12. 𝖬𝖺𝗆𝖺́.
「🥊」
Maratón: fiesta [1/3]
—No.
Solté un bufido mientras le lanzaba la prenda a la cara.
—¡Deja de maltratar mi hermoso rostro!— protestó apartando la blusa con la mano.
—¡Taehyung!— di pequeños golpes con mi pie a su muslo.— ¡Nada de lo que tengo te gusta!— me crucé de brazos, comenzando a hartarme.
—Si me gusta, solo que quiero algo más colorido, tu ropa en gran parte es de color negro.
¡Me gusta la ropa oscura!
No quiero ir por ahí con cantidades de colores en el cuerpo pareciendo una hippie.
No tengo nada en contra de ellos tampoco.
—Me rindo, no iré— dejé caer mi cuerpo a su lado en la cama.
Taehyung dejó el teléfono a un lado, colocándose de tal forma que su rostro quedó enfrente del mío. Nuestras respiraciones iban al compás suavemente. Su mano se deslizó por mi mejilla, y con una delicadeza no proveniente habitualmente en él, aparto varios mechones rebeldes que se me habían esparcido por toda la cara.
Me sentí nerviosa.
—Yo escogeré algo, tú solo ve a ducharte— susurró, estábamos cerca, no tanto, pero podía sentir su aliento llegar a mi rostro. Su mano aún estaba posada en mi mejilla mientras que observaba con lentitud cada centímetro de mi cara.
Sentí una punzada en el estómago y como si fuera un botón que activara algún resorte en mí cuerpo, me levanté, corriendo literalmente al baño.
Cerré la puerta, y sentí los latidos de mi corazón más acelerados que de costumbre.
Agité mi cabeza de un lado a otro. Dándole pequeños golpecitos a mi rostro para reaccionar.
Es Taehyung, mi amigo, no puedo andar pensado que tiene otras intenciones.
No, no, claro que no.
Me deshice de la ropa que traía y de un brinquito entré en la bañera, dejando que el agua se encargara de limpiar mi cuerpo. Y de paso refrescarlo, mis mejillas ardían.
Una vez limpia y con un bueno olor en mi cuerpo, salí, envuelta en una toalla gigantesca. Tae ya no estaba en la habitación, al parecer se había marchado ya que su voz no se escuchaba por ningún lugar de la casa, y eso que él no puede estar más de un minuto sin hablar.
Me acerqué a la cama, viendo el conjunto que había escogido para mi junto a una nota.
Me tuve que ir, Yoongi me llamó para que me reuniera con él y Jungkook al parecer era una urgencia. Vengo por ti a las nueve.
Tae :)
Solté un suspiro, en parte me sentía aliviada de que se marchara, tenía el presentimiento de que si al salir del baño me lo encontraba aquí, me iba a desmayar o me convertiría en un tomate por lo roja que estaría.
Dejé mi trasero caer sobre la cama, la cual por la fuerza ejercida por mi cuerpo rebotó haciendo que mi cuerpo diera pequeños brincos sobre está.
Le eché un vistazo a la ropa que había escogido.
Unos jean mom holgados, con un roto en una de sus rodillas, más un top negro de cuello tortuga y manga corta. Me sacó un par de botas negras.
¡Ay va, mis botas, hace mucho no las veía!
Y junto a estas un pañuelo rojo oscuro que supongo que quería que me colocara en algún lado del cuerpo.
Me miré una vez más en el espejo.
Es el momento perfecto para decir que jamás me imaginé estar vestida así, yo era más de short de pijama y camiseta tres tallas más grandes.
Mi cuerpo se veía trabajado, las horas en el gimnasio me habían estado ayudando. Estaba recuperando la fuerza que había perdido hace unos meses.
Opté por deja mi cabello suelto y aplicar un poco de brillo y máscara de pestañas. Suelo ver que hacen eso en los libros juveniles que leo. Agregué un poco de perfume y un colgante sencillo, más el pañuelo rojo que amarré en uno de mis brazos. No se veía mal, esperaba un resultado más caótico.
—¿Hija estas listas?— mamá asomó su cabeza por el umbral de mi habitación y su boca media abierta me afirmó que me veía bonita.— ¿Quién eres y que hiciste con mi Kang Sun Yhie?, la típica chica que solo usa ropa tres tallas más grandes.
Reí, lanzándole una de mis almohadas. La cual esquivó, ya saben, reflejos de boxeadora.
—¡Estas muy linda amor!— chilló, abrazándome de medio lado.— Un momento— me olfateo, esta mujer es extraña.— ¡Te has echado perfume!, madre mía le debo mucho a el pequeño Kim.
Golpeé uno de sus brazos en forma de reproche, esta sonrió arropándome con fuerza entre sus brazos como solía hacer cuando me dejaba en el jardín de niños.
—Has crecido tanto— oh no... aquí empieza el drama.
—Mamá.
—Mira si ya se te notan los senos.
—Mamá.
—Un día de estos llegarás diciendo que te irás de casa
—Mamá.
—Y luego volverás embarazada y casada.
—¡Mamá!— me aparté de su abrazo, mirándola con horror.— Jamás me iré de aquí y no, no quiero niños— negué.
—¡En algún momento debo ser abuela!
—¡Que Suho te de nietos!
—¡Suho está ocupado con su carrera de ídol!
—¡Y yo con periodismo!
—¡Tú solo estás ocupada acosando a Jungkook!
—¡Mamá!— lancé otra almohada que terminó en su rostro, la escuché carcajearse mientras me pedía perdón.
A veces le encanta molestarme. Bueno, mejor dicho, siempre. Esta mujer no se cansa de verme como perro rabioso.
El tono de llamada de mi celular, provocó que la charla que al parecer no tenía fin aún, se detuviera.
Gracias quién sea que allá sido.
Agarré el aparato viendo en el apodo "chico alto" que le había puesto a Tae junto a una foto muy graciosa que le había tomado hace unos días atrás. Contesté, lanzándole miradas de odio a mamá la cual canturreaba que Taehyung era mi novio.
—¿Ya estás lista?
Pasé saliva por mi garganta, su voz por teléfono sonaba aún más gruesa y como tonta asentí, maldiciéndome a mi misma porque este no podía ver esa acción.
—Si, ya estoy.
—Bien, pues baja, estoy esperándote.
Colgué, luego de contestarle con un "no tardo" y agarrando una chaqueta del mismo color de los jeans, me dispuse a salir de la habitación con mamá.
—¡Pasála bien cariño!
Gritó antes de que me perdiera de su campo de visión.
—Nota:
Mi intensión no era subirlos ahora pero no podía esperar más!
Y sí, hablé en plural, ahora en unos minutos les estaré subiendo dos capítulos más.
Espérenlos con ansias, se que los van a disfrutar.
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