
🗡️࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮8 」
«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝗈𝖼𝗁𝗈»... [𝖮8]
❝𝗘𝗹 𝗴𝘂𝗮𝗿𝗱𝗶𝗮́𝗻 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗲𝘀𝗽𝗮𝗱𝗮❞
Min respiró hondo, sintiendo el aire fresco y húmedo que emanaba de la entrada de la cueva. La oscuridad se extendía ante él como un abismo, y cada paso que daba resonaba en las paredes rocosas, creando ecos que parecían susurrar secretos olvidados. Había llegado a la Cueva del Guardián, donde la legendaria Espada de Flissa descansaba, custodiada por Argoth, un ser ancestral cuya existencia estaba entrelazada con las leyendas del reino.
━ Esto es real ━ murmuró para sí mismo, su voz temblando con la mezcla de emoción y nerviosismo ━. He recorrido un largo camino, pero aún hay mucho por enfrentar.
Con una determinación renovada, Min avanzó hacia la penumbra. Al entrar, la cueva se amplió, revelando un vasto espacio iluminado por cristales resplandecientes que brotaban de las paredes, cada uno emitiendo una luz suave y etérea. En el centro, en un pedestal de piedra antiguo, descansaba la Espada de Flissa, su hoja reluciendo como si estuviera hecha de luz misma. Sin embargo, entre la espada y Min se encontraba Argoth, un ser de aspecto imponente, con una figura que parecía tallada en roca y una melena de energía chispeante que fluía a su alrededor.
━ Bienvenido, viajero ━ rugió Argoth, su voz resonando en la cueva como un trueno lejano ━. Has llegado a la Cueva del Guardián, pero tu viaje no ha terminado. Para reclamar la Espada de Flissa, debes demostrar tu valentía y pureza de corazón.
━ Estoy listo ━ respondió Min, sintiendo cómo la adrenalina corría por sus venas ━. Haré lo que sea necesario para probar mi valía.
Argoth lo miró con unos ojos profundos como el océano, estudiándolo con una mezcla de curiosidad y desafío.
━ Las pruebas que enfrentarás no serán sencillas. No se trata solo de fuerza física, sino también de tu espíritu y convicciones. Debes estar preparado para enfrentarte a tus propios miedos.
La cueva vibró ligeramente, y de repente, el ambiente cambió. Las paredes comenzaron a transformarse, distorsionándose hasta formar un paisaje completamente diferente: un campo de batalla en medio de la tormenta. Relámpagos iluminaban el cielo oscuro, y el sonido del trueno resonaba como una advertencia. Min se encontró rodeado de sombras, visiones de sus propios temores manifestados en figuras fantasmales que danzaban a su alrededor.
━ Primera prueba: el valor ━ anunció Argoth, su voz ahora un eco distante ━. Enfrenta tus miedos y lucha contra ellos. Solo así podrás demostrar que posees la valentía necesaria para manejar la Espada de Flissa.
Min sintió el miedo agazaparse en su corazón, pero rápidamente se recordó que había recorrido un largo camino.
━ No permitiré que me controlen ━ declaró, apretando los puños mientras las sombras se acercaban, intentando arrastrarlo hacia la oscuridad.
Las figuras se lanzaron hacia él, formas distorsionadas de personas que había perdido y de fracasos pasados. Con cada golpe, el pánico amenazaba con devorarlo, pero recordó las palabras de Jeon y la fuerza que había encontrado dentro de sí. En un movimiento rápido, Min esquivó un ataque y, con una determinación renovada, lanzó un golpe hacia una de las sombras.
━ ¡No soy el mismo de antes! ━ gritó, su voz resonando con fuerza ━. He enfrentado mis demonios y he aprendido a luchar por lo que quiero.
A medida que sus palabras resonaban, las sombras comenzaron a desvanecerse, consumidas por la luz que emanaba de su espíritu. Argoth observaba, su mirada evaluadora centrada en Min.
━ Has demostrado valor, pero no es suficiente. La segunda prueba requiere pureza de corazón.
