuánto me alegro de que te gusten.- contestó sonriente, dirigiéndo la mirada a dónde la posaba la azabache.
El cuadro de George masturbándose.
-Brindemos.- Elizabeth posó esta vez su vista en su amiga y alzó su copa de vino.- Por mi mejor amiga, un prodigio, una artista que llegará demasiado lejos. Por una gran mujer, valiente, humilde, leal y de buen corazón. Por ti Noareth Vance.
Enternecida ante sus palabras, la rubia chocó su copa con la de la azabache para después llevarsela a los labios y saborear el líquido.
-Chin chin
-Y brindemos también por los maravillosos cuadros que pintastes de George.- no pudo evitar añadir.- Calcaste tan bien sus detalles... Tal vez deba decirle a Fred que pose para ti y que me envies a casa luego los cuadros.
Propuso bromeando la Lupin, causándo que Noareth fuera ahora la que se atragantara con su bebida, abriendo los ojos en grande al escuhcarla. No se imaginaba esa faceta de su amiga para nada, pero cómo decían no llegas a conocer a una persona del todo hasta que se abre contigo.
-¡Beth, por Merlín!
-¿Qué? Con los niños en Hogwarts y Fred en la tienda es aburrido estar sola en casa cuándo no trabajo. No me vendría mal una ayudita para dejar volar mi imaginación
Bromeó guñándole el ojo a su amiga de manera pícara. Estaba consiguiendo que las mejillas de estas tornaran un color carmesí.
-Joder Elizabeth..
-Pero claro está, de este modelo no te puedes enamorar señorita Vance, lo siento mucho.-trató de poner voz autoritaria fingiendo.- Sería romper las reglas y está casado.
-Tranquila, no me enamoraré de él.
Bromeó siguiendole el royo a su amiga. Se sentía tan a gusto a su lado, podrían pasarse horas riendo y bromeando sin cansarse, debatiendo sobre cualquier tema o simplemente hablando de un tema en concreto.
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Noareth no podía sentirse más feliz. Sus cuadros les eran quitados de las manos y su sueño i¡finalmente se estaba cumpliendo. Lo que más le gustaba era él tener a todos sus familiares y amigos apoyándola, pues estos habían confiado en la mujer plenamente desde primer momento.
Todos sus seres queridos estaban allí; Sus padres, su hermano, su abuelo, tía, su prima Freya quién ese día venía acompañada de su prometido Neville Longbottom, su mejor amiga, Fred, sus hijos a los que le había cogido tanto cariño convirtiendose así para ella en unos sobrinos, algunos miembros de la familia Weasley como eran, Ron, Hermione, Ginny, Charlie. Su amigo William también se encontraba rondando por los lugares. Y por último pero no menos importante, su pelirrojo.
-¡La puja ya ha empezado Noareth, corre a ver!- tiró Brooke, su jefa del brazo.
Noareth fue arrastrada hacia el lugar dónde se realizaba esta. Pudo observar cómo demasiadas personas debatían sobre su cuadro, hablaban sobre críticas constructivas y muchos ojos simplemente admiraban. Algunos de los presentes decían numeros altísimos, por lo cuáles sería comprado su cuadro. Tuvo que pellizcarse para darse cuenta de que era real lo que estaba pasando.
-Se estña vendiendo por un dineral Noareth..
Le susurró su jefa sin poder creer tampoco la suma cantidad de dinero que ganarían. Tenia claro que los cuadros de Noa darían mucho de que hablar y que se venderían a un buen precio,pero como la rubia ,siempre la sorprendía.
-¿Alguien da más?— preguntó el hombre que gestionaba la puja del cuadro de la rubia, el último precio fueron noventa mil euros en el mundo muggle.
-Un millón
Todas las miradas se dirigieron al hombre que llegaba a la puja. Blaise Zabini, con su porte elegante y su arrogancia se presentó. Cruzó mirada con la rubia y le guiñó un ojo.
Las piernas de la Vance flaquearon al ver al hombre y su pecho subía y bajaba asustada al verlo. Daba bocanadas de aire tratando de controlar su respiración. Eso no podía estar pasando, el día iba tan bien, incluso se había olvidado de que Zabini rondaba por allí, pero siempre tenía que arruinarlo todo. Buscó con la mirada alterada al pelirrojo, pero no lo encontraba por ninguna parte por lo que comenzó a exhaltarse. Pudo observar a su amiga Elizabeth, que se encontraba al lado de Remus esta la miraba con la misma extrañeza que ella, por lo que supuso que tampoco entendía nada.
-¡Un millón, cada vez aumentamosmás!- anunció el hombre sorprendido-¿Alguien apuesta más? ¿No? Un millón a la una, un millón a las dos..
-Un millón y medio
El salón fue llenado de varias bocas abiertas y varios sonidos de sorpresa. Todos giraron para ver a la persona que pujó con esa suma tan grande de dinero.
George Weasley mientras bebía su copa de vino le lanzó una fulminante mirada al Zabini, este no se saldría con lo que quería.
Se le veía tan seguro de si mismo, tal vez fuera la elegante ropa que llevaba puesta, o únicamente lo estaba haciendo por el bien de su rubia. Por ella, dejaba sus inseguridades a un lado.
-Ni siquiera puedes costearte eso, Weasley- escupió el Zabini con asco su apellido caminando lentamente hacia él.
-¿Seguro que no Zabini?- cuestionó George sin moverse de su sitio y sin perder la firmeza.
Noareth sentía que se desmayaría en cualquier segundo. George perdería una gran cantidad de dinero, Zabini trataba de hacerlo perder eso lo tenía claro. Agradecía que su mejor amiga hubiera aparecido a su lado para tranquilizarla.
-¿Alguien dice más?
-Dos millones- pronunció Zabini con una sonrisa burlona, sin quitar mirada del pelirrojo que trataba de quedarse con su rubia.
-Dos millones y medio.
Siguió George, no iba a dejar que Zabini se burlara de él y mucho menos de la rubia. La mandíbula la tenía completamente apretada, estaba cansado del hombre que tenía frente a él.
Le gustaría poder darle una lección sobre cómo tratar a las mujeres, le gustaría golpear una y otra vez su rostro y no serían suficientes veces para que sintiera el mismo dolor que sintió su rubia cuando estaba con él.
-Dos millones a la una, a las dos..- el hombre vio que nadie más apostaría- ¡Dos millones! ¡El cuadro es para el señor Weasley!
-Enhorabuena Weasley, acabas de perder la poca fortuna que tenías.
LA AMISTAD DE LIZZIE Y NOA ES SUPERIOR
BLAISE TE ODIO
¿OS ESTA GUSTANDO?
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