
35.¿𝖰𝗎𝖾́ 𝗌𝗈𝗆𝗈𝗌?
「🥊」
Cinco y tres minutos. Esa era la hora que mostraba mi celular. Eran las cinco y tres minutos de la mañana y adivinen quién está despierto a esta hora.
Jeon Jungkook.
Si, él mismo.
Ahora, adivinen a quién vino a despertar
Si, a mí.
A las CINCO Y TRES de la madrugada.
Cuando abrí mis ojos asustada por el ruido que venía de mi ventana, el único pensamiento que pasó por mi mente fue, que la parca había venido a llevarme a la linda estancia en el infierno. Pero no, solo se trataba del queridísimo Jeon Jungkook, el cual al parecer había desarrollado un nuevo hobby.
Despertarme con piedras a las cinco de la mañana.
¿Qué persona fiel utilizante de sus cinco sentidos hace eso?
Él, al parecer.
Retirando la manta que me cubría me encaminé hacía la ventana, abriendo esta suavemente esquivé una pequeña piedra que iba directo en mi dirección.
—Lo siento— se disculpó mientras soltaba un montón de piedritas que ocupaba su mano derecha.
—¿Qué diablos Jeon?, son las cinco de la mañana—vociferé, entre susurros audibles para sus oídos.
Tampoco quería despertar a mi madre y a Seokjin. Por esa razón no había insultado al pelinegro a gritos.
—Oye, si eres una buena acosadora debes saber que a esta hora salgo a hacer footing— se cruzó de brazos, mirándome de forma burlona.
—Y lo sé. Lo que no entiendo es que haces aquí— aclaré.
—Vine a por ti. Quiero que ejercitemos nuestros cuerpos juntos— sonrió de forma coqueta. Mi mente cochina procesando dichas palabras con un doble sentido provocó que mis mejillas enrojecieran.
Menos mal y Jungkook no podía ver tal sonrojo.
—¿Por qué debería desperdiciar mis horas de sueño?— pregunté, apoyando mis brazos he inclinando mi cuerpo en el marco de la ventana para conversar de una forma más cómoda.
—Míralo de esta forma, si te dejo dormir ahora, soñaras conmigo, no lo niegues, ni voltees tus ojos, sabes que no miento— quise protestar por sus palabras. Pero dejé que continuara— Si eres una buena chica, bajarás en unos minutos vestida adecuadamente para la ocasión mientras trotas con el amor de tu vida y ves el amanecer. ¿Acaso existe mejor plan que ese?
Empiné mis labios pensativa mientras detallaba de forma dificultosa, (debido a la escasa luz), el cuerpo de mi querido pelinergo.
—Vale, pero que sepas que no eres el amor de mi vida— aclaré mientras este chasqueaba su lengua y negaba.
Sin más demoras, me giré, comenzando a retirarme el pijama, para buscar un conjunto más adecuado. Mi subconsciente me gritaba que era tonta por haberme dejado convencer tan rápido.
Cuando se trata de Jeon, cualquier plan es genial.
Lista, salí de mi habitación mientras tomaba mis zapatos en una de mis manos y caminaba de puntitas, no quería que mamá se despertara y me atrapara en mi fuga matutina con el pelinegro para hacer ejercicio.
Cerré mis ojos mientras arrugaba mi rostro, suavemente deslicé la puerta, abriéndola con cierta lentitud. Para luego cerrarla de la misma forma.
Jungkook estaba observandome divertido desde el porche.
—Hola Kang— dijo, coqueto mientras depositaba un pequeño beso en mis labios.
Fue un choque nada más. Pero igual me había quedado choqueada.
—Hola Jeon— respondí una vez que me recompuse.
¿Es que acaso esa será su forma de saludarme ahora?
¿Acaso hubo otra forma de saludarme?
—Kang, baja de esa nube y colócate los zapatos— dijo el perturbador de mis sueños y vida en general, mientras pasaba lentamente una de sus manos por mi rostros.
Acatando su orden hice lo que me pidió. Para una vez listos ambos, comenzar a trotar.
Un jadeo abandonó mis labios cuando decidí hacer una pausa para dejarme caer en un banco no muy lejano de casa. No habíamos pasado aún seis cuadras y ya yo me había cansado. También agreguemos como excusa a mi flojera, que Jeon trota bastante rápido y tiene mucha resistencia.