De repente, la cueva se transformó de nuevo, y Min se encontró en un jardín desbordante de flores. Sin embargo, algo no estaba bien. Las flores parecían marchitarse a su alrededor, y el aire estaba impregnado de tristeza.
━ Este es el Jardín de los Recuerdos ━ explicó Argoth ━. Aquí, deberás enfrentarte a las decisiones que has tomado y a las consecuencias de tus actos. Para demostrar tu pureza, tendrás que mostrar compasión hacia aquellos a quienes has herido.
Min sintió una punzada en su corazón mientras se encontraba rodeado de recuerdos que lo perseguían. Vio visiones de su infancia, momentos en los que había actuado sin pensar, palabras hirientes dirigidas a amigos y seres queridos.
━ ¡No! ━ gritó, sintiendo la desesperación apoderarse de él—. No puedo cambiar el pasado.
━ Pero puedes aprender de él ━ replicó Argoth, su voz resonando con sabiduría ━. No se trata de olvidar, sino de reconocer y buscar el perdón.
Min cerró los ojos, permitiendo que las visiones fluyeran a través de él. Comprendió que había fallado a quienes amaba, y aunque no podía cambiar el pasado, podía ofrecer redención. Con cada paso que daba hacia las figuras de sus recuerdos, comenzó a hablarles.
━ Lo siento ━ dijo, su voz llena de sinceridad ━. He cometido errores y lamento el dolor que he causado. Quiero aprender y ser mejor.
Las figuras comenzaron a desvanecerse, y en su lugar, flores florecieron, llenando el jardín de un esplendor renovado. Argoth asintió, su expresión ahora más suave.
━ Has mostrado compasión, Min. Has enfrentado tus errores y has elegido el camino de la redención. Esto prueba la pureza de tu corazón.
Con un profundo suspiro de alivio, Min sintió cómo la presión en su pecho comenzaba a liberarse. Sin embargo, sabía que aún quedaba una prueba por delante. Argoth, consciente de su lucha interna, habló nuevamente.
━ La última prueba es la más desafiante. Deberás confrontar tus propios deseos y ambiciones. Este es un laberinto de tentaciones, donde tus anhelos más profundos serán utilizados en tu contra.
La cueva comenzó a transformarse una vez más, y Min se encontró rodeado de puertas, cada una adornada con símbolos que representaban sus deseos: poder, reconocimiento, amor. La voz de Argoth resonó en su mente, advirtiéndole del peligro de ceder a sus tentaciones.
━ Para superar esta prueba, debes elegir el camino correcto. No dejes que tus deseos egoístas te desvíen de tu verdadero propósito.
Min se acercó a una de las puertas, su corazón latiendo con fuerza. La puerta mostraba una imagen de sí mismo como un líder, admirado y respetado por todos. Era todo lo que había querido, pero al mismo tiempo, sintió que podría perderse a sí mismo en ese deseo.
━ Esto no es lo que realmente busco ━ murmuró, retrocediendo ante la puerta y mirando a su alrededor, buscando el verdadero camino.
A medida que se movía entre las puertas, cada una de ellas susurraba promesas y lo llamaba a cruzarlas. La presión aumentaba, y la ansiedad comenzaba a apoderarse de él. Sin embargo, en ese momento de confusión, recordó el propósito de su viaje: no solo obtener la espada, sino también proteger a aquellos a quienes amaba y hacer del reino un lugar mejor.
━ No me dejaré llevar por la ambición ━ declaró, alzando la cabeza ━. Mi verdadero deseo es traer paz y esperanza a este mundo. No buscaré el poder por el poder mismo.
Con esa determinación, Min se alejó de las puertas y se dirigió hacia una luz brillante que emergía en el fondo de la cueva. La luz lo envolvió, y, al cruzar, sintió una oleada de claridad y fortaleza invadiendo su ser.
Argoth apareció ante él, su figura ahora un reflejo de respeto y reconocimiento.
━ Has enfrentado tus miedos, has mostrado compasión y has elegido el camino del verdadero propósito. Has pasado las pruebas, Min. La Espada de Flissa es tuya, y su poder estará contigo mientras mantengas el corazón puro y la voluntad firme.