—Floja— rió mientras me llamaba de esa forma tan fea. Le saqué la lengua, bueno no se realmente que hice, yo solo necesitaba descansar.
Mi cuerpo no reacciona hasta las ocho de la mañana, mientras tanto soy un ser inútil que vaga por la vida.
Como hoy.
Como ahora.
—No todos nos matamos a ejercicios como tú— respondí a la defensiva.
—Lo sé, por eso se fijan más en mi que en vagos que solo malgastan su tiempo en cosas absurdas. Este físico me ha hecho conquistar a muchas chicas— me guiña un ojo. Volteé los mios
Me había dado cuenta de que Jeon podía llegar a ser bastante egocéntrico. Aunque, no seré hipócrita, tenía razón en eso, la mayoría de las chicas se fijaban en él por su físico bien trabajado. Y este también resultaba un arma de seducción con las féminas, Jeon sabía utilizarlo a su favor.
Pero a ver, entiendan, soy Sun Yhie siempre tengo un comentario/opinión.
—No todas se fijan en ese detalle.
—¿Eso crees?, entonces me vas a decir que tú no te fijaste en mi físico primero.— opinó con seguridad en sus palabras.
—Sí, sí lo hice, no mentiré, pero mientras que a algunas, quizás la mayoría de ellas, les cautivó esto— tuve el atrevimiento de subir el poleron que usaba para señalar su abdomen tonificado.— Yo, me fijé en estos— y subiendo mi dedo señalé sus ojos.
Esos ojos oscuros y profundos que siempre lograban que me perdiera en ellos mientras me carcomía la curiosidad que solo sus pupilas me hacían sentir.
Jungkook mostraba algo con sus ojos, que sus labios eran incapaces de hablar.
Jeon no despegó sus profundas pupilas de mi persona, mientras relamía sus labios y se sentaba a mi lado. Haciendo que por voluntad impropia me girara quedando frente a él.
—Me encantas, admito que no soy lo suficientemente bueno para hablar o demostrar lo que siento. Y aunque quisiera dedicarte ahora mismo un párrafo de amor, no sabría ni hacerlo— rascó su nuca mientras bajaba un poco su cabeza.— Pero si estoy seguro de lo que estoy diciendo ahora mismo.
Tragué saliva cuando su vista volvió a mi rostro y cuando sus manos tomaron mis mejillas, acercando mi rostro un poco a el suyo.
Soltó un suspiro seguido de pegar su frente con la mía.
—Me encantas Kang Sun Yhie— susurró, solo supe sonreír, conteniendo de manera casi imposible mis enormes emociones palpitantes en ese preciso momento.
Si...tú también me encantas Jeon Jung Kook.
Luego de despedirme de Jeon, quien antes de marcharse completamente depósito un pequeño beso en mis labios, entré a mi hogar. Por lo que indicaba el reloj eran las seis y media lo que significa que no tengo mucho tiempo para alistarme.
Apenas era lunes y ya mentía la pata.
—Sun Yhie— salgo de mis pensamientos al mismo tiempo que me sorprendí dando un pequeño brinco en mi lugar.
Mamá me observaba desde el corredor. Llevaba una tostada en la mano mientras acomodaba su cabello.
—Emm...buenos días mamá.
—Te vi irte a las cinco de la mañana con Jeon, ¿Alguna explicación?—preguntó, cruzando sus brazos mientras levantaba una de sus cejas.
—Pues verás...
—También quiero un explicación del por qué no sabía que es tu novio— me interrumpió, haciendo que ladeara mi cabeza en confusión.
—¿Mi novio?
—Los vi besarse en el porche de la casa, ninguna excusa que me pongas será válida— puntualizó, mientras sonreía a medias.
Siento que se me bajó la presión.
Ayúdenme, saquenme de aquí.
—Mamá, Jeon no es mi novio— aclaré una vez que me recompuse, esta vez fue ella quién ladeo la cabeza.
Nos gustamos, sí.
Pero no eramos novios.
...
¿Por qué?
—Notita:
¡Gracias por leer!
Cuídense y eso.
Xoxo
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