Min sintió que una gran carga se levantaba de sus hombros, y la luz de la espada brilló con una intensidad casi cegadora. Al alzarla, el peso de su viaje y las pruebas superadas le otorgaron una nueva comprensión de sí mismo y del mundo que lo rodeaba. Había llegado a la cueva como un joven lleno de dudas, pero ahora se sentía como un verdadero guerrero, listo para enfrentar los desafíos que aún le aguardaban.
━ Gracias, Argoth ━ dijo con gratitud ━. No solo me has dado la espada, sino también la fortaleza que no sabía que poseía.
━ El verdadero poder siempre ha estado en ti ━ respondió el guardián, su voz resonando con sabiduría ━. Utiliza la espada no solo como un arma, sino como un símbolo de esperanza para tu reino.
Con la Espada de Flissa en mano y el corazón rebosante de propósito, Min se preparó para salir de la cueva. Sabía que su viaje apenas comenzaba, pero ahora estaba listo para enfrentarse a su destino, armado con la valentía y el amor que había
Min se detuvo en la entrada de la cueva, la Espada de Flissa aún en su mano, su brillo iluminando el oscuro camino que se extendía frente a él. La sensación de victoria que lo invadía fue repentinamente interrumpida por un profundo retumbar en el cielo. Miró hacia arriba, y su corazón se hundió al ver nubes espesas y amenazadoras que se arremolinaban, formando un manto gris que cubría el horizonte. Una tormenta estaba a punto de desatarse.
━ ¿No puede ser... ━ murmuró para sí mismo, sintiendo la presión del clima opresiva en el aire.
Antes de que pudiera tomar una decisión, un viento helado azotó la cueva, y el cielo se iluminó con un destello de relámpago que rasgó la oscuridad, seguido por un estruendo de truenos que resonó como un eco de advertencia. La lluvia comenzó a caer con tal intensidad que cada gota sonaba como un tambor que marcaba el compás de una calamidad inminente.
━ No puedo salir así ━ se dijo, sabiendo que no podría avanzar en tales condiciones. La lluvia no solo sería un obstáculo físico, sino que también podría traer consigo criaturas que acechaban en las sombras. Por tanto, decidió que lo mejor sería esperar, al menos hasta que la tormenta amainara.
Con un suspiro resignado, retrocedió dentro de la cueva y se sentó sobre el frío suelo de piedra, la espada aún firme a su lado. La atmósfera se volvió sombría, los ecos del exterior apenas audibles en el estruendo del agua golpeando el suelo. La humedad se acumulaba, y un aire de inquietud se instalaba en su interior, como si la misma cueva estuviera viva, respirando con un ritmo propio.
La tormenta rugía con fuerza, y Min sintió que el tiempo se estiraba. Mientras la lluvia caía, se dio cuenta de que no solo su cuerpo, sino también su mente, necesitaban descanso. Cerró los ojos y se dejó llevar por el agotamiento, la espada aún a su lado, un recordatorio de su reciente victoria y de la lucha que aún le aguardaba.
Sin embargo, el sueño no llegó fácilmente. A medida que la noche se adentraba en su dominio, los sonidos del exterior se desvanecieron en un susurro casi etéreo, solo para ser reemplazados por un crujido sutil que venía de las profundidades de la cueva. Min abrió los ojos de golpe, su corazón palpitando con fuerza. Se incorporó y se esforzó por escuchar, el eco de la tormenta quedando atrás mientras el silencio se hacía más palpable.
De repente, la oscuridad pareció cobrar vida, y una serie de figuras esqueléticas comenzaron a emerger de las sombras. Eran sombras del pasado, seres de otro tiempo que parecían haber despertado de un largo letargo, y Min se sintió helado al verlos acercarse lentamente hacia él. Los esqueletos estaban cubiertos de tierra y telarañas, sus ojos vacíos fijos en él como si buscaran algo, algo que quizás había sido olvidado.
━ ¿Qué quieren de mí? ━ preguntó Min, su voz temblando con la mezcla de miedo y curiosidad.
Los esqueletos, en silencio, se movían en su dirección, alzando sus manos huesudas como si intentaran atraparlo. Min sintió un escalofrío recorrer su espalda. A pesar de su reciente victoria y el poder de la espada que ahora portaba, la idea de enfrentarse a esos seres lo llenó de terror. Sin embargo, no podía dejarse llevar por el pánico.
━ No estoy aquí para ser llevado ━ declaró, levantando la espada con determinación. La hoja brilló intensamente en la penumbra, llenando la cueva de luz y disipando las sombras que se acercaban.
Pero los esqueletos no se detuvieron. En lugar de retroceder, parecieron reforzar su avance, rodeándolo. En ese momento, sintió que el pánico comenzaba a apoderarse de él. ¿Por qué estaban allí? ¿Qué querían de él? Se preguntaba si la tormenta había traído consigo a estos guardianes de lo olvidado, seres que habían estado encerrados en la cueva por eones.
━ ¡No! ━ gritó, intentando alejarse de ellos ━. No me llevaréis.
A medida que se movía, un par de manos esqueléticas lo agarraron con fuerza, sus dedos fríos como el metal. Min sintió la desesperación apoderarse de él, pero al mirar más de cerca a aquellos rostros huecos, se dio cuenta de que no estaban allí para lastimarlo. Su expresión, aunque macabra, carecía de malicia. Parecían más confundidos que amenazantes.
━ ¿Qué desean? ━ repitió, esta vez con más firmeza.
Uno de los esqueletos, el que parecía ser el líder, hizo un gesto hacia la espada, señalando el brillante filo con una de sus manos huesudas.
━ Nosotros... protegemos... la memoria ━ susurró, su voz un eco distante, como un susurro perdido en el viento.
Min sintió un ligero alivio. En vez de ser una amenaza, parecían ser guardianes de la historia, seres que cuidaban los relatos de aquellos que habían pasado antes que él.
━ Entonces, ¿solo buscan preservar lo que fue? ━ preguntó, bajando la espada lentamente.
El líder esquelético asintió, su cráneo girando levemente.
━ Recordamos... y guardamos... lo que se ha olvidado. Tú... eres una parte de esto... ven a recordar.
Min sintió una extraña conexión con aquellos seres. A pesar de su apariencia aterradora, sus intenciones parecían puras. Al ver su desesperación por mantener viva la historia, comprendió que ellos estaban atados a la cueva, buscando la redención a través de su presencia.
━ Entiendo... ━ dijo con voz suave, haciendo un esfuerzo por calmarse ━. No puedo quedarme aquí, pero puedo recordar y llevar sus historias conmigo. Prometo no olvidar lo que ustedes representan.
Los esqueletos se detuvieron, y una expresión de reconocimiento pareció cruzar sus facciones vacías. La tormenta seguía rugiendo afuera, pero dentro de la cueva, la atmósfera se sentía más tranquila.
A medida que el miedo se disipaba, Min se sintió cansado, su cuerpo finalmente sucumbió al agotamiento. La energía que había puesto en la confrontación lo había dejado sin fuerzas. Los esqueletos, al notar su fatiga, se alejaron un poco, permitiéndole espacio para descansar.
━ Descansa, viajero... ━ susurró el líder ━. Aquí serás seguro. La tormenta no te llevará.
Y así, Min se dejó caer contra el suelo frío, la espada a su lado, sintiendo el peso del día caer sobre él. A pesar de la presencia de los esqueletos, se sintió más tranquilo. Había superado una prueba tras otra, y ahora, por primera vez en mucho tiempo, se permitió sentir la suavidad del sueño arrullándolo.
Los ecos de la tormenta resonaban en la distancia, pero en la cueva, rodeado por los guardianes de la memoria, Min encontró finalmente un lugar para descansar. Mientras el sueño lo envolvía, sus pensamientos vagaron entre las historias olvidadas y las promesas de un futuro que aún debía construir. Y así, en la cueva donde los ecos del pasado eran custodios, Min durmió, sintiendo que, tal vez, todo saldría bien al final.
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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09
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